Es de madrugada y Corina se encuentra alistándose para ir a la cama, está exhausta por todo el trabajo que ha tenido que realizar para tener todo al día y cumplir perfectamente con las fechas de entregas a Albert, temprano en la mañana tendrán que reunirse nuevamente, pero esta vez será en su oficina. Ella se recuesta, mira hacia el techo y recuerda el beso inesperado de Albert, lo que le roba un suspiro, sabe que tiene marcar la distancia en todo momento. Se gira, observa fíjamente la ventana y rápidamente se queda dormida.
Hoy Corina se dirige a su junta más temprano, quiere evitar los inconvenientes de la vez anterior, que, debido al inusual encuentro con su cliente noches previas, se olvidó. Ella ha vuelto a vestir sus elegantes atuendos, lo cual ha dejado asombrados a sus compañeros ya que poco a poco está volviendo a ser la Corina que habían conocido y se alegran por ella; está vistiendo una falda rosa vintage de tubo alta y hasta las rodillas con un cinturón de telaEs la tarde calurosa de un jueves, el cielo exhibe un color naranja intenso poco antes de ocultarse el sol. Corina está llegando al encuentro con sus amigas en el café Estela, un sitio con estilo Art decó que tienen años frecuentando, se le hizo tarde coordinando con fotógrafos y community manager para el proyecto con Albert, ya Diana y Avril se encontraban en el lugar esperándola. —Hola chicas, perdonen la demora, tenía mucho trabajo. —Saluda Corina algo agitada por haberse apresurado, le da un beso a cada una de sus amigas en la mejilla. Ellas observan maravilladas a una Corina menos sombría, con sus vestimentas elegantes, utilizando maquillaje, tacones, hermosa.—¡Guau, te ves radiante! Es genial —Dice Avril.—Me alegra verte mejor. ¡Es increíble!—¿De verdad? Pues, hago lo que puedo. ¡Gracias! —Les responde Corina algo apenada y cambia el tema. —¿Cómo han estado?—Bien, tratando de llevar las cosas lo mejor que se pueda.—Bien. Les cuento que dentro de unas semanas es el bautizo d
Ante la tenue luz traída por el amanecer del sábado, Corina se encuentra frente a la luminosa pantalla de su laptop desde las cinco de la mañana. En su pequeña sala de estar solo se escucha el clickeo y las teclas, decidió madrugar para terminar unos pendientes y tener el resto del fin de semana libre y sin preocuparse por trabajos pendientes. Al cabo de algunas horas culmina su tarea y se dispuso a desayunar, luego se dio un baño; se colocó un atuendo casual que consistía en una franela, cinturón y Jean's negros, chaqueta de blue Jean's, tenis grises y una bolsa negra.Por algunos días el museo de artes plásticas más antiguo del país estará exhibiendo obras de nuevos artistas provenientes de todo el territorio. Karen, la compañera de trabajo de Corina, después de tanto tiempo de perseverancia ha logrado conseguir un espacio para exponer sus creaciones, las cuales se caracterizan por ser realistas, coloridas e intensas, siendo su fuerte reflejar la belleza de cualquier ser
El domimgo es un día que promete estar lleno de adrenalina para Corina, Avril y Diana por sus vuelos en parapentes. Diana hizo reservas en el sitio con mejores recomendaciones, fue un pequeño viaje de al menos dos horas que esperan valga la pena, desde la montaña donde se lanzarán se divisan campos de duraznos y hortalizas por un lado, por otro, campos de flores, una agradable vista para las chicas y que se dice que es aún más impresionante al sobrevolar la zona. Están siendo preparadas por asistentes para sus despegues, cada una con un paraglider diferente certificado para volar, Diana y Avril están realmente emocionadas por este momento, en cambio Corina se encuentra angustiada por si ocurre algún accidente y caen al vacío, no deja de observar cada movimiento de las manos del piloto y el asistente mientras ajustan el equipo y les insiste varias veces que verifiquen que todo esté bien asegurado. Cuando ya han empezado el vuelo ella está con las manos en los ojos susurrando:—Dios, ¿y
Es de madrugada y Albert no logra conciliar el sueño, no deja de pensar en Corina y en su mirada cuando le pedía que se quedara, pero no sabe cómo dar un paso hacia adelante sin que ella de varios hacia atrás, más sus razones para no permitir un acercamiento. —¡Joder! ¿Qué hago? Piensa, piensa... No hagas algo estúpido. —Debido a que una de las razones de Corina para no aceptar una cita era su relación laboral, se le ocurrió no hacerle ningún tipo de propuesta o insinuación hasta culminar el proyecto, esfuerzo que tendría que hacer para no errar como lo había hecho antes.Corina observa cómo lentamente se va filtrando la luz del amanecer a través de la ventana de su habitación; apenas durmió pensando en su reunión con Albert, no sabe cómo actuar esta vez. Se levanta para tomar un largo baño, al salir de la ducha se coloca la medalla de la Virgen Milagrosa que encontró la última vez que fueron a la playa, ha empezado a usarla con más frecuencia, se observa en el espejo
Pasadas las horas de la tarde, Corina llega a su cubículo en el departamento de marketing después de haber tenido una reunión con un cliente fuera de las oficinas; el piso estaba particularmente silencioso, ella miró a su alrededor con curiosidad y notó que había pocas personas; colocó sus cosas sobre el escritorio y se dirigió hacia la oficina de Anna, quien era la directora creativa y una de las dueñas de la empresa.Anna Cárdenas es una mujer de unos sesenta años, tez morena, de mediana estatura, cuerpo curvilíneo, ojos cafés, nariz redondeada y labios en forma de corazon—Buenas tardes sra. Anna. ¿Puedo pasar? —Pregunta Corina tocando y abriendo un poco para asomarse. —Adelante Corina... —Ella entra.—Vengo a traer mi reporte de la reunión con el representante de Orión...—Estupendo, supongo que todo salió como se esperaba y aún mejor. —Corina sonríe —Exactamente sra. Anna...—Genial... —Anna se levanta de su asiento y camina hacia una de los estant
El cáncer es una enfermedad difícil de asimilar, aún más si aparece por segunda vez. Diana Campello ha sido una mujer que la vida le ha dado varios reveses, pero con la noticia de un tumor maligno en sus ovarios justo después de la muerte de su esposo fue el revés más estruendoso que pudo llevar.Cuando solo tenía cinco años, su joven madre la dejó al cuidado de su abuela para irse con su amante, sin mirar atrás; por fortuna, gracias al amor incondicional de su abuela y al apoyo de la familia Méndez, quienes eran sus vecinos, salió adelante. Diana siempre ha sido una persona guerrera, de carácter fuerte y perseverante, aunque su delgada y pálida figura demuestre lo contrario. Al estar en la universidad, el frágil cuerpo de su abuela no aguantó más y falleció; luego, con el total respaldo de los Méndez pudo continuar su carrera de odontología, durante sus estudios universitarios fue donde conoció al amor de su vida, John. Él la amó hasta el último de sus días, la trató con d
El teléfono de Corina no deja de sonar con la llamada entrante de uno de los fotógrafos.—Es el fotógrafo del proyecto. Le dije que solo me llamara si se trataba de una emergencia. Discúlpenme, de verdad... Debo contestar. —Comenta Corina algo apenada con sus amigas.—Tranquila...—¿Diga?—Hola srta. Méndez, lamento molestarla... Se han presentado una serie de contratiempos. —Hola Carlos. Me lo imaginé en cuanto vi que eras tu. ¿Qué sucede?—No hemos logrado avanzar casi nada. El representante del sr. Bustamante y el nuestro, tienen terribles diferencias y todo se ha vuelto un conflicto, es un caos. En éstos dos días prácticamente nos hemos sentado a verlos discutir.—¡Dios! Es peor de lo que pensé. El Sr. Bustamante está al tanto de ésto?—No, no está al tanto. Su personal no ha querido mencionar nada al respecto, supongo que por temor.—Guau, esto se pondrá más incómodo. Llamaré para agendar una reunión con él y te comunicaré qué vamos a hacer.—Excelente srta. Méndez. Estaré al pen
Alexander Moncada, el socio de Albert había estado atento a cada movimiento de Corina desde que salió de la oficina de Albert.—¿Corina Méndez? —Pregunta cuando Corina se dispone a seguir con su camino para marcharse.—Disculpe, ¿lo conozco? —Ella responde extrañada.—No puede ser que ya no me recuerdes. Soy Alexander Moncada. —Corina escruta incrédula sus facciones detalladamente y lleva las manos a su boca sorprendida al notar que es la persona que él dice ser.—¡Oh por Dios! ¡Alex! —Inmediatamente ella lo abraza fuertemente y se separa para verlo de nuevo. Él estaba muy contento. —¡En serio, no puedo creer que seas tu! Mírate, te ves...—¿Delgado y guapo? —Suelta una carcajada.—Tonto, ¡no!, bueno si, pero no era eso lo que iba a a decir... Luces diferente, hasta eres más alto que yo ahora. ¿Qué sucedió contigo? Te esfumaste.—Larga historia, pero te resumo que mis padres quisieron mudarse a España sin mencionarme una sola palabra hasta que llegó el mo