CAPÍTULO 56: DESAFÍO Y PELIGROThane atravesó los pasillos del castillo con pasos rápidos y decididos. Su corazón latía con furia contenida, y su lobo interior rugía en su pecho, ansioso por lo que estaba por venir. Sabía que desafiar a su padre era un acto peligroso, pero no podía contenerse más. Lo que le había hecho a Galicia era la gota que colmaba el vaso. Ella había sido su refugio, su guía cuando nadie más estuvo a su lado.Cuando llegó al salón del trono, las puertas se abrieron de golpe, revelando a su padre sentado con una arrogancia que siempre le había resultado repulsiva. El rey levantó una ceja al ver a su hijo entrar con tal furia.—¿Qué hiciste con Galicia? —Thane no se molestó en saludar ni en mostrar respeto alguno.El rey lo miró con desdén, su voz sonó fría y carente de remordimiento cuando respondió:—La vendí. Era una loba vieja y ya no me servía.El control de Thane estaba al borde del colapso. Galicia no era solo una criada, era alguien que lo había criado, que
CAPÍTULO 57: AL BORDE DE LA MUERTEAkira se levantó tambaleante, con el cuerpo dolorido por los golpes de Azael y la mente aún aturdida por el caos que reinaba en el campamento. A su alrededor, el eco de gritos y aullidos resonaba mientras los lobos corrían de un lado a otro. Fuera lo que fuera lo que había causado el estruendo, había sumido al lugar en un estado de confusión total. Este era el momento perfecto para huir, pero una sensación de responsabilidad la detuvo. No podía irse sin antes salvar a las otras mujeres. Especialmente a la chica que le había confiado aquella historia tan inquietante.Sabía que, de alguna forma, esa loba joven, Eira, era su única conexión para descubrir la verdad sobre lo que realmente le había ocurrido a su hermana. No podía abandonarla a su suerte, no cuando había una posibilidad de que fuera la clave que desentrañara el misterio.Akira se apresuró a tomar una tela rota y se la envolvió alrededor del cuerpo. Su mente trabajaba rápido mientras miraba
CAPÍTULO 58: INDECISIÓN Y HUIDAThane estaba perdiendo la cabeza. Desde el momento en que Akira desapareció, su mundo se desmoronaba con una velocidad aterradora. Su lobo, normalmente calmado y controlado, rugía desde el interior, desesperado por salir, por reclamar lo que sentía que era suyo. El vínculo que ambos compartían le quemaba en el pecho, una punzada constante que le recordaba su ausencia. No podía pensar en otra cosa. No podía respirar sin sentir su aroma.Sabía que había cometido un error al alejarla, al no aceptarla como su Mate cuando tuvo la oportunidad. Pero ahora, más que nunca, estaba dispuesto a arreglarlo. Iba a buscarla, iba a encontrarla. Akira no podía estar lejos, y estaba convencido de que aún quedaba tiempo para salvar lo que habían dejado pendiente.Pero justo cuando estaba a punto de lanzarse a su búsqueda, un aullido resonó por el aire. Se tensó, reconociendo el sonido inconfundible de una advertencia. Alguien estaba atacando una manada en el bosque, cerca
CAPÍTULO 59: ALGO MÁS DESPIERTAAkira caminó tambaleante por la orilla del río, apenas podía mantenerse en pie solo por la pura fuerza de voluntad. Cada paso era una tortura, el dolor recorría su cuerpo haciéndola sentir más frágil y vulnerable de lo que ya era. Su piel estaba desgarrada en múltiples puntos, los pies lacerados por las rocas afiladas, y su labio roto. La sangre había manchado su ropa rasgada, y un dolor punzante en su rostro le recordaba el roce de la bala que, aunque no había sido mortal, había dejado una herida suficientemente grande como para envenenarla.El agua del río corría a su lado con fuerza, su corriente era implacable. La humedad en el aire le pesaba y cada respiración era un esfuerzo. Akira apenas podía pensar con claridad, su mente estaba atrapada entre el dolor, miedo y la desesperación. A pesar de todo, siguió caminando. Algo en su interior se negaba a rendirse.A medida que la luz del día se desvanecía y la noche caía sobre el paisaje, Akira no se dio
CAPÍTULO 60: EL SUSURRO DE LA LUNAThane estaba al borde de la locura. La rabia y la desesperación se mezclaban en su interior. No podía pensar con claridad, su lobo arañaba la superficie de su autocontrol, ansiando salir y destruir todo a su paso. Sin embargo, el instinto más profundo lo impulsaba a correr, a buscar a Akira antes de que fuera demasiado tarde. Saltó por el barranco con una destreza sobrenatural, aterrizando ágilmente entre las rocas, pero la corriente del río se había llevado su aroma.—¡Thane, no lo hagas! —gritó Killian, su voz apenas fue un eco en la distancia.Pero Thane no escuchaba. Sus músculos se tensaron, y su mirada se clavó en el cazador que había asesinado a la loba. Con un rugido bestial, se abalanzó sobre él, sus garras rasgaron la carne del hombre antes de que este pudiera siquiera levantar su arma. En cuestión de segundos, el cazador yacía en el suelo, inerte, y la furia dentro de Thane seguía ardiendo. Su lobo clamaba por más sangre, pero otra parte d
CAPÍTULO 61: UNA DECISIÓN DIFÍCILEl cuerpo de Akira descansaba en los brazos de Thane, frágil y débil, pero vivo. Su respiración era apenas un murmullo, casi imperceptible, mientras él la observaba con preocupación y desconcierto. Había pasado horas buscándola, luchando contra la desesperación, y ahora que la tenía entre sus brazos, la sensación de alivio fue rápidamente reemplazada por algo más inquietante. Thane pudo ver cómo las heridas que cubrían su cuerpo, que debían haberla dejado al borde de la muerte, comenzaban a cerrarse lentamente ante sus ojos. La piel desgarrada y los cortes profundos cicatrizaban de manera inexplicable, con una velocidad que ni siquiera los lobos más poderosos mostraban.La sensación de vulnerabilidad que lo había impulsado a cargarla hasta ese lugar se desvanecía a medida que veía su cuerpo recuperarse, como si nada hubiera pasado. Era como si la misma naturaleza la estuviera sanando, una fuerza que Thane no comprendía del todo, pero que lo llenaba de
CAPÍTULO 62: LA SOMBRA DE UNA TRAICIÓNKael observó a su hermano con una mezcla de satisfacción y seriedad. La confirmación de que Akira era la Mate de Thane había encajado perfectamente en sus planes. El rostro de Thane estaba marcado por la duda y una profunda angustia. Kael, por su parte, había mantenido su propia batalla, sabiendo que el tiempo para actuar se estaba acabando.—Bien, Thane —dijo Kael con voz grave—. Si mi padre se entera de esto, la matará. Deja a Akira en el castillo y regresa tú solo, o el rey notará tu ausencia.Thane miró a su hermano con confusión y enojo, pero la urgencia en la voz de Kael no dejaba espacio para discusiones. Kael se volvió y comenzó a alejarse, dejando a Thane en el bosque con la responsabilidad de cuidar de Akira y la tarea de enfrentar sus propios sentimientos.Mientras Kael se dirigía al castillo, la noche envolvía el bosque en un manto oscuro y silencioso. Su mente trabajaba a toda velocidad, trazando los últimos detalles de su plan. Sabí
CAPÍTULO 63: EL ECO DEL PASADOLa luna brillaba alta en el cielo, su luz tenue bañaba el claro del bosque. La mujer, de rodillas sobre el suelo, alzó la mirada suplicante hacia el cielo nocturno, sus ojos reflejaban el brillo plateado de la luna llena. Sus manos temblorosas se aferraban a la tierra húmeda, mientras sus labios pronunciaban una súplica que parecía perderse en el viento.—Por favor, Madre Luna, concédeme un hijo... —rogó con voz entrecortada, su corazón palpitaba con desesperación y al mismo tiempo, una esperanza.El viento susurró a su alrededor, y en el aire se sintió un leve cambio. Las hojas de los árboles temblaron suavemente, como si respondieran a su llamado. La mujer cerró los ojos, dejando caer las lágrimas que se mezclaban con la tierra bajo sus pies. Un silencio profundo cayó sobre el bosque, y en ese momento, algo más allá del mundo terrenal respondió a su plegaria.Desde lo más profundo de la oscuridad, un rayo de luz plateada descendió del cielo, envolviend