PoV LumenVolver al cuarto no fue tan desagradable ahora que había hablado con mis amigas. Wendy se dirigió a las cocinas para buscar todos los aperitivos de la merienda.Zack me acompañó hasta la puerta. No confiaba en él, tenía esa expresión burlona y maliciosa igual que la de Seth. Por algo eran amigos.—¿No me vas a decir gracias? —preguntó él, ladeando la cabeza.Suspiré.—Gracias. —dije, sin sonreír.Entré al cuarto y noté que muchas cosas habían cambiado en mi ausencia. Tal parecía que también mandaron a otros empleados a colocar nuevos muebles.Me dirigí al lavabo, que era privado, cada habitación tenía un enorme cuarto de baño con bañeras y jacuzzi. Sam dijo que Astrid tenía incluso una fuente de cristal que era una estatua de ella misma. En este castillo era todo lujo y esplendor.Esta habitación era prácticamente una casa. Enorme, amplia, con todo lo que se pudiera necesitar.Quería darme un baño y entré sin tocar, olvidando que no solo yo era la dueña de este cuarto.—Mald
De todas las historias que había oído, ninguna se asemejaba a como era verdaderamente lo que viví con Seth en esta enorme bañera. Cada parte de mi cuerpo estaba relajada. El me sostenía entre sus brazos, porque ya no me podía mantener en pie.El ardor de la marca cerca de mi hombro era predominante. Me cargó para sacarme de allí y me tapó con una toalla.—Entonces ya está hecho… —susurré, casi sin fuerza.Él me sonrió. Tenía esa sonrisa triunfal y magnética. Me había marcado, yo lo dejé hacerlo, prácticamente se lo pedí. Y el acto fue… Diosa luna, no imaginaba que fuera de esa manera. Aunque al principio me dolió un poco, el placer fue tan intenso. El tenía una fuerza brutal y cada embestida hizo que tocara el cielo con las manos.Saboreó cada parte de mí y yo hice lo mismo con él.Llegué a tres orgasmos antes de que terminara, luego, lo repetimos otra vez, hasta que mi voz estuvo ronca.—Sí, eres mía, compañera. —me dejó sobre la cama, con la toalla envolviéndome.Besó mis labios con
NarradorLumen siguió a Seth, sigilosa, sin hacer casi ruido al andar. No se detuvo ni por un momento, estaba enteramente obnubilada por lo que sucedió entre los dos. Lo seguía, casi sin pensarlo, porque él la marcó como suya y ahora estaban entrelazados.El bosque de las luciérnagas era un lugar bello, misterioso, ella nunca había estado en un lugar así antes.La torre pareció ensombrecerse sin la presencia de Lumen y la de Seth. La noche cayó sobre el bosque y los planes de Kyra comenzaron a llevarse a cabo.Se hallaba buscando a la persona correcta para iniciar. Quería llamar la atención lo menos posible. Era de noche, solo un lobo podía estar deambulando por ahí. El amigo de su hijo, el que se quedaba leyendo hasta tarde y trazando mapas.—Querido, ¿Serías tan amable de decirme en donde se encuentran exactamente las chicas que se llaman Sam y Wendy? —preguntó la reina, mirando a Jimmy con amabilidad.La mirada de la reina siempre era maternal para con los amigos de su hijo. Ella e
LumenSalí de la torre, siguiendo a Seth, tan sigilosa como me era posible. Me daba miedo hacer el más mínimo sonido. Eso fue duro de aceptar, porque Seth iba andando como si nada, él no tenía nada a lo cual temer.Estaba concentrada en no hacer ninguna clase de sonido cuando tropecé con una de las patas de una mesa de hierro fundido.Maldita sea. Palidecí. Me atraparían, vendrían a castigarme. Estaba segura porque aquí nadie quería mi presencia.Seth me tendió su mano.—No seas gallina. —dijo, sonriendo, noté que cuando sonreía a veces se formaban hoyuelos en sus mejillas.Acepté su mano de mala gana. Se burlaba de mí y me molestaba constantemente. Eso me hacía querer odiarlo. No soportaba su actitud sarcástica.Cuando nos alejamos del jardín para adentrarnos en los comienzos del bosque, sentí una oleada de tranquilidad.Una idea loca pasó por mi mente. ¿Y si trataba de escaparme? Mi loba despertó. Me transformé en mi forma de loba, sintiendo nuevamente la fuerza. Haber estado con Se
Narrador—¿Has oído lo que le sucedió a la esclava de sombra de lobo? —preguntó Kim, una de las amigas de Athius y también de los demás lobos de la manada real.—No. ¿Hablas de la morena tan bonita? —preguntó Mina, porque sabía que no se trataba de Sam, ella era su esclava y estaba en su cuarto acomodando la ropa.—Sí, ella misma. Dicen que la encerraron en los sótanos con la putrefacción. Parece que los están tratando al fin como debe ser. Después de que esta chica corriente sea elegida por Seth, pareció como si el mundo se pusiera de cabeza. —soltó un suspiro, Kim se dejó caer en uno de los sofás.—¿Crees que le harán lo mismo a los demás? —Mina estaba algo preocupada y sus ojos lo develaban.—Obviamente. Escuché a Helen buscar a la pelirroja hace unos minutos. Pronto irá por tu cuarto a darle su nuevo trabajo de tiempo completo. —Kim soltó una risita y volvió a sentarse, descansando, todavía era temprano.Mina volvió a su cuarto de forma apresurada. No quería que hicieran sufrir a
NarradorSeth llegó con Lumen al interior de la torre, entrando a su cuarto. Quedó profundamente dormida sin lograr evitarlo. Cuando Seth la cubrió con las mantas y se recostó junto con ella, cayó profundamente agotada.Eso le pareció divertido. Le gustaba verla dormir, le parecía igual de bonita que cuando estaba despierta. Incluso acariciaba su rostro, sin que se diera cuenta porque tenía un sueño pesado.“Que estoy haciendo contigo…” se dijo a si mismo Seth, en sus pensamientos.Tenerla le traería problemas a largo y corto plazo. No podía rivalizar con el rey Belcekar si en algún punto se oponía a su boda. Como guerrero le juró fidelidad. Su padre tampoco estaría de acuerdo. Iba a anunciar la boda y eso generaría una enorme polémica. Estaba completamente seguro de que los demás le dejaban conservar a Lumen solo por el hecho de que pensaban que se cansaría de ella y la botaría.Los días pasaban y cada vez, sentía una atracción más fuerte. Odiaba ese sentimiento de lealtad que se cal
Seth ingresó a la torre, con su andar despreocupado y arrogante característico. Los demás lo observaron con cierto recelo. Estaba acostumbrado a no simpatizar a los lobos débiles, pero ahora, los que lo observaban así también eran los otros guerreros.Solo Jimmy y Mina lo saludaron como de costumbre. Athius lo ignoró completamente, iba de un lado a otro organizando un viaje.—Vienes al fin. —dijo Jimmy, mirando a Seth con algo de extrañeza, le parecía algo curioso que estuviera enamorado, el vio como en toda su vida solo se dedicó a romper corazones y ya.—Sí, tengo que hablar con mi padre. —respondió Seth, buscando a Dun con la mirada.En la sala comedor enorme de la realeza, su padre estaba junto al rey Belcekar. La reina, platicaba con Kim.—Espero que te resulte. Buena suerte. He escuchado a tu padre maldecirte en varios idiomas. —bromeó Jimmy. —No es cierto, pero te portas como un insubordinado y eso no le agrada al Beta.—Seguro que no. —arqueó una ceja, su padre era extremadame
PoV SethMi padre tenía esa expresión de severidad en su rostro. Seguramente tendría un sermón de palabras complicadas para reprocharme mis decisiones.—No la abandonaré, si es lo que planeas pedir. —me anticipé, con un tono desafiante.—Eres tenaz, hijo, siempre lo has sido. Sabía que no escogerías una pareja que yo escogiera o que el rey escogiera. —Mi padre me miró con tranquilidad, luego, soltó una risa. —Te he visto romperles el corazón a muchas princesas, damas, lobas guerreras, todas por igual. Yo sabía que me traerías problemas desde que tenías dos años y te escapaste para aprender a pelear tu solo.No me esperé que mi padre no se hubiera enfadado.—Tienes más fuerza que antes. Estás en la edad en la que puedes superar todo el poder que pensaste que tendrías por toda tu vida. Athius también tiene más fuerza.—Ya lo sé. —solté, siempre era comparado con el estúpido príncipe.Era el segundo mejor guerrero. Athius era hijo de un rey, yo era hijo de un Beta. Era diferente, mi sang