Keira había llegado a una gran casa de cuatro pisos, por lo que le había dicho el taxista, este era el único lugar en el pueblo que hospedaba personas. Al estar adentro pidió una habitación por tres días, ya que primero investigará un poco el pueblo y si necesita quedarse más tiempo, se conseguirá una casa.
Al entrar a la habitación, la observa y se siente conforme con ella, había estado en peores sitios, pero con que solo tuviera una cama y un baño, para ella ya era suficiente. Deja su maleta y mochila aun lado de la gran cama, para luego tirarse en esta. El sueño había venido a ella, en el avión no había dormido nada, así que se deja llevar por el cansancio para caer en un profundo sueño.
<<Keira se ve a ella misma saliendo de la gran casa. Esta observa su alrededor y se da cuenta de que está en un sueño premonitorio. Se empieza a seguir a ella misma, caminando unas cinco calles para luego ver a lo lejos un gran bosque. Al pasar varios minutos se da cuenta de que está llegando a las afueras del pueblo. Trata de no perder de vista a sí misma, pero se entretiene mirando el bosque y la gran magia que rodea a este. Detiene su andar cuando ve que, a unos metros, ella misma se detuvo y se queda observando una cabaña>>
Al abrir sus ojos, lleva sus manos a su pecho. Siente como su corazón late muy acelerado, es algo que siempre le pasa luego de tener aquellos sueños. Y empezaba a sospechar que algo está por suceder, porque tener dos sueños premonitorios en tan poco tiempo solamente significaba una cosa.
Así que se levanta de la cama, para ir a averiguar que hay en aquella cabaña que vio en el sueño. Por alguna razón tuvo aquella visión, si el universo quiere que vaya a ahí, ella le hará caso.
Al salir de la habitación se dirige hacia las escaleras, empieza a bajarlas, pero una pregunta viene a su cabeza << ¿Quién vivirá en aquella cabaña?>>
Al estar afuera, empieza a seguir el recorrido que hizo en aquel sueño, caminar cinco calles para ver a lo lejos aquel bosque inmenso. Pero se dio cuenta de que la venían siguiendo unos licántropos, así oculto su olor y acelero sus pasos. Sonríe para sí misma, al ver la cabaña a lo lejos.
Se acerca a ella, hasta estar frente a la puerta, pero empieza a debatir si golpea o no la puerta. Tenía dos opciones; la primera es golpear la puerta y arriesgarse a que allá alguien peligroso adentro o que solo sea un humano, y la segunda opción es darse la vuelta e irse.
La voz en su mente le dice que vaya por la última opción, pero su corazón por una extraña razón le dice que se quede, siente una gran corazonada.
Se acerca a la puerta y le da tres golpes. Espera unos minutos, pero nadie atiende, cuando está por rendirse y darse la vuelta para irse, la puerta se abre. Y se sorprende al ver quien es la persona que se encuentra frente a ella.
—Nat ¿Tú vives acá? —verla a ella, era algo que no se lo venía venir.
(…)
Natasha observa la cabaña, está ya venía toda amueblada, se había encargado que este toda equipada, quería ahorrarse el tiempo de comprar las cosas que le faltaran.
Cuando buscaba por internet un lugar donde pudiera quedarse, quería que sea algo espacioso y encontró esa cabaña, que se ajustaba a un buen precio y era lo que ella quería. Tenía dos habitaciones, la principal donde ella se quedaría, que ya contenía un baño propio, otra igual a la principal, pero más chica, la cual la ocuparía como la habitación de los hechizos. También tenía una cocina pequeña que se conectaba con la sala de estar. La cabaña en sí, no era grande, pero tenía todo lo que ella necesitaba.
Natasha se dirige a su habitación, coloca su pequeña maleta sobre la cama para abrirla y poder guardar su ropa en aquel pequeño armario. Luego de unos minutos, al tener todo bien acomodado, coloca la maleta arriba del armario. Siente su cuerpo sudado, huele debajo de sus brazos y arruga su nariz al sentir su mal olor.
—Necesito un baño.
Agarra una de las toallas que se encuentra en la silla, junto a la puerta que da directo al baño. Diez minutos después, esta sale del baño ya aseada. Se coloca su pijama, que consiste en una remera, unos pantalones cortos y unas medias, para no tener frío.
Se dirige para la cocina a prepararse algo de comer, ya que al ser una mujer loba, su digestión era más rápida, necesitaba comer más de lo que come un humano. Una vez lita su comida, se dirige hacia su habitación, coloca todo sobre la cama y prende el televisor para poner alguna película. Lo que quedaba del día quería tomárselo libre, porque al día siguiente se encargaría de todo.
Al pasar unas horas, unos golpes en la puerta la interrumpen << ¿Quién será?>> se pregunta. Estaba en el medio del bosque, y vecinos no tenía y la casa más cerca se encontraba a diez kilómetros de distancia.
A pasos silenciosos se dirige hacia la entrada, en su mano llevaba su estaca de plata en caso de que quieran atacarla, olfatea para saber si es algún ser natural, pero no siente ningún olor. Ajusta su agarre en la estaca de plata y abre la puerta, pero cuando está por atacar se sorprende al ver quien es.
—Nat, ¿Tú vives acá? —suelta el aire que estaba reteniendo al ver a Keira.
Natasha vuelve a empuñar su estaca y la prepara para sacar. En ningún momento le dijo a Keira en donde se quedaría, y que ella aparezca frente a su puerta era muy sospechoso. —¿Tú vives acá? El cuerpo de Natasha se encontraba alerta, listo para cualquier movimiento que quisiera lanzarle la bruja. —Sí, ¿cómo sabías que vivo acá? —Keira se dio cuenta de que Natasha tenía una postura de ataque, le indicaba que estaba alerta y por la mano que tenía oculta detrás de ella, sabía que sostenía algo para defenderse. Keira fue entrenada para ser una guardiana, su entrenamiento no fue uno cualquiera, ella es capaz de enfrentarse a cualquier ser natural, vampiro, licántropo, bruja, hasta a los cazadores puede enfrentar sin problema. Pero no está ahí para pelear con Natasha. — ¿Puedo pasar? Así te explico todo —cruza los dedos para que le permita explicarle. Hasta ella misma quería saber por qué el universo la mando ahí. —Está bien, pasa —s
Dos años en los que Keira la busco por cielo, mar y tierra. El destino al fin las junto. Keira la busco por muchos lugares y cuando la tuvo frente a ella, no la pudo reconocer. Y ahora entiende por qué sintió aquella conexión con ella. El lazo se había empezado a crear. —En este momento quiero que me golpees la cabeza —suelta una carcajada—. Me siento tonta al saber que te tenía frente a mis ojos y no pude reconocerte, pero eso es comprensible, ya que tu apariencia la cambiaste. —Si sobre eso —se rasca la cabeza—, la cambié porque las personas que atacaron la manada me buscan, por esa razón me fui. Estuve un año en Italia, pero me di cuenta de que unos vampiros me perseguían y por eso vine a Argentina, viví entre los humanos hasta hace una semana que tuve una visión de que tenía que venir a Hood River. —Yo fui a Argentina a buscar un libro de hechizos y unos días después tuve una visión de que tenía que venir a este pueblo. —Yo creo que el destino que
El ruido de la alarma despierta Natasha. Estira su brazo y la apaga. Es lunes y las dos empezaban la universidad para seres mágicos. Esta se levanta y se dirige al baño a paso lento, toma una ducha de agua fría para despertarse y luego de quince minutos sale del baño más despierta.Mira su armario y opta por ponerse unos pantalones negros, con una remera a juego y en los pies se coloca sus botas militares, el único par de zapatos que tiene. Su cabello lo deja suelto y antes de salir de la habitación agarra su mochila y un collar que hizo para Keira.Al entrar a la cocina, se encuentra con el desayuno listo y Keira con una vestimenta idéntica a la suya con la diferencia que ella lleva zapatillas.—Buenos días —se acerca a ella—, toma, te hice este collar que tiene un hechizo para ocultar tu olor a guardián.Iban a ir a una universidad exclusivamente para seres má
Lucas baja las escaleras, hoy por una extraña razón se había levantado con ánimos. Se dirige hacia el comedor donde puede escuchar las voces de sus dos hermanos más chicos.—Buenos días, par de mocosos —le gusta llamar así a los gemelos.Si, Alan y Alana son gemelos. Ellos llegaron dos años después de Lucas. Y a él, le encanta molestarlos siempre, ya que ellos dos odian que les digan mocosos.—Buenos días —dicen los dos a la vez.Lucas los mira mal. Le daba escalofríos cuando hablaban a la vez y sabía que los gemelos lo hacían apropósito para molestarlo. Los dos, al ver el rostro de su hermano mayor, se ríen. Lucas toma asiento en la punta de la mesa y se sirve el desayuno.—Lucas, me informaron que llegaron al pueblo dos brujas —le informa Alan.Este es su beta, encargado de la seguridad del pue
Dos horas fueron las que Natasha se las paso inquieta, no pudo prestar atención a la clase, aunque no le importo. Había recibido clases más avanzadas desde pequeña y todo lo que explicaba aquella profesora, ella ya lo sabía. Su vista no se despegó en ningún momento del reloj que colgaba en la pared, veía como la aguja giraba y esperaba impaciente a que llegara la hora de salida.Tres, dos, unos. Suena el timbre y todos se levantan para salir.Toma su mochila y con su otra mano agarra a Keira del brazo, si siquiera se despidió de Ava de los apurada que se encontraba, quería llegar lo más rápido a su auto y manejar hasta llegar a su casa. Camina a pasos rápidos chocando con algunos lobos que la gruñen, pero no les hizo caso.Al llegar al estacionamiento, le indica a Keira que suba al auto y esta lo rodea subiendo en la parte de piloto, lo prende y sale rápido d
Luca se encontraba en su despacho firmando algunos papeles y viendo que todo esté en orden en la manada.Hace dos horas había mandado a su hermano que buscara información de sus mates. Noto que en clases ambas habían salido rápido del salón, no las pudo alcanzar y cuando llego al estacionamiento ya no estaban. Entonces le pidió a su hermano que buscara información sobre ella para saber en dónde viven y si tiene que mandar guerreros para que las protejan, lo haría. Y luego del ataque en las fronteras, necesitaba saber que ellas se encontraban a salvo.Unos golpes en la puerta lo sacan de sus pensamientos.—Pase —acomoda los papeles firmados.—Lucas, aquí traigo toda la información sobres nuestras mates y no te voy a mentir, no encontré mucho sobre ellas —le entrega los papeles.—¿Cómo que no encontraste mucho?
El alfa y el beta se convirtieron en sus lobos, adentrándose al gran bosque. Algo en su interior se revolvía al saber que estarían cerca de sus mates. Luego de correr por unos minutos llegaron a las fronteras de su manada. Salieron de su territorio y a lo lejos vieron una cabaña. Pero al acercarse más a ella se dieron cuenta de que esta se encontraba en ruinas.—¿Estás seguro de que aquí es en donde viven? —pregunta el lobo mayor.—En el informe de la universidad decía que ellas viven aquí —dice seguro de sí mismo el beta.Él leyó con sumo cuidado aquel informe donde se encontraba la información de sus otras mitades y puede apostar que en él decía, que el lugar donde viven aquellas dos brujas es donde se encuentra aquella cabaña en ruinas.—Mira Alan —a punto con su mano en dirección a la caba&nt
—Apágate —la pelinegra trata de apagar la alarma que programo la noche anterior para no dormirse y poder llegar a la universidad temprano porque siempre tuvo un sueño muy pesado.Se obliga a sí misma a levantarse de su cómoda cama y se dirige al baño para poder vaciar su vejiga y luego tomarse un baño. Al salir del baño se dirige a su armario.—Mmm ¿Qué me puedo poner hoy? —analiza la poca ropa que tiene.Al estar huyendo de un lugar a otro, se acostumbró a tener poca ropa, no le fue necesario tener mucha, ya que siempre se la pasaba encerrada en el lugar donde estuviera viviendo.Luego de pensar por unos segundos se decide por un pantalón negro, una camiseta sin mangas blanca y sus preciadas botas estilo militar negras. Siempre opto por usar ropa cómoda que le permitiera poder moverse. Ya que si utilizara zapatos con tacones no podr&i