- SAMMAEL BLAKE -Sus abuelos serían dados de alta dentro de unos días, quien más se encontraba mal era su abuelo. No tenía mucho que despertó de un coma, hacia mella en sus avances casi haber tenido un infarto, aunque él tratara de ocultar lo débil que estaba.Dejó a sus tíos a cargo de la guardia y fue a visitar a su padre. Él era el único con quien podía hablar de la situación en la que se veía sumergido; necesitaba un consejo con urgencia.Cuando llegó a la cabaña donde siempre estaba cada vez que se ponía ansioso, lo vió en el porche sentado en una mecedora, observando el lago que dentro de poco se congelaría en invierno.—Papá, estoy aquí —avisó, subiendo los escalones.Él volteó a mirarlo, riéndose.—Ya sentía que tardabas. Supongo que tienes algo importante para decirme, ¿no? —le preguntó, con una mirada inquisitiva.Se sentó a su lado en la mecedora contigua.—Así es, creo que tú ya sabes a lo que vengo. Han pasado cosas que se me están saliendo de las manos y no sé que decisi
Annabeth se quedó estática, mirando a Sammael. Acababa de anunciar prácticamente que ellos dos eran amantes.Dominik comenzó a reírse.—¿Es una especie de broma, no? Eres mi hermano —sacudió la cabeza con incredulidad—. Mi hermano gemelo. Tú sobre todas las personas no deberías...Sammael alzó una ceja con ironía.—Te debía el mismo respeto que tú a mí cuando tuve el accidente. Y te casaste con mi mujer —espetó—. Además, en cinco años de matrimonio jamás te importó si ella estaba bien o no, lo que hacía, si era infeliz. Prácticamente ni siquiera la notaste. ¿Por qué ahora que están divorciados te importa tanto? Hace unos días parecías desesperado por separarte para casarte con esa mujer.Dominik apretó los dientes con rabia.—Eso es un tema aparte. ¿Te metiste con MI mujer cuando estaba casada conmigo? ¿Desde cuándo?Annabeth rodeó el escritorio y señaló la puerta.—Ahora mismo no tengo ganas de discutir contigo, ya no tenemos nada que hablar. Mis abogados te contactarán.Pero él no es
- DOMINIK BLAKE -La ve salir de la habitación como si no tuviera nada que explicarle, casi pareciendo cansada de discutir con él. Aquello lo llena de una rabia ciega, pero su hermano le impide seguirla.—¿A dónde crees que vas, Dom? —le preguntó, colocando una mano sobre su hombro—. Será mejor que te sientes y no pienses en ir tras ella.Lo miró con las cejas fruncidas.—Me podría haber esperado estar traición de quien sea, menos de ti. ¿En serio no había ninguna otra mujer que te pudieras tirar? Creo que está en el código de honor respetar a la mujer de un hermano.Sammael solamente puso los ojos en blanco, lo estaba exasperando con su actuación de hombre engañado.—No había ninguna como ella, al menos. Aunque no es que eso te importe, ¿cierto? La rechazaste durante cinco años y ahora se divorció de ti; no importa que quieras cancelar el registro —acomodó la chaqueta de su traje—. Al final de cuentas dejará de estar ligada a ti en un trozo de papel.—Pareces estar muy seguro de que
Trató de aparentar serenidad, aunque por dentro estaba librando una batalla mental para no ceder a su impulso de huir lo más lejos que pudiera.El hombre le mostró otra cláusula.—Se específica que en dado caso de que la parte demandante (en este caso es usted), pidiera el divorcio y hubiera ya un hijo de por medio, el demandado (su marido) se quedaría con la guardia y custodia. Usted tendría derecho a verlo y formar parte de su vida; pero él lo tendría a su cargo —explicó, con una sonrisa indulgente—. Qué suerte tiene de no haber tenido hijos, será más fácil el proceso de divorcio.Apretó las manos en su regazo y pensó detenidamente en cómo hacer la siguiente pregunta. No quería delatar su situación, prefería ir por la vía rápida; pero si su marido decidía jugar sucio, era mejor tener soluciones a la mano.—Digamos, de forma hipotética ya sabe.... Que tuvimos un hijo y pido el divorcio. ¿Cómo podríamos resolver esa situación? De forma que pueda conseguir el divorcio y al mismo tiempo
- ANNABETH GREY -Parpadeó para lograr enfocar la vista, todo era oscuridad. No podía escuchar nada a su alrededor, era como si una burbuja la hubiera encerrado, dejándola fuera del mundo real.Buscó a tientas el móvil, que terminó debajo de su asiento. Lo pateó con el tacón de su zapato para intentar acercarlo, pero sentía que todo le daba vueltas.Finalmente desistió y recostó su cabeza contra el respaldo. Hizo acopio de todas sus fuerzas para enderezarse y mirar fuera de la ventana.Solo había una espesa vegetación y oscuridad. La embargó el miedo, siendo consiente de que estaba en verdadero peligro. Respiro profundo varias veces para intentar calmarse, la desesperación solo desencadeba más desesperación.Volvió a intentar acercarse el celular y esa vez lo consiguió, pero formuló una mueca de dolor al sentir presión en su vientre. La pantalla estaba quebrada, pero aún prendía.Con dedos temblorosos, intento llamar el número de emergencias. Fue ahí que se dió cuenta de que sus dedos
Rápidamente se acercó al paramédico que le había hecho aquella fatal revelación.—¿Pero se pondrá bien, no es así? —Estaba angustiado, y se le veía en su expresión—. No ha cumplido siquiera los dos meses... Son tan frágiles...—Eso lo sabremos pronto, de momento solo está inconsciente por el golpe. La llevaremos al hospital para un análisis completo, puede acompañarnos si gusta. Un oficial llevará su coche por usted —sugirió, dándole una mirada compasiva—. Esté tranquilo para ella, dele su fuerza.Sammael asintió, conteniendo sus ganas de hacer más preguntas y volverse presa del pánico.Una vez estuvo fija en la camilla, con las correas perfectamente cerradas en torno a su cuerpo para evitar que se moviera, los paramédicos le señalaron un asiento.Se subió en la ambulancia sin pensarlo.El viaje se sintió eterno. Así que decidió avisar al hermano de Anna, Christopher, sobre lo ocurrido.Lo mataban lo nervios, quería estar seguro de que todo estaba bien... seguía dándole vueltas a las p
Antes de que su hermano pudiera decir nada más, caminó hasta quedar frente a él. Sammael lo enfrentó con una ceja alzada, su expresión fue casi de burla. Estaba tentado a propinarle una golpiza... pero ahí no sería el lugar.—Eres a la última persona que ella querría ver. Por algo firmó esos papeles de divorcio hace unos días. La has humillado públicamente al ser captado siéndole infiel; no tienes derecho siquiera a decir su nombre con tu sucia boca —declaró con dureza—. Te sugiero que te calles, por tu propio bien.Elena miró a su hijo sorprendida. Nadie entendía porque estaban peleando los gemelos Blake.—Creo que pera evitar conflictos, será mejor que entremos nosotros —dijo Christopher—. Puedes pasar después, Sam. Concuerdo en que a la persona menos favorita de mi hermana, es Dominik; pero ella sí se alegrará de verte a ti.No hubo más discusión, y la familia de Anna entró en la habitación.Por otro lado, los ojos fríos y cargados de resentimiento de Dominik lo miraron por última
Vicky abrió la boca con sorpresa, era la única que tuvo una reacción tan obvia, aunque los demás tenían la misma expresión en sus rostros.Beth trato de mantener su rostro neutro, libre de emociones. No quería albergar nuevamente la esperanza que tuvo durante su infancia y adolescencia: que sus padres la amaran.—Papá, ¿cómo puedes decir eso? Ella... —Victoria comenzó a renegar, pero él la cortó con una mirada. Jamás la había mirado así, esas miradas solían estar reservadas para Annabeth.—Un embarazo gemelar es bastante complicado, hija. Ven a casa y permite que tu familia cuide de ti —secundó está vez su madre.La dulzura en su tono y en el rostro fue demasiado para soportar, así que Beth apartó la mirada.Aquello ya rebasaba la anormalidad. ¿Acaso él golpe con el volante le había causado un tumor cerebral y ya comenzaba a imaginar cosas?Charlotte profirió un sonido desde el fondo de su garganta que sonó parecido a un chillido. Incluso Annabeth tenía ganas de soltar un sonido simil