Serena James Estoy mortificada luego del mensaje de la señora Daniella, está muy molesta porque no fui con ella al almuerzo al que me invito. En silencio me subo al automóvil de Will, que quedo en llevarme a la clínica, de un momento a otro recibe una llamada misteriosa, aprieta el volante con fuerza hasta que los nudillos le quedan blancos, estaciona a orillas de la carretera y pronuncia con voz plana –Bájate.— —¿Estás loco?, Estamos en medio de la nada y no tengo dinero.—Respondo rápidamente consternada por el cambio de actitud. ¡Que te bajes te digo!, no soy un maldito taxi.— Me grita abriendo la puerta desde su asiento, puedo aspirar su olor, y aunque su cercanía me afecta, es un bastardo, ¡no puede tratarme así!. —No lo haré.— Respondo, el se baja del auto, lo rodea, me quita el cinturón de seguridad, forcejeo con el, para que no lo haga, pero no le importa me saca del auto, cierra la puerta y se va a toda velocidad, abandonándome en un lugar desértico, tomo la dirección opue
Serena James—Paso el resto de la tarde con mi hijo, el despierta pero se ve agotado, su corazón ya no puede más, no sé que espera la señora Daniella para que lo operen, estoy mortificada viendo como sus ojos se apagan poco a poco.Me despido de él con un beso en la frente, mientras duerme nuevamente a las ocho de la noche, tomo un Uber hasta la mansión y el abuelo esta esperándome en la mesa para cenar, él se ve mejor.—Buenas noches abuelo.— Lo saludo sentándome en mi puesto en el comedor—Pensé que Will y tu vendrían juntos.— Me dice decepcionado.—Él tenía cosas importantes que hacer.— Le respondo entre dientes, para no hablar mal de él delante de su abuelo, lo que me hizo no tiene perdón, dejarme en medio de la nada, pase una hora caminando sin que pasara otro auto, por eso me tuve que subir con los cerdos.—Pensé que casándose las cosas se arreglarían, pero parece que a él nada le importa.— Responde el abuelo, jugando con la comida como un niño, pero no come nada.—No debe mort
Serena James Casi no puedo dormir en toda la noche, a las cuatro de la mañana miro a Will levantarse y arreglarse, mientras yo finjo dormir, mi corazón se acelera cuando lo veo tomar una arma de la mesa de noche y guardarla en la chaqueta que usa con naturalidad. Estoy asustada, no digo nada, no quiero que me mate, no sé qué clase de persona es, por Alonso hago cualquier tipo de sacrificio, y solo por él estoy aquí, el sale de forma sigilosa de la casa y yo me levanto, no podría seguir acostada aunque quisiera, estoy angustiada, en lo que quiera que este metido mi desconocido esposo es algo muy peligroso. Lo sé por la herida que trajo ayer en el brazo...Me arreglo para salir temprano, encuentro unos pantalones negros de tiro alto y lo combino con una camisa gris, que resalta el color de mis ojos, me siento hermosa, nunca antes me sentí hermosa y sé que eso solo es por el tipo de ropa que estoy usando, no estoy acostumbrada a que los hombres volteen a verme, nunca lo hacían, pero de
Serena, paso la tarde con mi hijo en la clínica, el tiempo es lo más valioso que uno le puede entregar a alguien, el señor Smith el dueño de la clínica entra en el momento que le estoy dando comida a mi hijo a la habitación y pronuncia la siguiente frase— Ahora entiendo porque te prestaste a los juegos de mi esposa.— —Señor Smith.— Le digo poniéndome de pie, incomoda por la forma en que me mira. —Eres tan parecida a ella.— Expresa viéndome de forma detallada. —¿A quién?.— Pregunto incomoda por la evaluación, por poco y me rodea… —A mi esposa, si no te acabara de conocer pasarías fácil por hija de ella.— Me dice él. —No yo no me parezco a ella.— Niego pensando que cada día se me acerca una persona más loca que la otra. —Amo a mi esposa, pero cuando se le mete una idea a la cabeza es más fácil quitarle la cabeza que quitarle la idea, nunca estuvo de acuerdo con el compromiso de mi hija, con Will James…El chico no tiene la culpa de los errores de sus padres.— Dice el señor vestido d
EX NOVIOS Serena Para variar y hacer rabiar a mi esposito me coloco un vestido color granate, mangas largas, pero que deja al descubierto una de mis piernas, me recojo el cabello en una cola alta, y me maquillo de forma impactante. Cuando bajo el rueda los ojos y yo sonrío a plenitud, no sé porque pero me encanta molestarlo, no sé porque odia el rojo, no me lo ha dicho y no me importa tampoco. —Les deseo una feliz velada, yo me voy a costar temprano, no me he sentido del todo bien. — Se despide el abuelo de nosotros. —Hasta mañana abuelo. — Se despide “mi esposo” —Hasta mañana hijo mío. — Le dice el señor y luego comienza a toser con esfuerzo. —Hasta mañana señor James. — Me despido acercándome a él, me preocupa esa tos a esa edad. —Cuida de él, el no es un mal hombre, solo necesita a alguien que lo encarrile. — Suplica con anhelo en la mirada. —Lo hare. — Prometo, pero no lo pienso cumplir, cuando el abuelo parta de este mundo, por nada me quedare al lado de ese hombre, no im
Serena James. Will, no me dirigió la palabra en toda la noche, me visto lo más sencillo que puedo con los zapatos mas cómodos que encuentro en el vestidor, son las cinco de la mañana, y no puedo con la angustia, ¡me estoy comiendo las uñas! Literalmente… Observo a mi esposo dormir profundamente, antes de abandonar la habitación y la casa, el abuelo me asigno un auto, no manejo muy bien pero lo tomare, me da pena molestar al chofer tan temprano, me voy directo a la clínica sin saber que me están siguiendo. No tengo cabeza para nada, cuando llego a la recepción, me informan que mi hijo ya ingreso hace media hora al quirófano, ¡ni siquiera hable con el antes! Debe estar aterrado, pasando por esas cosas solito, de inmediato comienzo a llorar, imagino no volver a verlo y no puedo con tanto. Pasa una hora y no puedo sentarme, estoy de pie al lado de la puerta de la sala de espera, con un nudo en el estomago, y el pecho comprimido de dolor que llega a ser físico, nunca en mi vida estuve
Alonso James. Siento los ojos pesados, despierto en un lugar frio, y lleno de maquinas que suenan bip, bip, bip… ¡Quiero ver a mi mamá!, pero una mujer vestida de blanco me dice –No debes levantarte, te puede hacer daño. — Tratando de calmarme. Comienzo a llorar — ¿Dónde está mi mamá?—. Pregunto hipeando, estoy muy asustado, el doctor me fue a buscar a la habitación muy temprano, tengo tanto miedo, me parece que no veo a mi mamita hace siglos. —No te preocupes ya la traemos, pero tienes que calmarte, si. — Me dice ella y yo continúo llorando. —Tienes que calmarte para que puedas ir pronto a tu casa con ella. — Me dice acariciando mi cabello. —Traiga a mi mama, por favor.— Respondo respirando agitado, me duele un poco mi pecho, me miro y lo tengo vendado, sabía que me iban a operar, eso me dijeron, pero ni siquiera entiendo ¿Qué es una operación?... —Mi madre entra con los ojos llenos de lagrimas, junto a un señor grande que no sé quién es, ambos nos quedamos viéndonos a los ojos,
Serena James Estoy muy nerviosa me parece mentira la forma en que Will, recibió a mi hijo, sin hacer preguntas de su origen o donde está su padre. Pero no sé como reaccionara el abuelo, el auto se detiene frente a la mansión y mi hijo tiene los ojos desorbitados, nunca imagino que su “nueva casa” sería algo así… La verdad, yo nunca pude disfrutar a plenitud esta hermosa mansión ya que mi hijo no estaba a mi lado, cuando bajamos del auto, el abuelo esta esperándonos en la puerta, no suelto la mano de mi hijo, y camino frente al señor que gracias a la misericordia de Dios está de pie, nunca lo había visto de pie, pensé que no podía caminar, se ve con otro semblante. —Los estaba esperando, estaba ansioso por conocerte.— Le dice a mi hijo, no puedo creer mi suerte, mis ojos se llenan de lagrimas, esto es un sueño para mí, pero sé que todo es una fantasía, todo esto acabara una vez el abuelo muera ese fue el trato que hicimos Will y yo, tengo miedo a acostumbrarme a la buena vida, teng