Capítulo ciento nueve: Las decisiones que tomas “Narra Harry Mascherano”Cierro los ojos ignorando los murmullos a mi alrededor y actúo por instinto puro. Descargo toda mi frustración con mis puños, a veces acierto a veces no. Enfurezco cada vez que él viejo Brooks consigue darme.Grito enrabietado antes de asestarle un puñetazo que lo tumba al suelo, pero me declaro vencedor muy rápido, puesto que él aprovecha su posición para patear mis piernas y llevarme al piso justo a su lado y segundos después, la campana del round suena, estableciendo un jodido empate.—Has hecho trampa —le acuso sin mucha convicción.—¿Desde cuándo eres hombre de jugar limpio? Me parece que estás un poco oxidado, Bestia —se burla el vejete después de escupir su protector.—¿Por qué lo crees? —cuestiono entre dientes, jadeando para recuperar el ritmo normal de mi respiración—. He prometido romperte la cara y es lo que he hecho.Señalo su labio roto antes de beberme una botella de agua sin respirar. Luego vuelv
Capítulo ciento diez: Confidencias con mi cuñado “Narra Ariana Fallon”Sostengo al bebé entre mis manos y lo apapacho sin dejar de ver su carita. Es tan hermoso... claro que no se podía esperar menos de un hijo entre Mia y Nathan Watson. Apenas puse un pie en New Jersey recibí una llamada de mi padre dándome la noticia de que mi hermana mayor estaba de parto. Llegué al hospital a tiempo para ver el emotivo nacimiento.Desde entonces me pregunto cómo será mi parto. No puedo dejar de pensar en ello. Se pasa mucho dolor y no tengo un marido comprensivo y cariñoso como Mia. Apuesto a que ese troglodita imbécil que me ha embarazado es capaz de sacarme al bebé a punta de órdenes y exigencias.—¿Qué está sucediendo contigo, Ariana Fallon? —mi hermana interrumpe mis cavilaciones con su pregunta.—Nada —el gruñido sale de mi boca sin planearlo. Pensar en ese idiota me pone de un humor pésimo. Sobre todo cuando estoy tan agotada—, o más bien todo, ¡yo qué sé! La Bestia Mascherano es un imbécil
Capítulo ciento once: Somos la mitad exacta del otro “Narra Ariana Fallon”—Sé del secuestro, incluso los detalles del mismo, tu matrimonio bajo coacción, las condiciones que te impuso ese maldit0 enfermo... Pudiste haber huido y dejar que me incrustaran una bala en la cabeza, pero en lugar de salvarte a ti misma te quedaste, doblegaste a la Bestia y ahora lo tienes corriendo detrás de ti en cuatro patas como un cachorrito.Su declaración me deja sin palabras y hasta sin pensamientos.—Nathan...—La deuda que tengo contigo es casi imposible de saldar —me corta con brusquedad—. Es por eso que te pongo en sobre aviso. La Bestia está en camino a New Jersey y viene a por ti.En la entrada de mi edificio me topo con una camioneta negra aparcada y custodiada por un grupo de hombres trajeados.'La Bestia está aquí.'Lo confirmo al verlo al final del pasillo cuando el ascensor se abre en mi piso. Es raro que me espere recostado en la puerta del apartamento y no haya entrado como Pedro por su
Capítulo ciento doce: Esperma potente “Narra Ariana Fallon”Resoplo por enésima vez. Hace tiempo se me ha ido la paciencia y la Bestia situada a mi lado nunca la ha tenido.La amiga ginecóloga de Mia no deja de mover el aparato en mi abdomen con el ceño fruncido y el hecho de que no diga nada, excepto que me quede quieta, me pone de los nervios.—¿Puedes decirme qué demonios sucede de una vez? —cuestiono histérica.—Estás de catorce semanas —me repite lo que ya sé hace rato—. ¿Por qué demoraste tanto para hacerte la ecografía?—El padre no estaba aquí —admito, cambiando el estado de ánimo de un segundo a otro. Aunque vine a New Jersey enfadada con él, no me sentí con el derecho de hacerme una ecografía sin él presente—. ¿Hay algo mal?Lo sabía. ¡Si es que a mí todo me sale mal! Era demasiado bueno para ser verdad.—Si no tomamos precauciones sí.Me pongo a sollozar como una niña pequeña y eso termina por sacar a la Bestia de sus casillas.—¡Diga de una jodida vez qué sucede! —brama f
Capítulo ciento trece: Acabaré con Ariana Fallon“Narra Ariana Fallon”Me estiro a gusto mientras bostezo. Incluso gimo cuando lanzo un brazo a cada lado y hago que mis músculos saluden el día igual que yo. Malditą sea, qué rico. Estando embarazada dormir más de ocho horas resulta orgásmico.Lo que no me gusta es la ausencia del padre de las criaturas. Miro a todos lados y no le veo. Me levanto, sigo desnuda y me tiro una bata encima. Después de la tertulia que me dieron mis padres y de que papá casi le dispara con su escopeta de caza (y la ayuda de mi cuñado por supuesto) a la Bestia, prácticamente me he mudado al penthouse del hotel. Llevamos cuatro días acá y ya hay más ropa mía aquí que en mi apartamento. A la Bestia no le gusta mi piso. ‘No tiene bar y tu compañero mete las narices donde no le llaman’, es lo que dice, aunque ambos sabemos que la verdadera razón es que no quiere compartirme con nadie, ni siquiera con el viento. Está posesivo y yo disfruto de eso.Bajo los primer
Capítulo ciento catorce: El sueño de Ariana Fallon “Narra Ariana Fallon”No me da tiempo a asimilar lo que el esquizofrénico de la Bestia ha hecho cuando ya mi mejor amiga, mi madre y mi hermana, seguidas de una muy embarazada Kate, me llevan a rastras por la playa al interior de una caravana.—¡Venga! —me alientan las cuatro. Al parecer han hecho buenas migas apenas conocerse—. Ropa fuera.—Tu marido se ha lucido pero bien esta vez —le reclamo a Mia mientras me empolvan la nariz—. El papel de cabrón le sienta a las mil maravillas.—Lo sé, es parte de su encanto —ella sonríe mirándome desde el espejo y por un momento juraría que tiene dos corazones rosas en la cara en vez de ojos—. En el fondo es un romántico empedernido... al igual que Harry.La carcajada escapa de mi boca de manera espontánea. —La Bestia Mascherano tiene de romántico lo que yo de introvertida.—¡Vamos, no seas mala! —Fabiola me da una suave palmadita en el hombro—. El hombre te ha organizado una boda a la orilla d
Epílogo: Por los finales inesperados "Narra Ariana Mascherano" Después de la boda han sido dos semanas llenas de locura, pero también dos semanas increíbles que se traducen en demencia absoluta en las manos de mi recién estrenado marido. El mismo que jamás creí tener y que desde luego no contaba con que él solito se pusiera la soga al cuello. Me ha tenido atada a una cama en Las Maldivas sin hacer más que reír en sus brazos, tomar ácido fólico y jugo de naranja mientras me prepara para hacerme el amor a lo bestia. Sexo, comida, baño, sexo otra vez y de vez en cuando le convenzo para hacer algo rosa como ver una peli o matar mis antojos de extrañas mezclas. ¿Qué puedo decir? ¿Que le amo? Lo hago, aunque de mi boca solo sale la frase «te odio, Mascherano». ¿Que él me ama? Lo hace aunque se resista a gritarlo al mundo, aunque me devuelva mis palabras con un «yo te odio más, mi pequeña Lady Beast». Soy afortunada de una forma que no conté. Y pese a que ahora mismo esa fortuna está
Capítulo uno: Secuestrada"Narra Ariana Fallon"Trato de abrir los ojos una y otra vez, pero la tarea se vuelve una auténtica tortura. Mis párpados pesan demasiado y las sienes me laten como si tuviera la peor resaca de la historia. Después de lo que parece una eternidad, consigo despertar solo para dañarme la vista con la intensidad de la luz.Logro levantarme hasta quedar sentada y entonces, observar en derredor. Estoy sobre una inmensa cama, dentro de una habitación que probablemente sea igual al tamaño de mi departamento completo. Los bordados dorados de las paredes, cortinas y toda la decoración en general, me lastiman la vista casi tanto como la luz.¿Dónde rayos estoy?Intento buscar en mi memoria cómo demonios llegué a parar a este museo de la época victoriana, a la vez que me paseo por el lugar. Solo recuerdo mi día normal en el hospital, el almuerzo en la cafetería de la esquina y… los mareos. Choqué con alguien... creo.¡Por Dios! Había algo en la bebida que me ofrecieron.