LumenSalí de la torre, siguiendo a Seth, tan sigilosa como me era posible. Me daba miedo hacer el más mínimo sonido. Eso fue duro de aceptar, porque Seth iba andando como si nada, él no tenía nada a lo cual temer.Estaba concentrada en no hacer ninguna clase de sonido cuando tropecé con una de las patas de una mesa de hierro fundido.Maldita sea. Palidecí. Me atraparían, vendrían a castigarme. Estaba segura porque aquí nadie quería mi presencia.Seth me tendió su mano.—No seas gallina. —dijo, sonriendo, noté que cuando sonreía a veces se formaban hoyuelos en sus mejillas.Acepté su mano de mala gana. Se burlaba de mí y me molestaba constantemente. Eso me hacía querer odiarlo. No soportaba su actitud sarcástica.Cuando nos alejamos del jardín para adentrarnos en los comienzos del bosque, sentí una oleada de tranquilidad.Una idea loca pasó por mi mente. ¿Y si trataba de escaparme? Mi loba despertó. Me transformé en mi forma de loba, sintiendo nuevamente la fuerza. Haber estado con Se
Narrador—¿Has oído lo que le sucedió a la esclava de sombra de lobo? —preguntó Kim, una de las amigas de Athius y también de los demás lobos de la manada real.—No. ¿Hablas de la morena tan bonita? —preguntó Mina, porque sabía que no se trataba de Sam, ella era su esclava y estaba en su cuarto acomodando la ropa.—Sí, ella misma. Dicen que la encerraron en los sótanos con la putrefacción. Parece que los están tratando al fin como debe ser. Después de que esta chica corriente sea elegida por Seth, pareció como si el mundo se pusiera de cabeza. —soltó un suspiro, Kim se dejó caer en uno de los sofás.—¿Crees que le harán lo mismo a los demás? —Mina estaba algo preocupada y sus ojos lo develaban.—Obviamente. Escuché a Helen buscar a la pelirroja hace unos minutos. Pronto irá por tu cuarto a darle su nuevo trabajo de tiempo completo. —Kim soltó una risita y volvió a sentarse, descansando, todavía era temprano.Mina volvió a su cuarto de forma apresurada. No quería que hicieran sufrir a
NarradorSeth llegó con Lumen al interior de la torre, entrando a su cuarto. Quedó profundamente dormida sin lograr evitarlo. Cuando Seth la cubrió con las mantas y se recostó junto con ella, cayó profundamente agotada.Eso le pareció divertido. Le gustaba verla dormir, le parecía igual de bonita que cuando estaba despierta. Incluso acariciaba su rostro, sin que se diera cuenta porque tenía un sueño pesado.“Que estoy haciendo contigo…” se dijo a si mismo Seth, en sus pensamientos.Tenerla le traería problemas a largo y corto plazo. No podía rivalizar con el rey Belcekar si en algún punto se oponía a su boda. Como guerrero le juró fidelidad. Su padre tampoco estaría de acuerdo. Iba a anunciar la boda y eso generaría una enorme polémica. Estaba completamente seguro de que los demás le dejaban conservar a Lumen solo por el hecho de que pensaban que se cansaría de ella y la botaría.Los días pasaban y cada vez, sentía una atracción más fuerte. Odiaba ese sentimiento de lealtad que se cal
Seth ingresó a la torre, con su andar despreocupado y arrogante característico. Los demás lo observaron con cierto recelo. Estaba acostumbrado a no simpatizar a los lobos débiles, pero ahora, los que lo observaban así también eran los otros guerreros.Solo Jimmy y Mina lo saludaron como de costumbre. Athius lo ignoró completamente, iba de un lado a otro organizando un viaje.—Vienes al fin. —dijo Jimmy, mirando a Seth con algo de extrañeza, le parecía algo curioso que estuviera enamorado, el vio como en toda su vida solo se dedicó a romper corazones y ya.—Sí, tengo que hablar con mi padre. —respondió Seth, buscando a Dun con la mirada.En la sala comedor enorme de la realeza, su padre estaba junto al rey Belcekar. La reina, platicaba con Kim.—Espero que te resulte. Buena suerte. He escuchado a tu padre maldecirte en varios idiomas. —bromeó Jimmy. —No es cierto, pero te portas como un insubordinado y eso no le agrada al Beta.—Seguro que no. —arqueó una ceja, su padre era extremadame
PoV SethMi padre tenía esa expresión de severidad en su rostro. Seguramente tendría un sermón de palabras complicadas para reprocharme mis decisiones.—No la abandonaré, si es lo que planeas pedir. —me anticipé, con un tono desafiante.—Eres tenaz, hijo, siempre lo has sido. Sabía que no escogerías una pareja que yo escogiera o que el rey escogiera. —Mi padre me miró con tranquilidad, luego, soltó una risa. —Te he visto romperles el corazón a muchas princesas, damas, lobas guerreras, todas por igual. Yo sabía que me traerías problemas desde que tenías dos años y te escapaste para aprender a pelear tu solo.No me esperé que mi padre no se hubiera enfadado.—Tienes más fuerza que antes. Estás en la edad en la que puedes superar todo el poder que pensaste que tendrías por toda tu vida. Athius también tiene más fuerza.—Ya lo sé. —solté, siempre era comparado con el estúpido príncipe.Era el segundo mejor guerrero. Athius era hijo de un rey, yo era hijo de un Beta. Era diferente, mi sang
—Creo que no me entiendes, anciana. —la mirada de Seth rivalizaba con la de un gángster que cobra una deuda. —Si yo quiero que esa chica friegue el piso de mi baño lo hará. No tienes el poder para llevarme la contraria.—Lo lamento, señor… —Helen bajó la cabeza, estaba temblando de miedo, la reputación de Seth lo precedía, era malicioso y cruel en casi todas las ocasiones. —No puedo otorgarle a la chica.Helen no podía decir más. La reina le había prohibido revelar que ella era quien estaba detrás de todo, mucho menos a Seth.—¿Por qué? —preguntó Seth, arrinconando a la anciana y prácticamente estrangulándola con la mirada. —Comienzo a perder la paciencia.Soltó un gruñido que la aterró. La mujer trató de huir hacia el pasillo, pero él la detuvo. Zack y Sam estaban a un costado, sin decir nada. Sam tenía tanto miedo que no podía siquiera llorar o temblar, estaba paralizada por completo. No sabía cual sería su crudo destino.—Oye, Helen. —Mina llegó junto a ellos, recién se había dado
LumenNo quería mostrarme celosa frente a él. El idiota se iba a reír de mí y eso no me gustaba nada. Me ruborizaba sin poder contenerme.Silver estaba furiosa, el aroma de la otra loba era muy fuerte.Quería preguntarle donde había estado, pero eso haría que se diera cuenta de mis celos. Seth era atractivo, el más misterioso de toda esta maldita manada, era natural que todas las chicas me odiaran porque me escogiera a mí.—Eres linda cuando estás celosa. —dijo él, sin dejar de abrazarme para inmovilizarme.Solté un resoplo de rabia. Lo único que me hacía sentir paz era que Wendy estaba bien, la busqué por todas partes, mientras me escabullía y no pude hallarla. Era una suerte que estuviera bien. Quizás solo estuvo trabajando y me puse paranoica.—No estoy celosa… —farfullé, tratando de que me soltara. —Puedes hacer lo que quieras…Traté de usar un tono desdeñoso. Puse los ojos en blanco.—No estuve con nadie, si eso es lo que te preocupa. —Seth olfateó mi cuello. —Y tampoco soporto e
“Jimmy es muy veloz, pero no tiene mucha resistencia en fuerza, busca una ventaja en eso. En cuanto a Zack, el es muy confiado, pero es veloz y fuerte a la vez, tendrás que pensar en un punto débil.”Demon se comunicaba con Silver en su enlace mental. El lobo de Seth amaba a Silver, quería que nos fortaleciéramos mutuamente. Y Demon no era tan arrogante como mi novio. Todavía no podía creer que era mi novio, yo era prácticamente su propiedad.—Planee un desafío para hoy. —explicó Jimmy, parecía que el trazaba los planes de entrenamiento.Esto sería difícil, me dije a mi misma. Si Jimmy les parecía débil, yo sería como un insecto. No quería tener miedo, no quería ser cobarde. Lo intentaría mil veces de ser necesario.—Tu aura tiene un resplandor plateado, amigo. —observó Zack, interrumpiendo a Jimmy. Miró a Seth con curiosidad. —Los dos si que se complementan bien.El lobo de Zack se parecía a un zorro, de color rojizo, y el de Jimmy, a una zarigüeya. Ellos observaron mi color de plata