LumenEstaba junto a él, rodeada por su abrazo, sus brazos fuertes me estrechaban contra su pecho. Seth acarició mi cabello y sin darme cuenta, me dormí profundamente. Desperté cuando el aroma de la comida inundó mi nariz. Mi estomagó clamó por comida.Abrí los ojos, frotándolos para despertarme del todo.La habitación estaba limpia en su totalidad. Me pregunté cuántas horas me dormí.Miré a Seth, que estaba concentrado pensando al parecer. Tenía esa expresión de villano que lo caracterizaba. No se dio cuenta que me había despertado.La cena estaba servida en una mesa auxiliar junto a la cama. Me enderecé, tenía puesta otra ropa y al darme cuenta de eso, solté una exclamación.—¿Por qué tengo otra ropa puesta? —pregunté, molesta, sacando a Seth de sus pensamientos.El hizo una mueca de incredulidad ante mi comportamiento. Por supuesto que no podía reprocharle nada, yo era prácticamente suya y podía hacer conmigo lo que quisiera. Pero, aun así, no lograba evitar gritarle, o reclamarle
Los tres seguimos bajando las escaleras para llegar a los sótanos. El aura de Zack también era imponente, no tanto como la de Seth ni la de Athius, pero era fuerte.Tener que ir de su brazo me parecía un fastidio. El miró a Sam.—¿Cómo te llamas tú? —preguntó él, con un tono diferente. —Eres la chica de Astrid y de Mina.Omitió la palabra esclava. Tal parecía que le daba pena o algo así. O quizás solo se burlara de nosotras.—Sam. —respondió ella, con vergüenza, no quería mirarlo siquiera a los ojos por el miedo.—Eres linda, pelirroja. —le dijo, de una manera tan audaz que me sorprendió. —Es una lástima que te hayan asignado con Astrid, yo te pedí para mí.Sam no sabía que decir, seguíamos bajando las escaleras. Yo lo miré con una ira asesina. Él se dio cuenta y le pareció divertido. Maldita sea, él tenía el mismo carácter que Seth.—Ellas no estarán muy felices con su presencia. Todas se pondrán celosas, no ha habido chicas tan lindas nunca. —Zack señaló con la cabeza a otro grupo d
Narrador—Le aseguro, sabio, que tengo todo bajo control. Mina será buena chica, ella simpatizará con el grupo de esclavos y nos dará la información necesaria sobre Lumen. —Kyra miró con determinación a Dormius, el lobo viejo y gris.—Espiar a una jovencita no garantiza el triunfo. Debemos estar listos para cuando llegue el momento de sacrificarla. He oído cosas. No hay secretos en este castillo para mí. —Dormius frunció el ceño con molestia y decepción.—Lo sé. —Kyra trataba de pensar en una solución para el pequeño gran problema. —Seth la custodia como si fuera una joya preciosa.—No ha dejado que nadie se le acerqué. ¿Cómo propones quebrar su espíritu para que el sacrificio sea efectivo? Kyra, tú necesitas la magia de esa loba para seguir reinando en la posteridad. —Dormius subió el tono, luego, lo bajó, dándose cuenta de su alteración.Se sentó en el banco de mármol de la torre de los sabios. Era un sitio ancestral para pensar.—¿Por qué me dices esto? No necesito a esa loba para
PoV AthiusDesperté junto a Mina, me había olvidado enteramente que me dormí en su cuarto y eso me hizo sobresaltar.—¿Te doy miedo? —preguntó ella, bostezando, era temprano, lo noté por la luz que se filtraba débilmente por la ventana.—Por supuesto, eres una bruja. —sonreí, mirándola con los ojos entrecerrados.Recordé nuestra noche juntos. La había tomado varias veces y ella se mostró enérgica, me gustó mucho. No quería que esto rompiera nuestra amistad. De todas maneras, estaba acostumbrado a que ninguna chica me rechazara.Tuve que suprimir el deseo de llamarla Lumen. Eso fue complicado. Quería susurrar su nombre, incluso si cerraba los ojos pensaba en ella, que estaba haciéndolo con ella, que era su rostro enigmático al que observaba.La loba plateada no estaba en este cuarto, no, estaba en el de Seth.Y eso hacía que cada vez que lo recordaba lo odiara. No era correcto, él era como un hermano para mí, uno con el que no me llevaba bien, pero nos criamos juntos y nuestros padres
PoV LumenVolver al cuarto no fue tan desagradable ahora que había hablado con mis amigas. Wendy se dirigió a las cocinas para buscar todos los aperitivos de la merienda.Zack me acompañó hasta la puerta. No confiaba en él, tenía esa expresión burlona y maliciosa igual que la de Seth. Por algo eran amigos.—¿No me vas a decir gracias? —preguntó él, ladeando la cabeza.Suspiré.—Gracias. —dije, sin sonreír.Entré al cuarto y noté que muchas cosas habían cambiado en mi ausencia. Tal parecía que también mandaron a otros empleados a colocar nuevos muebles.Me dirigí al lavabo, que era privado, cada habitación tenía un enorme cuarto de baño con bañeras y jacuzzi. Sam dijo que Astrid tenía incluso una fuente de cristal que era una estatua de ella misma. En este castillo era todo lujo y esplendor.Esta habitación era prácticamente una casa. Enorme, amplia, con todo lo que se pudiera necesitar.Quería darme un baño y entré sin tocar, olvidando que no solo yo era la dueña de este cuarto.—Mald
De todas las historias que había oído, ninguna se asemejaba a como era verdaderamente lo que viví con Seth en esta enorme bañera. Cada parte de mi cuerpo estaba relajada. El me sostenía entre sus brazos, porque ya no me podía mantener en pie.El ardor de la marca cerca de mi hombro era predominante. Me cargó para sacarme de allí y me tapó con una toalla.—Entonces ya está hecho… —susurré, casi sin fuerza.Él me sonrió. Tenía esa sonrisa triunfal y magnética. Me había marcado, yo lo dejé hacerlo, prácticamente se lo pedí. Y el acto fue… Diosa luna, no imaginaba que fuera de esa manera. Aunque al principio me dolió un poco, el placer fue tan intenso. El tenía una fuerza brutal y cada embestida hizo que tocara el cielo con las manos.Saboreó cada parte de mí y yo hice lo mismo con él.Llegué a tres orgasmos antes de que terminara, luego, lo repetimos otra vez, hasta que mi voz estuvo ronca.—Sí, eres mía, compañera. —me dejó sobre la cama, con la toalla envolviéndome.Besó mis labios con
NarradorLumen siguió a Seth, sigilosa, sin hacer casi ruido al andar. No se detuvo ni por un momento, estaba enteramente obnubilada por lo que sucedió entre los dos. Lo seguía, casi sin pensarlo, porque él la marcó como suya y ahora estaban entrelazados.El bosque de las luciérnagas era un lugar bello, misterioso, ella nunca había estado en un lugar así antes.La torre pareció ensombrecerse sin la presencia de Lumen y la de Seth. La noche cayó sobre el bosque y los planes de Kyra comenzaron a llevarse a cabo.Se hallaba buscando a la persona correcta para iniciar. Quería llamar la atención lo menos posible. Era de noche, solo un lobo podía estar deambulando por ahí. El amigo de su hijo, el que se quedaba leyendo hasta tarde y trazando mapas.—Querido, ¿Serías tan amable de decirme en donde se encuentran exactamente las chicas que se llaman Sam y Wendy? —preguntó la reina, mirando a Jimmy con amabilidad.La mirada de la reina siempre era maternal para con los amigos de su hijo. Ella e
LumenSalí de la torre, siguiendo a Seth, tan sigilosa como me era posible. Me daba miedo hacer el más mínimo sonido. Eso fue duro de aceptar, porque Seth iba andando como si nada, él no tenía nada a lo cual temer.Estaba concentrada en no hacer ninguna clase de sonido cuando tropecé con una de las patas de una mesa de hierro fundido.Maldita sea. Palidecí. Me atraparían, vendrían a castigarme. Estaba segura porque aquí nadie quería mi presencia.Seth me tendió su mano.—No seas gallina. —dijo, sonriendo, noté que cuando sonreía a veces se formaban hoyuelos en sus mejillas.Acepté su mano de mala gana. Se burlaba de mí y me molestaba constantemente. Eso me hacía querer odiarlo. No soportaba su actitud sarcástica.Cuando nos alejamos del jardín para adentrarnos en los comienzos del bosque, sentí una oleada de tranquilidad.Una idea loca pasó por mi mente. ¿Y si trataba de escaparme? Mi loba despertó. Me transformé en mi forma de loba, sintiendo nuevamente la fuerza. Haber estado con Se