Gema estaba aburrida, o quizás impaciente, lo cierto es que sabía que tenía que salir de su casa esa noche porque si no la tentación de ir por Konstantin y darle un tortazo en la cabeza no se le pasaría. La invitación de sus padres de acompañarlos a ver una obra teatral en Picadilly Circus le vino como anillo al dedo, de seguro había sido idea de su madre. Había hablado con ella el día en que se descubrió el engaño de Sophie y todos los días desde entonces. Su mamá la conocía mejor que nadie y sabía que la paciencia no era una de sus virtudes por lo que la invitó a salir. Quedaron en pasar a buscarla a las siete de la tarde. Estaba lista dando vueltas en su apartamento como león enjaulado o mejor dicho como leona, esperando que llegaran sus padres por ella, tenía ganas de meterse entre ambos y dejarse consentir. Por otra parte, había visto la cara de preocupación de su padre toda la semana y quiso salir con ellos para calmarlo.Aún estaba furiosa por los escuetos mensajes de Konstant
Después de la cena, Konstantin llevó a Gema a su apartamento. Habían estado acompañados toda la noche y no habían tenido oportunidad de hablar. En cuanto la puerta se cerró su prometido, que no era su prometido, la abrazó.―Te extrañé muchísimo ―dijo emocionado.―No lo parecía. Te tardaste cuatro días en venir por mí ―refunfuñó Gema.―Pensaba retrasarlo un mes, hasta que la prensa se calmara o estallara otro escándalo que opacara el mío. No quería que fueras acosada por ella, que dijeran de ti que le robaste el novio a otra mujer, pero tu mamá me dijo que ni se me ocurriera hacer eso, que tú no tenías mucha paciencia y me lo harías pagar.―Konstantin, soy fanática de la prensa amarillista, me parece muy divertida y mamá tenía razón, te quedaban tres días de plazo para buscarme, si no lo pagarías.―Ahora lo sé, tu mamá me dijo lo de la prensa, así que me dije que si iban a hablar que fuera a lo grande ―sonrió Konstantin ―. Puedo saber… ¿qué tenías planeado para mí?―¿Viste la película
Cuatro años después…Gema miró fijamente el palito que le diría si sería madre. Mentalmente contaba los segundos, iba por doscientos cuarenta y dos cuando apareció la primera raya y dejó de respirar. Cuando la segunda hizo su aparición para confirmar sus sospechas aspiró profundamente llenando sus pulmones de aire. Estaba feliz, muy feliz, su relación con Konstantinera lo mejor que le había pasado en la vida. Llevaban cuatro años viviendo juntos y se amaban más que el primer día, habían superado el período de enamoramiento y pasado al del amor, de ese que perdura en el tiempo.Solo había una cosa que enturbiaba su felicidad y era que Konstantinhabía dejado de pedirle que se casara con él. Cada año, después de su famosa propuesta en Picadilly Circus, él le había pedido matrimonio. Durante tres años lo había hecho y ella le había dado largas. Ese año se quedó esperando la cuarta pedida dispuesta a darle el sí, pero esta no llegó. El día en que pensaba estar preparada había llegado, ya
La alarma del reloj despertador sacó a Ivanna de un profundo sueño. Su mano se extendió hasta apagar el ruidoso aparato que le perforaba la cabeza, estaba agotada, sin ganas de mover un solo músculo de su cuerpo, se sentía pesada y la cama caliente no ayudó a despertarla. Se arrebujó debajo de su manta y se quedó dormida de nuevo.Una risita acompañada de un beso la despertó de un sueño profundo.Con pesadez levantó sus párpados para mirar los preciosos ojos azules de su hija. Una sonrisa asomó a sus labios.―Buenos días, mami, que lindo es despertar y ver que aún estás aquí.Las palabras de Gema despertaron sus alarmas. Ella no debía estar allí a esa hora, asustada saltó de la cama―Me quedé dormida, ¿qué hora es? ―preguntó a su hija.―Son las siete de la mañana
―¿No puedo quedarme con la señora Petrov? Ella ha cuidado de mí desde que era un bebé, para mí es como mi abuela ―preguntó Gema.Su voz dejó traslucir un dejo de esperanza y puso ojos de cachorro, eso casi siempre funcionaba. La policía la miró con ternura.―Sí, señora, déjela conmigo, yo la cuidaré ―apoyó la señora Petrov ―. Su madre estará más tranquila, ella continuaría en su misma escuela, es un genio. ¿Sabe? Va a un colegio especial.―¿Son familia? ―preguntó implacable la trabajadora social.―No, pero es como si lo fuéramos, porque nos queremos como tal, además yo cuido de Gema e Ivanna cuida de mí.―No es posible, señora Petrov, si fuesen familia la consideraríamos como una opción, pero por su edad no califica como padre temporal, además de que los t
―¡Oh, querida!, todo estará bien, tu mamá mejorará pronto y estarán juntas de nuevo, te buscaré un buen hogar para que te cuiden, verás que el tiempo pasa volando ―exclamó la señora enternecida por la hermosa niña.Gema se acercó y la abrazó. La trabajadora social le dio unas palmaditas de consuelo en la espalda. La niña se separó y le dedicó una sonrisa tierna―Gracias, señora Brown, es usted una persona muy buena y amable ―dijo Gema con adulación ―Queda un poco de jugo de naranja en el refrigerador y tengo sed, ¿puedo tomar un poco? Por favor. No sé si en el hogar al que voy habrá jugo del que me gusta.La mirada triste de la niña le rompió el corazón.―Sí, claro, querida, yo esperaré ―. Así le daría tiempo de calmarse un poco, sí, «podría perder un
Gema salió del hospital, programó el GPS de su móvil para llegar a la estación del tren más cercana. Caminó unas tres manzanas, pendiente de que la señora Brown no la estuviese siguiendo, no sabía el efecto que tendría en ella el laxante y cuanto tiempo tardaría en el baño.Al llegar a la estación se acercó a un mapa y buscó el tren que se dirigía a Whitehall en el distrito financiero de Londres. Una hora después, tras prácticamente haber atravesado la ciudad salía de la estación a escasas cuadras del edificio del consorcio empresarial que era propiedad de su padre.Su GPS la guio por las calles desconocidas hasta la dirección que estaba escrita en las cartas, caminó mirando los edificios y vitrinas, nunca había estado en esa parte de la ciudad pensó mientras entraba en el lujoso edificio. Esperaba que su pap&a
Gema sentía que su corazón retumbaba, estaba muy nerviosa, no sabía que sentía en ese momento ahora que tenía a su padre enfrente, no sabía qué haría si la rechazaba o no quería ayudarla, su plan solo llegaba hasta allí, así que decidió que atacaría directamente.―Hola, Gema ―respondió su padre.Gael la miraba con intensidad. «Es una niña increíblemente bella», pensó, sus rasgos eran muy parecidos a los que recordaba de su madre, pero a diferencia de Ivanna, esta niña tenía los ojos azules típicos de los Evans. No dudaba de su paternidad, Ivanna era virgen cuando se acostó con él, las fechas coincidían, pero al verla a los ojos se reafirmó su certeza de que esta niña era suya.El amor lo inundó, quería abrazarla, pero por su actitud creía que ella no aceptar