Deja la bella Seda, caer la tela con que danzaba y le revela su lindo rostro a Mustafá, quien la mira con una gran sonrisa. A partir de los gritos, llegan al piso de arriba Demir y Abdul, a cerciorarse que pasaba.
—¿Alá por qué tanto escándalo? Por el profeta Abdul, que hace tu hijo merodeando la habitación de mi hija, vete de aquí muchacho.
—Sal de aquí Mustafá. Demir perdona.
—Entra Seda y cúbrete por favor—ordena su padre—vamos abajo Abdul, vamos.
Al llegar a la sala, Mustafá parece no estar asombrado con tanto alboroto, sonríe tan solo al recordar, la sensual forma cómo bailaba Seda y, a su vez concibe que tanto su padre como Demir, exageraron todo.
—Lo siento Demir—se excusa Abdul.
—Lo que hizo tu hijo Abdul, va contra las leyes del profeta, vio a mi hija con poca ropa ¿Dónde quedaron los modales de este jovencito?
—Nosotros nos vamos Demir, ve Mustafá y espérame en el auto—sale Mustafá de la casa y hace lo que demanda su padre.
—Espera Abdul, mi hija Seda ya está en edad de casamiento ¿Estás pensando lo mismo que yo?
—Si querido amigo, es la mejor idea que pudo haber pasado por mi cabeza. Quiero pactar el compromiso de mi hijo Mustafá con tu hija Seda. Ya la vio danzar y con poca ropa, es lo menos que puedo hacer, para resarcir la falta de mi hijo. Mañana mismo nos vemos, para planear su boda. Por la ofensa, te daré una buena fortuna. Te concederé unas acciones de mi compañía, que valen muchísimo dinero a cambio de la boda de los muchachos.
—Eres muy generoso Abdul, mañana paso muy temprano, por tu casa y voy con mi hija Seda. Hemos sido bendecidos en medio del caos.
—Nos vemos Demir, hablamos mañana con calma. Tengo que reprender a Mustafá, me hace pasar unas vergüenzas.
—No seas tan severo con el muchacho es muy joven todavía, también lo criaste lejos de nuestras costumbres, aún hay cosas que el chico no comprende—lo justica Demir.
—Seguramente, hasta pronto amigo—se despiden con un gran abrazo, dejando Abdul al padre de Seda con una gran sonrisa en sus labios, al haber hecho el mejor negocio de su vida.
Al entrar al auto, Mustafá se sorprende, ya que su padre no lo reprende como solía hacer, cuando cometía alguna falla censurable.
—¿No me vas abofetear papá?
—Respeta Mustafá, un error lo comete cualquiera, Demir tiene razón es mi culpa por haberte criado lejos de nuestro país—frunce Mustafá el ceño.
—Claro—musita Mustafá con gracia.
—¿Hijo que te pareció la hija de Demir? ¿Es muy bonita verdad? —busca su padre de persuadirlo.
—Si es linda, pero no me pareció nada del otro mundo—responde Mustafá.
Abdul lo mira de reojos en silencio, diciendo para sí mismo:
«Seguramente sigue pensando en esa occidental, ahora esa mujer es parte de tu pasado hijo». Lo continúa mirando muy fijamente y Mustafá lo cuestiona:
—¿Por qué me miras así papá? ¿Qué te traes?
—Hagamos una tregua Mustafá, por Alá, estar todo el tiempo disgustado contigo es desgastante—susurra su padre serenamente.
—Está bien—responde Mustafá bosquejando una sonrisa.
*****
Mansión de Demir Narçali.
Sube corriendo Demir al cuarto de su hija, de inmediato despide a sus amigas:
—Muchachas, ya es hora que se vayan a sus casas, necesito conversar con mi hija de un asunto. Vuelvan otro día por favor.
—Está bien señor Demir, Adiós Seda—se despiden, rápidamente sus amigas dejando la habitación. Al salir las chicas, Seda le pregunta a su padre:
—¿Me vas a reprender padre? Te juro que no fue mi culpa, no me di cuenta que la puerta estaba abierta, te lo juro papá.
—Tranquila hija, que no vengo a reclamarte nada. Vengo a darte una noticia.
—¿Cuál?
—¿Viste al joven, que sin querer las observaba, lo viste bien?
—Si papá, debe de tener casi mi edad ¿Quién es?
—Es el hijo de mi gran amigo Abdul Manzur hija, el hombre más rico de Turquía. Abdul quiere que acordemos el matrimonio entre ustedes.
—¿Es enserio papá?
—¿No te pareció agradable el muchacho?
—Claro que, si papá con todo respeto, es muy guapo—señala Seda muy sonriente.
—Muy apuesto hija y rico también. No pudiste haber caído, en mejores manos mi niña, te prometí que buscaría, un marido rico y guapo para ti ¿Te acuerdas?
—Si papá.
—Lo conseguí, ese hombre es Mustafá Manzur. Tu futuro esposo.
—¡Qué alegría gracias papá! —exclama Seda emocionada.
—Te mereces lo mejor mi princesa, fuiste muy bendecida, con la estrepitosa llegada de ese jovencito—se arroja Seda, encima de su padre para abrazarlo.
*****
Horas más tarde.
Mansión Manzur.
—Te noto muy sonriente querido—le dice Feriyek a su esposo.
—Fuimos bendecido por Alá querida.
—¿Por qué?
—Ya le encontré esposa a nuestro hijo Mustafá.
—Por Alá Abdul, nuestro hijo se enojará contigo, ya sabes cómo es de independiente y no le gusta que lo atosiguen.
—No vengas a arruinarme la noche mujer con tus estupideces, yo soy el hombre de esta casa y las cosas se hacen a mi modo. Ya deberías de saberlo, todos mis hijos están felizmente casados, solo me faltaba Mustafá y Seda es una joven muy hermosa, puede darnos los nietos, que Deniz la esposa de Kadhir se niega a darnos.
—No vayas a comenzar con eso, solo Alá sabe cuándo es el tiempo correcto, para bendecirlos con la llegada de sus hijos.
—Eso también me preocupa Feriyek, Kadhir lleva más de tres años casado con Deniz y nada, que se embaraza, no será infértil esa mujer. Tengo que ocuparme luego de ellos, sino hago que se divorcien, no quiero una mujer seca en nuestra familia.
—Te estás oyendo Abdul, Mustafá tiene razón estás anclado en el siglo pasado. Mejor me iré a dormir a la habitación de huéspedes, hiciste que me doliera la cabeza—se levanta Feriyek muy molesta, ante los comentarios retrógrados de su esposo y sale de la habitación.
Habitación de Kadhir y Deniz.
—Tenemos que ir al médico mujer, si no te embarazas pronto estaremos en problemas.
—Vuelves otra vez con lo mismo Kadhir, si quieres te puedes divorciar de mí y asunto resuelto.
—No digas eso ni en broma cariño, yo te amo Deniz, solo que mi padre, ejerce presión en mí y eso me atormenta.
—Tu padre es un troglodita, deberías exigirle que te dé una vez, lo que te corresponde de la herencia. Si esperamos a que él se muera, llegaremos nosotros también a viejos.
—¿Qué estás diciendo Deniz? ¿Te casaste conmigo por el dinero de mi familia? ¿Es eso lo que quieres decir? —se enfurece Kadhir y se llena de dudas.
—Cálmate cariño, claro que no. Sabes que me case contigo por amor, pero entiéndeme vivir así, bajo el yugo de tu padre, es frustrante y también tenemos, que tener nuestro propio espacio. No quiero que sigamos viviendo aquí en la mansión.
—Es muy fácil Deniz, démosle el nieto que, mi padre exige y tema resuelto—expone Kadhir mirándola con picardía.
¿Estará Deniz realmente enamorada de Kadhir Manzur?
En horas la noche se reúnen en la sala Feriyek, con sus hijos Kadhir y Mustafá. De pronto suena el timbre, va la muchacha del servicio abrir y es la hermana menor de Abdul, Halide quien los visita a esas horas.Entra rápidamente, bañada del ímpetu que la caracteriza y llega hasta la sala comentando:—Por Alá Mustafá, vine tan pronto me dijeron que estabas en Estambul, mis ojos se iluminan al verte hijo, mi Mustafá—la da un cálido y profundo abrazo a su sobrino favorito, mientras Feriyek y Kadhir se ríen de su temperamento.—Estás hermosa tía—la elogia Mustafá.—Verdad que sí, tu siempre tan galante—de la nada hace contacto visual con Deniz, la esposa de Kadhir quien es no santo de su devoción. Y le susurra a Mustafá: —Esta nada que se embaraza, seguramente la mala intención la tiene seca.—Tía no empiece—la reprende muy sutilmente Mustafá.—Ven aquí Kadhir también me alegra verte, ustedes son como mis hijos. Ya que no pude casarme por culpa de tu padre—abraza a Kadhir, con la misma fu
—Qué alegría, es bueno verlos por esta casa Demir, hola muchacha—los saluda Abdul muy emocionado, a Seda y a su padre.—Está muy linda tu casa Abdul. Se nota que Feriyek, tiene muy buenos gustos.—Gracias amigo, pronto también será tu casa Seda—indica Abdul a la muchacha y ella se sonroja.—Permiso, ¿puedo recorrer la casa? —pregunta Seda con timidez. —Claro que puedes, ve y córrela. Familiarízate con cada rincón de esta casa—señala Abdul sonriendo.—Ya vuelvo.—Ven Demir, tenemos que hablar de negocios, primeramente.—Así es amigo—se van juntos a platicar a solas.Comienza Seda a recorrer, los enormes espacios de la mansión y sube motivada por el fisgoneo hasta el segundo piso, la encantadora joven lleva su hermosa cabellera, esta vez cubierta con un velo y su vestimenta es muy recata. No obstante, lleva consigo esa sensual mirada rozagante y un hermoso brillo en su rostro, que ilumina más que los rayos del sol.Sin reserva, llega hasta la habitación de Mustafá sin saberlo. De la na
Las vegas, Nevada.Llega a la mansión Manzur en los Estados Unidos, Amelia la madre de Sheila en busca de Mustafá, la reciben un sujeto en la puerta, quien es uno de los hombres de la seguridad, que dirige Reis, mano derecha de Abdul Manzur.—Buen día joven, ¿ésta es la casa Mustafá Manzur?—Así es.—¿Estará el muchacho en casa?—¿Quién es usted?—Mi nombre es Amelia Antúnez. Dígale, que es la madre de su novia Sheila.—Deme unos minutos y en enseguida le doy información.Va el hombre al área de seguridad y llama de inmediato a Reis, para que este le indique que hacer con la señora.—Aló jefe, está de visita la señora Amelia, dice que es la madre de la novia del joven Mustafá.—No vayas a colgar Alí, aquí estoy con el jefe. Señor está en la mansión la madre de la muchacha, que tiene un amorío con su hijo Mustafá.—Amorío que palabra tan vulgar. Las mujeres occidentales, son así Reis vulgares—señala con jactancia.—¿Qué hacemos señor?—Díganle la verdad, que Mustafá se vino a Turquía,
Estambul, Turquía.Un fuerte dolor fustiga la cabeza de Mustafá, su amigo Emir le reveló lo que decía el mensaje, enviado a sus redes sociales supuestamente por Sheila, se pregunta porque le ha tocado vivir de este modo tan intenso siendo tan joven. Meses atrás era un chico tan feliz con planes a futuro, y ahora toda a esta fortaleza se derriba frente a su rostro. Sopesa que, en este punto, ya ni quiera gozará de armonía, todo su entorno lo percibe como un verdadero calvario.Ingresa al despacho de su padre, ignorando todo lo que este planeo a sus espaldas. Le dice:—Necesito hablar contigo papá.—¿Qué ocurre hijo? —se muestra Abdul apacible.—¿Para cuándo es la boda?—¿Cuál boda? —disimula lo evidente.—No me dijiste, que pactaste con Demir mi boda con Seda.—Vaya que cambio tan repentino hijo, me alegra que hayas recapacitado, ¿se pude saber a qué obedece tal cambio?—No hagas preguntas papá y solo responde lo que te pregunte.—En un mes exactamente. Ya le diré a Demir para organiza
Un mes después…Bajo una boda típica musulmana, unen sus vidas en sagrado matrimonio Seda Narçali y Mustafá Manzur. En medio de rituales, según emana su religión y su riqueza cultural.Seda luce esplendida, con un hermoso vestido blanco, sus manos y pies van cubiertos de diversos símbolos, que según la tradición es para atraer la felicidad y desechar el mal de ojos.Todos se encuentran felices menos Mustafá, concibe toda aquella alquimia como un castigo del destino y no como el momento más feliz de su vida.Abdul y Demir como cabezas de familia, llevan a cabo el contrato formalmente donde Abdul le cede una buena cantidad de dinero, aparte de las acciones que ya le había entregado previamente. Los ojos de Demir, se anchan ante tan fuerte suma.—Eres muy generoso Abdul. Yo por mi parte, les compré un lujoso apartamento, para que vivan felices los recién casados.—No era necesario Demir, esta mansión es lo suficientemente grande para todos.—El casado casa quiere Abdul, es mejor así. Qui
Los padres de los recién, en vista que son unos musulmanes ortodoxos y conservadores, tal como lo establece su cultura, se posicionan a un costado de la habitación, que habían preparado para Seda y Mustafá, para su primer encuentro.Los chicos entran a la habitación, la vibrante mirada de Mustafá, se le clavaba como dardos en los ojos de Seda, quien estaba aún más nerviosa que él. Rápidamente Seda comenta:—Estoy muy asustada.—Si quieres, hablo con todos. Esto es vergonzoso—murmura Mustafá.—Eres muy raro Mustafá. Es lo que demanda la ley.—¿Cuál ley? ¿La que mi padre y Demir indican?, Por Alá Seda, el mundo ahora es distinto.—Mustafá, yo quiero ser tuya—susurra Seda al acercársele.—Mejor esperemos un poco, yo aún no estoy listo.Toma un vaso y lo rompe, corta velozmente su mano y enseguida empieza a sangrar. Seda lo mira muy asombrada, no contaba con tal proeza. Mustafá toma el pañuelo blanco y lo mancha con su sangre, con la intención de desmostarles a los presentes la castidad d
Al llegar a la nueva casa, Seda se emociona velozmente ya que se encuentra allí Meltem, quien es como su madre. Sale corriendo a sus brazos para abrazarla.—Es bueno verte Meltem ¿Qué haces aquí?—Tu padre me envió, para que ayudara hija.—Mi padre siempre pensando en todo y, principalmente en mi felicidad. Estoy muy feliz de tenerte a mi lado ¿No hay ningún problema Mustafá, con que Meltem viva con nosotros? —pregunta Seda.—No Seda, voy a la habitación—responde Mustafá desanimado.—¿Qué ocurre con el señor Seda?—¡Ay Meltem tengo tantas cosas que contarte!—Por Alá Seda, espero no sean malas noticias.—Me temo, que para mí si Meltem.—¿Qué paso?—Ayer Mustafá y yo no estuvimos juntos, no tuvimos intimidad Meltem te das cuenta, aún no me quiere, ni me desea como lo imaginé.—¿No entiendo? ¿Cómo mostró el pañuelo con tu sangre?—Se cortó la mano y manchó el pañuelo.—Vaya que es astuto ¿O sea que no te tocó?—No Meltem sigo siendo virgen. Ahora soy una esposa virgen—llora Seda con dis
Los Ángeles, California.Se sacude Sheila con el llamativo sonido del despertador, ya es hora de empezar con sus variadas tareas. Sheila decidió aceptar al doctor Holmes, como esposo y actualmente vive junto con él y su hijo en Los Ángeles. Su madre Amelia murió de un infarto fulminante, lo cual fue el detonante para hacer una vida al lado de Daniel. Su hijo Liam es un niño muy avispado y activo de cinco años. Todo este tiempo ha crecido creyendo que Daniel es su padre.El doctor Daniel Holmes, actualmente es un reconocido cirujano plástico en Beverly Hills. Fundó un consultorio junto con Sheila, quien es su asistente personal, han hecho una buena mancuerna no solo laboral, sino en su vida personal.—Mamá apúrate—indica Liam.—Ya voy hijo—responde Sheila—ve adelantándote amor, en un rato llego al consultorio—le dice a su esposo.—Date prisa querida o llegaremos tarde.—Dejo al niño en el colegio y te sigo.—¡Te amo! —exclama Daniel lanzándole un beso a la distancia.Sheila todo este t