Su cabeza dolía horrores, sentía los párpados demasiados pesados como para abrirlos, sin embargo tenía que hacerlo, poco a poco abrió sus ojos dándose cuenta de que no se encontraba en su pequeña habitación, su corazón latió a un ritmo alucinante, al tratar de moverse sintió una presión en su cintura, bajó la vista y el miedo creció, traía puesta una camisa mucho más grande que la de su uniforme y un brazo la tenía sujeta, se dio la vuelta encontrándose con ese hombre.«¿Qué acaso el destino está aferrado a ponerlo en mi camino?» Pensó.—¿Qué hago aquí ¿— preguntó con el tono elevado, esperando que así, él despertara.— Te traje a mi casa porque no sabía dónde vivías— argumentó aún con los ojos cerrados, suspiró y pensó en la noche pasada, esos hombres y los golpes, pero un pensamiento mayor a los demás predominio en su mente.—¡Mi abuela, debe estar asustada porque no llegué a dormir!— a cómo pudo se quitó el brazo de Santiago, se puso de pie rápidamente pero se sentó de golpe al sen
Ha pasado un mes desde lo acontecido en el bar, como era de esperarse Loren si volvió al lugar. Kiara había encontrado su bolso y con ello su credencial donde venía su dirección, fue a su casa y le contó lo sucedido a Stela, está no lo podía creer, su preocupación creció por su nieta la cuál no volvió a casa esa noche, al día siguiente Loren no tuvo más remedio que decir la verdad, su abuela no pudo controlar las lágrimas al verla golpeada.Bruno el dueño del bar se disculpó con ella y le dio una semana de incapacidad para que se recuperará, lamentablemente la enfermedad de su abuela fue de mal en peor, los dolores eran mucho mayores y se vieron obligadas a volver al médico, éste sólo dijo lo que ya sabían, recetó unos medicamentos más fuertes, pero para su mala suerte, más costosos, Maite ayudó a pagar los primeros, pero Loren sabía que estos se terminarían.Habló con Bruno y éste le dio una solución, a parte de su Bar, tenía un pequeño restaurante a unas cuadras,«Irónico» pensó Lor
Y precisamente no fue cómo que la vida traía entre rejas a Loren, pues al despertar en una habitación de hospital y saber que tiene anemia no le cayó lo mejor posible, esa misma madrugada Santiago llevó a Loren a su casa, no sin antes hablar definitivamente sobre sus empleos, Stela estuvo de acuerdo con el joven que acababa de conocer, supo que era alguien de dinero al notar el auto que traía, su ropa, ese hombre emanaba poder y fortuna.Al día siguiente Loren no fue a trabajar, ni al siguiente ni al siguiente, Kiara se encargó de presentar su renuncia y llevarle su pequeña liquidación, Santiago por su parte se encargó de los medicamentos de Stela, y también de llenar la alacena con víveres.Sin embargo sabía que Loren se sentía mal cada que lo miraba entrar a su casa con bolsas de compras, así que durante unos días, pensó las cosas y llegó a una solución.-Loren, ¿puedo hablar contigo un momento?- le preguntó mientras la chica limpiaba un porta retrato.Ambos salieron a la parte de a
Y la vida continúa, eso fue lo que tanto le costó a Loren asumir, hubo días más grises que otros, días en los que ella no planeaba ingerir ningún alimento, o si quiera dormir, pero a pesar de ello, Santiago siempre estuvo a su lado tratando de levantarle en ánimo. No obstante algo pasaba en la mente de Loren, sentía que había desperdiciado su adolescencia, no recordaba ningún momento de diversión, a fin de año cuando navidad llegaba, solo podía cocinar un poco de pasta y ensalada, realmente nunca se detuvo a pensar.«¿Soy realmente feliz?»Y quizá la pérdida de un ser querido te hace darte cuenta de muchas cosas.Santiago había empezado a sentir cosas que, pensó ya no eran para él, después de Rebecca él volvió a amar.Eran las 9:00 PM , uno de los arquitectos que trabajaba con Santiago, lo llamó diciendo que ya tenía listo los planos de la siguiente construcción, no obstante se encontraba en aeropuerto esperando un vuelo hacía Nueva York, allí tendría que buscar algunos materiales par
Las circunstancias de la vida pueden ser distintas, las acciones y palabras igual.Si Santiago hubiese llegado unos minutos después nada hubiera salvado a esa joven, su corazón se detuvo cuando le estaban suministrando sangre, la reanimaron y su corazón volvió a latir débilmente.Cuando salió de peligro Santiago no pudo sentir nada más que alivio, y sobre todo culpa. Maite se enteró gracias a él y fue al hospital.—Doctor ¿puedo pasar a verla?— preguntó él.—Aún no está consciente, pero puede pasar, y debería buscar un psicólogo, ella podría volver ha intentar suicidarse.—¿Qué quiere decir?—La joven no dio indicios, por lo regular los suicidas dejan alguna nota o llaman a alguien, lo hacen esperando a que los salven, Loren no hizo tal cosa.—¿Qué quiere decir ¿- insistió Santiago.—Ella realmente quería morir— con esas palabras el médico se retiró y dejó que entrara a la habitación.Santiago se sentó en una silla a lado de ella, tomó su pálida mano y la acarició.—Te prometo que no
Te doy mi corazón.Final.La nieve teñía las calles y jardines de Portland, para Loren nada podía faltarle en su vida, logró superar la muerte tanto de sus padres como su abuela, pero claro, nunca los olvidó ni olvidará. La casa de su abu la convirtió en un estudio fotográfico con ayuda de Santiago y Kiara aquella amiga que la defendió y ayudó, ahora compartía los mismos sueños que Loren, ella le había dado un empleo, las dos iban a grandes eventos y trabajaban como fotógrafas de verdad, la mayoría sabía que Loren era pareja del famoso arquitecto y diseñador Santiago Ackler, así que ya tenía fama de ser la apreciada señora Ackler.Ambos estaban viendo televisión, sin embargo Loren notaba algo extraño en Santiago, la mayoría del tiempo se mostraba agitado, sudaba demasiado a pesar de estar a bajas temperaturas, el aire le faltaba y podía notar cuando su respiración era rápida.—Amor no me gusta esto, vamos al hospital, llevas varios días así— exclamó esta preocupada.—No es nada Loren
Epílogo. Dicen que por amor se da y hace cualquier cosa, yo no fui la excepción a ello. El día de la operación llegó, la familia de Santiago se encontraba en la sala de espera, Clarisa , o Clara como algunos le decían, su madre, y la persona que ayudó incontablemente a Loren, también estaba Enrique, el padre dueño de varias empresas en Inglaterra, fue gustoso de conocer a la pareja de su hijo. Maite y Kiara se mantenían en una esquina, viendo fijamente a Loren, ella sabía que jamás la iban a perdonar, pero no buscaba su perdón si no su comprensión.Santiago pidió ver a Loren antes de entrar, ella gustosa llegó a su lado.—Estaré bien, y cuando todo esto acabe, podremos ser felices por siempre— le dijo antes de irse.—Te amo Santiago.—Yo también te amo niña.Las enfermeras se lo llevaron al quirófano.—Lo siento, pero sé que serás feliz y yo lo seré cada vez que latas por mi— Susurró cuando cerró la puerta del quirófano.Ella no volvió a la sala de espera, se dirigió a una habitaci
Capítulo 107.-Sera-—Buenos días.—Buenos días dormilona— Me quejé cuando Giovanny me retiró la colcha del cuerpo. El calima había estado bastante intenso en los últimos días de fin de año. Por suerte para todos, ayer se mantuvo tranquilo. Dos días antes y dos días después de navidad, el cielo casi se cae contra la ciudad. Nunca había visto tanta nieve. De cierta manera esperaba la primavera con entusiasmo. — Es solo que anoche nos acostamos demasiado tarde.—Bueno, era primero de enero. ¿Qué esperabas?— Pues que emborracharán al pobre de Simone no— Giovanny se ríe echando la cabeza hacia atrás.— Creéme va a recordarlo toda la vida. Mientras tanto. ¿Cómo amanecieron mis dos tesoros más preciados?— Se le había hecho una costumbre a Giovanny acariciar mi vientre y hablarle al bebé.— Tenemos mucho que comprar. Y me temo, no habrá el suficiente tiempo para ello— Se aqueja arrugando la frente.— Lo sé. ¿Cuándo nos iremos a la isla?— pregunté de la manera más natural. El rostro de Giov