«¿ESE INFELIZ HIZO ALGUNA ESTUPIDEZ MÁS?», fue lo primero que pasó por mi cabeza, ya no era capaz de imaginar otra tontería. Robar, traicionar, ser papá y abandonar a la criatura... ¿Puede Lucas Sandoval tener problemas de la cabeza? Ese golpe de chiquito quizás fue más peligroso de lo que parecía y hasta ahora salía a relucir el tumor, la tendencia suicida o algo así de loco.Tal parece que yo no soy la única oveja negra de la familia, ahora éramos la feliz familia de ovejas multicolor que seguramente cualquier padre se arrepentiría de haber traído al mundo.En mi mente ya había matado a mi hermano como unas veinte veces, no era posible que yo esté emparentada con ese culero, traidor y egoísta que se atrevía a jodernos a todos, además de quizás dejar a su hijo huérfano. Porque seguro que saldrá de esto, pero en la cárcel. Ahí va a parar si las cosas siguen saliendo mal y si sigue por ese mal camino.Cerré los ojos, y me los tape con las manos recargada en la mesa, ya estaba derrotada
A l e x e i-Antes que nada, quizás deba contarles el porqué de mi plan. No me juzguen, tengo mis razones para ofrecerle a Melina aquella proposición de matrimonio.Todo había empezado el año anterior, cuando fue el bautizo de Kendra y Selena...Me peiné el cabello, y miré mi reflejo en el espejo. Realmente no se me miraban las ojeras que tenía por el cansancio; tratar de reducir la condena de tu madre en prisión no era tarea fácil. Pero había conseguido lograr que el siguiente año fuera posible, con una pequeña suma de dinero como contribución a los daños. Además, Lisa y Max retiraron los cargos.Mi hermano había escuchado con atención lo que le dije, mamá nunca quiso que las cosas se salieran de control y estaba arrepentida. Ella simplemente se rompió, paso más de veinte años siendo el secretito sucio del hombre que juro amarla, y luego la había abandonado con todo e hijo. No justificaba sus acciones, pero podíamos entenderle que no estaba en su mejor momento emocional y psicológic
Melina cerró los ojos, parecía muy avergonzada.—Me hice un "tratamiento" en los Emiratos Árabes, y no resultó nada bien como podrás imaginar. Pero no es contagioso, eso dijo mi dermatólogo —se cruzó de brazos—, quizás deba volver a vestirme...La tomé por las manos. —Cariño, de ninguna manera. Deseo verte completamente, eres demasiado preciosa para que eso arruine algo, agápi mú —susurré, tomándola por la cintura.Sonrió, y asintió. Seguimos jugando un rato, hasta que ambos quedamos en ropa interior. Y ambos estábamos solo un poquito, ligeramente… tomados. Estar piel contra piel, besar cada parte de su cuerpo, lamer su dulce y aromática sedocidad volvía locos mis sentidos.Disfrutaba muchísimo tenerla entre mis brazos como nunca lo había hecho con nadie...Yo si recordaba vagamente que cuando la hice mía, soltó un pequeño quejido de dolor. Era virgen. Yo fui su primero, aunque ambos estábamos algo tomados, los recordaba. Y trate de ser lo más cuidadoso posible, al principio. Porque
Salí del edificio todavía confundida.Alexei solo me dijo que esperara por su llamada, y que me explicaría todo después de una importante reunión de negocios. Entre tanto, yo tenía que decirles ahora mismo una mentira a mi familia. Él había pensado decir una pequeña mentira a mi familia para hacer parecer la historia entre nosotros muy verídica.Nos habíamos conocido en Grecia, y nos habíamos enamorado perdidamente. Pero nunca nos dijimos nuestras identidades y ahora al vernos, nos habíamos reconocido de aquella pequeña aventura en su país. Entre citas a ciegas, el amor había surgido. Nos reconocimos por nuestros rostros, porque nunca nos dijimos el nombre real. ¿Buena novela, no?Así que claro que perdonaría a la familia de la mujer que amaba, aunque le hayan robado a la prometida y el anillo.—Ok, no es una locura por completo. Puedo hacerlo —tragué saliva, subiéndome a mi camioneta—. ¿Verdad?Me quedé un rato detrás del volante sin saber cómo iba a convencer a mi familia. Alexei me
—¿Entonces, te ama? —preguntó mi papá, con los ojos entrecerrados. Parecía dudarlo.¡Oh, por favor! ¿Quién no me amaría? Me ofende que dude, aunque técnicamente es una farsa, si me molestaba que pensara que no podía ser capaz de enamorarse de mi un hombre como Alexei. Pero la pequeña posibilidad de que un día pueda suceder, no se me quitaba de la mente.—Pues claro. Se quedó tan triste cuando me fui de Grecia que me siguió por algunos países más, pero ya conociendo nuestros rostros. Fue amor a primera vista, y luego surgió éste problema de acá justo cuando íbamos a revelar nuestras identidades, los nombres reales...Mi mamá hizo un puchero.—Qué pena, Mel. Les arruinamos su pequeño romance...Me encogí de hombros.—Si, bueno, entonces nos vimos frente a frente hoy y llegamos al acuerdo de que él no iba a presentar cargos ni a demandar a mi hermano, si él entregaba la joya. Además, me propuso matrimonio. Hará está excepción porque seremos familia y no quiere que tengamos sembrada la di
Estaba escuchando música, acostada en mi cama mientras miraba al techo. Habían pequeñas grietas formadas, de la vez que tiré un martillo en una rabieta adolescente. Llegué a ser muy impulsiva y quizás, algo loca.Pobres mis padres, yo y mis problemas mentales debieron de haberse quedado quietos. Cuando sentí la vibración de mi teléfono en el estómago, ví que era una llamada.Alexei.Me senté inmediatamente en la cama, emocionada por al fin recibir una llamada suya. Me había dicho que se pondría en contacto, pero pasó una semana sin que yo recibiera ninguna señal de vida por su parte, y comencé a creer que quizás se arrepintió.Traté de calmarme y no chillar como idiota, contesté y llevé el aparato a mi oído.—¿Si? —pregunté.—Hola, Melina. Espero que estés bien.—Claro, tooodo está en orden.Mordí mi labio inferior. Bueno, no era del todo cierto pero...—¿Ya le dijiste a tus padres?Asentí, recordando que él no podía verme.—Oh, sí. Ese mismo día. Ya saben que nos vamos a casar, ¿y tu
Ya estaba hecho, no iba a poner resistencia a ninguna de esas cláusulas, no iba a cambiar nada. El contrato se firmó, punto.Si él quería que esto fuera así de frío, sucio y primitivo, que así fuera. Yo tampoco iba a dejarme envolver por sus artimañas. Mientras, podía disfrutar de ser su esposa con los beneficios que eso me otorgaba.—Bien, te enviaré una copia con mis abogados. Deberás mantener los papeles en especial secreto, el acuerdo no puede salir a la luz y debemos mantener un perfil bajo, tratar de fingir lo mejor que podamos en público.Sonreí, un poco sorprendida conmigo misma, he podido sobrellevar el asunto sin armar un escándalo y que mi personalidad explosiva tomara control; hoy, me estaba dando cuenta de muchas cosas.La primera, que Alexei Vasilakis no era el triple papito que creía que era. La segunda, que era un machista de mierda. La tercera, que aún así seguía deseándolo con cada fibra de mi maldito ser.¿Por qué Dios tuvo que hacerme así? Era una masoquista de pri
Pasé una semana más sin volver a ver a Melina. No la contacté por ningún medio, pero estaba seguro de que en ese preciso instante debía de estarme odiando. Para ser sincero conmigo mismo, tuve que ser así de frío la última vez.Quizás estuvo un poco mal, pero no pude evitarlo. Cada vez que pensaba en que ella me estaba engañando, me volvía loco. Cuando pensaba que lo que sucedía entre nosotros se sentía bien, volvía a venirme a la mente que ella me busco todas esas veces intencionadamente.¿Por qué se hacía la que no me reconocía? Tanta maldita actuación me sacaba de quicio.Ella me abordo el día del bautizo, tuvimos una magnífica noche un poco pasados de copas pero no era como para olvidarlo. Ese día salí a comprarle pastillas para el dolor porque creí que había sido su primera vez, pero cuando volví ya no estaba por ningún lado. Lo peor vino cuando noté que dejó su cartera, y al sacarlo para ver si había algún número me encontré con pastillas anticonceptivas.¿Por qué una mujer que