Antes de que su hermano pudiera decir nada más, caminó hasta quedar frente a él. Sammael lo enfrentó con una ceja alzada, su expresión fue casi de burla. Estaba tentado a propinarle una golpiza... pero ahí no sería el lugar.—Eres a la última persona que ella querría ver. Por algo firmó esos papeles de divorcio hace unos días. La has humillado públicamente al ser captado siéndole infiel; no tienes derecho siquiera a decir su nombre con tu sucia boca —declaró con dureza—. Te sugiero que te calles, por tu propio bien.Elena miró a su hijo sorprendida. Nadie entendía porque estaban peleando los gemelos Blake.—Creo que pera evitar conflictos, será mejor que entremos nosotros —dijo Christopher—. Puedes pasar después, Sam. Concuerdo en que a la persona menos favorita de mi hermana, es Dominik; pero ella sí se alegrará de verte a ti.No hubo más discusión, y la familia de Anna entró en la habitación.Por otro lado, los ojos fríos y cargados de resentimiento de Dominik lo miraron por última
Vicky abrió la boca con sorpresa, era la única que tuvo una reacción tan obvia, aunque los demás tenían la misma expresión en sus rostros.Beth trato de mantener su rostro neutro, libre de emociones. No quería albergar nuevamente la esperanza que tuvo durante su infancia y adolescencia: que sus padres la amaran.—Papá, ¿cómo puedes decir eso? Ella... —Victoria comenzó a renegar, pero él la cortó con una mirada. Jamás la había mirado así, esas miradas solían estar reservadas para Annabeth.—Un embarazo gemelar es bastante complicado, hija. Ven a casa y permite que tu familia cuide de ti —secundó está vez su madre.La dulzura en su tono y en el rostro fue demasiado para soportar, así que Beth apartó la mirada.Aquello ya rebasaba la anormalidad. ¿Acaso él golpe con el volante le había causado un tumor cerebral y ya comenzaba a imaginar cosas?Charlotte profirió un sonido desde el fondo de su garganta que sonó parecido a un chillido. Incluso Annabeth tenía ganas de soltar un sonido simil
—¡Hija! No te pongas mal, por favor. Sé que te he fallado al protegerte —gritó su madre, tratando de tranquilizarla con una mirada suplicante.Beth se rió, casi sonó histérica.—¿En serio, Jenevitt? ¿Haces miserables los veintiséis años de mi vida y pides que no me ponga mal? —puso la mano en su pecho, intentando controlar los latidos de su corazón.—Yo cometí muchos errores en mi juventud, y los pagaste tú. Sé que no es algo que se pueda perdonar tan fácil, pero...Alzó una mano para detenarla. Tenía el estómago revuelto del asco, no podía soportar sus vanas excusas.—Fui una paria en mi propia familia porque te tiraste al padre de mi enemiga jurada. ¿Cómo pudiste? ¡No tenías derecho aarruinar mi vida! —exclamó con la voz desgarrada—. ¿Crees que no será tan fácil de perdonar? Ni siquiera puedo asimilarlo sin sentir ganas de vomitar.Ella asintió con lágrimas en los ojos.—Sí, tienes razón. Pero debes entenderme, estuviste casada cinco años con ese maldito Blake. ¿Puedes entender que
- CHRISTOPHER GREY -Las cosas en su casa eran más que caóticas. Siendo el hermano mayor, siempre tenía que demostrar fuerza y determinación; nunca podía verse débil. Si sus hermanos se metían en problemas, su deber era ayudarles a encontrar la solución.Cuando la compañía enfrentaba crisis, su deber era levantarla y no dejarla caer. Incluso cuando sus propios tormentos le estuvieran devorando el alma, tenía que seguir adelante contra todo pronóstico.Acarició el cabello de su hija con amor, era una pequeña de apenas cuatro años que no sabía los dramas que envolvían a su familia. Tampoco podía permitir que ella le viera decaído y superado; él era la única roca a cual se sostenía.La vió dormir sin ningún tipo de preocupación y se alegro de que fuera así, puesto que su madre tenía un año de haber dejado ese mundo y solía llorar hasta quedarse dormida; quizás por eso había tomado la decisión de casarse con aquella mujer, dado que se había quedado embarazada de él por accidente... Ellos
- DOMINIK BLAKE -Azotó su copa de vino contra la pared más cercana. No podía comprender cómo de la noche a la mañana si vida perfecta se había venido abajo.La mujer que amaba y por la que haría cualquier cosa si se lo pidiera, le había sido infiel todos esos años. Encima, el bebé que tanto esperaban con ansias ni siquiera era hijo suyo; sino de su amante. Su esposa, sumisa, respetable y que nunca hacía nada para llevarle la contrario... Lo engañó con su propio hermano. Además, estaba embarazada, pero el padre podía ser cualquiera de ellos dos.Y si por si eso no fuera poco, también la imagen que tenía en las altas esferas de la sociedad, se derrumbó. Ahora era el "doblemente cornudo, Dominik Blake".Esa misma mañana cuando el sol apenas estaba saliendo, se apresuró para realizarse una prueba de fertilidad. Ya había escuchado varias veces aquellas palabras "balas de salva" y comenzaba a sospechar que era intencional.Enderezó los hombros al escuchar el sonido de su teléfono fijo. To
Ella ya no estaba para emociones demasiado fuertes, los dramas familiares a la que estaba sometida tarde o temprano harían mella en su salud mental, y quienes pagarían por eso serían sus bebés.Así que optó por ser espectadora de la discusión en el jardín, sin participar. Solo observar con tranquilidad, imaginando que nada pasaba. Si solo entrecerraba los ojos, todo se ponía borroso y hasta parecía un momento agradable en familia.Sammael tomó su mano, le dió un suave apretón.—Él puede luchar sus propias batallas, cariño. A veces cuando los hombres y mujeres deciden unir sus vidas con otra persona, ésta llega con el paquete de problemas y dramas tras de sí; la decisión estará en la persona, si querrá aceptarlo o enfrentarlo, es parte de —le susurró a modo de reflexión.Evocó una media sonrisa y lo observó con sorpresa.—Has madurado, y eso me gusta. Te da un toque sexy, Sam.De pronto sus caricias en la mano ya no eran tan tiernas, si no sensuales. —¿En serio? Es la primera vez que
Día días después, Annabeth se encontraba admirando el precioso anillo de compromiso que Sammael le había regalado. Brillaba contra la luz de la mañana, encajaba a la perfección en su dedo anular.Al día siguiente de la pedida se había hecho la manicura, quería lucir con orgullo el anillo que era un símbolo de su amor.Una sonrisa de absoluta felicidad adornó su rostro, todavía no podía creer que hubiera dicho "sí", le parecía un sueño del que no deseaba despertar.De modo que ese día, en cuanto amaneció, llamo a su abogado. Estaba revisando unos papeles en su oficina mientras admiraba la joya, así que decidió llamarlo para presionarle por su separación definitiva—No me importa si tienes que sobornar al diablo, ¡quiero ese certificado de divorcio! —exclamó, perdiendo la paciencia.Ya quería ser una mujer libre, casarse con el hombre que amaba y formar una familia. Él le estaba devolviendo cada vez más la fé en el amor, confiaba en Sammael.Pero le sorprendió que el abogado en lugar de
Annabeth se retorció las manos en su regazo, el mesero acababa de traerles la carta para ordenar.—No sabía que vendríamos a un lugar tan elegante, me habría vestido para la ocasión —señaló Beth con una sonrisa a medias.Miró alrededor del lugar, era totalmente exquisito y lujoso. Su diseño más bien parecía estar basado en inspiración griega, con sus tonos blancos, el mármol y las enredaderas adornando las paredes.Sebastián negó con la cabeza, riéndose.—¿Bromeas? Estás encantadora. Creo que con lo que te pongas lucirías igual de bien. Este es mi restaurante favorito y me pareció una buena elección para cenar juntos, así te puedo recomendar los mejores platillos.Asintió en comprensión.—De acuerdo, ¿qué me recomiendas, entonces? Veo muchos platillos griegos, franceses e italianos —comentó, mirando el menú.Él frunció el ceño pensándolo, mientras lo ojeaba también.—¿Te gusta la pasta? No habrás comido una verdadera pasta hasta que pruebes esa —indicó con su dedo la imagen del platil