Logan cerró los ojos con fuerza al escuchar de su asistente que sus padres estaban ahí en la mansión y que no se irían directamente a la casa de los Avery, ¿Por qué su madre se lo complicaba todo? Resoplando, condujo la silla de ruedas hasta la entrada para recibirlos.
―Por lo menos tuviste la decencia de recibirnos. ―Elina, la madre de Logan, una mujer de pelo negro, ojos azules y gélidos, elegante hasta cuando está enojada, miró a su hijo. ―¡Una boda de ese carácter! ―Rechistó. ―¿Cómo es posible que mi hijo, el heredero del imperio Morrison se esté casando de esa manera y con una mujer a la que ni siquiera conozco? ―Madre… ―Para eso te hubieras casado con Constantine y… ―¡Que sea la primera y última vez que menciones el nombre de esa mujer en mi casa! ―La cortó al instante. ―Reniega todo lo quieras sobre como estoy haciendo las cosas, pero no vuelvas a soltar algo como eso. ―Basta ya. ―Carter, el padre de Logan paró la discusión. ―Deberías ya estar listo, ¿Por qué andas en esas fachas? Solo quedan media hora para irnos. ―Marcos desvió la mirada para que no le preguntaran nada, pero Elina plantó sus ojos azules en el pobre chico. ―Marcos, dime que no corrió a otra de sus cuidadoras. ―Marcos no dijo nada, ¿Para qué? ―Eres insoportable, Logan. ―Gruñó empujando la silla a pesar de que es eléctrica. ―Eras caballeroso, el sueño de toda mujer y ahora no eres más que un ogro. ―Eso, vamos, sigue levantando los ánimos de tu único hijo y el mismo que te cumplirá el capricho de casarse. ―Elina resopló, su hijo había cambiado tantísimo que ya no sabía que más hacer. ―¿Por lo menos me hablarás de esa chica? ―Logan guardó silencio, no tenía nada para decir y era mejor no entrar en detalles con su madre, no quería escucharla. Isla suspiró, los últimos dos días habían sido todo un infierno para ella, su madre y prima se ocuparon de organizar la sencilla boda y no pararon de repetirle que así era mejor, ella no era pura y una gran celebración no sería lo adecuado. Nada le dolió como el hecho de que le dijeran que se merecía a ese hombre como esposo, ya que la aceptó sin importarle su pasado. Ella se miró al espejo y las lágrimas amenazaron con brotar, pero las contuvo, su vestido rosa pastel es hermoso. ―Bueno, ha de ser muy triste para ti. ―Denise se acercó a ella. ―Parada aquí, una hora después de que supuestamente debería haber iniciado la ceremonia. ―Suspiró saboreando ese momento. ―Tal parece que te harán lo que le hiciste a Xavier, debiste seguir con tu vida y no tratar de ganarme en algo que ya habías perdido. ―Río. ―Ah, hice lo que debí e investigué a los Morrison, no serás nada para ellos, son superiores a ti. ―Tras darle un beso en la mejilla se alejó. El silencio se hizo lugar, la humillación que estaba sufriendo Isla en ese instante no se comparaba con el dolor, la estaban obligando a permanecer frente al padre con el ramo de flores en la mano a pesar de sus intentos por irse. ¿Por qué ese hombre le hacía eso? ―No quiero que alargue esto. ―Todos miraron a sus espaldas, el hombre en silla de ruedas a pesar de estar sentado se veía imponente. ―Mi jefe quiere una ceremonia rápida. ―Marcos lo dejó al lado de Isla, ella al mirarlo a los ojos su corazón se saltó una serie de latidos, el perfume que percibió de él le trajo muchos recuerdos. ―¿Qué espera? Inicie. ―Su voz hizo que los recuerdos azotaran su cabeza y se reprodujeran como una película. Todo lo que pasó esa noche vino a su cabeza, ¿Él es el hombre con quien perdió su virginidad? Se le hacía difícil creerlo, pero no había duda, esa voz no se borró de su cabeza y ese perfume es inconfundible. ―Iniciemos. ―Isla miró a sus futuros suegros y la mirada furiosa de Elina la hizo quitar la mirada y bajarla. ¿Por qué sus padres hacían eso? ¿Por qué todos estaban en su contra a pesar de que ella no hizo nada malo y solo le tendieron una trampa? ¿Por qué todo era tan injusto? Al terminar, Elina obligó a su hijo a compartir un poco, ella necesitaba conocer un poco más a los Avery, pero Isla se mantenía a raya, ella era la menos feliz con lo que estaba pasando. Denise al verla agrandó la sonrisa. ―Mírate, prima. ―Se mantuvo a una distancia prudente, la mirada de Isla le advirtió y aunque sería bonita verla perder los papeles, no tentó a la suerte. ―Eres toda una esposa, la esposa indigna. ―Rio y al ver a Logan rio un poco más. ―Gracias por aceptar a mi prima a pesar de no ser virgen y haber dejado a su prometido poco antes de la boda, de verdad le estamos muy agradecidos. ―Vete. ―Susurró Isla. ―Solo vete, Denise. ―Ella no miró al hombre que la observa casi con asco. ―Nos vamos. ―La gruesa voz la detuvo. ―Despídete de tu familia. ―No es necesario. ―Lo miró. ―Podemos irnos ya. ―Logan miró esos ojos claros y no dijo nada, solo le hizo una seña a Marcos y se retiraron. Logan convenció a sus padres para que no volvieran con él y se fueran a su casa, Isla solo supo que habían asistido por compromiso y las palabras de Denise se vinieron a su cabeza, ella es solo un objeto de intercambio y nada más. ¿Por qué se iban a tomar todo en serio? ―Aprenderás a cuidar de mí, serás quien se ocupe de ordenar mis cosas personales, despacho, habitación y demás. ―La miró a los ojos una vez entraron a la habitación. ―Te llamo, vienes, te exijo, me lo das, te reprendo, bajas la cabeza y asientes. ―Isla no bajó la mirada, ella se la mantuvo y se mordió la lengua. ―Dígalo con todas sus palabras, señor. ―Endureció el gesto tanto como él. ―Usted lo que quiere es a una sirvienta. ―Y una esclava sexual también. ―Disparó sin remordimiento dejándola plasmada por su falta de tacto. ―No dormirás conmigo, tu habitación es la de al lado y solo entrarás aquí para ducharme, vestirme y hacer mi voluntad. ―Isla se mordió más la lengua. ―Por lo pronto, vete a tu habitación, dúchate y espérame desnuda. ―¿Qué? ―Lo miró con incredulidad. ―Eres mi esposa y quiero follar. ―Pero usted ni siquiera camina. ―Te entregaste a un desconocido, no deberías tener problemas para abrirte de piernas para mí. ―Isla se sintió terrible, ¿Él no la recuerda? ¿De verdad estaba tan borracho? Al recordarlo cayéndose y hablando muy enredado se convenció. ―¡No soy como usted piensa! ―Tu familia te cedió por mi ayuda, ¿Cómo se supone que eres? Estás acostumbrada a coger con hombres que no conoces, no vengas a dártelas de santas. ―Solo fue con uno y ese hombre es…―¿Señor? ―La sirvienta interrumpió justo cuando Isla estaba dispuesta a decirle que ese hombre era él.Resignada solo bajó la mirada ante la atenta atención del hombre. Logan la miró unos segundos sin responder al llamado de la puerta y el silencio de Isla lo tomó como una clara señal de que él tenía razón y ella solo deseaba mentirle a la cara con descaro.―¿Qué quieres? ―Respondió con grosería al escuchar nuevamente los toques en la puerta. ―¿No puedes dejar de fastidiarme de una buena vez? ¡Son unos inoportunos inútiles! ―Isla apretó sus manos, nunca en la vida le habría dado la oportunidad a un hombre tan grosero como él.―S-señor. ―La mujer tartamudeó como siempre. ―Su madre está abajo y pide verlo de inmediato. ―Logan maldij0 en voz alta, no quería lidiar con su madre y menos cuando estaba listo para follarse a la rubia que se había convertido en su mujer.―Llévala a mi despacho, bajaré enseguida. ―La mujer corrió para hacer lo que su jefe le había ordenado.―¿Quiere que lo ayud
Nunca había conocido a un hombre tan malo como lo era Logan Morrison. Él no es solo un altanero que aparenta ser implacable, imponente y poderoso, realmente lo es y él lo sabe muy bien por lo que hace las cosas sin remordimiento alguno. Treinta y tres años, esa es la edad de ese hombre el cual parece un viejo desahuciado de setenta años. No le gusta la música, el ruido, las risas y en general las personas felices, parece ser alérgico a todo lo que tenga que ver con felicidad. Es un verdadero demonio y todos los que están en su mansión son solo esclavos que firmaron un contrato donde le entregan su alma, vida y luz. Isla es la excepción, ella no está atrapada con Logan, él lo está con ella y se lo demuestra siempre que puede. ¿Puede un hombre de treinta y tres años morir de un infarto? Es la pregunta que se hace cada vez que Logan grita, m4ldice y la trata como lo peor del mundo. Le duele su trato, por supuesto que sí, pero solo ver lo infeliz que es y lo mal que se pone por la ira l
Logan la miró perplejo al escuchar sus palabras, claramente no le interesa el cómo ella se siente respecto a su vida y a como la trata, pero el saber que ella es la dueña de esos ojos claros que sueña siempre que puede lo aturdió.―¿Qué dices? ―Preguntó con voz gruesa, siempre pensó que nada de lo que pasó esa noche donde ni siquiera podía mantenerse en pie era cierto. Él lo sintió como algo único y dudó de su veracidad, él tenía el corazón roto, ¿Por qué se sentiría así con una mujer? Pensó que era un simple sueño. ―Yo no había estado con nadie nunca. ―Lo miró con lágrimas en los ojos ―Ese día encontré a mi novio liado con mi prima y mi supuesta mejor amiga me emborrachó y me metió a esa habitación con usted. ―Sollozó ―Yo quería resistirme a usted, me negué, pero pronto cedí por el alcohol y por el dolor de la traición. ―Logan se sintió terrible, él puede ser lo que sea, pero jamás tomaría a una mujer a la fuerza, fue por eso que la primera noche de casados él rápidamente se arrepi
Isla corrió con rapidez al escuchar los gritos, ella abrió la puerta con fuerza y se adentró a la habitación de su esposo. Verlo rojo por el dolor la alarmó.Rápidamente, tomó las píldoras, un vaso de agua y se lo tendió para que se tomara el medicamento. Ella había tardado una media hora y ahora está demasiado asustada, no debió tardar tanto en ducharse.Logan se tomó el medicamento y tiró el vaso en el piso, estaba furioso por aquel dolor que lo reduce a niveles patéticos, él siempre se siente vulnerable cuando no puede controlar lo que le pasa. Isla intentó ponerle ungüento en las rodillas, pero Logan la empujó con fuerza.―¡No me toques! ―Gritó enfurecido ―Debías estar aquí hace media hora y no viniste ―Isla sabía que cometió un error, pero la manera en la que le grita la lástima. ―Eres una inservible, ¡Nunca puedes hacer nada! ―Sin importar los gritos y los empujones, ella masajeó sus rodillas y evitó mirarlo, de hacerlo sus lágrimas saltarán de sus ojos.―Ya basta, Logan, déjame
Isla alzó la mirada para ver al guapo hombre de cabello rubio, ojos verdes y alto como un rascacielos. Ella saltó de las piernas de Logan y abrazó al recién llegado con efusividad, misma que enojó a Logan.―¡Elkin Alves! ―Chilló volviendo a abrazarlo. ―Por el amor de Dios, hacía tanto no te veía. ―No borró su sonrisa, ella realmente estaba muy feliz por la presencia del hombre. ―Creí que estabas en América, ¿Cuándo llegaste? ―Elkin, el excompañero de universidad de Isla y el mismo que alguna vez la cortejó, sonrió.―Hace una semana, quería llamarte, pero no tenía tu número. ―Tomándola de las mejillas volvió a besarle la frente.―Vuelves a tocar a mi esposa y quedarás sin manos. ―Elkin miró al hombre en la silla de ruedas con desconcierto, estaba tan centrado en Isla que ignoró el hecho de haberla encontrado en sus piernas.―Lo siento. ―Se disculpó sonriendo con un poco de vergüenza. ―Es solo que Xavier…―Ya no estoy con él. ―Isla se puso seria al ver el gesto de Logan. ―Estoy felizme
Logan acarició el cuerpo desnudo de su esposa y besó su piel, ya no duermen separados, la habitación principal y la cual le correspondía a él pasó a ser la habitación matrimonial. Isla al sentir esas caricias y los pequeños besos acompañados de mordidas sonrió sin moverse.―Llegaste muy tarde a noche ―Aquel gruñido proveniente de esa voz ronca la obligó a abrir los ojos divertida. ―Deberías quedarte en casa y ocuparte de mí. ―Isla se giró y se abrazó a él, lo miró a los ojos y sonrió.―Es mi trabajo y no puedes quejarte, demonio sin cachos. ―Besó nuevamente sus labios. ―Siempre que puedo me ocupo de ti, no te he descuidado en nada y eso debes aceptarlo.―No te ocupas de mí lo suficiente. ―Vociferó enojado, él quiere toda su atención, no que se esté dividiendo entre trabajo y él. ―No es necesario que trabajes, lo sabes.―Quiero ganar mi propio dinero, Logan. ―Se sentó en la cama. ―Ya suficiente con lo que haces para ayudar a mis padres. ―Logan se sentó también. ―Te toca cita, deberíamo
Logan miró a su esposa en brazos de otro hombre y que le limpiara las lágrimas con tanta delicadeza lo terminó de enfurecer. Él había ido ahí con flores y chocolates para disculparse, se aventuró a soportar las miradas porque está en una silla de ruedas solo por ella y ahora la encuentra en brazos de su jefe.―No me toques ―Logan se echó a andar al verlos salir de la barra para dirigirse a un lugar que no le está gustando.No le interesó las personas quejándose porque los atropella o las miradas de las personas perplejas por verlo en un lugar como ese en silla de ruedas. Él no comprende por qué su corazón late tan furioso y su estómago está a punto de darle un vuelco tan fuerte que lo hará vomitar.―Lo siento. ―Isla sollozó. ―No debería haber roto en llanto frente a los clientes, lo siento mucho. ―Estremeció por un nuevo sollozo. ―Juro que no volverá a pasar, por favor, disculpable. ―Elkin la miró con tristeza, ¿Por qué se disculpa tanto con él?―Oye. ―Tomándola del mentón con delicad
Los días para Isla no estaban yendo bien. Ella no dejaba de recordar el gesto y las palabras de Logan, pero tampoco podía dejar de extrañarlo y desear estar ahí con él.Intentó acercarse, pero no la dejaban pasar a la propiedad, ni siquiera le abrían el portón o le decían que él no quería verla, ella solo se quedaba ahí afuera frente a la cámara del comunicador por horas. A pesar del sueño y el cansancio ella siempre iba para intentar solucionar las cosas.―Deberías irte a casa esta vez de primera. ―Elkin la miró preocupado, ella ha sido la última en marcharse, incluso él se va antes. ―Isla, estás fatal, ¿Qué sucede? ―Ella que se quedaba de última para descansar ahí, negó un par de veces.―Logan te golpeó por mi culpa, lo menos que puedo hacer es ayudarte en todo lo que pueda. ―Le sonrió, eso no es una mentira. ―Me devolviste mi trabajo a pesar de que él dijo que yo renunciaría y me siento en deuda.―Te he dicho que no te preocupes por eso. ―Gruñó un poco exasperado, ella no quiere es