Karman reaccionó de manera instintiva y cerró la puerta con fuerza, pero no lo suficiente, Trevor logró evitar que se cerrara, al verlo entrar a su casa, corrió a la segunda plata directo a la habitación para encerrarse, debe llamar a la policía.
―Aunque corras y te ocultes, te encontraré. ―Trevor metió la mano antes de que la puerta pudiera cerrarse. ―Karman… ―El puñetazo lo sorprendió, esperaba gritos, llanto e histeria, pero la mujer frente a él le ha dado un puñetazo.
―Llamaré a la policía y de ellos no venir mi agente sí lo hará. ―Lo señaló sin bajar la guardia y pasando del asombro, ni siquiera se movió con tremendo golpe que le hizo crujir los nudillos. ―Lárgate de mi casa, ¡Loco! ―Miró a la cama y después lo miró a él, Trevor ya sabía lo que haría, así que corrió al mismo tiempo que ella así logrando tomar el móvil primero.
―Tienes que escucharme. ―Le pidió mostrándole las palmas de las manos. ―Por favor, respira, cálmate para que… ―Karman corrió directo a la puerta, pero Trevor que es un hombre exageradamente grande con solo estirar el brazo logro apañarla antes de que cruzara el umbral.
―¡No me toques! ―Chilló alejándose de él por el escalofrío que sufrió tras su contacto. ―Oh Dios mío… ―Susurró nerviosa alejándose lo más que podía del imponente hombre. ―¿Venderás mis órganos? ―Le preguntó dejándose llevar por el pánico. ―Mis genes son malos, pueda que en algunos años muera de cáncer, créeme que no te serviré para nada. ―Trevor la miró cada vez más perplejo. ―¿Acaso quieres dinero? Yo te daré todo lo que tenga, pero déjame. ―Imploró.
―No soy un traficante de órganos y mucho menos un secuestrador. ―Karman no le creyó, por supuesto que jamás haría eso. ―Escúchame, llevas a mi hijo en tu vientre. ―Sus palabras dejaron totalmente petrificada a Karman. ―Cuando fuiste para que te extrajeran tus óvulos, realmente lo que hicieron fue inseminarte con el zigoto que contiene el óvulo de mi esposa fertilizado con mi esperma…
―¡Loco! ―Gritó Karman con los ojos tan abiertos que le arden. ―Eso es usted, un desquiciado que necesita estar metido en un psiquiátrico. ―Al detallar esos ojos esmeraldas su corazón dejó de latir. ―Es el doctor que… ―Se llevó las manos a la cabeza, él estaba ahí cuando le estaban haciendo el procedimiento. ―No, es mentira, no ha pasado más de dos semanas, no estoy embarazada…
―Soy un hombre lobo. ―La cortó dejándola en un estado realmente preocupante, Karman parecía no ser capaz más que de parpadear. ―Los hombres lobos podemos sentir a nuestros hijos desde muy temprano y…
―¿Está drogado? ―Lo señaló para que no se acercara más a ella, ya no tiene para donde retroceder.
―No. ―Respondió con seriedad. ―Llamaré al doctor para asegurar de que el bebé realmente esté ahí. ―Sabía que estaba, pero necesitaba estar seguro. ―Por favor, no huyas. ―Trevor sacó su móvil e intercalando la mirada de Karman al móvil, buscó el número del doctor.
―Señor. ―Dijo el doctor al abrir la llamada.
―Necesito que vengas a la casa de la paciente, trae todos los implementos y… ―El sillazo lo descolocó al punto de congelarse. ―¡Karman! ―Trevor fue tras ella, pero al ver que se detuvo en las escaleras, paró en seco.
―No sé qué tipo de enfermedad tienes. ―Se puso al filo del escalón. ―Ni por qué me escogiste a mí para aterrorizarme, pero si das un paso más me tiraré de espaldas por la escalera y abortaré a tu hijo imaginario. ―Trevor dio un paso y Karman retrocedió así perdiendo el equilibrio por un segundo, eso casi lo mató.
―De acuerdo. ―Retrocedió el paso. ―No me voy a acercar más, pero debes creerme, llevas a mi cachorro en tu vientre, eres la madre subrogada de mi hijo y desde hoy estarás bajo mi cuidado. ―Karman cerró los ojos con fuerza.
―Estoy alucinando por no dormir y llorar tanto. ―Abrió los ojos. ―Eres una ilusión y mi corazón roto me está llevando a perder la cordura, no eres real. ―Bajó el primer escalón. ―Si das un paso me tiro, lo juro. ―Gritó al verlo avanzar. ―Te juro que lo que más quiero ahora es acabar con mi vida y todo este sufrimiento, así que si crees que estás loco yo estoy más loca que tú. ―Trevor tomó sus palabras en serio, así que la dejó bajar las escaleras y en cuanto lo hizo, él saltó desde la segunda planta y fue tras ella antes de que saliera corriendo a la calle.
―Quieta. ―Gruñó apretándola a su cuerpo. ―No puedes alterarte de esa manera, dañarás al bebé. ―El codazo lo hizo maldecir, esa mujer es una fiera y no podrá lidiar con ella, pero, aun así, la sujetó con fuerza y subieron nuevamente a la habitación. ―Mierd4. ―Escupió furioso, solo el tocar a otra mujer le repudia.
Con ella en brazos, subió a la habitación, el sillazo lo obligó a soltar el móvil. Al tomarlo del piso respiró aliviado al ver que no se había estropeado y tras enviarle un mensaje a su colega, la dejó sobre la cama.
―Por favor… déjame ir, te lo ruego. ―Karman se limpió las lágrimas. ―No diré nada, lo juro… pero déjame ir. ―Respiró hondo para calmarse, pero el gran gruñido del hombre la tensó más de lo que estaba.
Tensión, pánico y terror, eso sentía Karman al ser observada por el hombre que la mira desde la puerta. No le ha dicho ni una sola palabra, su solo gruñido llevó toda la amenaza que necesitaba para calmarla y callarse la boca.
Al escuchar la puerta, Karman se puso en pie, pero Trevor ni siquiera se movió, solo sacó su móvil y tras decirle a quien sea que estaba fuera que entrara, se apartó solo un poco para abrirla y anunciar exactamente dónde estaban.
―Lamento el retraso. ―El hombre entró. ―Tenía que pasar a la clínica y…
―¡Usted! ―Karman no lo podía creer, era su doctor. ―¿Cómo es posible? ―Los miró a ambos reviviendo el pavor en ella.
―Te extraeré un poco de sangre. ―Dijo el hombre dejando su equipo sobre la mesa de trabajo de Karman. ―Necesito que coopere o de lo contrario todo podría salir mal. ―Karman lo miró con el corazón en la garganta, ¿Por qué le estaba pasando eso? ¿Qué locura estaba viviendo ella?
―¿Cuánto tardarás? ―Preguntó Trevor con impaciencia. ―Necesito estar seguro. ―El hombre suspiró.
―Dame unos minutos. ―Se puso en pie. ―Presiona. ―Karman apretó el algodón en el lugar donde enterraron la aguja. Su mente estaba maquinando, buscando la manera de escaparse de esos dos locos, pero nada podría funcionar, golpeó a ese hombre con un sillazo y apenas se movió, ¿Por qué no logró lastimarlo? Se cuestionó frustrada por no poder hacer nada más que estar ahí sentada y mirando a todas partes.
Los minutos pasaron, por supuesto intentó escapar con la excusa de ir al baño, pero Trevor la acompañó sin despegarse un poco de ella, incluso entró al mismo baño y solo se giró para no verla. Karman deseó gritar como loca, pero eso sería estúpid0 y por eso decidió callar.
―¿Y bien? ―Trevor se acercó al hombre. ―¿Lo está? ―Al ver la hoja su corazón inició a marchar bastante rápido, él lo había logrado, el fruto de su amor con su esposa finalmente estaba ahí, él tendría un hijo de la mujer que ama con locura. ―Lo estás. ―Miró a Karman quien no comprendía nada. ―Llevas a mi cachorro en tu vientre. ―Le tendió los resultados.
―No. ―Karman negó una y otra vez. ―No es posible. ―Se puso en pie. ―Esto es una locura. ―Tiró la hoja al suelo. ―Yo no voy a tener a ese bebé, abortaré. ―Corrió nuevamente a la puerta, al inicio lo dijo como vía de escape, pero ahora ella está embarazada y ni siquiera es de ella.
―Karman. ―Trevor la alcanzó antes de que abriera la puerta.
―Voy a abortar a ese bebé, no es mío, no lo quiero… ¡Me mataré si es necesario! ¡Suéltame! ―Exigió como poseída por el diablo, ya no quería permanecer tranquila, ella solo pensaba en huir.
―Karman, debes tranquilizarte. ―Trevor intentó dominarla, pero a pesar de ser una simple y pequeña humana la mujer conseguía la manera de zafarse y acertarle golpes. ―Cálmate, te he dicho. ―Gruñó alto, pero Karman que había logrado tocar su rostro, lo rasguñó. Trevor logró capturar sus manos y sin tener remedio, la mordió hasta desmayarla.