Henry se mesó el cabello frustrado, él también había estado en extremo ocupado.Los Alonso intentaron sabotearle sus planes de negocios con el sindicato del puerto, sin embargo, él tenía un aliado infalible, «Don Dinero» y ese, convencía a todos, pero le había robado tiempo de seducir a su esposa y de preparar la gran noche de bodas que seguían posponiendo.Se levantó suspirando y dejando todo a medias, Eva debería estarlo esperando en la habitación, no se quedaría como todos estos días trabajando hasta la madrugada, hoy la atendería como era debido.Mientras tanto, en la habitación, Eva se miraba al espejo del baño después de consentirse en la gran tina con sales perfumadas importadas.Usaba uno de los conjuntos que Henry le había comprado en su viaje, la Sra. Bishop se lo había escogido y ella confió en su experiencia, sin embargo, ahora se arrepentía un poco, ¡esto era demasiado revelador!Un negligé hasta las rodillas en negr0 de un fino y exquisito tul que trasparentaba el juveni
— Henry, ¿no es mejor apagar la luz? - le preguntó con timidez acostada en la cama, recostada como él le había indicado contra las grandes almohadas del respaldar, con todo el cuerpo expuesto, temblándole a pesar de hacerse la valiente.— ¿Por qué si te vestiste tan hermosa y sexy para mí, apagaría la luz? Quiero verte por completo – le respondió, recorriéndola como un pervertido de arriba abajo, mientras se quitaba los zapatos, las medias y el saco del traje.Se desabrochó el chaleco, los botones del cuello y las mangas de la camisa blanca.Arrojó el chaleco al sillón junto con el resto de la ropa y avanzó a medio vestir, listo para quitarse el pantalón cuando llegara el momento de la acción.Eva tragó viendo como se subió a la cama y a través de la camisa se observaba su fuerte pecho desnudo y abajo en el pantalón, el bulto duro era más que evidente.Henry hacía ejercicios todas las mañanas para ejercitarse y sus músculos flácidos estaban tomando fortaleza y volumen como antes del a
Encontró el duro botón sensible del clítoris, lo acarició y pellizcó un poco, ganándose un caliente gemido de la boca de Eva.Henry no aguantaba, abrió más con sus manos las nalgas de Eva, separó con sus dedos los labios menores de la vulva, dejando expuesta la diminuta entrada rosada virginal de su esposa, que se contraía y lo llamaba para que la profanara.Acercó su boca, sacó la lengua y comenzó a mamar deliciosamente el coño de Eva.— Mmmmm sshhh Henry— Eva no pudo evitar mover la pelvis hacia delante ante la placentera invasión de algo suave y resbaloso dentro de ella.Le daba vergüenza, pero a la vez deseaba que no se detuviese y Henry no pensaba parar ni muerto.Con las manos en nalgas la movía a su boca, metía y sacaba su lengua, penetrando todo el caliente interior que se convulsionaba y lo apretaba, que le exigía más rápido y profundo.Sorbía la dulce miel de Eva, le mordisqueaba los labios mayores y su sensible clítoris, chupaba y lamía, metía y sacaba, comiéndose esa delic
— Lo siento cariño, solo es una vez, relájate para mi Eva, mírame preciosa, mírame, no te imaginas el placer que siento haciéndote el amor.Henry la convencía y la besaba en los ojos a pesar de que también estaba tenso, sudando más que Eva de estarse quedando quieto cuando solo tenía ganas de venirse en ese apretado coño.Pero aguantaría por ella, quería que Eva lo disfrutara también.— ¿Puedo moverme?— Ss… sí – la vocecita tímida de Eva le dijo finalmente tomando un largo suspiro y Henry comenzó el suave y sensual movimiento de hacer el amor sobre su cuerpo.Sus caderas ondeaban adelante y atrás, meneándose apasionadamente, mientras los fuertes músculos de la espalda y las nalgas se contraían por el esfuerzo del ejercicio en la cama.— Ssshhh ah Eva se siente tan rico… mmm me encantas esposa…— Henry gemía lujurioso cuando finalmente centímetro a centímetro, su palpitante y venosa polla se internó hasta la base dentro de esa funda estrecha y llena de fluidos viscosos de ambos.Eva fu
— ¿Fui muy animal, te dolió mucho? – Henry finalmente le preguntó, girándose de lado y saliendo lentamente de su interior con un gemido bajo de ambos.— Espera, Henry las sábanas… — Eva cerró enseguida las piernas, preocupada por todo el líquido seminal que de repente corrió por sus muslos.— No importa la sábana, igual se va a ensuciar después mucho más – sonrió sexy mirando su rostro con ese hermoso tinte rosado avergonzado que le encantaba – déjame revisar si hubo mucho desgarro.— No, no, estoy bien, estoy bien, no mires – Eva enseguida lo detuvo asustada de que se pusiera de verdad a mirarle entre las piernas.— Amor, aún eres tímida con tu esposo, acabamos de hacer el amor, Eva te acabo de ver todo y no te imaginas la cantidad de veces que lo veré más tarde – suspiró cediendo esta vez para no torturarla y decidió examinarla cuando tomaran un baño.Había comprado un ungüento medicinal para aplicarle luego.— Solo dolió un poquito al inicio, pero luego…— Luego qué… — Henry se vol
DÍAS DESPUÉS— Cálmate amor, estás en un puro temblor, tu hermana va a llegar bien Eva, ven acá – la haló de la mano y la hizo sentarse de lado, sobre sus piernas, en el mullido mueble del salón.— Henry, pero ya debería haber llegado – Eva le dijo preocupada.— Eva solo se ha retrasado si acaso 30 minutos de lo estimado. Sabes que las carreteras del campo luego no están muy buenas, pero envié a Leroy a buscarla a la estación de trenes, él la traerá a salvo.Le acarició la mejilla con paciencia, intentando tranquilizarla.— Sigo pensando que mejor íbamos nosotros a recogerla…¡Bip, Bip!En eso, el pitido de un automóvil acercándose la hizo levantarse emocionada para mirar por la ventana y ver que, en efecto, Elsa ya estaba llegando.— ¡Espera Eva, no corras que te puedes caer! - Henry la miró sonriendo, como iba casi corriendo a la entrada.Estaba feliz de que Eva tuviese a su hermana cerca, una compañía para ella en esta enorme mansión, a pesar de los quebraderos de cabeza que eso le
— ¡Espere Sr. Edwards! ¿De verdad va a ser tan grosero conmigo? Si acaso sería robarle 5 minutos de su tiempo.Flavia por dentro estaba que echaba chispas.Muy bien parecido y todo, pero ¿qué tanto se creía este riquillo para tratarla siempre tan mal?A ella, que tenía a tantos hombres millonarios detrás de sus nalgas.Solo que no era lo mismo este filete joven, que los viejos verdes mohosos que la perseguían.— Usted estaba contratando a una organizadora femenina para el evento de caridad de su familia y yo puedo serlo, ni siquiera tendría que pagarme, lo haría por la noble causa, por…— ¡No es necesario! – de repente se escuchó una voz enérgica y el taconeo uniforme de unos zapatos femeninos altos acercándose.— La familia Edwards ya tiene a una esposa y por supuesto, seré yo quien se encargue de los asuntos de la beneficencia, ¿usted es?…Eva entró por la puerta del despacho de su marido con paso firme, ataviada con un vestido lavanda de falda ceñida a sus curvas hasta las rodillas
3 AÑOS DESPUÉS…— ¡Petra, tráeme los informes que te pedí! – el grito de la Sra. Romina se escuchó desde su despacho, sin embargo, pasaron los minutos y nadie le respondió — ¡Petra!, ¿qué estás haciendo ahora inútil?Romina gritó con molestia, pero luego se concentró nuevamente en los papeles que estaba firmando, viendo como seguía pidiendo caridad para los pobres huerfanitos mientras ella se embolsillaba el 90 % de las donaciones.La puerta se abrió con un chirrido y luego se cerró.— Parece que te estoy pagando demasiado para lo poco que haces. Tanto tiempo buscando unos informes, eres una inu… — pero las palabras de la cuidadora del orfanato se quedaron a medias, cuando vio a la elegante mujer que había entrado en su despacho y la miraba con odio infinito en sus ojos avellanas.— Ee… va, ¿cómo? – Romina estaba asombrada y temerosa como pocas veces en su vida— Cuanto tiempo, “Sra.” Romina o ¿debería decirte mamá? – Eva le habló con sarcasmo y avanzó con su hermoso y sofisticado po