En horas la noche se reúnen en la sala Feriyek, con sus hijos Kadhir y Mustafá. De pronto suena el timbre, va la muchacha del servicio abrir y es la hermana menor de Abdul, Halide quien los visita a esas horas.
Entra rápidamente, bañada del ímpetu que la caracteriza y llega hasta la sala comentando:
—Por Alá Mustafá, vine tan pronto me dijeron que estabas en Estambul, mis ojos se iluminan al verte hijo, mi Mustafá—la da un cálido y profundo abrazo a su sobrino favorito, mientras Feriyek y Kadhir se ríen de su temperamento.
—Estás hermosa tía—la elogia Mustafá.
—Verdad que sí, tu siempre tan galante—de la nada hace contacto visual con Deniz, la esposa de Kadhir quien es no santo de su devoción. Y le susurra a Mustafá: —Esta nada que se embaraza, seguramente la mala intención la tiene seca.
—Tía no empiece—la reprende muy sutilmente Mustafá.
—Ven aquí Kadhir también me alegra verte, ustedes son como mis hijos. Ya que no pude casarme por culpa de tu padre—abraza a Kadhir, con la misma fuerza que, hace rato le manifestó a Mustafá.
—Ven Halide vamos a la cocina, para ayudar con la cena—le dice su cuñada Feriyek.
—Está bien querida—echa la vista al frente y convida a Deniz para que las acompañe—Ven aquí Deniz, ven ayudarnos. Que al menos sirva para algo esta mujer—murmura en el oído de Feriyek. Quien sonríe de inmediato.
Al irse juntas, sale de su despacho Abdul diciendo:
—¿Qué escandalo fue ese muchacho?
—Acaba de llegar la tía Halide—responde Kadhir a su padre.
—¿A esta hora? Halide es idéntica a Mustafá muy liberal.
—¿Vas a comenzar de nuevo papá?
—Ven hijo tenemos que conversar—le dice a Mustafá.
—Está bien—acepta y se van juntos, dejando a Kadhir pensativo en la sala.
Al llegar al despacho se encierran y Abdul toma la palabra:
—Mustafá ya acordé todo, para que comiences a estudiar y termines tu carrera en Estambul.
—Pero papá, ya estaba lo suficientemente avanzando en Nevada. Quiero irme de nuevo a los Estados Unidos, me gusta estudiar allá.
—No me contradigas hijo—se lo dice serenamente—también invité a Seda y a su padre, para que nos visiten mañana, así que te quiero en casa para recibirlos.
—¿Qué tengo que ver con ellos, apenas los conozco?
—Que empeño tuyo en contradecirme en todo Mustafá ¿Por qué no eres tan obediente como tus hermanos?
—Seguramente, porque ya han abolido la esclavitud.
—Suficiente Mustafá más respeto.
—Mejor me voy con mi tía, al menos es alegre.
—Si ve, pero mañana te quiero activo, para que atiendas a Seda.
Sale Mustafá del despacho frunciendo el ceño, sin embargo, remonta súbitamente sus bosquejos en Seda, recordando la manera tan sensual, de como se zarandeaba su cuerpo en aquel baile, recuerda su sutil tez blanca y su vientre plano al descubierto. Cae en cuanta, que siente mucha afinidad por mujeres con las finas facciones de Seda, asimismo como le atrajo aparte de su cuerpo, también le gusto su larga cabellera castaña clara, que se le podía apreciar muy brillante y bien cuidada. Continúa su camino pensado en Seda y tropieza con su tía Halide, notando ésta la tenue picardía en su mirada:
—¿Eso hermosos ojos brillan por alguna chica, no es así Mustafá? ¿Es por la occidental que conociste en Norteamérica?
—¡Sheila! —exclama repentinamente Mustafá y le dice a su tía—préstame tu teléfono tía.
—Si claro, pero vamos al jardín. Ya sabes nos pueden descubrir—Halide es una mujer perspicaz y en algunas oportunidades, es la alcahueta número uno de sus sobrinos, en especial de Mustafá.
*****
Mansión Narçali.
Después de cenar, se halla Seda abrigada en el sofá de la sala. Centra inmediatamente sus pensamientos en Mustafá, recuerda muy grácilmente cuando sus miradas se cruzaron fortuitamente, y como destilaban de sus ojos, un leve fuego voraz que irradiaba calor, sonríe irisadamente al recordar lo trasmitido en ese baile. Llega su padre y la observa bosquejar una tímida sonrisa y se le acerca:
—El que ríe solo, de su picardía se acuerda hija mía.
—Ja, ja, ja padre me asusto.
—No fue mi intención mi princesa, me alegra tanto verte feliz. Tu felicidad también es la mía cariño.
—Lo sé papá, se cuánto me amas y también cuanto me proteges.
—Siempre estaré para ti, no olvides eso Seda.
—¿Mañana iremos a la mansión Manzur? Eso me pone algo nerviosa.
—Si iremos hija, te gusto mucho Mustafá, lo puedo notar en tu mirada, estoy convencido que es por ese muchacho tantos suspiros.
—¡Papá! —exclama apenada.
—No sientas vergüenzas Seda, que ya pronto ese muchacho será tu esposo—la mira su padre sonriendo, bosquejando una cálida sonrisa.
*****
Mansión Manzur.
Después de la cena, se reúnen en el salón y comienzan todos a bailar, Halide había traído la alegría a la casa. Mustafá se olvida, por un momento de sus problemas y se relaja junto con su familia, toma a su tía comienza a danzar con ella, mientras que ella lo enseña a bailar, como lo hacen en su cultura. No ha podido comunicarse de ningún modo con Sheila, ya pronto ingeniará la forma de hacerlo de nuevo.
Al terminar sus horas de disfrute familiar, todos se retiran a dormir quedando Mustafá, solo con sus pensamientos, desecha la idea no volver a los Estados Unidos, pero por ahora no tiene más salida sino obedecer a su padre, por otro lado, anhela nuevamente otro encuentro con Sheila, su imagen se mantiene intacta en su mente y corazón. Concibe que una mujer como ella, es difícil de olvidar, ciertamente entre ellos no hubo engaños aparentes, solo la arrogancia de su padre disfrazada de protección, es lo que los mantienen separados forzadamente.
Llega su hermano Kadhir, debido a que había discutido con su esposa Deniz y se arrima a su hermano menor:
—¿Aún no te has ido a dormir Mustafá?
—No hermano, en un rato. Tu deberías ir con tu esposa.
—Deniz y yo acabamos de discutir.
—Es normal entre las parejas.
—¿Tu discutías mucho con tu novia?
—Mejor no hablemos de eso Kadhir, que te conozco muy bien. Cualquier cosa dicha por mí, delante de ti, puede ser usado en mi contra—se muestra Mustafá muy perspicaz.
—¿Todavía sientes desconfianza de mí?
—Si Kadhir, el leopardo no cambia sus manchas. Ahora sí, me voy acostar buenas noches—expresa Mustafá con toda sinceridad.
Se aleja, dejando a su hermano conmovido por sus palabras. Su tía había oído todo y se aproxima, hasta donde está Kadhir:
—Ya ves Kadhir, en esta vida se siembra lo que se cosecha. Ese miedo tuyo, por tu padre te ha alejado de la confianza de tus hermanos.
—¿Crees que soy malo tía?
—No cariño, al contrario, de los tres tu eres el más noble. Solo que ese terror, que le tiene a Abdul te juega en contra, hasta te escogido una mala mujer.
—Tía.
—Solo digo la verdad, esa Deniz, nunca he simpatizado con ella, es una caza fortunas. Abdul para lo que debe que tener habilidad no tiene, es un bruto. Me tenía, que haber dejado a mí, escogerte a la esposa. Ya hasta, tuvieras muchos hijos merodeando por toda la casa.
—Es suficiente tía.
—Lo siento cariño, solo digo la verdad.
—Hay verdades, que duelen más que una mentira tía.
Abraza Halide, inmediatamente a su atormentado sobrino, con el propósito de brindarle un poco de consuelo.
—Qué alegría, es bueno verlos por esta casa Demir, hola muchacha—los saluda Abdul muy emocionado, a Seda y a su padre.—Está muy linda tu casa Abdul. Se nota que Feriyek, tiene muy buenos gustos.—Gracias amigo, pronto también será tu casa Seda—indica Abdul a la muchacha y ella se sonroja.—Permiso, ¿puedo recorrer la casa? —pregunta Seda con timidez. —Claro que puedes, ve y córrela. Familiarízate con cada rincón de esta casa—señala Abdul sonriendo.—Ya vuelvo.—Ven Demir, tenemos que hablar de negocios, primeramente.—Así es amigo—se van juntos a platicar a solas.Comienza Seda a recorrer, los enormes espacios de la mansión y sube motivada por el fisgoneo hasta el segundo piso, la encantadora joven lleva su hermosa cabellera, esta vez cubierta con un velo y su vestimenta es muy recata. No obstante, lleva consigo esa sensual mirada rozagante y un hermoso brillo en su rostro, que ilumina más que los rayos del sol.Sin reserva, llega hasta la habitación de Mustafá sin saberlo. De la na
Las vegas, Nevada.Llega a la mansión Manzur en los Estados Unidos, Amelia la madre de Sheila en busca de Mustafá, la reciben un sujeto en la puerta, quien es uno de los hombres de la seguridad, que dirige Reis, mano derecha de Abdul Manzur.—Buen día joven, ¿ésta es la casa Mustafá Manzur?—Así es.—¿Estará el muchacho en casa?—¿Quién es usted?—Mi nombre es Amelia Antúnez. Dígale, que es la madre de su novia Sheila.—Deme unos minutos y en enseguida le doy información.Va el hombre al área de seguridad y llama de inmediato a Reis, para que este le indique que hacer con la señora.—Aló jefe, está de visita la señora Amelia, dice que es la madre de la novia del joven Mustafá.—No vayas a colgar Alí, aquí estoy con el jefe. Señor está en la mansión la madre de la muchacha, que tiene un amorío con su hijo Mustafá.—Amorío que palabra tan vulgar. Las mujeres occidentales, son así Reis vulgares—señala con jactancia.—¿Qué hacemos señor?—Díganle la verdad, que Mustafá se vino a Turquía,
Estambul, Turquía.Un fuerte dolor fustiga la cabeza de Mustafá, su amigo Emir le reveló lo que decía el mensaje, enviado a sus redes sociales supuestamente por Sheila, se pregunta porque le ha tocado vivir de este modo tan intenso siendo tan joven. Meses atrás era un chico tan feliz con planes a futuro, y ahora toda a esta fortaleza se derriba frente a su rostro. Sopesa que, en este punto, ya ni quiera gozará de armonía, todo su entorno lo percibe como un verdadero calvario.Ingresa al despacho de su padre, ignorando todo lo que este planeo a sus espaldas. Le dice:—Necesito hablar contigo papá.—¿Qué ocurre hijo? —se muestra Abdul apacible.—¿Para cuándo es la boda?—¿Cuál boda? —disimula lo evidente.—No me dijiste, que pactaste con Demir mi boda con Seda.—Vaya que cambio tan repentino hijo, me alegra que hayas recapacitado, ¿se pude saber a qué obedece tal cambio?—No hagas preguntas papá y solo responde lo que te pregunte.—En un mes exactamente. Ya le diré a Demir para organiza
Un mes después…Bajo una boda típica musulmana, unen sus vidas en sagrado matrimonio Seda Narçali y Mustafá Manzur. En medio de rituales, según emana su religión y su riqueza cultural.Seda luce esplendida, con un hermoso vestido blanco, sus manos y pies van cubiertos de diversos símbolos, que según la tradición es para atraer la felicidad y desechar el mal de ojos.Todos se encuentran felices menos Mustafá, concibe toda aquella alquimia como un castigo del destino y no como el momento más feliz de su vida.Abdul y Demir como cabezas de familia, llevan a cabo el contrato formalmente donde Abdul le cede una buena cantidad de dinero, aparte de las acciones que ya le había entregado previamente. Los ojos de Demir, se anchan ante tan fuerte suma.—Eres muy generoso Abdul. Yo por mi parte, les compré un lujoso apartamento, para que vivan felices los recién casados.—No era necesario Demir, esta mansión es lo suficientemente grande para todos.—El casado casa quiere Abdul, es mejor así. Qui
Los padres de los recién, en vista que son unos musulmanes ortodoxos y conservadores, tal como lo establece su cultura, se posicionan a un costado de la habitación, que habían preparado para Seda y Mustafá, para su primer encuentro.Los chicos entran a la habitación, la vibrante mirada de Mustafá, se le clavaba como dardos en los ojos de Seda, quien estaba aún más nerviosa que él. Rápidamente Seda comenta:—Estoy muy asustada.—Si quieres, hablo con todos. Esto es vergonzoso—murmura Mustafá.—Eres muy raro Mustafá. Es lo que demanda la ley.—¿Cuál ley? ¿La que mi padre y Demir indican?, Por Alá Seda, el mundo ahora es distinto.—Mustafá, yo quiero ser tuya—susurra Seda al acercársele.—Mejor esperemos un poco, yo aún no estoy listo.Toma un vaso y lo rompe, corta velozmente su mano y enseguida empieza a sangrar. Seda lo mira muy asombrada, no contaba con tal proeza. Mustafá toma el pañuelo blanco y lo mancha con su sangre, con la intención de desmostarles a los presentes la castidad d
Al llegar a la nueva casa, Seda se emociona velozmente ya que se encuentra allí Meltem, quien es como su madre. Sale corriendo a sus brazos para abrazarla.—Es bueno verte Meltem ¿Qué haces aquí?—Tu padre me envió, para que ayudara hija.—Mi padre siempre pensando en todo y, principalmente en mi felicidad. Estoy muy feliz de tenerte a mi lado ¿No hay ningún problema Mustafá, con que Meltem viva con nosotros? —pregunta Seda.—No Seda, voy a la habitación—responde Mustafá desanimado.—¿Qué ocurre con el señor Seda?—¡Ay Meltem tengo tantas cosas que contarte!—Por Alá Seda, espero no sean malas noticias.—Me temo, que para mí si Meltem.—¿Qué paso?—Ayer Mustafá y yo no estuvimos juntos, no tuvimos intimidad Meltem te das cuenta, aún no me quiere, ni me desea como lo imaginé.—¿No entiendo? ¿Cómo mostró el pañuelo con tu sangre?—Se cortó la mano y manchó el pañuelo.—Vaya que es astuto ¿O sea que no te tocó?—No Meltem sigo siendo virgen. Ahora soy una esposa virgen—llora Seda con dis
Los Ángeles, California.Se sacude Sheila con el llamativo sonido del despertador, ya es hora de empezar con sus variadas tareas. Sheila decidió aceptar al doctor Holmes, como esposo y actualmente vive junto con él y su hijo en Los Ángeles. Su madre Amelia murió de un infarto fulminante, lo cual fue el detonante para hacer una vida al lado de Daniel. Su hijo Liam es un niño muy avispado y activo de cinco años. Todo este tiempo ha crecido creyendo que Daniel es su padre.El doctor Daniel Holmes, actualmente es un reconocido cirujano plástico en Beverly Hills. Fundó un consultorio junto con Sheila, quien es su asistente personal, han hecho una buena mancuerna no solo laboral, sino en su vida personal.—Mamá apúrate—indica Liam.—Ya voy hijo—responde Sheila—ve adelantándote amor, en un rato llego al consultorio—le dice a su esposo.—Date prisa querida o llegaremos tarde.—Dejo al niño en el colegio y te sigo.—¡Te amo! —exclama Daniel lanzándole un beso a la distancia.Sheila todo este t
Llega Mustafá a su casa y motivado por un repentino impulso, sube corriendo a la habitación que comparte con Seda. Aquella habitación sombría que ocultaba las tristezas de ambos, la de Seda por no ser correspondida y la de él por seguir sumergido en un amor del pasado.De inmediato ambos hacen contacto visual, sin medir palabras, Seda se le abalanza encima y esta vez Mustafá le corresponde, lo seduce con mucha facilidad dejando claro que es una mujer seductora y ardiente. Quita su camisa y él hace lo mismo dejando sus pechos al descubierto. Enseguida se dejan sorprender por la avidez que cada uno manifiesta, juntos se liberan y intensifican un salvaje encuentro íntimo.Seda había esperado este momento con ansias, a pesar de ser una mujer virgen no se comporta como tal, velozmente lo seduce hasta contraer su erección, al sentirlo besa todo su pecho con ardiente frenesí bajando poco a poco su lengua hasta llegar a su sexo, para Mustafá todo aquello era novedoso y mágico. Nunca había exp