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Capítulo 4: El pacto entre familias.

Deja la bella Seda, caer la tela con que danzaba y le revela su lindo rostro a Mustafá, quien la mira con una gran sonrisa. A partir de los gritos, llegan al piso de arriba Demir y Abdul, a cerciorarse que pasaba.

—¿Alá por qué tanto escándalo? Por el profeta Abdul, que hace tu hijo merodeando la habitación de mi hija, vete de aquí muchacho.

—Sal de aquí Mustafá. Demir perdona.

—Entra Seda y cúbrete por favor—ordena su padre—vamos abajo Abdul, vamos.

Al llegar a la sala, Mustafá parece no estar asombrado con tanto alboroto, sonríe tan solo al recordar, la sensual forma cómo bailaba Seda y, a su vez concibe que tanto su padre como Demir, exageraron todo.

—Lo siento Demir—se excusa Abdul.

—Lo que hizo tu hijo Abdul, va contra las leyes del profeta, vio a mi hija con poca ropa ¿Dónde quedaron los modales de este jovencito?

—Nosotros nos vamos Demir, ve Mustafá y espérame en el auto—sale Mustafá de la casa y hace lo que demanda su padre.

—Espera Abdul, mi hija Seda ya está en edad de casamiento ¿Estás pensando lo mismo que yo?

—Si querido amigo, es la mejor idea que pudo haber pasado por mi cabeza. Quiero pactar el compromiso de mi hijo Mustafá con tu hija Seda. Ya la vio danzar y con poca ropa, es lo menos que puedo hacer, para resarcir la falta de mi hijo. Mañana mismo nos vemos, para planear su boda. Por la ofensa, te daré una buena fortuna. Te concederé unas acciones de mi compañía, que valen muchísimo dinero a cambio de la boda de los muchachos.

—Eres muy generoso Abdul, mañana paso muy temprano, por tu casa y voy con mi hija Seda. Hemos sido bendecidos en medio del caos.

—Nos vemos Demir, hablamos mañana con calma. Tengo que reprender a Mustafá, me hace pasar unas vergüenzas.

—No seas tan severo con el muchacho es muy joven todavía, también lo criaste lejos de nuestras costumbres, aún hay cosas que el chico no comprende—lo justica Demir.

—Seguramente, hasta pronto amigo—se despiden con un gran abrazo, dejando Abdul al padre de Seda con una gran sonrisa en sus labios, al haber hecho el mejor negocio de su vida.

Al entrar al auto, Mustafá se sorprende, ya que su padre no lo reprende como solía hacer, cuando cometía alguna falla censurable.

—¿No me vas abofetear papá?

—Respeta Mustafá, un error lo comete cualquiera, Demir tiene razón es mi culpa por haberte criado lejos de nuestro país—frunce Mustafá el ceño.

—Claro—musita Mustafá con gracia.

—¿Hijo que te pareció la hija de Demir? ¿Es muy bonita verdad? —busca su padre de persuadirlo.

—Si es linda, pero no me pareció nada del otro mundo—responde Mustafá.

Abdul lo mira de reojos en silencio, diciendo para sí mismo:

«Seguramente sigue pensando en esa occidental, ahora esa mujer es parte de tu pasado hijo». Lo continúa mirando muy fijamente y Mustafá lo cuestiona:

—¿Por qué me miras así papá? ¿Qué te traes?

—Hagamos una tregua Mustafá, por Alá, estar todo el tiempo disgustado contigo es desgastante—susurra su padre serenamente.

—Está bien—responde Mustafá bosquejando una sonrisa.

*****

Mansión de Demir Narçali.

Sube corriendo Demir al cuarto de su hija, de inmediato despide a sus amigas:

—Muchachas, ya es hora que se vayan a sus casas, necesito conversar con mi hija de un asunto. Vuelvan otro día por favor.

—Está bien señor Demir, Adiós Seda—se despiden, rápidamente sus amigas dejando la habitación. Al salir las chicas, Seda le pregunta a su padre:

—¿Me vas a reprender padre? Te juro que no fue mi culpa, no me di cuenta que la puerta estaba abierta, te lo juro papá.

—Tranquila hija, que no vengo a reclamarte nada. Vengo a darte una noticia.

—¿Cuál?

—¿Viste al joven, que sin querer las observaba, lo viste bien?

—Si papá, debe de tener casi mi edad ¿Quién es?

—Es el hijo de mi gran amigo Abdul Manzur hija, el hombre más rico de Turquía. Abdul quiere que acordemos el matrimonio entre ustedes.

—¿Es enserio papá?

—¿No te pareció agradable el muchacho?

—Claro que, si papá con todo respeto, es muy guapo—señala Seda muy sonriente.

—Muy apuesto hija y rico también. No pudiste haber caído, en mejores manos mi niña, te prometí que buscaría, un marido rico y guapo para ti ¿Te acuerdas?

—Si papá.

—Lo conseguí, ese hombre es Mustafá Manzur. Tu futuro esposo.

—¡Qué alegría gracias papá! —exclama Seda emocionada.

—Te mereces lo mejor mi princesa, fuiste muy bendecida, con la estrepitosa llegada de ese jovencito—se arroja Seda, encima de su padre para abrazarlo.

*****

Horas más tarde.

Mansión Manzur.

—Te noto muy sonriente querido—le dice Feriyek a su esposo.

—Fuimos bendecido por Alá querida.

—¿Por qué?

—Ya le encontré esposa a nuestro hijo Mustafá.

—Por Alá Abdul, nuestro hijo se enojará contigo, ya sabes cómo es de independiente y no le gusta que lo atosiguen.

—No vengas a arruinarme la noche mujer con tus estupideces, yo soy el hombre de esta casa y las cosas se hacen a mi modo. Ya deberías de saberlo, todos mis hijos están felizmente casados, solo me faltaba Mustafá y Seda es una joven muy hermosa, puede darnos los nietos, que Deniz la esposa de Kadhir se niega a darnos.

—No vayas a comenzar con eso, solo Alá sabe cuándo es el tiempo correcto, para bendecirlos con la llegada de sus hijos.

—Eso también me preocupa Feriyek, Kadhir lleva más de tres años casado con Deniz y nada, que se embaraza, no será infértil esa mujer. Tengo que ocuparme luego de ellos, sino hago que se divorcien, no quiero una mujer seca en nuestra familia.

—Te estás oyendo Abdul, Mustafá tiene razón estás anclado en el siglo pasado. Mejor me iré a dormir a la habitación de huéspedes, hiciste que me doliera la cabeza—se levanta Feriyek muy molesta, ante los comentarios retrógrados de su esposo y sale de la habitación.

Habitación de Kadhir y Deniz.

—Tenemos que ir al médico mujer, si no te embarazas pronto estaremos en problemas.

—Vuelves otra vez con lo mismo Kadhir, si quieres te puedes divorciar de mí y asunto resuelto.

—No digas eso ni en broma cariño, yo te amo Deniz, solo que mi padre, ejerce presión en mí y eso me atormenta.

—Tu padre es un troglodita, deberías exigirle que te dé una vez, lo que te corresponde de la herencia. Si esperamos a que él se muera, llegaremos nosotros también a viejos.

—¿Qué estás diciendo Deniz? ¿Te casaste conmigo por el dinero de mi familia? ¿Es eso lo que quieres decir? —se enfurece Kadhir y se llena de dudas.

—Cálmate cariño, claro que no. Sabes que me case contigo por amor, pero entiéndeme vivir así, bajo el yugo de tu padre, es frustrante y también tenemos, que tener nuestro propio espacio. No quiero que sigamos viviendo aquí en la mansión.

—Es muy fácil Deniz, démosle el nieto que, mi padre exige y tema resuelto—expone Kadhir mirándola con picardía.

¿Estará Deniz realmente enamorada de Kadhir Manzur?

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