CAPÍTULO 68: EL CASTIGO DEL REYAl día siguiente Thane avanzaba con el rostro endurecido. El rumor ya se había extendido: el rey lo había convocado a la sala del trono, y Thane sabía que nada bueno podía salir de ello. Desde que mató al Alfa Azael, había sentido una pesada nube de consecuencias cerniéndose sobre él, pero hasta ahora el castigo del rey había sido un misterio.Al cruzar las puertas de la sala del trono, se detuvo un momento. Su padre estaba de pie al frente, su figura era rígida y severa como una montaña inquebrantable. Los ojos del rey estaban llenos de furia, brillaban con un peligro que Thane solo había visto en raras ocasiones.—Thane —dijo el rey con voz grave rompiendo el silencio—. ¿Sabes por qué estás aquí?Thane apretó los puños, sintiendo la tensión recorrerle el cuerpo.—Sé lo que hice, padre —respondió con un tono firme—. Maté al Alfa Azael.El rey asintió, su mirada aguda atravesó la de su hijo como una espada.—¿Sabes lo que significa esa acción? —preguntó
CAPÍTULO 69: EL SACRIFICIO SE APROXIMAAkira se sentía devastada después de aquellas palabras de Thane: “tienes razón, tal vez no lo vale”. Apretó con fuerza un cuadernillo contra su pecho mientras volvía a la habitación que antes había sido de Galicia. Nadie quería usarla porque estaba impregnada con su aroma, pero para ella era un consuelo que le recordaba que tenía que detener al rey Alaric antes de que se cobrase otra víctima más.Quería odiar a Thane con todas sus fuerzas, pero no lograba hacerlo por ningún medio. El lazo que la ataba a él era demasiado fuerte y aunque todavía estuviese flojo y pendiendo de un hilo, le era imposible arrancárselo del todo. Era él quien debía rechazarla, y mientras no lo hiciera ella iba a estar condenada a sentir ese enorme vacío en el pecho.Intentó acostarse a dormir, pero de pronto otra visión aterradora la asaltó. Sabía que el próximo sacrificio estaba cerca, pero aún no podía precisar quién sería la víctima. En sus sueños, veía a una joven lo
CAPÍTULO 70: ENTRE EL DEBER Y EL DESEOThane caminaba hacia el salón del trono con pasos decididos, su mente iba enfocada en los asuntos del día. Desde que su padre lo había despojado del derecho al trono por matar al Alfa Azael, el peso de la deshonra lo consumía, pero más que la humillación pública, lo que realmente lo carcomía era la inestabilidad de su posición. Sabía que los otros líderes de la manada lo veían ahora como vulnerable. Eso no le preocupaba; podía enfrentar cualquier desafío. Sin embargo, había algo más que lo tenía inquieto, algo que no podía dejar de lado: Akira.Mientras se acercaba al gran pasillo, un aroma familiar lo alcanzó. Su olor era inconfundible, pero ella no estaba sola. Al girar por el corredor, la vio a unos metros, caminando junto a su hermano, Kael. Los dos se dirigían hacia la biblioteca mientras él le susurraba algo que no alcanzó a escuchar. Una chispa de rabia se encendió en su pecho al verlos juntos. ¿Qué hacía Akira con Kael? ¿No que acaso él h
CAPÍTULO 71: CASI TE RECLAMOThane la tenía ya entre sus brazos, sus cuerpos estaban tan cerca que el calor de ambos se fusionaba en el aire tenso de la habitación. Akira, con el rostro apenas separado del de él, podía sentir el latido furioso de su corazón como un eco del suyo propio. Habían llegado a este punto muchas veces, pero esta vez había algo diferente.El Alfa la sostuvo con fuerza, sus manos la envolvieron como si no pudiera dejarla ir. No había necesidad de cruzar distancias; estaban tan cerca que parecían ser una sola sombra. El silencio entre ellos no era incómodo, la tensión sexu4l entre los dos crecía con cada respiración y mirada.Akira sentía la presión creciente de su control desmoronándose. Thane la observó con una mirada intensa, casi desesperada, como si estuviera a punto de perder algo más que su autocontrol. Ella sabía que debía apartarse, que ceder a sus deseos en ese momento podría tener consecuencias devastadoras para ambos, pero el tirón entre ellos era dem
CAPÍTULO 72: UN ENCUENTRO INESPERADOAkira huyó de aquella habitación mientras las lágrimas le corrían por las mejillas. Estaba harta de sufrir, harta de no ser reclamada ni tampoco rechaza por Thane, harta de que Kael la usase y de sentirse indefensa.Lo único que ella quería era vengar a su hermana, y ahora que sabía la verdad de lo que había ocurrido, la única cosa que podía hacer era impedir ese sacrificio y terminar con la magia oscura con la que el Rey estaba jugando.Se echó en la cama y pronto se quedó dormida de tanto llorar. Sin embargo, despertó de golpe, con el cuerpo cubierto de un sudor frío mientras las imágenes de una nueva visión latían con fuerza en su mente. La luna, grande y brillante, había estado más cerca que nunca, su luz cegadora reveló lo que hasta ahora había permanecido oculto en las sombras. Esta vez, la visión no fue confusa ni fragmentada; todo se desplegó con una claridad abrumadora.En el centro de aquella cueva en la montaña una joven loba de cabello
CAPÍTULO 73: EL LÍMITE DE LA TOLERANCIAThane la miró un momento más, pero ya no había furia en sus ojos, solo confusión y un destello de vulnerabilidad que rápidamente se disipó cuando giró la cabeza, incapaz de sostener su mirada por más tiempo.—No sé qué me está pasando… —susurró, casi para sí mismo. La voz de Thane sonaba rota, llena de un dolor que apenas comprendía.Akira quiso acercarse, tocar su mano, mostrarle que no estaba solo, pero sabía que cualquier gesto en ese momento podría malinterpretarse.Por un momento pareció que iba a decir algo más, pero en lugar de eso, se alejó de la habitación, ahora era él quien la dejaba sola.Akira apretó los puños. No podía seguir esperando a que Thane decidiera confiar en ella o a que resolviera sus propios demonios. El sacrificio estaba demasiado cerca, y si él no la ayudaría, ella debía tomar las riendas de la situación por su cuenta. Thane no veía el peligro, pero Akira sí lo hacía con una claridad aterradora.Con un nuevo plan en m
CAPÍTULO 74: PELEA DE HERMANOSLa furia brillaba en los ojos de Thane como un incendio incontrolable. Su respiración se aceleraba mientras observaba a Kael con una rabia que apenas podía contener. Akira se quedó inmóvil, atrapada entre ambos, viendo cómo la tensión crecía hasta un punto insostenible.—¡Tocar a una concubina se castiga con la muerte! —rugió Thane lleno de furia. El eco de sus palabras resonó en la estancia, como una sentencia definitiva. Su cuerpo temblaba, y sus ojos, que siempre habían mantenido una distancia fría con el mundo, ahora ardían con un odio visceral.Kael, lejos de mostrarse intimidado, esbozó una sonrisa calculadora. No era la primera vez que jugaba con los límites de su hermano, y parecía disfrutar del peligro que eso implicaba.—¿Serías capaz de matarme? —respondió Kael, sus palabras llenas de cizaña se disfrazan con burla—. Hazlo entonces. Declara de una vez que aceptarás a esta Omega como tu Mate.Las palabras cayeron como un trueno entre ellos. Akir
CAPÍTULO 75: UN PODER ANCESTRALMucho tiempo antes de que Akira, el reino de los lobos o humanos existiera, antes de que cualquier criatura viva pudiese recordar y con el mundo aún joven, existió una era de caos.Donde la luz y la oscuridad, fuerzas poderosas que chocaban sin cesar, eran incapaces de hallar un equilibrio. La luz, brillante y cegadora, representaba al Sol, mientras que la oscuridad, profunda y envolvente, pertenecía a la Luna. Ambas entidades eran antiguas, eternas, pero a pesar de su poder, ninguna podía tomar el control absoluto de la Tierra.Con el tiempo, la lucha se volvió insostenible. La tierra se estremecía bajo el peso de sus batallas, y las criaturas que habitaban el mundo joven no podían prosperar en medio de ese conflicto. Fue entonces cuando el Sol y la Luna tomaron una decisión que cambiaría el destino del universo para siempre: procrearían hijos que los representarían en la Tierra y llevarían su lucha en su lugar.El Sol, resplandeciente y majestuoso, en