-Tranquilo Nick, todo va a salir bien- le susurró Clara a su cuñado. Mientras ambos eran escoltados por dos hombres del Grupo Sol hacia dentro de la mansión donde aguardaba su enemigo.La joven sintió un fuerte tirón en su brazo- Cállate traidora- Gruñó el hombre.Clara contuvo sus ganas de mandarlo a la mierda y optó por respirar profundo por la nariz para mantener la compostura. Por otra parte, Nick no dijo nada, no quería provocar una pelea de la que no sabría si saldría con vida. Su cuñada le había dicho que su padre no sería capaz de lastimar a su propia sangre. Pero realmente no estaba seguro de si eso era cierto.Hasta que no viera frente a él a su hermano mayor, no estaba seguro si aún seguía con vida.Llegaron a la puerta cerrada del despacho del señor White.-Señor, los tenemos- indicó uno de los hombres.-Hágalos pasar- ordenó con la voz sin emociones.De un momento a otro Clara y Nick fueron arrojados sin cuidado dentro del cuarto, cayendo de bruces al suelo. La joven cerr
Todo pasó muy rápido ante la mirada de Clara. Pudo haber sido más rápida y esquivar el agarre del señor White si los analgésicos no hubiesen dejado de hacer efecto en su cuerpo. Pero no fue así, de un momento al otro el hombre la estaba agarrando por detrás y presionando el arma en su cien. No tuvo que levantar la vista para saberlo, el frío del metal contra su piel la hizo temblar de miedo.-Ni un paso más- advirtió el hombre mientras retrocedía sin soltar a Clara.Ivan y Erik se detuvieron en seco.-¡Padre, suéltala!-chilló Nick con los ojos llorosos.Erik observó con sorpresa a quien había considerado su amigo.-¡Bastardo! ¡Esto es tu culpa!- le gritó enfurecido, había estado guardando su rencor todo este tiempo mientras había estado secuestrado en la sucia habitación.El señor White se rió con fuerza haciendo doler los tímpanos de la joven.-¿Qué esperabas? ¿Qué estuviera de tu lado? Su lugar es aquí conmigo.-¡Ya basta!- gritó Ivan, llamando la atención de todos, hasta de Clara,
Ivan estaba parado en el mismo lugar sin saber hace cuantas horas, pero no quería moverse aunque sus extremidades se habían entumecido. Temía que si se alejaba del cajón donde descansaba su hermano, se iría para siempre. Temía perderlo, olvidar su rostro, su risa, todo…. No había llorado, no desde que lo vio morir delante de él. Toda la habitación estaba decorada con cientos de hermosas flores de todos los colores que asemejaban al jardín trasero de la casa donde habían crecido y donde a Nick más le gustaba pasar las tardes. Era lo que menos podía hacer por él, que su viaje hacia el otro plano fuera lo más placentero posible. De repente una mano se posó suavemente en su hombro, pero no fue capaz de alejar sus ojos de su hermano. -Ivan…- dijo la voz masculina e inconfundible de Erik, su cuñado- Ella está aquí. El joven azabache no respondió, ni movió ni un solo músculo. Sabía a quién se refería, a Clara, su amada. A quien no había visto desde ese horrible día en la casa del grupo
-Clara, ya es tarde, vamos a casa por favor- protestó Micaela, la mejor amiga de Clara.La joven apoyó con frustración su frente en el pupitre, esperando a que su amiga se dignara a guardar los libros y salir de allí juntas.-Ya casi termino…- exclamó concentrada la castaña natural de largos rizos pronunciados y mirada color miel que estaba fija en su trabajo práctico de la materia de primeros auxilios de la carrera de medicina.Micaela puso los ojos en blanco y se puso a jugar con su teléfono, sabiendo que el “Ya casi termino” de su vieja amiga era una completa mentira.Todos en la carrera de medicina sabían que Clara era una traga libros, la más nerd de todos, la primera en su clase.Entregaba los trabajos al día y no faltaba a ninguna clase, por más exhausta que estuviera.Micaela miró a su amiga de reojo con admiración.La joven sabía que, si su amiga se esforzaba mucho por tener la mejor calificación de la cursada, era porque realmente lo necesitaba.No había que ser muy astuto p
-¿Cómo está mi padre doctor?- preguntó el joven de cabellos negros como la noche y mirada igual de escura, al médico personal de la familia White. Su padre, llamado Frank White o mejor conocido Sr. White, era líder de la primera familia, El famoso y temido Grupo Sol que lideraba la mafia de la ciudad.-Está delicado joven Withe, lo recomendable es que haga reposo por un tiempo y que no se haga mala sangre por nada- dijo el médico.Iván White asintió con la cabeza sin mostrar ninguna emoción.“Así que llegó mi momento de tomar el mando, me he estado preparando para este momento durante toda mi vida”-Gracias por cuidarlo, ya puede retirarse- exclamó el joven.El médico se inclinó en señal de respeto y salió del pasillo junto con un guardaespaldas de la familia que lo escoltaron hacia la familia.Iván entró con cuidado al cuarto de su padre, donde era constantemente vigilado por dos de sus guardaespaldas, cada uno parado en postura recta contra una de las esquinas, con la mirada felina
La patada voladora de Clara fue certera en el pecho del hombre del doble de tamaño que ella.El grandulón italiano cayó de lleno como un muñeco de trapo contra una pila de bolsas de basura.Clara rápidamente se giró hacia el otro hombre que la apuntaba con el arma y con otra patada mandó a volar la pistola muy lejos de allí.El mafioso italiano gruñó, furioso de que una mujer lo desarmara tan fácil humillando su ego masculino, el hombre comenzó a arremeter contra la castaña intentando golpear el rostro de su enemiga, pero Clara fue más rápida, gracias a su pequeña estatura y delgadez, esquivó con agilidad cada golpe con solo mover su cuerpo de un lado hacia el otro.Iván aún estaba viendo atónito la escena que parecía sacada de una película de acción con la mujer como protagonista, como si fuera una agente encubierta fingiendo ser una prostituta.No podía creer que esa mujer estuviera dándole duro y sin asco a dos hombres que se habían preparado toda su vida para ser máquinas de matar
Clara cerró la puerta trasera de antro con fuerza, aún sosteniéndola por si a ese extraño y peligroso hombre se le ocurría volver a entrar.Mientras se aferraba a la puerta como si su vida dependiera de ello, Clara no podía calmar el fuerte latido de su corazón.“¿Qué me está pasando?” Se preguntó a sus adentros, sintiendo que todo su cuerpo temblaba y un calor infernal invadía cada rincón de su ser como si estuviera abrigada con mil prendas y no desnuda con dos diminutas piezas de tela.Esos ojos negros como la noche, tan peligrosos y llenos de banderas rojas la habían abrumado como nunca antes ningún hombre lo había hecho.Toda su vida había pensado que el amor y el sexo eran cosas poco importantes, dándole prioridad a sus estudios y a mantener el negocio de sus padres a flote.¿Por qué ahora pensaba de forma indebida en ese maleante?Clara no pudo evitar imaginar cómo se sentirían esos glúteos firmes entre sus manos y cómo sabría esa boca que había besado su mano.“Seguramente a ta
Clara llegó agotada de la facultad, pero con una pizca de esperanza, sabía que le había ido bien en el examen de anatomía, aunque mientras resolvía las preguntas, que para ella eran pan comido, no había podido dejar de pensar en ese hombre misterioso que la distraía constantemente del papel frente a ella.Especialmente cuando llegó a la parte anatómica masculina.Sus mejillas se encendieron al ver las partes íntimas masculinas, como si fuera una niña avergonzada, tuvo que taparlos con su mano, incapaz de mirar la imagen sin pensar en cómo sería ese hombre allí abajo.Entró al local de comida de su familia más tranquila que nunca, sabiendo que los matones no los molestarían hasta el próximo mes.Pero cuando encontró a su tío llorando contra el mostrador supo que algo no estaba bien.-¿Tío?- preguntó acercándose al hombre- ¿Qué pasa? ¿Qué sucede?El hombre sollozó el silencio sin responder.-Tío… por favor contesta, dime que pasó.El hombre negaba con la cabeza, que estaba escondida ent