Los días y las semanas pasaron. Y se cumplió dos meses y medio desde que Natasha había dejado que Leónidas se fuera con el lama de Ines. También en esas semanas que transcurrieron, las cosas anduvieron muy tranquilas, la bruja no había dado signos de vida. No hubo ataques, ni ninguna señal, algo que a Natasha la mantenía intranquila.

Los días pasan, y solo faltan dos semanas para el cumpleaños de Natasha. Solamente tiene en su poder a dos almas. Sin Ines no podrá encontrar la cuarta alma, y no sabe qué hacer.

Ha esperado alguna carta, alguna llamada o alguna señal de parte del príncipe vampiros, pero nada, ni una sola noticia ha recibido de él.

Aquello la ha llevado a replantearse varias veces si fue correcto dejarlo ir. No quiere arrepentirse, pero cada día que pasa la hace dudar.

En aquel sueño que tuvo con su madre, esta le advirtió que por nada del mundo permita que algunas de las almas lleguen a las manos de la bruja ¿Y ella qué hizo? Permitió que eso sucediera.

Aunque una parte