Un par de semanas después del atentado contra Gael, Blake recibió la noticia de que Vladimir, junto a otros hombres rusos, habían ingresado al país por un pequeño aeropuerto privado que se encontraba cerca de la casa que vigilaban los hombres de Bear. Esa noche sus espías fotografiaron al ruso entrando a la residencia, junto a él estaban el piloto y copiloto de su avión privado. También le acompañaban tres personas más que se suponía eran miembros de su personal, más estos hombres no pudieron ser identificados por sus contactos en la policía. Bear le informó que la seguridad de la casa había aumentado desde la llegada de Vladimir y había mucho movimiento de personas entrando y saliendo.
―Creo que llegó la hora que estábamos esperando, se preparan para actuar ―opinó Blake mostrándole a Gael las fotografías que recibi&oa
Frente a los monitores de la habitación del pánico Gema esperaba que Claire terminara de ver su programa favorito de televisión porque por lo general iba a la cocina a buscar agua antes de ir a dormir. Le tenía preparada una broma. Descubrió que podía grabar sonidos y voces y trasmitirlos por las bocinas de sonido que estaban distribuidas por toda la casa. La serie que miraba Claire era de terror y para asustarla hizo una grabación utilizando un distorsionador de voz que simulaba a un fantasma. Entre la oscuridad de la cocina, la voz fantasmagórica y los nervios de la chica se pegaría un buen susto, pensó riendo de anticipación. La niña se divertía asustándola y Claire siempre caía. «Es tan predecible», pensó Gema divertida.Para matar el aburrimiento mientras esperaba, se paseó por todo los monitores conectados a las cámaras de seguridad d
El hombre rubio lanzó un grito de rabia al ver a su compañero en el piso con los ojos abierto, no había ninguna duda de que estaba muerto. Aún con el arma en la mano tomó a Claire del cabello gritándole a Boris―Nos vamos.Boris arrastró a Ivanna por el brazo, la hizo bajar las escaleras para seguir al rubio y a Claire, hasta el estacionamiento. Al salir de la casa Ivanna vio a los guardias tirados sobre el suelo.―¿Están muertos? ―preguntó con preocupación.―No, solo los drogué con un potente somnífero que agregué al termo de café que la señora Harrison nos preparó después de la cena.―¿Y la señora Petrov y la señora Harrison también están drogadas?―Sí. ¿Qué crees que ando matando mujeres? Esta tonta ―dijo señalando a Claire que caminaba delante con el r
Ivanna miró a su alrededor, el avión era lujoso, pero no se comparaba a la aeronave que la llevó a Suiza a los quince años, este era más pequeño. El espacio donde se encontraba parada sin saber qué hacer, parecía el salón de un pequeño y lujoso apartamento. Una gruesa alfombra cubría el piso, tenía dos áreas bien definidas, una con cuatro cómodos sillones blancos con una mesa pequeña en el centro y otra al final con dos asientos con una mesa entre ambos. Contaba además con minibar y un televisor grande para mayor comodidad de los pasajeros. Al final del salón había otra puerta posterior por donde el rubio se había llevado a ClaireIvanna estaba muy preocupada por la chica, se imaginó lo que el canalla le estaba haciendo y la rabia la inundó. Miró a su alrededor buscando un arma que pudiera usar, pero a excepción de lo
Gael se encontraba igual de desesperado que Blake, por enésima vez miró su móvil, necesitaba ver como la distancia entre su mujer y ellos se reducía. Aunque eso significaba que el avión donde se encontraba Ivanna y Claire no había despegado, la información no mitigaba ni un ápice su ansiedad. Hasta que no volviera a tener a su esposa sana y salva en sus brazos no podría respirar con normalidad. En ese momento su móvil sonó, era Bear para informarle que había llegado al aeropuerto. A ellos solo les faltaban pocas millas para llegar.Pasaron por las puertas sin vigilancia y se dirigieron a la pista, tal como le aseguró el motorizado el avión no había levantado vuelo aún. A pesar de que había varias aeronaves paradas en la pista, solo una tenía las luces encendidas y la puerta abierta. Por las siglas confirmaron que era el avión en el cual Vladimir
Ivanna y Gael llegaron a su casa cuando estaba amaneciendo, habían tenido que ir al hospital para un control médico antes de pasar por la policía para prestar declaración. El incidente tenía implicaciones políticas porque el gobierno ruso le otorgó a Vladimir Kuznetsov pasaporte diplomático en un intento de protegerlo de averiguaciones relacionadas con la corrupción y el lavado de dinero que eran parte de los negocios ilegales del oligarca.El cansancio y el estrés les estaban pasando factura, sobre todo a Ivanna que casi no podía mantenerse en pie. Al llegar encontraron todas las luces de la casa encendidas, los hombres habían despertado y estaban en sus puestos de vigilancia atentos a cualquier eventualidad. Gema se encontraba dormida en el sofá de uno de los salones, siendo cuidada por la señora Harrison y la señora Petrov, quienes se levantaron al verlos llegar.
Poco a poco los Evans volvieron a su rutina. Su nombre no fue asociado al secuestro porque los hijos de Vladimir se habían movido con suficiente rapidez para tapar el escándalo. El gobierno de Rusia informó que el oligarca había muerto en un secuestro dando a entender que él había sido la víctima. Gael aceptó esas declaraciones con la condición de que dejaran el nombre de su familia fuera de las noticias y que no hubiese más atentados por parte de los Kuznetsov. En caso de querer cobrar venganza por la muerte de su padre, Gael sacaría las pruebas de lo que realmente sucedió. A través de un abogado Alexander y Dimitri los hijos mayores de Vladimir firmaron un acuerdo que exoneraba a los Evans de la responsabilidad de la muerte de su progenitor a cambio de silencio.Unas semanas después Ivanna descubrió que estaba embarazada. Darle la noticia a Gael fue una de las cosas m&aa
Segunda ParteKaterina estaba nerviosa, en ese momento no sabía si quería ver a su hermana después de tantos años. Al principio estaba furiosa con ella, sentía que la había obligado a vivir su destino, después al pensar en frío las cosas, se dio cuenta de que Ivanna no podía saber lo que ocurriría y su ira pasó. Aunque aún no estaba segura de que decirle cuando se vieran, había pasado tanto tiempo desde que eran unas niñas pequeñas que todo se lo contaban. Su hermana había sido su mejor amiga en su niñez y ahora tenía dudas de cómo tratarla, para ella era una completa extraña, una desconocida. Si bien era cierto que la había extrañado un mundo cuando se marchó, ahora no sabía qué sentir con respecto a Ivanna. Después de casarse con Vladimir el rencor anidó en su pecho durante
Katerina lloró largo rato, sus sollozos fueron bajando de intensidad hasta que solo hipó, se sentía agotada, pero en calma la tormenta había pasado. Levantó su cabeza y se dio cuenta de que estaba recostada en las piernas de su hermana, mientras esta acariciaba su cabello. Se tensó por haber perdido el control, durante un segundo pensó que Vladimir se enfadaría. Al recordar que estaba muerto y de que estaba con su madre y con Ivanna se relajó. Katya le acercó un vaso con agua, se sentó para tomarlo y de inmediato un gato naranja, se subió y se acomodó entre ella y su hermana, sorprendiéndola.―No te preocupes por él, es Sasha, el gato de Gema y mi eterno protector ―explicó Ivanna acariciándolo por el lomo.―Es hermoso ―dijo Katerina acariciándolo con suavidad.―¿Te sientes mejor? ―preguntó Ivanna, en su mirada se reflejaba l