34. Sin límites

Ha-na admiró el rostro joven, atractivo y hermoso de Heinz con esos ojos azules y su cabello marrón. Era hermoso, pese a ser de otro continente y cultura. Ese chico irradiaba masculinidad, fuerza y dominación. Ni pareciera que fuera cinco años menor que ella, porque se mostraba como alguien magnánimo y superlativo ante los demás. Se inclinó hacia él, apoyando ambas manos en los reposabrazos de la silla, acercándose hasta que pudo sentir la respiración lenta y controlada de Heinz rozando su piel. Cerró sus ojos rasgados por un momento, preparándose para lo que venía. No era un beso que deseaba dar, no era un nacido del amor o del deseo genuino. Pero el contrato lo exigía, y eso la ataba a cumplir, sin importar cómo se sintiera al respecto.

Así, cuando su boca se encontró con la de Heinz, lo primero que sintió fue el calor que emanaba de él. Era extraño cómo el contacto físico, por más impersonal que intentara ser, siempre traía consigo una ola de sensaciones. El beso empezó suave, casi
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo