Y precisamente no fue cómo que la vida traía entre rejas a Loren, pues al despertar en una habitación de hospital y saber que tiene anemia no le cayó lo mejor posible, esa misma madrugada Santiago llevó a Loren a su casa, no sin antes hablar definitivamente sobre sus empleos, Stela estuvo de acuerdo con el joven que acababa de conocer, supo que era alguien de dinero al notar el auto que traía, su ropa, ese hombre emanaba poder y fortuna.Al día siguiente Loren no fue a trabajar, ni al siguiente ni al siguiente, Kiara se encargó de presentar su renuncia y llevarle su pequeña liquidación, Santiago por su parte se encargó de los medicamentos de Stela, y también de llenar la alacena con víveres.Sin embargo sabía que Loren se sentía mal cada que lo miraba entrar a su casa con bolsas de compras, así que durante unos días, pensó las cosas y llegó a una solución.-Loren, ¿puedo hablar contigo un momento?- le preguntó mientras la chica limpiaba un porta retrato.Ambos salieron a la parte de a
Y la vida continúa, eso fue lo que tanto le costó a Loren asumir, hubo días más grises que otros, días en los que ella no planeaba ingerir ningún alimento, o si quiera dormir, pero a pesar de ello, Santiago siempre estuvo a su lado tratando de levantarle en ánimo. No obstante algo pasaba en la mente de Loren, sentía que había desperdiciado su adolescencia, no recordaba ningún momento de diversión, a fin de año cuando navidad llegaba, solo podía cocinar un poco de pasta y ensalada, realmente nunca se detuvo a pensar.«¿Soy realmente feliz?»Y quizá la pérdida de un ser querido te hace darte cuenta de muchas cosas.Santiago había empezado a sentir cosas que, pensó ya no eran para él, después de Rebecca él volvió a amar.Eran las 9:00 PM , uno de los arquitectos que trabajaba con Santiago, lo llamó diciendo que ya tenía listo los planos de la siguiente construcción, no obstante se encontraba en aeropuerto esperando un vuelo hacía Nueva York, allí tendría que buscar algunos materiales par
Las circunstancias de la vida pueden ser distintas, las acciones y palabras igual.Si Santiago hubiese llegado unos minutos después nada hubiera salvado a esa joven, su corazón se detuvo cuando le estaban suministrando sangre, la reanimaron y su corazón volvió a latir débilmente.Cuando salió de peligro Santiago no pudo sentir nada más que alivio, y sobre todo culpa. Maite se enteró gracias a él y fue al hospital.—Doctor ¿puedo pasar a verla?— preguntó él.—Aún no está consciente, pero puede pasar, y debería buscar un psicólogo, ella podría volver ha intentar suicidarse.—¿Qué quiere decir?—La joven no dio indicios, por lo regular los suicidas dejan alguna nota o llaman a alguien, lo hacen esperando a que los salven, Loren no hizo tal cosa.—¿Qué quiere decir ¿- insistió Santiago.—Ella realmente quería morir— con esas palabras el médico se retiró y dejó que entrara a la habitación.Santiago se sentó en una silla a lado de ella, tomó su pálida mano y la acarició.—Te prometo que no
Te doy mi corazón.Final.La nieve teñía las calles y jardines de Portland, para Loren nada podía faltarle en su vida, logró superar la muerte tanto de sus padres como su abuela, pero claro, nunca los olvidó ni olvidará. La casa de su abu la convirtió en un estudio fotográfico con ayuda de Santiago y Kiara aquella amiga que la defendió y ayudó, ahora compartía los mismos sueños que Loren, ella le había dado un empleo, las dos iban a grandes eventos y trabajaban como fotógrafas de verdad, la mayoría sabía que Loren era pareja del famoso arquitecto y diseñador Santiago Ackler, así que ya tenía fama de ser la apreciada señora Ackler.Ambos estaban viendo televisión, sin embargo Loren notaba algo extraño en Santiago, la mayoría del tiempo se mostraba agitado, sudaba demasiado a pesar de estar a bajas temperaturas, el aire le faltaba y podía notar cuando su respiración era rápida.—Amor no me gusta esto, vamos al hospital, llevas varios días así— exclamó esta preocupada.—No es nada Loren
Epílogo. Dicen que por amor se da y hace cualquier cosa, yo no fui la excepción a ello. El día de la operación llegó, la familia de Santiago se encontraba en la sala de espera, Clarisa , o Clara como algunos le decían, su madre, y la persona que ayudó incontablemente a Loren, también estaba Enrique, el padre dueño de varias empresas en Inglaterra, fue gustoso de conocer a la pareja de su hijo. Maite y Kiara se mantenían en una esquina, viendo fijamente a Loren, ella sabía que jamás la iban a perdonar, pero no buscaba su perdón si no su comprensión.Santiago pidió ver a Loren antes de entrar, ella gustosa llegó a su lado.—Estaré bien, y cuando todo esto acabe, podremos ser felices por siempre— le dijo antes de irse.—Te amo Santiago.—Yo también te amo niña.Las enfermeras se lo llevaron al quirófano.—Lo siento, pero sé que serás feliz y yo lo seré cada vez que latas por mi— Susurró cuando cerró la puerta del quirófano.Ella no volvió a la sala de espera, se dirigió a una habitaci
Capítulo 107.-Sera-—Buenos días.—Buenos días dormilona— Me quejé cuando Giovanny me retiró la colcha del cuerpo. El calima había estado bastante intenso en los últimos días de fin de año. Por suerte para todos, ayer se mantuvo tranquilo. Dos días antes y dos días después de navidad, el cielo casi se cae contra la ciudad. Nunca había visto tanta nieve. De cierta manera esperaba la primavera con entusiasmo. — Es solo que anoche nos acostamos demasiado tarde.—Bueno, era primero de enero. ¿Qué esperabas?— Pues que emborracharán al pobre de Simone no— Giovanny se ríe echando la cabeza hacia atrás.— Creéme va a recordarlo toda la vida. Mientras tanto. ¿Cómo amanecieron mis dos tesoros más preciados?— Se le había hecho una costumbre a Giovanny acariciar mi vientre y hablarle al bebé.— Tenemos mucho que comprar. Y me temo, no habrá el suficiente tiempo para ello— Se aqueja arrugando la frente.— Lo sé. ¿Cuándo nos iremos a la isla?— pregunté de la manera más natural. El rostro de Giov
-Ana Mayer-Sígueme en mi penumbra y encontrarás la luz que necesitas.El cálido viento traía consigo una variedad de olores, aquellos que eran tan reconocidos, y sublimes, café, panecillos, mantequilla y canela, un éxtasis de perfumes en el ambiente.««Ana Mayer caminaba deprisa sosteniendo una bandeja con dos cafés capuchinos completamente llenos, a su lado había dos enormes donas, una de ellas con relleno de frutos rojos y la otra con una exuberante vainilla, aunque le hubiese encantado darle una mordida a alguno de estos panecillos, no tenía ni el tiempo ni mucho menos un momento adecuado, su trabajo era simple y trataba de ser eficaz en el.Mesera ese empleado encargado de anotar órdenes y servirlas, con una dosis adicional de soportar el mal genio de los clientes, así como su trato, pero todo lo que hacía, era por algo, y por alguien»»Centro de Nueva York 6:00 PM.—Regresa ese café, dame una dona y un té— me dijo la mujer con mal genio, rodé los ojos. Ya era la segunda ocasión
Me dejó caer en mi incómoda cama y lloro, sé que más lágrimas no resolverán esto, una razón, sentía que ya no tenía ninguna, mi madre murió hace tres años de cáncer y la situación no era tan diferente a como lo es ahora.Elías siempre llegaba borracho y la golpeaba hasta perder en conocimiento, me obligaba a quedarme en mi habitación tenía que protegerme y lo que más me dolió fue saber que me dejaría sola.Me levanto y entro al pequeño baño. Cierro la puerta, me veo al espejo, mis ojos están hinchados y rojos, mi cara tiene golpes, sé que mañana habrá un gran morado en mi ojo y tendré que ingeniármelas para que nadie se dé cuenta.Me doy una ducha larga y fría, pues no puedo costear un regulador de temperatura, el agua cala en mis huesos pero a la misma vez los relaja. Salgo envuelta en una toalla y me pongo mi pijama, mañana tengo que levantarme temprano para volver al trabajo, para volver a mi vida de siempre, solo espero tener las fuerzas necesarias para soportarlo. El año pasado f