Esperar se estaba haciendo una eternidad, Alistaír y Esmeralda estaban sentados en la pequeña sala de espera, para poder pasar a su cita con el médico que le había practicado la vasectomía. Aunque renuente, él había aceptado que debía ir a hacerse un chequeo porque aquél bebé en su seno no se podía crear así de la nada, la vasectomía tuvo que tener algún problema para que algo así sucediera.Por lo que el día anterior mientras Esmeralda estaba en el spa, su guapísimo griego estaba haciéndose estudios y pidiendo cita con el médico que le hizo la intervención.Y al día siguiente era el tan ansiado momento en que serían marido y mujer, tendrían su final feliz y ya podrían respirar más tranquilos de todos los problemas.En horas pasadas tuvieron una larga charla acerca de donde estarían viviendo: ¿México o Grecia? Esmeralda por un lado amaba el país en que él nació pero sus raíces mexicanas la instaban en volver a casa. Su corazón estaba dividido entre el lugar en el que creció y el lugar
Cuando llegaron las limusinas todas las damas se fueron en un auto aparte y ella en otro, con su vestido de novia tenía que ir sola en uno. Su familia aterrizaría directamente en el helipuerto cerca de la iglesia. Sonrió todo el tiempo. Tenía ganas de mirar las fotos que se habían tomado pero se aguanto porque estaba bien metido en un bolsillo del vestido que le costaba horrores alcanzar.No supo en qué momento se dió cuenta, pero cuando lo hizo, un pequeño miedo se instalo en su pecho.—Señor, no creo que sea el camino correcto —gritó para hacerse oír encima de la música. Miro por los cristales y no vió el otro carro, de hecho estaban yendo por un camino apartado—. ¿Señor? ¡Oiga! ¡Déjeme salir!Alcanzó el móvil con dificultad y apenas le dió tiempo de enviar un mensaje a su prometido:«S.O.S me están secuestrando», intentó llamarle pero justo en ese momento el auto se detuvo delante de una bodega. Ahí le abrieron la puerta y un hombre la saco a rastras del auto, le quebró el móvil y
El día estaba radiante por el sol, una suave brisa acariciaba sus hombros y movía su cabello cobrizo. Suspiro con gusto. Adoraba cuando las tardes eran así de tranquilas, porque podía salir al patio de la villa y sentarse en alguna de las mecedoras para disfrutar de la compañía de su amor.Esmeralda sonrió, mirando aquella boca en su seno succionando con desesperación, acarició su nariz y su frente con un suave movimento del dedo índice. Usaba una ropita chula, tejida por su bisabuela Sadie, la ropita que tejia el día que le dijo que se fuera de viaje.El corazón se le hincho de un amor que jamás había experimentado. Casi sintió ganas de llorar de la pura emoción que estaba experimentando, pero no lo hizo, porque lo que menos quería es inquietar a su pequeño hijo que comía ansioso.Su amado Zarek Alexander Stavrakis. Era una rolliza criaturita de ojos color ámbar, de cabello castaño y una piel lisa morena clara, como dirían en su país. Alistaír le decía que era moreno y ella seguía i
Cuando su hermano se roba una reliquia millonaria, lo que Melina menos esperaba es que la "víctima" la quisiera tomar como esposa.Así es como termina aceptando casarse con el CEO Alexei Vasilakis, quien cree que ella es una mujer de dudosa reputación.Ambos tienen secretos y un pasado oscuro que no desean sacar a la luz, pero mientras intentan resistirse a las chispas de la pasión terminan por caer en las redes del "enemigo".Comparten un vínculo en común: son la oveja de la familia y cuentan con mucha determinación para demostrar que son más que solo una decepción.Él es todo lo que siempre soñó... Y ella es lo único que más desea. Sin embargo, cuando su relación se forja a base de un matrimonio por venganza, ¿puede el verdadero amor triunfar sobre todos los obstáculos?─────༻✧༺─────¡Hola! Esta es la secuela del anterior libro (EN LOS BRAZOS DEL MAGNATE). De hecho, era la temática que tenía planeada para Minah y Dylan. Pero surgió primero la idea de "La Esposa Rechazada del Millona
El color no me terminaba de convencer. Es decir, sí, mi plan era ser rubia. Pero ya traía un color rojizo antes de ponerme el tinte de farmacia y eso no ayudaba a que me quedase exactamente como a la rubia bonita de la caja.Como siempre, Melina Sandoval quedando como tonta.Suspiré, apartando un mechón de mi rostro mientras me observaba en el espejo de un baño público. Hoy se cumplían dos años de haber estado fuera viajando por el mundo. Había cambiado mucho durante aquél tiempo, incluso mi mirada cambio. Me fui de mi país como si me estuvieran persiguiendo por la policía, corriendo lejos, y cada vez que podía, más lejos.Solía creer en el amor antes de embarcarme en un viaje de auto descubrimiento... Claro, ahora sabía que fue estúpido creer que así como así iba a encontrarlo. Nadie me lleno el alma como imaginé que sentiría, nadie me levanto mi mundo y lo desmoronó al soltarlo. Mis ojos me regresaron la mirada con tristeza. Incluso mis ojos ya no tenían aquella chispa jovial, coque
Después de guardar mi maleta detrás de una cortina y tratar de evitar su mirada persistente al charlar sobre algo casual ahí, parados, nos sentamos en los asientos que él ya había apartado. Tenía que confesar el que era hombre más guapo que mis ojitos tapatíos habían tenido la fortuna de mirar. Yo no tenía preferencias hacía ningún tipo de hombres en específico o con características especiales. Simplemente me dejaba llevar por el corazón, por cómo me hacían sentir.Y él me hacía sentir en las nubes con su sola mirada.Estábamos separados por la mesa pero aún así, demasiado cerca que sentía casi el calor de sus rodillas contra las mías. No sabía qué decir, y eso era algo. Porque comúnmente yo solía hablar y hablar por horas, llevando el ritmo de la charla. Pero tenía miedo de decir algo y que tremendo bombón saliera corriendo lejos de mi, debía tratar a toda costa de que esto saliera bien. Si tenía suerte éste día, podía llevármelo engargolado a casa para deleite mío y nunca más dejar
Un año atrás....Mi cuerpo me picaba entero. Justamente el día anterior había estado en los Emiratos árabes y me dió por hacerme un tratamiento extraño que sinceramente ni escuché qué tanto prometía, pero accedí para probar la experiencia: error.Me dejó la piel hecha un desmadre. Estaba roja, irritante y escamosa. Y hoy era el bautizo de las gemelitas de Lisa y Max.¿Por qué se me ocurrió en ese instante que era una buena idea? Mi dermatólogo bien me había advertido no hacerme ningún tratamiento invasivo del que no tuviera conocimiento. Pero ahí fui como una boba a vivir la experiencia de quedar pareciendo pollo recién matado y hervido. No fui capaz de caer en algún remedio casero y terminar de joderme la piel. La lección ya estaba aprendida.Nada más me puse crema para aliviar la comezón, pero parecía que no me eché nada porque seguía igual. El vestido ya estaba por supuesto descartado. Era un arma mortal para mí sensible piel. Carajo.¿Y ahora qué? No tenía nada cómodo para poner
Presente....Definitivamente éste hombre no era como me lo había imaginado. Aunque decidimos no revelar nuestras identidades, no hacía falta. Él lograba hacerme sentir cómoda y agusto a su lado. En primer lugar me dió un pequeño recorrido en su camioneta por las calles. Me dejó apreciar la belleza de Grecia durante la tarde, mientras el sol caía poco a poco, iluminando todo de un tono naranja.Era un poco gracioso como la persona se nos quedaban viendo, supongo que era curioso mirar a una pareja andar con máscaras en la cara mientras hacía tanto calor en el lugar, pero de igual manera, decidimos seguir manteniendo el anonimato, de cierra manera era un poco sensual el asunto. La imaginación se echaba a andar para terminar de dibujar su rostro mentalmente.Yo estaba segura de que estaba guapísimo, no me hacía falta mirarle el rostro completo para poder decir esto. Tenía un aura de autoridad innegable, me daba escalofríos cuando su mano me tocaba la mía o cuando sus ojos conectaban con