-¿Estás lista Clara?- preguntó Erik tomando su propio bolso con sus cosas personales, sin darse cuenta que no había cerrado el cierre y todo el interior cayó por todo el suelo del living- Mierda…- exclamó agachándose.Clara, que estaba sentada en el sillón junto con su bolso maternal y ropa cómoda de pijama, no pudo evitar reírse. Aunque quería ayudar sería imposible agacharse con el peso de la panza.-¿Estás nervioso Erik?- Se burló.El joven bufó mientras guardaba todo en el bolso.-Mentiría si dijera que no, jamás pensé en tener hijos y creí que entonces nunca tendría que estar cerca de algo así…- exclamó cerrando el ojo- Realmente me dan miedo estas cosas.-Erik, no estás ayudando ... .- exclamó molesta.-¡Perdón!, pero de solo pensarlo, las agujas, la cirugía…y… y…-¡Basta!- chilló la joven-Además tú no vas a estar ahí.-¡Aun así!- dijo nervioso. Luego respiró profundamente y colocó su mochila en su espalda y tomó el bolso de Clara que lo miraba con una cara de pocos amigos- Está
Lo último que Clara recordaba era que estaba acostada en la camilla en el quirófano rodeada de médicos y con una pequeña cortina debajo de sus pechos. No podía sentir nada de su cintura para abajo mientras los médicos trabajaban en el parto asistido.Lo único que pudo hacer fue contener las lágrimas de emoción y miedo mientras esperaba el llanto de su hijo. Cuando el bebé lloró finalmente ella también lloró, viendo como alzaban al niño y lo acercaban a su pecho por unos minutos antes de llevarlo a control.-Hola pequeño…- exclamó suavemente, besando su pequeña cabecita con una mota de peli negro.Al principio estaba aterrorizada de que su hijo tuviera algún parecido con su ex, pero al verlo tan diminuto e inocente descansando en su pecho pensó que no podía ser más perfecto, que no quería que fuera de otra forma.Luego de un rato finalmente había sido llevada a la habitación para recuperarse de la operación. En ese mismo momento llegó Nick con una amplia sonrisa en el rostro, aunque su
Lo primero que sintió Erik al despertarse fue el frío contra su cuerpo y la dureza de la superficie donde estaba recostado. Liberó un quejido de dolor mientras parpadeaba pesadamente y abría y cerraba su boca al sentir un dolor punzante en su mandíbula como si le hubieran dado un fuerte golpe en esa zona.-Mmmm- se quejó.Cuando sus párpados finalmente le hicieron caso y se abrieron por completo. Pudo distinguir las formas y colores a su alrededor que comenzaron a tomar sentido. Todo era gris, el techo y las paredes, de no ser por algunas manchas de humedad, todo sería monocromático. Notó que no había muebles, ni nada más que una puerta de hierro y en el lado contrario de la habitación una pequeña ventana muy a lo alto.-¿Qué…?- apenas pudo decir, sintiéndose mareado y con náuseas- ¿Dónde estoy?- Se preguntó a sí mismo.-Si hubiera sabido que mi castigo sería tener que estar en el mismo cuarto que tú, hubiese preferido morir.La voz de otra persona en el cuarto le erizó la piel y le
Nick cerró todas las puertas y ventanas de la cabaña con cerrojo. Apagó todas las luces que no eran necesarias y que podrían llamar la atención de sus enemigos. Necesitaban pasar desapercibidos lo mejor posible hasta que las cosas se calmaran.Por el rabillo del ojo vio a Clara levantándose de la silla de ruedas con su niño en brazos.-¿Qué haces? No te levantes- exclamó alarmado.La joven madre lo ignoró y le entregó su bebé, que ahora dormía plácidamente entre cobijas, a la mujer que la ayudaría a cuidarlo. Erik se había encargado de tener en casa todo lo necesario para el cuidado del niño mientras estuvieran ocultos, y eso incluía ayuda en la crianza.-Por favor, cuídalo bien mientras no estoy- pidió la joven.La mujer mayor tomó al pequeño y Clara se acercó a darle un suave beso en su frentecita. Luego la empleada se lo llevó hacia el piso superior.Nick arqueó las cejas con confusión.-¿Mientras no estás? ¿De qué estás hablando Clara?La joven caminó hasta el baño y abrió el boti
-Tranquilo Nick, todo va a salir bien- le susurró Clara a su cuñado. Mientras ambos eran escoltados por dos hombres del Grupo Sol hacia dentro de la mansión donde aguardaba su enemigo.La joven sintió un fuerte tirón en su brazo- Cállate traidora- Gruñó el hombre.Clara contuvo sus ganas de mandarlo a la mierda y optó por respirar profundo por la nariz para mantener la compostura. Por otra parte, Nick no dijo nada, no quería provocar una pelea de la que no sabría si saldría con vida. Su cuñada le había dicho que su padre no sería capaz de lastimar a su propia sangre. Pero realmente no estaba seguro de si eso era cierto.Hasta que no viera frente a él a su hermano mayor, no estaba seguro si aún seguía con vida.Llegaron a la puerta cerrada del despacho del señor White.-Señor, los tenemos- indicó uno de los hombres.-Hágalos pasar- ordenó con la voz sin emociones.De un momento a otro Clara y Nick fueron arrojados sin cuidado dentro del cuarto, cayendo de bruces al suelo. La joven cerr
Todo pasó muy rápido ante la mirada de Clara. Pudo haber sido más rápida y esquivar el agarre del señor White si los analgésicos no hubiesen dejado de hacer efecto en su cuerpo. Pero no fue así, de un momento al otro el hombre la estaba agarrando por detrás y presionando el arma en su cien. No tuvo que levantar la vista para saberlo, el frío del metal contra su piel la hizo temblar de miedo.-Ni un paso más- advirtió el hombre mientras retrocedía sin soltar a Clara.Ivan y Erik se detuvieron en seco.-¡Padre, suéltala!-chilló Nick con los ojos llorosos.Erik observó con sorpresa a quien había considerado su amigo.-¡Bastardo! ¡Esto es tu culpa!- le gritó enfurecido, había estado guardando su rencor todo este tiempo mientras había estado secuestrado en la sucia habitación.El señor White se rió con fuerza haciendo doler los tímpanos de la joven.-¿Qué esperabas? ¿Qué estuviera de tu lado? Su lugar es aquí conmigo.-¡Ya basta!- gritó Ivan, llamando la atención de todos, hasta de Clara,
Ivan estaba parado en el mismo lugar sin saber hace cuantas horas, pero no quería moverse aunque sus extremidades se habían entumecido. Temía que si se alejaba del cajón donde descansaba su hermano, se iría para siempre. Temía perderlo, olvidar su rostro, su risa, todo…. No había llorado, no desde que lo vio morir delante de él. Toda la habitación estaba decorada con cientos de hermosas flores de todos los colores que asemejaban al jardín trasero de la casa donde habían crecido y donde a Nick más le gustaba pasar las tardes. Era lo que menos podía hacer por él, que su viaje hacia el otro plano fuera lo más placentero posible. De repente una mano se posó suavemente en su hombro, pero no fue capaz de alejar sus ojos de su hermano. -Ivan…- dijo la voz masculina e inconfundible de Erik, su cuñado- Ella está aquí. El joven azabache no respondió, ni movió ni un solo músculo. Sabía a quién se refería, a Clara, su amada. A quien no había visto desde ese horrible día en la casa del grupo
-Clara, ya es tarde, vamos a casa por favor- protestó Micaela, la mejor amiga de Clara.La joven apoyó con frustración su frente en el pupitre, esperando a que su amiga se dignara a guardar los libros y salir de allí juntas.-Ya casi termino…- exclamó concentrada la castaña natural de largos rizos pronunciados y mirada color miel que estaba fija en su trabajo práctico de la materia de primeros auxilios de la carrera de medicina.Micaela puso los ojos en blanco y se puso a jugar con su teléfono, sabiendo que el “Ya casi termino” de su vieja amiga era una completa mentira.Todos en la carrera de medicina sabían que Clara era una traga libros, la más nerd de todos, la primera en su clase.Entregaba los trabajos al día y no faltaba a ninguna clase, por más exhausta que estuviera.Micaela miró a su amiga de reojo con admiración.La joven sabía que, si su amiga se esforzaba mucho por tener la mejor calificación de la cursada, era porque realmente lo necesitaba.No había que ser muy astuto p