045

Todas las doncellas se enderezaron de repente asustadas, tirando los cigarrillos y dejando de tomarse sus jugos.

La tal Lidia se llevó la mano al rostro enrojecido. Por muy delgada que Eva pareciera, tenía la fuerza de alguien acostumbrada al trabajo duro.

— ¡He sido buena con ustedes, tolerante, le he dado de mis cosas valiosas e importantes para ayudarlas!, ¿y así me lo pagan? – miró a la chica de la horquilla que bajó la cabeza avergonzada.

— ¡Nunca imaginé que pudiese haber mujeres tan descaradas, no solo holgazanean, engañándome, lo peor es lo que hablan de la vida privada, de las personas que le dan de comer!

— ¿Revisan nuestras sábanas y los restos del cesto del baño? – Eva temblaba de ira extrema, todas las palabras de que ella no era una buena mujer para Henry y que solo la quería por caridad, resonando en su cabeza.

— ¿Acaso dijimos alguna mentira? – escuchó la voz a su espalda de Lidia.

Todas las doncellas se miraron asustadas, ¿acaso Lidia estaba loca?

Una cosa era hablar
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP