Inicio / Romántica / La Dama De Rojo / EL AMOR DE UNA MADRE
EL AMOR DE UNA MADRE

Serena Black

—¡Ayuda, por favor!.— Grito desesperada entrado al hospital, con mi hijo en los brazos.

— ¿Qué le paso al niño?— Me preguntan en la recepción del hospital, quitándomelo de los brazos para atenderlo.

— Se desmayo en un partido de futbol y no reacciona.—Respondo con la voz quebrada, tengo tanto miedo a perderlo.

El día comenzó tan hermoso y se convirtió en una de mis peores pesadillas, comienzo a llorar desesperada y nadie me da respuestas de cómo esta mi hijo, porque Alonso es mi hijo así no lo hubiese parido.

Su madre era mi mejor amiga y murió dando a luz, todos le dieron la espalda por salir embarazada tan joven pero yo me quede con ella, no la juzgue sino que le di todo mi apoyo incondicional, ella era una hermana para mi crecimos en el mismo orfanato, era una joven inocente que fue manipulada por un desgraciado que la abandono apenas le dijo que estaba encinta.

El profesor  de deporte fue conmigo a la emergencia  luce tan desesperado como yo, pasando una mano por su cara y su cabello desordenándolo—Todo es mi culpa. —Expresa caminando de un lado a otro mientras llora.

— ¿Por qué piensas eso? nadie es culpable, tal vez yo si lo soy, siempre estoy ocupada y no le dedico el tiempo que él se merece debí darme cuenta que se sentía mal — Respondo hipeando, me siento igual que el día que Alonso nació, cuando me avisaron que su madre había muerto en el parto, mi corazón se rompió en mil pedazos, si le llega a pasar algo mi vida por completo pierde el sentido, él es todo para mi

—El es débil por culpa de su madre biológica, salió a ella. —Dice entre dientes, yo no puedo creer que él haya mencionado eso, ¡Carolina era amiga de los dos! Y creí que él la amaba.

— ¿Por qué haces esto? ¿Cómo puedes hablar de ella de esa forma?— Pregunto indignada, mientras entran unas personas que tuvieron un accidente de tránsito, peleando entre sí echándose la culpa los unos a los otros,  trato de ignorarlos, traen a una joven un poco aturdida para que la revisen por emergencia, yo la veo bien, solo tiene un pequeño rasguño en la frente…La gente escandaliza por cualquier cosa.

Ellos peleando por nimiedades mientras mi pequeño se está debatiendo entre la vida  la muerte, me siento temblorosa, ya que mis piernas no logran sostenerme y él hombre a mi lado pronuncia en un susurro — lo siento—.

Su teléfono comienza a repicar y él hace una mueca, sé quién es, su esposa ella vio todo y también se que siente celos de mi, ¡no puede entender que entre él y yo no hay nada!, además él me está acompañando solo por mi hijo que es su alumno, el se levanta y va a contestar la llamada, luego regresa con mala cara.

— ¿No te vas a quedar, para saber de Alonso?—Le pregunto angustiada,  sé que viene a decirme que debe irse, pero no quiero quedarme sola, no tengo a nadie más—

—No te vayas por favor.— Suplico

—No puedo quedarme.— Me responde dándome la espalda  caminando a la salida del hospital, y pronuncia la siguiente frase sin voltear—Tengo que trabajar, si necesitas algo, lo que sea llámame, sabes que voy a apoyarte en lo que necesites—Sale  con las manos hechas puños,  sin mirar atrás, si no se va, se meterá en problemas con la víbora esa, que tiene por esposa, sé que eso es lo que pasa

—Familiares de Alonso Black — Llama una enfermera después de una hora de larga espera, en la cual me comí las uñas.

—Aquí. —Digo yo con un nudo en la garganta, corriendo hacia ella unos cuatro metros de distancia, que en ese momento me parecen kilómetros…

—Lamento darle esta noticia, pero el pequeño está en muy malas condiciones, los médicos han hecho todo para estabilizarlo, ahora solo queda esperar a ver cómo reacciona a los tratamientos. —Me dice ella viéndome con cara de lastima.

— ¿Se va a morir?—Pregunto asustada con la voz quebrada, mientras no paro de lloriquear mis ojos parecen una regadera casi no puedo ver nada, pero siento que alguien me observa en silencio, cualquiera lo haría, hay mucha gente en esta sala de espera, sobre todo por lo del accidente.

Pero yo estoy sola recibiendo esta terrible noticia, nunca pensé vivir nuevamente un momento como este, tan difícil, no tengo dinero, ni grandes lujos, pero soy una mujer inmensamente feliz porque lo tengo a él, si el mi vida no tiene ningún sentido.

—No puedo asegurarte nada pequeña, haremos lo que esté en nuestras manos por salvarlo, ¡Debes ser fuerte! Si se salva de esta, va a necesitar muchos cuidados, tienes que ser fuerte, el doctor que lo está atendiendo te explicará los detalles cuando salga. —Explica dándome unas palmadas en la espalda.

Alonso es lo único que tengo en esta vida, su madre y yo éramos  un par de huérfanas y crecimos juntas en el mismo orfanato, solo nos separo la muerte, era tan joven solo dos años mayor que yo en ese entonces.

Por un tiempo burle a hasta a servicios sociales, siempre parecí más grande de lo que era y me quede con el bebe cuando ella murió y aunque era menor de edad, el pequeño apartamento en el que vivimos él y yo, lo compramos las dos trabajando como mulas para tener lo nuestro, éramos incansables.

—En un instante mi vida cambio y se destruyo ¡como un castillo de naipes!...La vida es tan frágil, yo solo lloro ¿Qué puedo hacer para cambiar esta situación? Me quejo y reniego  — ¡Dios ten piedad, te misericordia!—Suplico dentro de mí, Si Dios se lleva a  Alonso prefiero morir con él, daría mi vida por él si fuese necesario, incluso le vendería el alma al diablo por salvarlo, el es mi razón y mi impulso, sin el nada vale la pena.

Las horas pasan con lentitud, una tras otra, tan lento que parece que el tiempo se hubiese detenido, y no he tenido noticias de mi hijo, el hospital se encuentra colapsado, el personal no se da abasto para atender las emergencias que llegan, Tengo miedo que los médicos no puedan atender a mi pequeño como él se lo necesita, camino de un lado a otro en la sala de espera, tan nerviosa que la gente a mi alrededor me observa, son las peores horas de mi vida, podría decirse que es mi momento más oscuro de mi existencia

Tengo uno ahorros, ¡pero no sé si alcancen!, pienso preocupada mordiéndome los labios, enfermarse es un lujo en este país y más cuando no tienes seguro medico, decidí no pagarlo porque nunca lo necesite hasta ahora, entiendo que es mejor tenerlo y no necesitarlo que necesitarlo y no tenerlo.

Aproximadamente cinco horas después del evento sale un doctor parece agotado—Familiares de Alonso Black. —Llama el doctor, me levanto y voy hacia él, sin importar que estoy muy mal, tengo que ser fuerte, mi hijo me necesita fuerte ahora.

—Yo. Soy su madre. — Respondo con rapidez, levantándome de forma apresurada.

—El pequeño sufrió un infarto, logramos salvarle la vida, pero necesita una cirugía costosa para sobrevivir. —Me informa

—No importa el costo haré lo que sea necesario por él. —Le digo con seguridad, así tenga que matar conseguiré ese dinero, lo haré.

El doctor me ve con lástima y dice  —Le voy a ser sincero, el tratamiento de la enfermedad, es sumamente costase si tienen los recursos, podría salvarse aunque no tenemos ninguna seguridad y este hospital no es el adecuado para su tratamiento, en una clínica tendrá más oportunidades —  Me responde mirándome de arriba abajo, mi ropa esta desgastada…Dinero no tengo.

— Entonces nos iremos a una clínica. — Exclamo yo limpiando mis lágrimas, decidida a hacer lo necesario para salvar la vida de mi hijo—

No sé de dónde voy a sacar dinero para la operación, la estadía en una clínica se llevara todos mis ahorros, en este momento tengo una mano adelante y la otra atrás, pero algo se me va a ocurrir no me quedare de brazos cruzados viéndolo morir.

Llamo a mi amigo el profesor, su teléfono repica y no responde, me siento decepcionada, me siento tan sola.

Lo llamo, de nuevo ¡parezco una loca! al menos unas veinte veces más y es para pedirle dinero prestado, su familia es muy adinerada, él podría ayudarme, después de tanto insistir, responden el teléfono,  me lleno de esperanza, pero no es la voz que esperaba…

—Me haces el favor y deja de llamar a mi esposo, no nos importa lo que le pase a tu pequeño bastardo.— Me dice su mujer, eso no lo espere por lo que no respondo tan rápido como quiero.

No puedo creer que exista una mujer tan insensible,  ella cuelga y yo grito— ¡Bruja!—, con el rostro consternado y bañado en lagrimas no comprendo de donde salen tantas lagrimas, ella es tan cruel ella creer que le coqueteo a sus esposo, nos conocemos desde niños, porque ambos venimos del mismo lugar, pero el consiguió una familia que lo adoptara, mientras Carolina y yo tuvimos que salir adelante solas.

Nadie  se fijo en mí en el orfanato, lo que me hizo sentir durante mucho tiempo defectuosa, que no valía la pena, cuando ni mis padres me quisieron.

—¿De dónde voy a sacar el dinero que necesito?— Me pregunto, en un susurro pasando mis manos por la cabeza desesperada, siento que Dios no me escucha, que me ha dado la espalda, que soy un fracaso, que toda mi vida lo es, no importa lo que haga ni lo mucho que me esfuerce, ¡todo me sale mal!.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo