Ivanna y Gael llegaron a su casa cuando estaba amaneciendo, habían tenido que ir al hospital para un control médico antes de pasar por la policía para prestar declaración. El incidente tenía implicaciones políticas porque el gobierno ruso le otorgó a Vladimir Kuznetsov pasaporte diplomático en un intento de protegerlo de averiguaciones relacionadas con la corrupción y el lavado de dinero que eran parte de los negocios ilegales del oligarca.
El cansancio y el estrés les estaban pasando factura, sobre todo a Ivanna que casi no podía mantenerse en pie. Al llegar encontraron todas las luces de la casa encendidas, los hombres habían despertado y estaban en sus puestos de vigilancia atentos a cualquier eventualidad. Gema se encontraba dormida en el sofá de uno de los salones, siendo cuidada por la señora Harrison y la señora Petrov, quienes se levantaron al verlos llegar.
Poco a poco los Evans volvieron a su rutina. Su nombre no fue asociado al secuestro porque los hijos de Vladimir se habían movido con suficiente rapidez para tapar el escándalo. El gobierno de Rusia informó que el oligarca había muerto en un secuestro dando a entender que él había sido la víctima. Gael aceptó esas declaraciones con la condición de que dejaran el nombre de su familia fuera de las noticias y que no hubiese más atentados por parte de los Kuznetsov. En caso de querer cobrar venganza por la muerte de su padre, Gael sacaría las pruebas de lo que realmente sucedió. A través de un abogado Alexander y Dimitri los hijos mayores de Vladimir firmaron un acuerdo que exoneraba a los Evans de la responsabilidad de la muerte de su progenitor a cambio de silencio.Unas semanas después Ivanna descubrió que estaba embarazada. Darle la noticia a Gael fue una de las cosas m&aa
Segunda ParteKaterina estaba nerviosa, en ese momento no sabía si quería ver a su hermana después de tantos años. Al principio estaba furiosa con ella, sentía que la había obligado a vivir su destino, después al pensar en frío las cosas, se dio cuenta de que Ivanna no podía saber lo que ocurriría y su ira pasó. Aunque aún no estaba segura de que decirle cuando se vieran, había pasado tanto tiempo desde que eran unas niñas pequeñas que todo se lo contaban. Su hermana había sido su mejor amiga en su niñez y ahora tenía dudas de cómo tratarla, para ella era una completa extraña, una desconocida. Si bien era cierto que la había extrañado un mundo cuando se marchó, ahora no sabía qué sentir con respecto a Ivanna. Después de casarse con Vladimir el rencor anidó en su pecho durante
Katerina lloró largo rato, sus sollozos fueron bajando de intensidad hasta que solo hipó, se sentía agotada, pero en calma la tormenta había pasado. Levantó su cabeza y se dio cuenta de que estaba recostada en las piernas de su hermana, mientras esta acariciaba su cabello. Se tensó por haber perdido el control, durante un segundo pensó que Vladimir se enfadaría. Al recordar que estaba muerto y de que estaba con su madre y con Ivanna se relajó. Katya le acercó un vaso con agua, se sentó para tomarlo y de inmediato un gato naranja, se subió y se acomodó entre ella y su hermana, sorprendiéndola.―No te preocupes por él, es Sasha, el gato de Gema y mi eterno protector ―explicó Ivanna acariciándolo por el lomo.―Es hermoso ―dijo Katerina acariciándolo con suavidad.―¿Te sientes mejor? ―preguntó Ivanna, en su mirada se reflejaba l
En el estudio de su casa, Gael, miraba al hombre sentado frente así con recelo, pensaba que este era el hijo del hombre que secuestró a su mujer y aterrorizó a su hija. Alexander le devolvió la mirada con la misma desconfianza, por su parte, pensaba que Gael debía odiarlo por como actuó Vladimir con su familia.―Mis hermanos y yo no participamos en las acciones de nuestro padre, ni nos enteramos de sus intenciones. De haberlo sabido habríamos hecho todo lo posible por evitarlo ―soltó Alexander de repente.―Es bueno saberlo ―contestó Gael suspirando―, es difícil para mí no estar a la defensiva después del secuestro de mi mujer y la muerte de tu padre. Cuando asumiste la posición de cabeza de familia te investigué. Sé que estudiaste en un internado en Inglaterra desde los once años, te graduaste de medicina en Oxford con honores, acababas de terminar la especia
Ivanna estaba parada en la puerta despidiendo a su familia. No quería que se fueran, le daba miedo despertar y ver que todo fue un sueño. No tuvo suficientes abrazos ni confidencias, su hermana era un fantasma de la niña que creció con ella. Le constaba reconocer en esa mujer seria y formal a la niña risueña y traviesa que fue en el pasado. Su corazón dolía al pensar en todo lo que tuvo que sufrir para cambiar tanto. Sentía un peso en el corazón cada vez que la veía sonreír y darse cuenta de que la sonrisa jamás le llegaba a los ojos. ¿Qué le había hecho Vladimir para quebrarla? Porque estaba segura de que solo cuando alguien se rompe es que es posible transformarse en otra persona tan diferente.―Volverán mañana, amor mío ―dijo Gael.―Mi ser consciente está segura de que volverán, pero por dentro tengo miedo de que desapare
Katerina miraba por la ventana sumida en sus pensamientos, el camino hacia la finca de los suegros de su hermana en Bristol era largo, pero tan hermoso que no se le hizo pesado. Los días se pasaron volando con el torrente de actividades que había realizado al lado de su madre, su hermana y su sobrina. Cada noche, ella y Alexa llegaban al ático agotadas.Había visto poco a Alexander, al parecer él también había estado muy ocupado arreglando las cosas para la estadía en Bristol. Él se había postulado para el puesto de cardiocirujano en el hospital Saint Thomas y obtuvo el cargo. También estaba en la búsqueda de colegios para Alexa, Ignati y sus hermanos más pequeños. Una casa nueva y un montón de cosas más porque todos los hermanos Kuznetsov a excepción de Dimitri se mudarían a Inglaterra. Estaba contenta de que la familia se mantuviera unida, ten&
Katerina tenía catorce años la primera vez que vio a Alexander Kuznetsov. No sabía quién era, pero le pareció el joven más guapo y que había visto en su corta y protegida vida. Charlaba con Ivanna y varias de sus primas, cuando él entró al salón de baile de la casa de su tío Bogdan en Moscú. Sus miradas se encontraron y los ojos verdes del chico la evaluaron de arriba abajo para después regresar hasta a sus ojos. Le regaló una gran sonrisa antes de girarse y desaparecer por donde había llegado. Katerina sintió que todos los sonidos se desvanecieron a su alrededor, antes de regresar con más intensidad. Las chicas reían coquetas buscando un chico que las sacase a bailar, muchas como Ivanna y ella misma, era la primera vez que acudían a una fiesta formal. En sus trajes largos se sentían como jóvenes princesas en busca de un príncipe q
Durante los siguientes tres años, con el apoyo de Bogdan y principalmente de Vladimir, Iván acumuló una enorme fortuna entrando en el selecto grupo de los muy ricos. Iván compró una mansión que más que un hogar parecía un gran hotel, con tanta servidumbre que era casi imposible tener un momento de intimidad. Su padre daba grandes fiestas donde se hacían negocios y se estrechaban lazos con otras familias de la alta sociedad rusa. Fueron muchas las oportunidades donde Katerina se encontró con Alexander y Dimitri. Los chicos aunque eran corteses con ella, distaban mucho de ser tan espontáneos y amigables como lo fueron la noche en la que se conocieron. Katerina miraba a Alexander desde lejos sin atreverse a acercarse y soñando con que algún día él se enamoraría de ella.Por su parte, Alexander intentaba mantener la distancia, pero era una tarea titánica el logra