CAPÍTULO 53: A PESAR DE TODOThane se alejaba de Akira, dejando a su paso un aire denso de tensión y emociones reprimidas. Akira se quedó inmóvil, viendo cómo su figura desaparecía entre los árboles, sintiendo cómo su corazón se rompía un poco más con cada paso que él daba. ¿Por qué seguía rechazándola? ¿Por qué, a pesar de todo lo que sentían, seguía alejándola?Akira se dejó caer sobre la hierba húmeda, su mente estaba revuelta por las emociones. Sus dedos temblaron mientras sacaba su pizarra y empezaba a escribir en ella, aunque Thane ya no podía verlo. Las palabras eran una súplica desesperada que no sabía si alguna vez tendría el valor de mostrarle:—"Sé que somos demasiado diferentes. Que yo soy solo una Omega defectuosa, y que nunca podré ser parte del mundo al que perteneces..."Las lágrimas empañaban su visión, pero seguía escribiendo, como si plasmar sus pensamientos la ayudara a liberarse de la carga que sentía en el pecho.—"Pero no puedo evitar lo que siento."Las palabra
CAPÍTULO 54: DECEPCIÓNEl aire de la mañana estaba fresco, lleno de un brillo suave que anunciaba un nuevo día, pero para Akira, la realidad se sentía opresiva, pesada. Yacía junto a Thane, con el pecho aún agitado por la intensidad de la noche anterior. Había sido un momento que jamás olvidaría, un sueño que nunca había pensado que se haría realidad. En lo profundo de su corazón, siempre había dudado de que un Alfa como Thane pudiera ser su Mate. Era algo que parecía inalcanzable para una Omega como ella, alguien que había vivido en las sombras, marcada por el silencio y el dolor de su pasado.A pesar de todo, había sucedido. Había encontrado a su Mate, y esa revelación la había llenado de una euforia indescriptible, como si de repente el mundo estuviera lleno de luz y esperanza. Pero esa felicidad fue efímera. Apenas la calidez de su cercanía se desvaneció, algo comenzó a incomodarla. Había una distancia en la mirada de Thane, una frialdad que no tenía nada que ver con lo que habían
CAPÍTULO 55: TERRORAkira despertó en la oscuridad, con una sensación de frío que le calaba hasta los huesos. Su cabeza palpitaba con fuerza, como si hubiera recibido un golpe, y su cuerpo estaba adolorido. Abrió los ojos lentamente, esforzándose por enfocar la vista. Lo primero que percibió fue el sonido de susurros temblorosos y llantos ahogados. Cuando por fin pudo ver con claridad, se dio cuenta de que estaba atrapada en una jaula.A su alrededor, otras mujeres, todas jóvenes, parecían igual de aterradas. Sus rostros reflejaban un miedo evidente, pero había algo más que asustaba a Akira: el entorno. No reconocía dónde estaba, pero sabía que no se trataba de un lugar común. La sensación de estar prisionera, de ser un simple objeto atrapado, la llenó de desesperación.Sus pensamientos corrieron de inmediato hacia lo último que recordaba: Azael. Él la había encontrado y se la había llevado. Ahora, estaba en sus manos, y junto a ella, otras mujeres compartían el mismo destino incierto
CAPÍTULO 56: DESAFÍO Y PELIGROThane atravesó los pasillos del castillo con pasos rápidos y decididos. Su corazón latía con furia contenida, y su lobo interior rugía en su pecho, ansioso por lo que estaba por venir. Sabía que desafiar a su padre era un acto peligroso, pero no podía contenerse más. Lo que le había hecho a Galicia era la gota que colmaba el vaso. Ella había sido su refugio, su guía cuando nadie más estuvo a su lado.Cuando llegó al salón del trono, las puertas se abrieron de golpe, revelando a su padre sentado con una arrogancia que siempre le había resultado repulsiva. El rey levantó una ceja al ver a su hijo entrar con tal furia.—¿Qué hiciste con Galicia? —Thane no se molestó en saludar ni en mostrar respeto alguno.El rey lo miró con desdén, su voz sonó fría y carente de remordimiento cuando respondió:—La vendí. Era una loba vieja y ya no me servía.El control de Thane estaba al borde del colapso. Galicia no era solo una criada, era alguien que lo había criado, que
CAPÍTULO 57: AL BORDE DE LA MUERTEAkira se levantó tambaleante, con el cuerpo dolorido por los golpes de Azael y la mente aún aturdida por el caos que reinaba en el campamento. A su alrededor, el eco de gritos y aullidos resonaba mientras los lobos corrían de un lado a otro. Fuera lo que fuera lo que había causado el estruendo, había sumido al lugar en un estado de confusión total. Este era el momento perfecto para huir, pero una sensación de responsabilidad la detuvo. No podía irse sin antes salvar a las otras mujeres. Especialmente a la chica que le había confiado aquella historia tan inquietante.Sabía que, de alguna forma, esa loba joven, Eira, era su única conexión para descubrir la verdad sobre lo que realmente le había ocurrido a su hermana. No podía abandonarla a su suerte, no cuando había una posibilidad de que fuera la clave que desentrañara el misterio.Akira se apresuró a tomar una tela rota y se la envolvió alrededor del cuerpo. Su mente trabajaba rápido mientras miraba
CAPÍTULO 58: INDECISIÓN Y HUIDAThane estaba perdiendo la cabeza. Desde el momento en que Akira desapareció, su mundo se desmoronaba con una velocidad aterradora. Su lobo, normalmente calmado y controlado, rugía desde el interior, desesperado por salir, por reclamar lo que sentía que era suyo. El vínculo que ambos compartían le quemaba en el pecho, una punzada constante que le recordaba su ausencia. No podía pensar en otra cosa. No podía respirar sin sentir su aroma.Sabía que había cometido un error al alejarla, al no aceptarla como su Mate cuando tuvo la oportunidad. Pero ahora, más que nunca, estaba dispuesto a arreglarlo. Iba a buscarla, iba a encontrarla. Akira no podía estar lejos, y estaba convencido de que aún quedaba tiempo para salvar lo que habían dejado pendiente.Pero justo cuando estaba a punto de lanzarse a su búsqueda, un aullido resonó por el aire. Se tensó, reconociendo el sonido inconfundible de una advertencia. Alguien estaba atacando una manada en el bosque, cerca
CAPÍTULO 59: ALGO MÁS DESPIERTAAkira caminó tambaleante por la orilla del río, apenas podía mantenerse en pie solo por la pura fuerza de voluntad. Cada paso era una tortura, el dolor recorría su cuerpo haciéndola sentir más frágil y vulnerable de lo que ya era. Su piel estaba desgarrada en múltiples puntos, los pies lacerados por las rocas afiladas, y su labio roto. La sangre había manchado su ropa rasgada, y un dolor punzante en su rostro le recordaba el roce de la bala que, aunque no había sido mortal, había dejado una herida suficientemente grande como para envenenarla.El agua del río corría a su lado con fuerza, su corriente era implacable. La humedad en el aire le pesaba y cada respiración era un esfuerzo. Akira apenas podía pensar con claridad, su mente estaba atrapada entre el dolor, miedo y la desesperación. A pesar de todo, siguió caminando. Algo en su interior se negaba a rendirse.A medida que la luz del día se desvanecía y la noche caía sobre el paisaje, Akira no se dio
CAPÍTULO 60: EL SUSURRO DE LA LUNAThane estaba al borde de la locura. La rabia y la desesperación se mezclaban en su interior. No podía pensar con claridad, su lobo arañaba la superficie de su autocontrol, ansiando salir y destruir todo a su paso. Sin embargo, el instinto más profundo lo impulsaba a correr, a buscar a Akira antes de que fuera demasiado tarde. Saltó por el barranco con una destreza sobrenatural, aterrizando ágilmente entre las rocas, pero la corriente del río se había llevado su aroma.—¡Thane, no lo hagas! —gritó Killian, su voz apenas fue un eco en la distancia.Pero Thane no escuchaba. Sus músculos se tensaron, y su mirada se clavó en el cazador que había asesinado a la loba. Con un rugido bestial, se abalanzó sobre él, sus garras rasgaron la carne del hombre antes de que este pudiera siquiera levantar su arma. En cuestión de segundos, el cazador yacía en el suelo, inerte, y la furia dentro de Thane seguía ardiendo. Su lobo clamaba por más sangre, pero otra parte d