— Lo siento cariño, solo es una vez, relájate para mi Eva, mírame preciosa, mírame, no te imaginas el placer que siento haciéndote el amor.Henry la convencía y la besaba en los ojos a pesar de que también estaba tenso, sudando más que Eva de estarse quedando quieto cuando solo tenía ganas de venirse en ese apretado coño.Pero aguantaría por ella, quería que Eva lo disfrutara también.— ¿Puedo moverme?— Ss… sí – la vocecita tímida de Eva le dijo finalmente tomando un largo suspiro y Henry comenzó el suave y sensual movimiento de hacer el amor sobre su cuerpo.Sus caderas ondeaban adelante y atrás, meneándose apasionadamente, mientras los fuertes músculos de la espalda y las nalgas se contraían por el esfuerzo del ejercicio en la cama.— Ssshhh ah Eva se siente tan rico… mmm me encantas esposa…— Henry gemía lujurioso cuando finalmente centímetro a centímetro, su palpitante y venosa polla se internó hasta la base dentro de esa funda estrecha y llena de fluidos viscosos de ambos.Eva fu
— ¿Fui muy animal, te dolió mucho? – Henry finalmente le preguntó, girándose de lado y saliendo lentamente de su interior con un gemido bajo de ambos.— Espera, Henry las sábanas… — Eva cerró enseguida las piernas, preocupada por todo el líquido seminal que de repente corrió por sus muslos.— No importa la sábana, igual se va a ensuciar después mucho más – sonrió sexy mirando su rostro con ese hermoso tinte rosado avergonzado que le encantaba – déjame revisar si hubo mucho desgarro.— No, no, estoy bien, estoy bien, no mires – Eva enseguida lo detuvo asustada de que se pusiera de verdad a mirarle entre las piernas.— Amor, aún eres tímida con tu esposo, acabamos de hacer el amor, Eva te acabo de ver todo y no te imaginas la cantidad de veces que lo veré más tarde – suspiró cediendo esta vez para no torturarla y decidió examinarla cuando tomaran un baño.Había comprado un ungüento medicinal para aplicarle luego.— Solo dolió un poquito al inicio, pero luego…— Luego qué… — Henry se vol
DÍAS DESPUÉS— Cálmate amor, estás en un puro temblor, tu hermana va a llegar bien Eva, ven acá – la haló de la mano y la hizo sentarse de lado, sobre sus piernas, en el mullido mueble del salón.— Henry, pero ya debería haber llegado – Eva le dijo preocupada.— Eva solo se ha retrasado si acaso 30 minutos de lo estimado. Sabes que las carreteras del campo luego no están muy buenas, pero envié a Leroy a buscarla a la estación de trenes, él la traerá a salvo.Le acarició la mejilla con paciencia, intentando tranquilizarla.— Sigo pensando que mejor íbamos nosotros a recogerla…¡Bip, Bip!En eso, el pitido de un automóvil acercándose la hizo levantarse emocionada para mirar por la ventana y ver que, en efecto, Elsa ya estaba llegando.— ¡Espera Eva, no corras que te puedes caer! - Henry la miró sonriendo, como iba casi corriendo a la entrada.Estaba feliz de que Eva tuviese a su hermana cerca, una compañía para ella en esta enorme mansión, a pesar de los quebraderos de cabeza que eso le
— ¡Espere Sr. Edwards! ¿De verdad va a ser tan grosero conmigo? Si acaso sería robarle 5 minutos de su tiempo.Flavia por dentro estaba que echaba chispas.Muy bien parecido y todo, pero ¿qué tanto se creía este riquillo para tratarla siempre tan mal?A ella, que tenía a tantos hombres millonarios detrás de sus nalgas.Solo que no era lo mismo este filete joven, que los viejos verdes mohosos que la perseguían.— Usted estaba contratando a una organizadora femenina para el evento de caridad de su familia y yo puedo serlo, ni siquiera tendría que pagarme, lo haría por la noble causa, por…— ¡No es necesario! – de repente se escuchó una voz enérgica y el taconeo uniforme de unos zapatos femeninos altos acercándose.— La familia Edwards ya tiene a una esposa y por supuesto, seré yo quien se encargue de los asuntos de la beneficencia, ¿usted es?…Eva entró por la puerta del despacho de su marido con paso firme, ataviada con un vestido lavanda de falda ceñida a sus curvas hasta las rodillas
3 AÑOS DESPUÉS…— ¡Petra, tráeme los informes que te pedí! – el grito de la Sra. Romina se escuchó desde su despacho, sin embargo, pasaron los minutos y nadie le respondió — ¡Petra!, ¿qué estás haciendo ahora inútil?Romina gritó con molestia, pero luego se concentró nuevamente en los papeles que estaba firmando, viendo como seguía pidiendo caridad para los pobres huerfanitos mientras ella se embolsillaba el 90 % de las donaciones.La puerta se abrió con un chirrido y luego se cerró.— Parece que te estoy pagando demasiado para lo poco que haces. Tanto tiempo buscando unos informes, eres una inu… — pero las palabras de la cuidadora del orfanato se quedaron a medias, cuando vio a la elegante mujer que había entrado en su despacho y la miraba con odio infinito en sus ojos avellanas.— Ee… va, ¿cómo? – Romina estaba asombrada y temerosa como pocas veces en su vida— Cuanto tiempo, “Sra.” Romina o ¿debería decirte mamá? – Eva le habló con sarcasmo y avanzó con su hermoso y sofisticado po
— La verdad es que deseo varias cosas, pero la primera y más importante, firma este papel de traspaso – Le puso una hoja delante.— ¡Estás loca! ¡Por supuesto que no te cederé mi parte del orfanato y menos sin que me des un céntimo! — ¿Acaso te crees que soy imbécil? – Romina, en un ataque de rabia, tomó la hoja y la hizo añicos en sus manos, dejando solo fragmentos del contrato.— ¡Además, este orfanato es propiedad de una persona importante, mucho más que tú, muerta de hambre! ¡Jamás lograrás tener su firma y él me va a respaldar, él…!— Te refieres al Sr. Belmonte – Eva la interrumpió cansada de tantos gritos y disfrutó de cómo Romina abrió los ojos asombrada.— ¿De verdad pensaste que él se ensuciaría las manos por salvarte? En serio creí que eras más inteligente. — Ese hombre ya me vendió su parte, casi me la regaló al enseñarle todo lo que tenía de este sitio y el escándalo que armaría con su nombre involucrado.— No, no, no me mientes maldit4 coja, ¡tú me estás mintiendo!, el
Romina tenía una mordaza en la boca y sujeta las manos, los gritos eran amortiguados por la tela, pero los ladridos de los perros aumentaban, con saliva espumosa saliendo de sus bocas y afilados colmillos que se asomaban a través de los huecos de las rejas que los separaban de la mujer.— ¿Sabes para qué es ese compartimento pequeño donde la metiste, entre las dos rejas Leroy? – Eva miraba y recordaba los horrores del pasado.Leroy se lo imaginó, pero negó con la cabeza.— Ahí nos metían a los niños malos. Los pobres perros se pasaban días sin comer porque su malnacido hijo no los alimentaba y al ser encerrados, éramos como carne fresca bien cerca de sus bocas. Eva le contaba mirando a la mujer que ya no sabía si moverse a la derecha o a la izquierda.Pensaba que, en cualquier momento, uno de esos animales atravesaría la fina separación y acabaría con su vida.— Si así se ve un adulto, te podrás imaginar la desesperación de un niño, ¿no? – Eva sonrió con sarcasmo y con tristeza en el
Romina por un segundo miró a su alrededor, pensando en escapar, pero el enorme guardaespaldas no se movió de su lado.Cuando miró de soslayo hacia Eva, le vio la mirada burlona en los ojos que le decía: “Vamos, inténtalo, dame razones para ser más cruel todavía”Recordaba, como les echaron a los perros aquella noche y se imaginó siendo perseguida por esas bestias.Romina cerró los ojos en agonía. Nunca se imaginó terminar a manos de uno de esos pobres huérfanos. El karma, era una cosa seria. Puso su firma en el papel y claudicó, pero Eva, todavía no se sentía satisfecha, de hecho, nada serio le había hecho aún. — Muy bien, me alegro de que te quedase algo de sensatez – Eva tomó el documento y lo examinó.— Ya firmé, ahora déjanos en paz, me iré lejos y nunca regresaré, mi hijo y su familia también…— Jajajajajajaj – Eva de repente comenzó a reírse de manera espeluznante — ¿Irte lejos? ¿De verdad piensas que este fue todo el castigo a tus crueldades? ¿Qué te irás impune cuando es