Al estar ya al aire y luego del aviso de que pueden sacarse los cinturones, Keira vuelve a mirar a la humana que se encuentra a su lado y observa su aura. Le parece muy extraño como se ve toda distorsionada, algo muy raro. Los humanos siempre suelen tener auras muy parecidas, pero esta es muy diferente a las que Keira ha visto en todos estos años de vida.
Keira se quedó analizando el aura de la humana a su lado, que no se dio cuenta de que esta la descubrió.
— ¿Tengo algo en el rostro? —la humana a suelta de golpe—. Porque veo que no dejas de mirarme.
<<M****a se dio cuenta de que la estaba mirando>>, al no saber que decirle, aparta su mirada y no responde, pero una lamparita se prendió en su cabeza y saca su libro de hechizos. Empieza a mirar hoja por hoja, ya que no recuerda donde se encuentra lo que busca hasta que luego de una hora encuentra el hechizo que buscaba.
Se da la vuelta llamando la atención de la humana y repite aquellas palabras que se memorizó mirándola a los ojos.
—Omnis quaestio peto te et responde verum, si ipsum negare et dolorem sentiré —recita aquel hechizo en latín.
Uno de los tantos idiomas de lenguas antiguas que usan las brujas.
—Escúchame bien bruja, vuelves a tratar de hechizarme y te mato —la fulmina con la mirada.
Keira abre los ojos y la toma por sorpresa al ver que el hechizo no funciono.
Abro los ojos como platos. Esta más que claro, ella no es humana.
—¿Por qué mi hechizo no funciono contigo? —imposible que los humanos sean inmunes a las brujas, piensa Keira.
Esta le muestra su mano y puede observar que porta varios anillos.
—Esto —apunta al anillo que tiene una piedra negra—, está hechizado, por eso tu hechizo no funciono conmigo.
No se sorprende al escuchar sobre los anillos, ya que es algo que ella aprendió en el colegio de brujas al que fue, pero lo que si le sorprende es ver a una humana portando varios de ellos.
Cunado una bruja hechiza un objeto, solamente ella puede usarlo o en caso de que allá tenido descendientes, estos también podrán portarlos, puesto que la magia que aquellos objetos portan, se siente cómodos con sus creadores o con aquellos que comparten un lazo de sangre.
—¿Eres una bruja? —le pregunta para sacarse la duda.
—Si lo soy —le responde esta y es ahí donde las piezas empiezan a encajar.
—Me llamo Keira Best y soy una bruja de fuego —los modales primero, recuerda, ya que, si su profesora la estuviera viendo en estos momentos, la reprendería—, y perdón por tratar de hechizarte —y no se olvida de las disculpas. Porque para las brujas que una de tu misma raza trate de hechizarte es muy resulta molesto.
—Mi nombre es Natasha, pero dime Nat —se presenta—. Y no te preocupes, te perdono —le dedica una sonrisa de boca cerrada.
<<Natasha se llama>> <<Igual que la elegida>> aquellos pensamientos pasan por la cabeza de Keira. Aunque se dice a sí misma que eso es imposible, porque su protegida porta una cabellera blanca y sus ojos la delatarían, ya que posee heterocromía. En cambio, la bruja a su lado posee una cabellera muy oscura y unos ojos grises, así que descarta esos pensamientos.
—Si lo siento, es que cuando te vi por tu aura me di cuenta de que no eras humana —le dice—. Pero no sabía muy bien que eras, por eso trate de hechizarte, de verdad lo siento.
—Es por esto —le muestra su collar—. Tiene un hechizo que oculta mi olor y mi aura.
Y al fijar su vista en aquel collar, queda congelada al verlo.
—Ese collar, en algún lado lo vi, no sé en dónde, pero me suena familiar— susurra para ella misma.
Pero aparta la mirada, una sensación rara empieza a sentir. La magia que desprende el collar es tan leve, que no comprende por qué la atrae.
—Mi mamá me lo dio antes de morir —sale de sus pensamientos al escucharla hablar.
Una pulsada se instala en el pecho de Keira. Ella misma sabe lo que se siente perder a la persona que te dio la vida.
Las brujas y brujos, al tener hijos, tienen una conexión especial, muy parecida a la conexión que se tienen con tu otra mitad, pero muy diferente a la vez. Cuando esta se rompe, lo sientes y el dolor es tan fuerte e idéntico de cuando pierdes a tu otra mitad.
Dos años atrás, Keira sintió como se rompía la conexión que tenía con su madre y fue tan doloroso porque también perdió la conexión con su padre. Fue tanto el dolor, que estuvo varios días en cama sin comer y dormir. Días después, cuando pudo conciliar el sueño, que fue justo en luna llena, tuvo un sueño con su madre. Al despertar el dolor disminuyo un poco y fue en ese momento que empezó con la misión.
Encontrar a la elegida.
—Lo siento, no lo sabía —Keira, más que nadie comprende su dolor.
— ¿Y a qué vas a Hood River? —nota que se siente incómoda con aquel tema.
—Pues…—no sabe que decirle, ya que ni ella misma sabe muy bien a qué va.
No piensa decirle que tuvo una visión y por ese motivo está yendo a aquel pueblo. Suena muy estúpido para ella, además los brujos y brujas si tienen dones adivinatorios casi siempre los ignoran, porque todo puede cambiar y prefieren que las cosas sucedan como tienen que hacerlo. Prefieren no meterse con el universo, ya que cambiar algo que está escrito, que así tiene que suceder, puede perjudicar el futuro y cosas malas pueden suceder.
Aunque Keira es de esas brujas que, si prefieren hacerles caso a sus visiones, y por esa razón compro un boleto y ahora se encuentra yendo a aquel pueblo al que no conoce.
—Está bien, si no quieres decirlo no hay problema.
—Lo siento, es que —se rasca el brazo pensado que escusa decirle—, no tengo permitido decirlo —aunque es mentira, le dice lo primero que se le ocurrió.
—Tranquila —le sonríe—. Voy a dormir un rato—se da la vuelta dándole la espalda.
Keira maldice al ser tan obvia frente a Natasha, ponerse nerviosa es algo que jamás le paso, y por una extraña razón se le hizo difícil mentirle a la bruja junto a ella.
El resto del viaje Keira se pasó leyendo el libro que había comprado, y de vez en cuando observaba a la bruja a su lado, que durmió todo el vuelo.
(...)
—Pasajeros, abrochen sus cinturones que pronto vamos a aterrizar.
Al estar en tierra, perdió de vista la bruja. Al bajar del avión y al entrar al aeropuerto siente la mirada de varios licántropos que la observan, pero busca a Natasha y la ve a lo lejos dirigiéndose hacia la salida. Sintió una extraña conexión con ella y por ese motivo corre tras ella.
— ¡Nat! ¡Nat! —le grita, tratando de detenerla—. ¡Espera!
La bruja detiene su andar y se da la vuelta. Keira trota hasta llegar a ella.
—Toma —le entrega el código de números—, es para que puedas enviarme una carta.
Keira quiere seguir en contacto con aquella bruja, porque por primera vez en estos dos años se sintió tranquila y en paz junto a ella.
—Nos vemos Nat—se despide Keira.
—Adiós —escucha que la bruja le dice, para luego las dos tomar caminos diferentes.
Keira había llegado a una gran casa de cuatro pisos, por lo que le había dicho el taxista, este era el único lugar en el pueblo que hospedaba personas. Al estar adentro pidió una habitación por tres días, ya que primero investigará un poco el pueblo y si necesita quedarse más tiempo, se conseguirá una casa.Al entrar a la habitación, la observa y se siente conforme con ella, había estado en peores sitios, pero con que solo tuviera una cama y un baño, para ella ya era suficiente. Deja su maleta y mochila aun lado de la gran cama, para luego tirarse en esta. El sueño había venido a ella, en el avión no había dormido nada, así que se deja llevar por el cansancio para caer en un profundo sueño.<<Keira se ve a ella misma saliendo de la gran casa. Esta observa su alrededor y se da cuenta de que está en un sueño premonitorio. Se em
Natasha vuelve a empuñar su estaca y la prepara para sacar. En ningún momento le dijo a Keira en donde se quedaría, y que ella aparezca frente a su puerta era muy sospechoso. —¿Tú vives acá? El cuerpo de Natasha se encontraba alerta, listo para cualquier movimiento que quisiera lanzarle la bruja. —Sí, ¿cómo sabías que vivo acá? —Keira se dio cuenta de que Natasha tenía una postura de ataque, le indicaba que estaba alerta y por la mano que tenía oculta detrás de ella, sabía que sostenía algo para defenderse. Keira fue entrenada para ser una guardiana, su entrenamiento no fue uno cualquiera, ella es capaz de enfrentarse a cualquier ser natural, vampiro, licántropo, bruja, hasta a los cazadores puede enfrentar sin problema. Pero no está ahí para pelear con Natasha. — ¿Puedo pasar? Así te explico todo —cruza los dedos para que le permita explicarle. Hasta ella misma quería saber por qué el universo la mando ahí. —Está bien, pasa —s
Dos años en los que Keira la busco por cielo, mar y tierra. El destino al fin las junto. Keira la busco por muchos lugares y cuando la tuvo frente a ella, no la pudo reconocer. Y ahora entiende por qué sintió aquella conexión con ella. El lazo se había empezado a crear. —En este momento quiero que me golpees la cabeza —suelta una carcajada—. Me siento tonta al saber que te tenía frente a mis ojos y no pude reconocerte, pero eso es comprensible, ya que tu apariencia la cambiaste. —Si sobre eso —se rasca la cabeza—, la cambié porque las personas que atacaron la manada me buscan, por esa razón me fui. Estuve un año en Italia, pero me di cuenta de que unos vampiros me perseguían y por eso vine a Argentina, viví entre los humanos hasta hace una semana que tuve una visión de que tenía que venir a Hood River. —Yo fui a Argentina a buscar un libro de hechizos y unos días después tuve una visión de que tenía que venir a este pueblo. —Yo creo que el destino que
El ruido de la alarma despierta Natasha. Estira su brazo y la apaga. Es lunes y las dos empezaban la universidad para seres mágicos. Esta se levanta y se dirige al baño a paso lento, toma una ducha de agua fría para despertarse y luego de quince minutos sale del baño más despierta.Mira su armario y opta por ponerse unos pantalones negros, con una remera a juego y en los pies se coloca sus botas militares, el único par de zapatos que tiene. Su cabello lo deja suelto y antes de salir de la habitación agarra su mochila y un collar que hizo para Keira.Al entrar a la cocina, se encuentra con el desayuno listo y Keira con una vestimenta idéntica a la suya con la diferencia que ella lleva zapatillas.—Buenos días —se acerca a ella—, toma, te hice este collar que tiene un hechizo para ocultar tu olor a guardián.Iban a ir a una universidad exclusivamente para seres má
Lucas baja las escaleras, hoy por una extraña razón se había levantado con ánimos. Se dirige hacia el comedor donde puede escuchar las voces de sus dos hermanos más chicos.—Buenos días, par de mocosos —le gusta llamar así a los gemelos.Si, Alan y Alana son gemelos. Ellos llegaron dos años después de Lucas. Y a él, le encanta molestarlos siempre, ya que ellos dos odian que les digan mocosos.—Buenos días —dicen los dos a la vez.Lucas los mira mal. Le daba escalofríos cuando hablaban a la vez y sabía que los gemelos lo hacían apropósito para molestarlo. Los dos, al ver el rostro de su hermano mayor, se ríen. Lucas toma asiento en la punta de la mesa y se sirve el desayuno.—Lucas, me informaron que llegaron al pueblo dos brujas —le informa Alan.Este es su beta, encargado de la seguridad del pue
Dos horas fueron las que Natasha se las paso inquieta, no pudo prestar atención a la clase, aunque no le importo. Había recibido clases más avanzadas desde pequeña y todo lo que explicaba aquella profesora, ella ya lo sabía. Su vista no se despegó en ningún momento del reloj que colgaba en la pared, veía como la aguja giraba y esperaba impaciente a que llegara la hora de salida.Tres, dos, unos. Suena el timbre y todos se levantan para salir.Toma su mochila y con su otra mano agarra a Keira del brazo, si siquiera se despidió de Ava de los apurada que se encontraba, quería llegar lo más rápido a su auto y manejar hasta llegar a su casa. Camina a pasos rápidos chocando con algunos lobos que la gruñen, pero no les hizo caso.Al llegar al estacionamiento, le indica a Keira que suba al auto y esta lo rodea subiendo en la parte de piloto, lo prende y sale rápido d
Luca se encontraba en su despacho firmando algunos papeles y viendo que todo esté en orden en la manada.Hace dos horas había mandado a su hermano que buscara información de sus mates. Noto que en clases ambas habían salido rápido del salón, no las pudo alcanzar y cuando llego al estacionamiento ya no estaban. Entonces le pidió a su hermano que buscara información sobre ella para saber en dónde viven y si tiene que mandar guerreros para que las protejan, lo haría. Y luego del ataque en las fronteras, necesitaba saber que ellas se encontraban a salvo.Unos golpes en la puerta lo sacan de sus pensamientos.—Pase —acomoda los papeles firmados.—Lucas, aquí traigo toda la información sobres nuestras mates y no te voy a mentir, no encontré mucho sobre ellas —le entrega los papeles.—¿Cómo que no encontraste mucho?
El alfa y el beta se convirtieron en sus lobos, adentrándose al gran bosque. Algo en su interior se revolvía al saber que estarían cerca de sus mates. Luego de correr por unos minutos llegaron a las fronteras de su manada. Salieron de su territorio y a lo lejos vieron una cabaña. Pero al acercarse más a ella se dieron cuenta de que esta se encontraba en ruinas.—¿Estás seguro de que aquí es en donde viven? —pregunta el lobo mayor.—En el informe de la universidad decía que ellas viven aquí —dice seguro de sí mismo el beta.Él leyó con sumo cuidado aquel informe donde se encontraba la información de sus otras mitades y puede apostar que en él decía, que el lugar donde viven aquellas dos brujas es donde se encuentra aquella cabaña en ruinas.—Mira Alan —a punto con su mano en dirección a la caba&nt