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Capítulo 4: Escape

No pudo quitar los ojos de Emily durante toda la noche.

No buscaba ser discreto, tampoco incomodarla con tal grado de insistencia visual, sin embargo, ella parecía no darse cuenta jamás y lejos de estar cohibida con ello actuaba de forma natural con cada invitado que su padre le presentaba.  

Más tarde, concluida la fiesta, siguió a Liam hasta su enorme mansión, en donde le daría mayores detalles de los acuerdos a los que llegó con la familia Berner.  Vio a Emily por última vez subir las escaleras de la sala, mucho antes de seguir a Liam a su despacho. 

Terminaron  de hablar cerca de las dos de la mañana, cuando su jefe expresó su notorio cansancio y le indicó que se iría a dormir de inmediato. Comprendió que debía hacer lo mismo, así que enrumbó hasta el estacionamiento en busca de su auto, buscó las llaves entre los bolsillos de los pantalones pero le fue imposible encontrarlas debido al desconcierto que se apoderó de él al ver una silueta extraña trepar las paredes escondida entre los arboles del jardín que las rodeaban. 

Después de enfocar bien la vista y reconocer a aquel extraño camuflado en la oscuridad, notó como se estiraba la ropa para librar con suma paciencia las ajaduras de la tela, era nada más y nada menos que Emily. 

Emily celebró tras poner un pie fuera de la mansión y se dispuso a caminar hasta llegar a la carretera en donde seguramente podría pedir un taxi. Elevó la mano a la altura de sus hombros, pero, una mano ajena a la suya hizo que la bajara, sujetándola sin mucha delicadeza. 

–¿Qué crees que estás haciendo Emily? –La voz masculina tan fría la sobresaltó, luego se dio cuenta de que no había nada que temer al registrar el rostro de su acompañante–

–¡Carajo Drew! ¡Me has asustado como el demonio! –Él gesto que esa respuesta le produjo no fue nada alentador, estaba sorprendido de escucharla usar un lenguaje tan informal como ese

–¿Qué es lo que pretendes? ¿Por qué sales a escondidas de la casa? –¿Y a él que rayos le importaba?–

–Ese no es asunto tuyo –deshizo el agarre de ambos con un tosco movimiento, aparentemente no estaba nada inhibida por su repentina aparición– ¿No deberías haberte ido a tu casa ya? 

–Tu padre se acaba de ir a la cama después de un día agitado, es muy desconsiderado de tu parte hacer esto incluso cuando sabes del ataque a la presión que sufrió hoy –Ella rodó los ojos poco afectada–

–Qué bien que esté descansando, me alegra… –volvió a elevar la mano para adquirir otro servicio de taxi, Drew lo impidió– 

–Debes regresar a casa, estar aquí es peligroso y si te llega a pasar algo tu padre podría volverse loco… 

–Tú qué sabes. Solo eres un empleado que le ha caído bien –El intentó respirar para no matarla ahí mismo–

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