Capítulo dos: Contrato Matrimonial
"Narra Ariana Fallon"No, no es cierto. No está pasando... Sin embargo, la pantalla entre sus manos me muestra la verdad en la cara.—Tú dirás, pequeña —interviene el psicópata a mi lado—. ¿Ordeno disparar?—Vas de farol —comento incrédula.—¿Eso crees? —cuestiona retador sin dejar de sonreír. ¡Esa sonrisa, demonios! Me asusta tanto como me cautiva—. Es muy fácil apretar el gatillo, Ariana y no habrá vuelta atrás —me observa en silencio, tal vez esperando una respuesta de mi parte. Sin embargo, yo no puedo emitir palabra alguna. Esto es demasiado surrealista—. Francesco...—¡Espera! —le detengo apretando sus muñecas y de inmediato retrocedo al sentir el resquemor de su tacto.¡Maldici0n, es imposible! Nadie puede tener esa temperatura corporal tan alta.—Quizá debería cargarme a tu compañero de piso, a tu cuñado —amenaza, provocándome temblorosos espasmos del miedo—. O tal vez debería ir por sus hijos. Pobres niños, tan pequeños y tan expuestos a cualquier tipo de accidente.—¡No puedes hacer esto! —exclamo desesperada mientras siento que me ahogo—. ¡¿Pero qué clase de enfermo eres?!—O tal vez me decantaría por dañarle a tu hermana sus prodigiosas manos de cirujana —continúa sin importarle mi ataque de ansiedad—. Sin duda sería mucho más fácil.—¿Por qué me haces esto? —pronuncio temblando con fuerza y a la vez, abrasándome en el fuego de su mirada.—Debes tomar una decisión, pequeña —ignora mi pataleta—. ¿Destruirás la vida de tus seres queridos, o te sacrificarás por ellos?Los ruidosos sollozos hacen acto de presencia en medio de un grito. Estoy acabada. ¡Yo y mi mala suerte, maldit@ sea! ¿Por qué a mí? Aún no soy totalmente consciente de lo que me espera, pero tengo claro que será mucho más doloroso que este momento.Mi cerebro permanece en letargo, negando la realidad. No obstante, aun así toma la decisión sin siquiera pensarlo.—No voy a huir —pronuncio en un hilo de voz—. Seré tu prisionera, Harry Mascherano.—Oh, serás mucho más que eso, pequeña —me da una sonrisa aterradora antes de extenderme un documento junto con una pluma—. Firma.—¿Qué es eso? —pregunto.—Nuestro contrato matrimonial. Tú mayor castigo será casarte con la misma Bestia de la que ayudaste a tu hermanita a escapar. Es un intercambio: una esposa por otra.—No —me quedo pasmada y aterrorizada—. No puedes hacerme esto.—¿A quién debería matar primero entonces? —amenaza implacable—. Elige un nombre.La ira toma posesión de mi cuerpo y de repente salto sobre él para golpearle repetidamente con mis puños con todas mis fuerzas.—¡Maldit0 bastardo!—¡Firma! —demanda, sacudiéndome de lado a lado—. Si no quieres ver a toda tu familia a tres metros bajo tierra te vas a casar conmigo.Mi mandíbula tiembla, mi cuerpo vibra de manera incontrolable, pero no lloro. ¿Cómo es que la vida puede cambiarte en cuestión de segundos?Entonces, bajo su amenazante y fiera miranda, estampo mi nombre sobre el papel, sabiendo que solo acabo de firmar mi sentencia de muerte.—Felicitaciones, señora Mascherano, ahora eres la esposa de este despiadado Italiano y tu condena comienza hoy. No te comunicarás con nadie a menos que yo lo decida.—Me buscarán —aludo.—Eso está solucionado —señala él con suficiencia mientras se pone en pie. Yo por el contrario me acurruco en el sofá, haciéndome más pequeña si es posible—. A los ojos de todos, has pedido vacaciones en el hospital para ir al orfanato donde te criaste de pequeña. ¿Ya te dije que conocí a la hermana María? Un encanto de anciana.—¡Bastardo! —corro a su encuentro en busca de descargar mi furia, pero no soy lo suficientemente rápida como para impedirle cruzar la puerta.—La próxima vez que decidas enfrentarte a un monstruo de mi calaña, piénsatelo dos veces, pequeña —dispone antes de cerrarme la puerta en la cara.Me desplomo en el suelo y pataleo sin cesar al mismo tiempo que lloro como nunca lo había hecho en mi vida.Secuestrada… Encerrada sin escapatoria alguna y mi captor no es la bestia de los libros que leo, la cual al final se enamora de la chica pobre. Es mucho peor, es una alimaña con tendencias psicópatas que solo deja destrucción a su paso.—¿Y ahora qué, Ariana Fallon? —murmuro hacia la nada—. ¿Cómo vas a salir de esto?Me he convertido en la esposa prisionera de ese italiano psicópata insensible y probablemente, asesino.Capítulo tres: Mi marido me va a matar "Narra Ariana Fallon"Cinco días después, sigo encerrada entre estas cuatro paredes y me encuentro a punto de arrancarme los pelos. Hace mucho tiempo que he perdido los nervios y la cordura. La primera noche me negué a cenar y el loco ese casi me ahoga al meterme la comida en la boca a la fuerza.Así que parezco un adefesio humano o en todo caso, un robot programado para hacer las necesidades básicas de un ser humano.Nunca he sido sometida a tortura psicológica, pero estoy segura de que esto se le parece mucho. No me toca, apenas me habla, no he visto otra cara que no sea la de ese maníaco. El muy imbécil se llevó mi teléfono y lo guardó sabrá Dios dónde.Esperaba muchas cosas. En mi mente llegué a imaginar millones de formas para causarme el más agonizante de los dolores. Sin embargo, este silencio desolador es cien veces peor. Ya ni siquiera recuerdo el sonido de mi voz. Hasta mi subconsciente inoportuno se ha callado y la soledad me ataca co
Capítulo cuatro: Esposa Rebelde "Narra Harry Mascherano"Trato de centrarme en los papeles, pero se me hace imposible. Es como si no tuviera la capacidad para comprender lo que leo. Mi cuerpo está aquí dentro del auto, pero mi mente ya ha llegado al edificio y cruza el salón del penthouse directo a la habitación de esa pequeña intrépida.Desde que me vio pudo reconocerme como el ex prometido de su hermana mayor. Sin embargo, en ningún momento ha mencionado nuestro encuentro de hace un mes en esta misma ciudad, en la fiesta de su querido cuñado. No me recuerda…La rabia emerge una vez más y siento ganas de sacudirla con vehemencia para luego abrirle el cerebro. ¿Cómo es posible que me haya olvidado? ¡A mí! La voy a castigar porque a mí nadie me olvida. Ya es tiempo de iniciar su calvario. 'Y de poseerla', añade la voz de mi cabeza. No obstante, niego la idea por muy tentadora que resulte. Todavía no es tiempo, primero tengo que enloquecerla, luego atraparla y al final caerá redonda
Capítulo cinco: Un baile y una apuesta "Narra Ariana Fallon"Estoy atrapada, acorralada entre su cuerpo y no tengo escapatoria alguna. La cercanía de su piel me provoca espasmos dolorosos y su inusual temperatura corporal enciende chispas en la boca de mi estómago. Sus labios se encuentran a solo unos insignificantes centímetros, logrando que pueda palpar su respiración. ¡Oh, Dios Mío! ¿Va a besarme? Le veo venir. ¡Le veo venir, maldit@ sea! Y no hago nada en absoluto para detenerle.¿Pero qué leches estás haciendo, Ariana Fallon?'No, no, no', me reprendo. '¡Ni se te ocurra besarle!' Sin embargo, por más que mi parte racional lucha por salir a flote, mi cerebro se empeña en encerrarle y hacer lo que le dé la gana. Va a besarme. ¡Demonios, voy a dejar que me bese! Entonces, un estruendo en el exterior nos toma desprevenidos a los dos y pegamos un saltito al mismo tiempo. —El espectáculo ha comenzado —le escucho resoplar mientras intento controlar los acelerados latidos de mi c
Capítulo seis: Aprieta el gatillo Narra Ariana Fallon «Sácame de aquí»La idea cruza mi cabeza, pero la descarto después de meditarlo por unos segundos. No sé quién es este hombre, ni de dónde salió o si esto no es más que una treta de mi esposo psicópata. Además, es mejor malo conocido que bueno por conocer."No es que conozcas mucho al señor Mascherano', salta mi subconsciente.—Justo ahora… —trago saliva aún tentada a rogar por ayuda. ¡Cómo me gustaría que fuera mi Príncipe Encantador de mi propia novela! Sin embargo, por alguna razón mi instinto me impide creerlo— no.—¿Segura? —saca un fajo de billetes para entregarlo en mis manos—. Con esto podrías dejar esta vida y ser libre.Libre… cuánto me gustaría serlo.—Se lo agradezco, señor —sonrío a medias—, pero me parece que no voy a necesitarlo.—Debe haber algo que pueda darte, un recuerdo para que tengas esta noche siempre presente.«No creo que olvide nunca esta noche»Bajo la mirada buscando la manera más correcta de rechazar
Capítulo siete:“Narra Ariana Fallon”El cuerpo del italiano termina de desplomarse en el piso para luego ser absorbido por la inconsciencia.No sé qué hacer. Estoy petrificada y mi mente solo puede pensar en una cosa: le he matadoEl hombre agoniza en el suelo, mientras la mancha de sangre se expande por la alfombra y yo no puedo hacer otra cosa sino contemplarle, idiotizada por completo.¿Qué he hecho?¡¿Qué demonios he hecho?!'Lo he matado''¡Soy una asesina!'—Maldit@… —le escucho gruñir con los dientes apretados y entonces, reacciono.—¡Oh, Dios mío! —me llevo las manos a la boca antes de correr a su lado a socorrerle—. ¡Ayuda! —grito desaforada a la vez que abro su camisa de un tirón—. ¿Qué has hecho, maldit@ sea?—Fuiste tú… pequeña —todavía las fuerzas le dan para hablar, así que no estoy perdida del todo—. ¿No… era lo q…que querías?—¡Cállate! —pronuncio histérica al mismo tiempo que tapono la herida con manos temblorosas—. ¡Que alguien venga, maldici0n!La sangre no deja de
Capítulo ocho: Ya he probado esos labios“Narra Ariana Fallon”—Nella se encargará de traerte todo lo que necesites y algo ligero para cenar —me informa el tal Mauro—. No vas a volver a dispararle, ¿cierto?—¡Yo no le disparé! —exclamo furiosa de pronto, aliviada porque el susto momentáneo ha pasado.—Lo que tú digas.—Si eres amigo de este desquiciado degenerado, ¿no deberías querer matarme por herirle? —cuestiono contrariada, puesto que en ningún momento ha perdido la expresión divertida.—Debería…, pero oficialmente eres su esposa y además, él solito se ha buscado esto. Prometí no entrometerme y pienso cumplir mi palabra, así que nos vemos mañana, preciosa. Ah —se detiene a punto de cruzar la puerta para girar sobre sus pies y sonreírme una vez más—, bonito espectáculo el que diste esta noche. Ya veo por qué trastornas tanto a los hombres.—No se puede trastornar a alguien que ya tiene el cerebro enfermo —replico con un tono despectivo antes de dirigirme a lo que supongo que sea el
Capítulo nueve: Flashback "Narra Ariana Fallon" Odio mi cumpleaños. No sé por qué mi familia se empeña en celebrarlo si lo sabe. Yo no tengo nada que festejar, porque este fue el mismo día en que mi madre biológica me abandonó. Salgo hacia el jardín a toda prisa y me aguanto del muro de la enorme fuente central para no chocar contra mis propios pies. Mis pulmones vuelven a llenarse de aire y deambulo por el verde paisaje sin rumbo. La bebida se me acaba y lanzo la copa con desdén al vacío. La fiesta ya no me parece tan divertida y una profunda tristeza me ataca al recordar que soy un año más vieja. —¡Jodido día! —lanzo la maldición al aire—. ¿Por qué no terminas de perderte de una vez? Doy un mal paso, el tacón se me entierra en el pasto y cierro los ojos imaginando la estrepitosa caída. Sin embargo, unos brazos me detienen antes de que la tragedia suceda. Levanto la vista para conocer a mi salvador y de repente, me congelo entre la calidez de su abrazo. —¿Te has perdido, peque
Capítulo diez: De mí no vas a librarte“Narra Ariana Fallon”Sus labios danzan junto a los míos y yo no puedo hacer otra cosa sino responder. Es algo más fuerte que yo, mi cuerpo no acata las órdenes de mi cerebro y es que el mismo se encuentra más que frito, achicharrado e inservible.El italiano delira, yo también; ambos nos hemos convertido en esclavos de la fiebre.Le tomo por el cuello en tanto me contoneo encima de su abdomen, buscando aliviar el ardor que me abrasa. Sus manos se aferran a mi cintura al punto que me parece que va a sacarme los intestinos, pero no le detengo.¡Estoy loca!Ya se me fueron todos los tornillos con tuercas, tirafondos y todo. Me estoy dejando besar por mi secuestrador y lo peor, es que la sensación de ya haber vivido esta escena permanece vigente en el fondo de mi bajo vientre.—Todavía no has llegado a mi altura… pequeña —jadea contra mis labios, paralizándome en el acto—, pero vas por muy buen camino.Como si de un sueño se tratara, el italiano vue