CAPÍTULO 49: COMETÍ UN ERRORAkira sabía que ya no había marcha atrás. Había tomado el libro prohibido, había hecho movimientos arriesgados, y ahora su vida pendía de un hilo más delgado de lo que jamás hubiera imaginado. Pero no podía permitirse retroceder. Estaba envuelta en algo mucho más grande de lo que había anticipado, y su única opción era seguir adelante, aunque la oscuridad se volviera cada vez más opresiva a su alrededor.Intentó calmarse mientras se dirigía a la habitación de Galicia. Su mente trabajaba a toda velocidad, pensando en cómo escabullirse sin llamar la atención. Pero cuando dobló un pasillo, se encontró con una figura imponente bloqueando su camino.Era Thane.—¿Qué haces aquí? —preguntó con una voz firme y autoritaria. Akira se quedó inmóvil, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. Sabía que no tenía una excusa que pudiera convencerlo. Y lo peor de todo es que, con Kael y el libro involucrado, mentir sería aún más peligroso.Sin darle tiempo a
CAPÍTULO 50: DEBO SALVARLAAkira los siguió a una distancia segura, cuidando cada uno de sus pasos mientras se movían hacia la montaña. El miedo la invadía, pero sabía que no podía permitirse dudar. Para disfrazar su aroma y evitar que el rey o cualquier otro lobo detectara su presencia, se arrojó al suelo y se cubrió con tierra y hojas secas. El olor de la suciedad envolvía su cuerpo, ayudándola a pasar desapercibida, pero la tensión seguía apretando su pecho.El rey Alaric caminaba con Galicia a su lado. Desde la distancia, Akira podía ver la forma en que la loba se encogía de miedo, con lágrimas rodaban por su rostro. Sus sollozos eran suaves, pero cada uno de ellos cortaba el aire como una daga. Galicia estaba aterrada, y Akira no podía dejar de sentirse responsable. Todo esto había sucedido por su culpa. Si no hubiera robado el libro, Galicia no estaría enfrentando el castigo del rey.Se detuvo en seco cuando llegaron a la entrada de una cueva en lo alto de la montaña. El viento
CAPÍTULO 51: DESPIERTA ALGO NUEVOAkira descendía rápidamente por la montaña, sus pies apenas tocaban el suelo mientras sus pensamientos iban a mil por hora. Cuando de pronto escuchó un potente y poderoso rugido. Un sonido inhumano, una fuerza sobrenatural que no se comparaba a nada que hubiese sentido antes. No había duda de que algo más habitaba en la cueva del rey, algo mucho más peligroso que él mismo, pero su instinto de supervivencia la empujaba a alejarse lo más rápido posible. Regresar no era una opción.Corrió sin detenerse, su respiración era entrecortada por el esfuerzo y el pánico. Las ramas de los árboles arañaban sus brazos mientras pasaba corriendo, pero no le importaba. Tenía que llegar a un lugar seguro, lejos de la montaña y de lo que fuera que se escondiera en sus profundidades. Su mente volvía a Galicia y el destino cruel que había sufrido. Pero el miedo por lo que acababa de escuchar la superaba.Llegó al lago, el mismo donde se había bañado la última vez, y sin p
CAPÍTULO 52: ES ÉLAkira yacía inmóvil bajo el peso de Thane. Sus cuerpos apenas estaban separados por la delgada barrera de aire que quedaba entre ellos. Él la observaba con curiosidad y ese enojo que siempre parecía estar presente cuando se trataba de ella. Sus ojos, oscuros y penetrantes, la recorrieron, como si estuvieran buscando una explicación a su desobediencia.—Eres increíblemente imprudente —gruñó Thane, ignorando lo último que ella le había escrito—. ¿Por qué nunca puedes quedarte donde se te dice? Afuera no es seguro, especialmente esta noche.Akira sintió que una cólera le recorría el pecho, pero de pronto, esa sensación de furia que amenazaba con consumirla había sido reemplazada por una extraña y poderosa sensación que no podía comprender del todo. Sin embargo, su instinto le decía que Thane no estaba simplemente enfadado por su desobediencia. Había algo más, algo profundo y primitivo entre ellos que ambos ignoraban a propósito. Akira apartó la mirada de su intensa exp
CAPÍTULO 53: A PESAR DE TODOThane se alejaba de Akira, dejando a su paso un aire denso de tensión y emociones reprimidas. Akira se quedó inmóvil, viendo cómo su figura desaparecía entre los árboles, sintiendo cómo su corazón se rompía un poco más con cada paso que él daba. ¿Por qué seguía rechazándola? ¿Por qué, a pesar de todo lo que sentían, seguía alejándola?Akira se dejó caer sobre la hierba húmeda, su mente estaba revuelta por las emociones. Sus dedos temblaron mientras sacaba su pizarra y empezaba a escribir en ella, aunque Thane ya no podía verlo. Las palabras eran una súplica desesperada que no sabía si alguna vez tendría el valor de mostrarle:—"Sé que somos demasiado diferentes. Que yo soy solo una Omega defectuosa, y que nunca podré ser parte del mundo al que perteneces..."Las lágrimas empañaban su visión, pero seguía escribiendo, como si plasmar sus pensamientos la ayudara a liberarse de la carga que sentía en el pecho.—"Pero no puedo evitar lo que siento."Las palabra
CAPÍTULO 54: DECEPCIÓNEl aire de la mañana estaba fresco, lleno de un brillo suave que anunciaba un nuevo día, pero para Akira, la realidad se sentía opresiva, pesada. Yacía junto a Thane, con el pecho aún agitado por la intensidad de la noche anterior. Había sido un momento que jamás olvidaría, un sueño que nunca había pensado que se haría realidad. En lo profundo de su corazón, siempre había dudado de que un Alfa como Thane pudiera ser su Mate. Era algo que parecía inalcanzable para una Omega como ella, alguien que había vivido en las sombras, marcada por el silencio y el dolor de su pasado.A pesar de todo, había sucedido. Había encontrado a su Mate, y esa revelación la había llenado de una euforia indescriptible, como si de repente el mundo estuviera lleno de luz y esperanza. Pero esa felicidad fue efímera. Apenas la calidez de su cercanía se desvaneció, algo comenzó a incomodarla. Había una distancia en la mirada de Thane, una frialdad que no tenía nada que ver con lo que habían
CAPÍTULO 55: TERRORAkira despertó en la oscuridad, con una sensación de frío que le calaba hasta los huesos. Su cabeza palpitaba con fuerza, como si hubiera recibido un golpe, y su cuerpo estaba adolorido. Abrió los ojos lentamente, esforzándose por enfocar la vista. Lo primero que percibió fue el sonido de susurros temblorosos y llantos ahogados. Cuando por fin pudo ver con claridad, se dio cuenta de que estaba atrapada en una jaula.A su alrededor, otras mujeres, todas jóvenes, parecían igual de aterradas. Sus rostros reflejaban un miedo evidente, pero había algo más que asustaba a Akira: el entorno. No reconocía dónde estaba, pero sabía que no se trataba de un lugar común. La sensación de estar prisionera, de ser un simple objeto atrapado, la llenó de desesperación.Sus pensamientos corrieron de inmediato hacia lo último que recordaba: Azael. Él la había encontrado y se la había llevado. Ahora, estaba en sus manos, y junto a ella, otras mujeres compartían el mismo destino incierto
CAPÍTULO 56: DESAFÍO Y PELIGROThane atravesó los pasillos del castillo con pasos rápidos y decididos. Su corazón latía con furia contenida, y su lobo interior rugía en su pecho, ansioso por lo que estaba por venir. Sabía que desafiar a su padre era un acto peligroso, pero no podía contenerse más. Lo que le había hecho a Galicia era la gota que colmaba el vaso. Ella había sido su refugio, su guía cuando nadie más estuvo a su lado.Cuando llegó al salón del trono, las puertas se abrieron de golpe, revelando a su padre sentado con una arrogancia que siempre le había resultado repulsiva. El rey levantó una ceja al ver a su hijo entrar con tal furia.—¿Qué hiciste con Galicia? —Thane no se molestó en saludar ni en mostrar respeto alguno.El rey lo miró con desdén, su voz sonó fría y carente de remordimiento cuando respondió:—La vendí. Era una loba vieja y ya no me servía.El control de Thane estaba al borde del colapso. Galicia no era solo una criada, era alguien que lo había criado, que