PoV Athius—¿Para qué me mandaste a llamar? —preguntó Seth, visiblemente molesto.No tenía camisa puesta y eso me fastidió. Sentí el aroma de Lumen en él, habían estado muy cerca y eso me provocó unos celos que me calaron hasta lo profundo.—Tienes que entrenar conmigo y con Jimmy. —mentí, no quería que estuviera con ella.Mi lobo estaba enfadado, se comportaba de una manera extraña. No podía entender mis propios sentimientos.—Entrenen solo ustedes. Ahora tengo otras cosas que hacer. —Seth se atrevió a desafiarme.Gruñí.—No puedes negarte. —rugí, mientras comenzaba a perder la paciencia.Él sonrió con malicia.—¿Que te sucede? Actúas de una manera temperamental. —su maldita voz sonaba irónica.—Buen día. —Jimmy caminó hacia nosotros.No estaba en su forma de lobo todavía. Usualmente, no nos transformábamos hasta que estuviéramos afuera. Jimmy parecía de buen humor. El era un guerrero de linaje medio, no tenía tanto poder, pero era un buen rastreador y también era hábil en altura, pa
LumenElla volcó el zumo sobre mi cara y no hice nada para evitarlo. Nunca antes algo así me había sucedido, esa debilidad, esta sumisión, no era nada a lo cual estaba acostumbrada. Todos en mi manada siempre me respetaron, como hija del alfa, como futura alfa.Mis ojos se llenaron de lágrimas.—¿Vas a llorar? —preguntó Astrid, soltando una carcajada estridente.Me empujó hacia un costado, con fuerza, para marcar mi lugar. Luego, se puso de pie y caminó hacia mi armario.—Es ropa muy fina para una sucia esclava. —Astrid abrió la puerta del armario y comenzó a arrojar los vestidos y prendas al suelo.Volcó mi desayuno en toda la ropa. Luego, me miró nuevamente, iba a venir a atacarme de nuevo.—Te pondrás esto cada día, esclava. —dijo ella, con los ojos chispeantes.Le gustaba hacerme sufrir y no comprendía porqué. Wendy dijo que a ella le gustaba Seth y debía estar enfadada conmigo porque me escogió. Yo no tenía la culpa.Debía resistir. No contraatacar, no, ahora sería solo una sente
PoV Athius“Ella está en peligro.” rugió mi lobo, Niebla, dentro de mí.Olfateaba, quería ayudar a la chica. Podía sentirlo como si estuviera ocurriéndome a mí. Ella estaba asustada. Su miedo era tan fuerte que mi lobo no podía evitar querer protegerla.“No.” Respondí, rechazando el instinto de transformación para ir a salvarla. “Ella no es nuestra pareja. No es nuestra incumbencia lo que esté sucediéndole.”Era mejor así. Mi lobo no comprendía las consecuencias de buscarla, con mis sentimientos podía hacer que Seth la rechazara o algo así, y que ella muriera. Las uniones de la diosa luna debían respetarse.Caminé por el salón comedor mientras servían la cena. Tenía hambre por el entrenamiento. El aroma de la comida hizo que me olvidara por un momento de Lumen.Mi madre se sentó a mi lado. Mi padre estaba ausente, pero eso era normal. Usualmente se iba a entrenar a esta hora.—¿Me dirás porque hurtaste una de mis pociones? —preguntó ella, frunciendo el ceño.Su cena era ligera. Noté q
LumenEstaba junto a él, rodeada por su abrazo, sus brazos fuertes me estrechaban contra su pecho. Seth acarició mi cabello y sin darme cuenta, me dormí profundamente. Desperté cuando el aroma de la comida inundó mi nariz. Mi estomagó clamó por comida.Abrí los ojos, frotándolos para despertarme del todo.La habitación estaba limpia en su totalidad. Me pregunté cuántas horas me dormí.Miré a Seth, que estaba concentrado pensando al parecer. Tenía esa expresión de villano que lo caracterizaba. No se dio cuenta que me había despertado.La cena estaba servida en una mesa auxiliar junto a la cama. Me enderecé, tenía puesta otra ropa y al darme cuenta de eso, solté una exclamación.—¿Por qué tengo otra ropa puesta? —pregunté, molesta, sacando a Seth de sus pensamientos.El hizo una mueca de incredulidad ante mi comportamiento. Por supuesto que no podía reprocharle nada, yo era prácticamente suya y podía hacer conmigo lo que quisiera. Pero, aun así, no lograba evitar gritarle, o reclamarle
Los tres seguimos bajando las escaleras para llegar a los sótanos. El aura de Zack también era imponente, no tanto como la de Seth ni la de Athius, pero era fuerte.Tener que ir de su brazo me parecía un fastidio. El miró a Sam.—¿Cómo te llamas tú? —preguntó él, con un tono diferente. —Eres la chica de Astrid y de Mina.Omitió la palabra esclava. Tal parecía que le daba pena o algo así. O quizás solo se burlara de nosotras.—Sam. —respondió ella, con vergüenza, no quería mirarlo siquiera a los ojos por el miedo.—Eres linda, pelirroja. —le dijo, de una manera tan audaz que me sorprendió. —Es una lástima que te hayan asignado con Astrid, yo te pedí para mí.Sam no sabía que decir, seguíamos bajando las escaleras. Yo lo miré con una ira asesina. Él se dio cuenta y le pareció divertido. Maldita sea, él tenía el mismo carácter que Seth.—Ellas no estarán muy felices con su presencia. Todas se pondrán celosas, no ha habido chicas tan lindas nunca. —Zack señaló con la cabeza a otro grupo d
Narrador—Le aseguro, sabio, que tengo todo bajo control. Mina será buena chica, ella simpatizará con el grupo de esclavos y nos dará la información necesaria sobre Lumen. —Kyra miró con determinación a Dormius, el lobo viejo y gris.—Espiar a una jovencita no garantiza el triunfo. Debemos estar listos para cuando llegue el momento de sacrificarla. He oído cosas. No hay secretos en este castillo para mí. —Dormius frunció el ceño con molestia y decepción.—Lo sé. —Kyra trataba de pensar en una solución para el pequeño gran problema. —Seth la custodia como si fuera una joya preciosa.—No ha dejado que nadie se le acerqué. ¿Cómo propones quebrar su espíritu para que el sacrificio sea efectivo? Kyra, tú necesitas la magia de esa loba para seguir reinando en la posteridad. —Dormius subió el tono, luego, lo bajó, dándose cuenta de su alteración.Se sentó en el banco de mármol de la torre de los sabios. Era un sitio ancestral para pensar.—¿Por qué me dices esto? No necesito a esa loba para
PoV AthiusDesperté junto a Mina, me había olvidado enteramente que me dormí en su cuarto y eso me hizo sobresaltar.—¿Te doy miedo? —preguntó ella, bostezando, era temprano, lo noté por la luz que se filtraba débilmente por la ventana.—Por supuesto, eres una bruja. —sonreí, mirándola con los ojos entrecerrados.Recordé nuestra noche juntos. La había tomado varias veces y ella se mostró enérgica, me gustó mucho. No quería que esto rompiera nuestra amistad. De todas maneras, estaba acostumbrado a que ninguna chica me rechazara.Tuve que suprimir el deseo de llamarla Lumen. Eso fue complicado. Quería susurrar su nombre, incluso si cerraba los ojos pensaba en ella, que estaba haciéndolo con ella, que era su rostro enigmático al que observaba.La loba plateada no estaba en este cuarto, no, estaba en el de Seth.Y eso hacía que cada vez que lo recordaba lo odiara. No era correcto, él era como un hermano para mí, uno con el que no me llevaba bien, pero nos criamos juntos y nuestros padres
PoV LumenVolver al cuarto no fue tan desagradable ahora que había hablado con mis amigas. Wendy se dirigió a las cocinas para buscar todos los aperitivos de la merienda.Zack me acompañó hasta la puerta. No confiaba en él, tenía esa expresión burlona y maliciosa igual que la de Seth. Por algo eran amigos.—¿No me vas a decir gracias? —preguntó él, ladeando la cabeza.Suspiré.—Gracias. —dije, sin sonreír.Entré al cuarto y noté que muchas cosas habían cambiado en mi ausencia. Tal parecía que también mandaron a otros empleados a colocar nuevos muebles.Me dirigí al lavabo, que era privado, cada habitación tenía un enorme cuarto de baño con bañeras y jacuzzi. Sam dijo que Astrid tenía incluso una fuente de cristal que era una estatua de ella misma. En este castillo era todo lujo y esplendor.Esta habitación era prácticamente una casa. Enorme, amplia, con todo lo que se pudiera necesitar.Quería darme un baño y entré sin tocar, olvidando que no solo yo era la dueña de este cuarto.—Mald