LENI—Ella nos trajo en bandeja de plata al maldito Ardian King. A medida que soy consciente del peso de sus palabras, la realidad me cae encima como un mundo entero. ¿Qué acabo de hacer? Lo he traído a la cueva del lobo sin pensar en las consecuencias, pero al verlo en el suelo, ensangrentado, y a pesar de la brecha que se ha abierto entre los dos, no pude dejarlo. Sé que, en mi interior, aún estoy conectada a él. Los ojos de Dax se oscurecen al enfocarse en Ardian; no es necesario que diga algo, el ambiente se intensifica de manera gradual. —Deberíamos matarlo ahora que tenemos la oportunidad —propone uno de los pelirrojos. Por impulso, dejando que mi instinto de protección brote, hago un movimiento que no he aprendido de nadie, logro quitarle una daga a uno de los hombres que nos escoltaron hasta el castillo Lancaster, interponiéndome en su camino al ver que se acerca. —Nadie le va a hacer daño —espeto con tanta firmeza como puedo. Mis palabras y acciones no hacen más q
LENIHan pasado dos días desde que llegué al castillo Lancaster, bajo la protección de Dax. Dos noches en las que no he podido dormir bien, debido a las pesadillas que me atormentan, en las que Based King es el protagonista que emplea el papel de mi verdugo. La piel se me eriza al pensar en que estuve en sus manos. Ya he probado su tiranía de primera mano y puedo decir que es alguien con quien no quisiera volver a cruzarme en el camino.No he hablado con nadie; los miembros de la manada Yelkov siguen viéndome como una intrusa, un bicho que debe ser aplastado. En cuanto a Dax, trato de mantener toda la distancia posible entre nosotros. Sentí el deseo de sangre latente en su sistema la última vez que hablamos de Ardian, así que hago lo posible por evitarlo.Hasta ahora, en el comedor, a diferencia de los King, Dax tiene la costumbre de comer con algunos miembros de su manada dentro del castillo, en el gran comedor. Es acogedor, si no estuviera al otro lado de esta situación.Mientras me
LENIArdian se queda en silencio, procesando toda la información que acaba de recibir. —No lo voy a permitir —espeto. —¿Cómo puedes estar tan segura? —la suave voz de Melisa resuena por cada rincón de la estancia—. No podrás convencer a Dax de que no lo haga. —Hablaré con él —me muerdo el labio inferior—. No me puede negar esto. Melisa frunce el ceño. —Cuánta seguridad —ironiza. —No se trata de eso —evito la mirada inquisidora de Ardian. —Sé que eres importante para Dax, pero esta vez dudo que haga lo que le pides; la rivalidad que tiene contra Ardian King supera cualquier enamoramiento —sisea, enfatizando las últimas palabras de su mordaz comentario—. Más si eso significa quitar de su camino al único que podría arrebatarle lo que más desea. Algo malicioso brilla en su mirada; ahora estoy convencida, tengo que mantener la distancia entre ella y yo. —Dax quiere que estés a su lado —sigue. —Eso no es verdad. Sus ojos se enfocan en Ardian. —Tú lo sabes —se dirige
LENI—Es el precio, no hay ajuste.Escucho a lo lejos una voz ronca que me eriza la piel, aúninconsciente puedo saborear la traición. Me remuevo inquieta, recordando que,al llegar a casa, después de una larga jornada, discutí con mi padre y mihermanastro por dinero, al parecer, habían encontrado el escondite en dondetenía mis ahorros, se gastaron todo lo que había juntado en un año.Después de eso, me acorralaron, mi padre me dijo que notenían opción, que lo perdonara y que todo estaría bien si me portaba como unabuena chica, ¿qué quiso decir con eso? Un golpe en mi cabeza y todo se volvióoscuro, hasta ahora.—¡Ya te dije que la mercancía no setoca!Un escalofrío recorre mi espina dorsal, al tiempo que abrolos ojos para enfocar mi entorno, los latidos de mi corazón aumentan su ritmo,poco a poco soy consciente de que estoy atada de manos y pies, dentro de unaenorme jaula.A lo lejos diviso a un hombre ,una sonrisa socarrona cuelgade las comisuras de sus labios.—Veo que has
ArdianMi instinto lobuno regresa con más fuerza, tenso la mandíbula, no, no puedo poseerla aquí.—No sé tu nombre —me las arreglo para hablar.Ella parece pensarse las cosas dos veces.—Leni Marshall —la incertidumbre se cruza por sus perfectas facciones.—Mi nombre es Ardian King —me acerco hasta ella—. Y siento mucho que nos tengamos que conocer así.Acto seguido, le doy un golpe en la nuca que la deja inconsciente, atrayéndola a mi cuerpo antes de que golpee el suelo.—Estás a salvo, Leni, lo juro —le doy un casto beso en la frente.Convirtiéndome en lobo, la llevé conmigo, cruzando los límites que separan el mundo de los humanos con el mío. Llegando a la cabaña en donde sé que estará a salvo por ahora, veo que sale una anciana que conozco muy bien, Greta.—¿Qué sucede aquí? —pregunta en cuanto nos mira a todos con cara exhausta.Olfatea y frunce el ceño.—¿Por qué has traído a una humana? ¿No se supone que deberías haber traído a una princesa? Ardian.Greta fue mi niñera hace año
LeniLas horas pasaban, se estaba haciendo tarde y estos lobos no se iban, seguían quietos, sentados alrededor del árbol, aullando. Hubo un punto muerto en el que no había avances, no comprendo por qué parecían ansiosos y desesperados. El sol se estaba poniendo, dentro de poco anochecería, levanto la mirada y noto que hay un par de frutas silvestres moradas.El hambre que me atenazaba era tanta, que no dudé en estirar la mano para arrancar una, al probarla, un sabor dulzón explotó en mi boca, le di un segundo mordisco hasta que sentí que algo no andaba bien.Un aullido más feroz llamó mi atención, todos los lobos habían dejado de aullar, pero seguían rodeando el árbol, a excepción de uno de ellos, que era el único que aullaba en dirección del bosque, su aullido era más fuerte que el resto, firme, como si estuviera esperando a alguien.Las sombras frente a mis ojos y el entumecimiento de mi cuerpo hacían que viera doble, una ola de calor recorría mi cuerpo, era como estar en llamas, se
Leni—¡Mi padre es el príncipe Ardian, y esta es nuestra casa! —dice con exceso de alegría.Me congelo. Mi corazón da un vuelco por completo, las imágenes de lo sucedido vienen a mí como película repetida, el club, el chico que me salvó, la anciana en la cabaña, recuerdo haber subido a un árbol, luego caí en los brazos de Ardian. Todo me daba vueltas.¿Me había metido con un hombre casado? Y ¿cómo es eso de que es un príncipe? Algo no encaja, necesito salir de este sitio, necesito escapar.Busco como loca cualquier salida, hace un momento probé con abrir la puerta, pero está estaba cerrada por fuera, intenté por las ventanas, pero el alma se me fue a los pies al ver que estaba muy alto, literalmente había puro bosque abajo, sin contar que alcancé a divisar a varios hombres merodeando la zona.Permanezco temerosa y callada, sentada en una de las orillas de la cama, mientras comienzo a maquinar una manera de darle una respuesta razonable a todo esto.—¿Por qué no hablas? —inquiere el pe
Rein parece darse cuenta de mi reacción.—No puedo creerlo, ¿tu lobo está prendado de ella?Asiento lento.—Demasiado, ni siquiera pude controlarme cuando la encontré en aquel club, casi la hago mía en aquel sitio, Leni me descontrola.—Puede que ya estés entrando en la bruma, es normal —se justifica Greta.—No lo creo, esta vez es distinto.Tanto Rein como Greta se miraron el uno al otro, compartieron la misma mirada llena de preocupación.—Voy a estar bien —muevo el cuello con estrés.—Solo asegúrate de que sea cierto, eres un príncipe, Ardian, el alfa de la manada, incluso la bruma te afecta más, y el que tengas una luna digna y a la altura, gobernando a tu lado, es fundamental, si Leni es en verdad para ti, lo va a entender cuando despierte —finaliza Greta, saliendo de la habitación.Rein me lanza una mirada cargada de advertencia, siguiéndole el paso. Cuando me quedo solo, no dejo de observar lo hermosa que es, me quedo de ese modo lo que parece una eternidad, sigue sin despertar