Dos semanas más tarde, ha llegado el día de la boda de Klaus y Kira. Kira se sentó frente al espejo, su vestido de novia resplandeciendo en la luz de la habitación. Annette y Anastasia, su prima y tía, la rodeaban, admirando su belleza. Pero Kira no veía su reflejo, solo veía una prisión de seda y encaje, un cárcel de lujos — Eres una novia preciosa, Kira— dijo Annette con su voz dulce. — Sí, estás radiante— agregó Anastasia. Kira sintió un nudo en la garganta, su corazón pesado como una piedra. Se sentía asfixiada, atrapada en un destino que no era el suyo. Quería gritar, quería correr, quería saltar por la ventana y acabar con esa farsa, porque siempre imaginó su boda, pero nunca de aquella manera. — No me siento así—dijo, su voz apenas audible.— Me siento miserable, atrapada en un matrimonio sin amor, destinada únicamente a dar hijo y asegurar el apellido Ivanov. Annette y Anastasia intercambiaron una mirada preocupada. Ambas pensaban que Kira estaba a punto de echarse
Asistir a aquella boda le había removido los recuerdos a Nikolay, recuerdos de una boda que si fue completamente feliz en dónde él e Irina habían tenido la boda de sus sueños junto a los seres que amaban, había sido una boda preciosa... Sin poder evitarlo se permitió recordar.... Nikolay... El día de mi boda con Irina fue el más hermoso de mi vida. La iglesia ortodoxa rusa estaba llena de flores y candelabros, y el sol brillaba a través de las ventanas talladas. El aroma de incienso y lavanda flotaba en el aire, transportándome a un mundo de serenidad. Irina descendió por el pasillo, su vestido de novia blanco y delicado como una nube. Su cabello rubio caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus ojos brillaban con felicidad. Su sonrisa iluminaba la habitación, y yo no podía contener mi sonrisa. Era la novia mas hermosa que dyo había visto jamás, toda una preciosura rusa, enamorada de mi tanto como yo estaba locamente enamorado de ella. —Estás radiante— le susurré cuando
Había llegado el momento de Klaus, y la pesadilla de Kira. La noche de bodas... La noche de bodas de Klaus y Kira era una realidad. La luna llena brillaba en el cielo, iluminando la habitación de lujo del hotel donde se hospedaban, en otras circunstancias apreciaría mucho el exclusivo lugar, la champagnes y la noche... así como la luna. Klaus se acercó a Kira, su mirada posesiva y triunfante, al fin le daria a aquella caprichosa una dosis de realidad, ella que lo habia despreciado por mucho, ahora tendría que tragarse su orgullo, sus palabras y entregarse a el, ahora tendría que dejar de mirarlo por sobre el hombro. — Por fin eres mía— su voz baja y sensual, llena de una malvada satisfacción. Kira sintió un escalofrío en la espalda, un nudo en la garganta. No quería estar allí, no quería estar con él. Pero sabía que no tenía opción, tenía la obligación de dar al menos un par de herederos que llevarán la sangre Ivanov en las venas, era parte del trato, por lo cual no podía ne
Tres meses de matrimonio, tres meses de una eterna tortura para Kira quien lamenta constantemente el ser la esposa de Klaus. Aunque si algo agradece es que él suele pasar mucho tiempo fuera, argumentando los muchos negocios y las obligaciones dentro de las empresas Ivanov, Kira no se queja porque lo ultimo que desea es tener a su esposo cerca. Klaus se reunió con la mujer misteriosa en un lugar oscuro y solitario. Su rostro estaba iluminado solo por la luz de una vela. — Ya llevan varios meses de casados— dijo la mujer, su voz baja y misteriosa, mientras se acercaba a él. Klaus sonrió, su mirada fija en ella, embelesado con ella, es que la amaba enteramente. — Y ya estoy cansado de esperar— dijo, su voz llena de deseo. La mujer se rió, su risa seductora, tan contraria a su apariencia. — Paciencia, mi amor— dijo mientras se acercaba a él. —Es hora de activar la otra parte del plan. Klaus la tomó de la cintura, atrayéndola hacia él. — Puede ser demasiado pronto— dijo, su voz
Amaia se detuvo en la puerta de la oficina, su rostro ardiendo de celos al ver a Kira llorando en los brazos de Nikolay. —¿Qué se supone que está pasando? —preguntó Amaia, su voz llena de ira y posesividad. Nikolay la miró, con Kira todavía en sus brazos, con amabilidad la hizo a un lado. — Amaia, por favor, entra, cariño— dijo Nikolay. Amaia entró en la oficina, cerrando la puerta detrás de ella. Su mirada se clavó en la escena que tenía ante sí. A los costados en las esquinas de la habitación estaban Igor y del otro lado Vladimir, ambos con rostro completamente serio. Kira se secó las lágrimas. — Amaia, no es lo que crees— dijo Kira. Amaia se acercó a ellos. — ¿No? ¿y que es lo que yo creo?— preguntó Amaia mirando a su rival con un desprecio único, pero sin perder la compostura, Nikolay se interpuso entre Amaia y Kira. — Amaia, por favor, explicaré esto, Kira solo está teniendo un mal momento y... vamos a calmarnos— dijo Nikolay. — No me digas que me calme— le respo
El trayecto a la casa había sido silencioso, Amaia se sentía conmovida en sus emociones, recordar el día del ataque le angustiaba, saber que allí había perdido a su hijo... y que Kira sé atreviera a decir aquello la enfurecia, era obvio que no sabía lo que había sucedido Pero sus palabras se si fueron como una burla, como si hubiese minimizado todo lo que ella había sufrido, y la perdida de su bebé. —¿Sigues enojada?— preguntó Nikolay en cuanto cruzaron el umbral de la casa, a pesar de que iban tomados de la mano, Amaia parecía distante. —Estoy muy enojada— admitió— pero no contigo — sus ojos se llenaron de lágrimas— iré por un cambio de ropa, ir al gimnasio o subir al ring me ayudará a frenar esto que siento. —En ese caso... quizás podamos tener un combate amistoso— Amaia lo miró directamente a los ojos y suspiró largamente. Katerina sonrió, su señora había mejorado mucho, y aunque claramente dudaba que aún pudiese ganarle al jefe, sabía que daría una buena batalla.— no me mi
El corazón de Anton no lo soportó más, gimió agonizando mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas sintiéndo el más agudo de los dolores...Su hija, su única y adorada hija...Kira, su todo...Le había fallado...Había querido dejarla protegida y en buenas manos... pero había sido un idiota, la había enviado como cordero al matadero. Nunca hubiese imaginado que su sobrino fuese un infeliz, un desgraciado que solo estaba esperando la oportunidad de apoderarse de todo lo que poseía, ¿Hasta dónde llegaba la ambición de las personas?, todo estaba disponible para él como su sobrino y yerno, ¿Para qué asesinarlo?Pero ya no hubo lugar para nada más... Anton se desplomó sobre el suelo, con el alma abandonando su cuerpo, la vida se le había escapado, una muerte lenta y rápida a la vez, pero llena de angustia y remordimiento. Klaus sonrió sintiendo una sensación de triunfo, había eliminado a Anton, el viejo ya no era un problema, ahora podría centrarse en su próximo objetivo; Kira.T
Despertar abrazada al cuerpo de Nikolay era un sensación inexplicable, el placer y el amor recorrían su cuerpo a partes iguales. Cuándo sintió aquellos besos sobre su cuello y que se deslizaban hacia sus hombros y seguían por su espalda gimió y se estiró como una gata perezosa, Nikolay sonrió, la abrazó desde atrás, deslizando la mano por su silueta y apoderadose de uno de sus senos...—Me encanta cuándo me das los buenos días así— dijo entre gemidos.—A mi me encanta como gimes— le dijo junto a la oreja, para luego tomar el lóbulo de su oreja y succionarlo dentro de su boca, enviando un estremecimiento por toda su columna vertebral. Aquella fue la chispa necesaria para encender la llama de la pasión ardiente entre el leon y su leona. Una leona agresiva, sedienta de deseo, hambrienta de placer, pero tambien una gatita tierna que escondía sus garras para ser consentida. *****************************************—¿A dónde irás?— preguntó ella.—A la oficina, cariño— respondió Nikolay