Actualmente Serena Smith
—Cállate, ¡maldita! Dije que no pienso tocarte, tú no me inspiras nada. — Me dice él y allí dejo de morderlo no sé porque pero dejo de luchar, se escucha sincero.
El se acuesta al lado boca arriba, sujetando su mano, se que lo mordí fuerte dos veces, esta apretando su mandíbula, me siento avergonzada.
—Si no vas a tocarme, ¿porque motivo querías que llegáramos tan rápido a la habitación?— Le pregunto, sorbiendo mi nariz, y limpiando mis labios apenada.
—Solo quería que dejáramos las cosas claras de una vez, no quiero que confundas nada. — Explica de inmediato, me siento un poco mal por haber malinterpretado las cosas de esa forma.
— ¿Qué quieres decir exactamente?— Cuestiono interesada y el rueda los ojos, con gesto aburrido
— ¿En serio hay que decirte todo con manzanas o caramelos como si tuvieses dos años?— Me pregunta rodando los ojos, como si esto fuese algo obvio para los dos, lo miro directamente a la cara, y sé que ese hombre no tiene ninguna necesidad de violar a nadie, es guapísimo y además adinerado.
—Si por favor, eso es exactamente lo que necesito. — Le respondo, sentándome a la orilla de la cama sin quitar la vista de su cara, ¡Es cierto lo que dijo la estilista! Es un hombre increíblemente hermoso, piel suave y pálida, cara de niño, con unos increíbles ojos negros, con pitañas tan rizadas que llego a sentir envidia.
—Ni tú quieres ser mi esposa, ni yo quiero ser tu esposo, ni siquiera quería casarme nunca. — Me dice él, y entonces me pregunto ¿Cómo es que llegamos a esta situación?
—Es tarde para eso. — le respondo mostrándome el anillo de bodas que reposa en mi dedo anular, que muestra que ya estamos casados.
—Lo sé, pero es solo por un tiempo— Me responde sin verme a la cara, pero sé que el ya me vio suficiente en la boda, después que ambos aceptamos.
— ¿Qué cosas es la que quieres dejar claras?— Le pregunto con miedo, mi corazón aun late acelerado en mi pecho, no se con que me va a salir él, la señora Daniela está más loca que una cabra, ´él quizás sea igual—
—Cuando mi abuelo muera nos divorciamos, que me casara era su última voluntad, no pude negarme, él es todo lo que tengo, yo no tengo ningún tipo de bienes, así que no habrá nada para ti una vez que nos divorciemos, ya que las herencias no se comparten en los divorcios. — Me dice él, como si eso me importara un poco.
—Está bien, yo también me case obligada por mi madre, ni siquiera te conozco.— Le respondo, suspirando aliviada, me acaba de decir que es huérfano, siento algo de empatía, pero no lo suficiente, es un egoísta si piensa casarse y no darle nada a su esposa en una separación.
—Tú haces tu vida, como tú quieres, y yo hago la mía, eso sí Serena, mientras estés casada conmigo debes ser un poco más discretas con tus aventuras bien, yo seré discreto con las mías, ante el mundo seremos los esposos perfectos pero a puerta cerrada ni siquiera tenemos que hablarnos, ah no me hagas preguntas mi vida no es de tu incumbencia. — Me responde y eso a mí me parece perfecto.
—Bien, imagino que eso aplica a ambos partes, sobre lo de que mi vida no te incumbe tampoco. —Respondo con los ojos entrecerrados, no quiero trampas.
—Efectivamente, qué bueno que estamos de acuerdo, Serena, porque si te casaste aspirando dinero de mi parte, es lo último que vas a obtener de mi. — Recalca lo del dinero, como si eso fuese lo único que buscasen las mujeres con él…O es lo único que él puede ofrecer, cosa que a mi poco me importa
—No necesito, ni me interesa tu dinero, como seré muy feliz el día que me divorcie de ti. — Le respondo aparentando dignidad, si necesito dinero pero no pienso pedirle a él un centavo, espero que la señora Danielle cumpla su palabra y me ayude con mi hijo, ahora comprendo porque no quería que su hija se casara con este hombre, ¡es un miserable!
—Eso es perfecto, no te quiero cerca de mí, dormirás en aquel sofá, y yo dormiré en mi cama como siempre, no pienso cederte mis comodidades. — Me dice él, seguramente es gay, pienso sin atreverme a pronunciarlo en voz alta, se puede molestar
—No se preocupe, no me meteré a su cama ni obligada— Digo respondona, no me importa parecer maleducada, dos veces me ha dicho que me case por dinero…Aunque siendo realistas hoy más que nunca necesito dinero.
— Tu ropa ya está en el vestidor, tu madre se encargo de enviarla con el chofer. — Me dice levantándose de la cama y quitándose la chaqueta sin un ápice de vergüenza frente a mí, si él se pone cómodo y yo también quiero hacerlo, ¡este vestido pesa una tonelada!, aunque es el vestido más precioso que he visto en mi vida.
— ¿Me ayudas a quitarme el vestido? Por favor. — Le pregunto dándole la espalda.
—No voy a tener sexo contigo, no eres el tipo de mujer que me gustan. — Me dice serio, levantando sus manos, siento que me está menospreciando, me ofende pero luego pienso que es lo mejor que me podría pasar
—Eso es perfecto para mí, tampoco eres el tipo de hombre en el que me fijaría, no sé cómo me quitare esto sola, necesito tu ayuda. —Le suplico dándole la espalda, y señalándole que no llego a los botones.
—Está bien, no entiendo para que escogiste ese vestido, tan elaborado…Cómo si esto fuese una boda por amor. — Se burla antes de acercarse a mí.
— ¿En serio crees que tuve participación en la elección?— Respondo rodando los ojos con sarcasmo, si él no quiere estar en este matrimonio, somos dos…Lo cual es muy conveniente para mí.
Comienza a desabotonar botón por botón con lentitud, puede ser por la herida de su mano, pero me rosa la piel en el proceso con suavidad y una corriente eléctrica recorre mi cuerpo, con el simple roce de sus dedos cuando termina de soltar el último de los botones le digo—Gracias por tu ayuda. — Saliendo del pesado vestido frente a él, cosa que aparentemente no se esperaba de mí.
— ¿Por qué te desnudas frente a mi?— Me pregunta escandalizado, como si me hubiese puesto la ropa interior transparente que quería Daniela quería que usara, soy estudiante de medicina, en las practicas veo todo tipo de cosas, ver cuerpos desnudos es algo cotidiano para mi, además no creo que a él le importe mucho, después de todo es gay.
—No te preocupes, tenemos que acostumbrarnos a convivir juntos, supongo que también te veré desnudo un día. — Explico quitándole importancia, entrando al que creo es el vestidor y en realidad es el baño.
— ¡Qué lindo!— Exclamo viendo la bañera, siempre he soñado bañarme en una cosa de estas.
—Me alegra que te guste, el vestidor es la puerta que está al lado. — Me dice él desde la habitación, me miro al espejo y desato mi elaborado peinado, soltando mi salvaje cabellera.
Cuando salgo, el está sentado viéndome y se muerde los labios, es como si viera una cosa de otro mundo en su habitación, lo entiendo vine a invadir su espacio todo esto es algo incomodo.
Me mira ir al vestidor y cuando miro la ropa me molesto, no es el tipo de ropa que suelo usar, solo hay tacones y vestidos sexy y cortos, pero tendré que conformarme mi ropa cómoda está en mi apartamento iré por ella en la primera oportunidad aunque parece de vagabundos comparada con estas prendas que tengo frente a mí,
—Me coloco un vestido color vino acompañado de con unos tacones de infarto negros, cuando él me ve sus ojos parecen dos brazas encendidas, está muy molesto y ni siquiera sé que hice mal.
—Odio ese color debes quitarte ese vestido de inmediato. — Me dice con los dientes apretados.
—Pero a mí ese color me encanta, ¡es mi favorito! y no pienso cambiar mi forma de vestir por ti, acabamos de hacer un acuerdo, tú no te metes en mi vida y yo no me meto en la tuya— — Le aclaro, para poner mi limite, no voy a permitir que se meta en mi vida, ya se lo permití a la señora Daniela y mira donde estoy casada con un hombre que ni siquiera le gustan las mujeres…Aunque eso para mí cayo como anillo al dedo.
—Eres exasperante no me esperes para comer, puedes bajar a las doce, la comida estará servida a esa hora, el abuelo come en su habitación, no lo molestes está cansado. — Me dice quitándose la camisa frente a mí, se me seca la boca, nunca en mi vida había visto un hombre con el abdomen tan marcado y perfecto.
— ¿Te gusta lo que ves?— Me pregunta, serio viéndome a la cara, me pongo roja de inmediato.
—Por favor Serena, no te hagas la santa conmigo no te queda ,sé que ya tienes mucha experiencia, demasiada diría yo para una mujer de tu edad.— Me ofende, no debería de importarme su opinión, de todas formas aunque parezca cruel no vamos a pasar mucho tiempo casado, si Dios quiere.
—Tú no hables de mi vida, no me conoces en lo absoluto. — Advierto molesta.
— ¿Es mentira lo que digo?¿pensaste que me casaría contigo sin investigarte?— Me pregunta con voz cantarina, que me pone los pelos de punta, llega a ser algo siniestro,
—La gente dice muchas cosas, por ejemplo a mi me dijeron que eres un bueno para nada, un parasito que vive de su moribundo abuelo ¿Es cierto?— Le trato de responder con voz tan pausada y melodiosa como la de él, definitivamente me detesta, pero no más de lo que yo le detesto, es un prejuicios de lo peor.
Esta rojo de la rabia, pero sonríe, no se dará por vencido frente a mí, se quita el pantalón frente a mí, y va al vestidor, tiene un trasero redondo y envidiable, lástima que sea un completo idiota.
Físicamente es perfecto, pero cuando abre la boca es simplemente detestable, no me muevo de donde estoy, lo veo salir vestido de negro de pies a cabeza, con una venda en la mano, esta vestido de forma casual, con una playera y jean de mismo color, se coloca unos lentes de sol y parece un modelo de portada o una estrella de rock, me siento apenada por la herida de su mano.
—Nos vemos, pronto quizás regrese esta noche—. Me dice antes de marcharse forzando una sonrisa, la situación es tan incómoda para él, como lo es para mí, cuando miro la hora solo falta un cuarto para las doce y mi estomago ruge hago una mueca y voy por esa comida que menciono, siento que tengo meses sin comer, no lo he hecho bien desde que Alonso se enfermo.
Serena JamesBajo la escalera un poco perdida, viendo en todas direcciones, el lugar es inmenso, nunca había pisado un lugar como este, todo es simplemente perfecto, no tengo tiempo para admirar estas cosas.—Buenas tardes señora, a su orden. — Se me acerca una joven un poco tímida, al verme en aprietos.—Disculpa que te moleste, me podrías indicar dónde queda el comedor. — Le pido incomoda, ella me ve como si fuese alguien superior.—Por aquí. — Me dice ella caminando delante de mí, nerviosa.—Gracias. — Susurro.—Soy Alice, estoy a sus órdenes para lo que necesites. — Me dice ella.—Bien, puedes llamarme Serena. — Le respondo, para que no esté con eso de señora, no me siento una señora para nada.—No podría, si el jefe se entera seguro se molestaría a veces es un poco estricto. — Me dice ella poniendo mala cara...— ¿Mi esposo?— Pregunto y ella responde un —ujmm – Con las mejillas rojas.—No le diga, que yo le dije por favor, podria echarme. — Me dice apenada por la indiscreción.—
Serena James—Está bien supongo. — Le respondo a la mujer que espera aparentemente ansiosa frente a mí-—Seremos buenas amigas, te mi numero, te daré la dirección más tarde. — Expresa ella, todavia no entiendo que gana ella con todo esto.—Gracias por ayudarme. — Susurro, sé que todo tiene un precio enorme pero lo repito por Alonso, soy capaz de todo.—Mami, me pica aquí. — Suplica mi hijo, tratando de llamar la atención, es un celoso de lo peor y cuando estoy con él no permite que nadie más sea el centro de mi universo.—Le rasco la espalda y luego recuerdo que me llamaron Smith en mi boda y le pregunto— ¿Por qué me llamaron Serena Smith?. —Cuestiono.—Creí que no preguntarías nunca, tu padre y yo te adoptamos, eres legalmente mi hija, por lo tanto mi esposo entrego a su hija y cumplió la parte del trato que le correspondía con el viejo James.— Responde ella dejándome con la boca abierta, ella se ríe de mi cara asombrada, es una descarada.Tengo sentimientos encontrados por ella, m
Will James— ¡Tiene más de veinte años haciendo esto! Es muy inteligente aun no hemos logrado dar con ella, la única certeza que tenemos es que se trata de una mujer de unos cuarenta a cincuenta años que ha cometido mucho crímenes, dirige una de las mafias más poderosas del país y es muy inteligente.A lo largo de su carrera criminal ha matado más de ocho hombre directamente, a los cuales les deja una marca de labial en el pecho, los demás han sido sus secuaces dirigidos por ella.No tengo idea de porque mata, tampoco me importa mucho, lo único que sé es que cuando de con ella la matare con mis propias manos, pienso con los puños apretados.— ¿Puedes bajarle el volumen por favor?— Me pregunta “mi esposa”, respiro profundo. —Si no te gusta puedes irte. — Le digo señalado la puerta.—Tienes razón, no tengo porque aguantar tus malditos berrinches. — Me dice ella y sale casi desnuda de la habitación, no siento ningún tipo de remordimientos, somos mayores de edad y además dueño de nuestr
Serena James —Will entiendo que estés de luna de miel, pero debes contenerte un poco, sobre todo en público. — Le dice el abuelo refiriéndose al penoso espectáculo que armo. —No te preocupes abuelo, no se volverá a repetir. — Expresa con una sonrisa sin un ápice de vergüenza o arrepentimiento, es un descarado de lo peor. —Me alegra que se la estén llevando bien, es buena idea que se vayan de viaje de luna de miel. — Menciona el abuelo sonriente. —No puedo, estoy presentando finales en la universidad. — Me niego de inmediato, lo que es cierto, pero también es cierto que no me separare de Alonso ni por todo el dinero del mundo. —Entonces será después ¿Qué estas estudiando?— Pregunta el abuelo y mi esposo, fija la mirada en mi interesado. —Medicina, ya aprobé el cuarto año gracias a Dios. — Respondo tamborileando mis manos incomoda por el interrogatorio, mientras mi esposo me mira de forma sospechosa, como si no creyese media palabra de lo que estoy diciendo, el espera todo lo ma
Serena Smith Camino a la parada de autobuses, no puedo darme el lujo de andar en taxi por allí, el autobús me deja como a un kilometro de la mansión ya averigüe todo, sin embargo un auto BMW negro de vidrios polarizados se detiene frente a mí. Lo ignoro porque no lo conozco, y continúo mi camino hasta que baja la ventana—Sube, no debes hacer esperar a mi abuelo. — Me dice Will y pienso que no tengo otra opción. —Gracias por venir por mí. — Expreso con sinceridad colocándome el cinturón de seguridad, tal vez maneje el auto como lo hizo con la moto y efectivamente pisa el acelerador como si fuese el único auto en el camino. —No te acostumbres, todo lo que hago lo hago solo por mi abuelo.— —Debes ser mas prudente puedes matar a alguien. — Le advierto, empuñando las manos nerviosa. — ¿No te gusta la velocidad?,— Pregunta sonriendo. —Me gustaría llegar con vida, tengo muchos motivos para vivir. — Respondo mordiendo mis labios nerviosa, es mejor llegar tarde, no debi haber subido con
Serena James Estoy mortificada luego del mensaje de la señora Daniella, está muy molesta porque no fui con ella al almuerzo al que me invito. En silencio me subo al automóvil de Will, que quedo en llevarme a la clínica, de un momento a otro recibe una llamada misteriosa, aprieta el volante con fuerza hasta que los nudillos le quedan blancos, estaciona a orillas de la carretera y pronuncia con voz plana –Bájate.— —¿Estás loco?, Estamos en medio de la nada y no tengo dinero.—Respondo rápidamente consternada por el cambio de actitud. ¡Que te bajes te digo!, no soy un maldito taxi.— Me grita abriendo la puerta desde su asiento, puedo aspirar su olor, y aunque su cercanía me afecta, es un bastardo, ¡no puede tratarme así!. —No lo haré.— Respondo, el se baja del auto, lo rodea, me quita el cinturón de seguridad, forcejeo con el, para que no lo haga, pero no le importa me saca del auto, cierra la puerta y se va a toda velocidad, abandonándome en un lugar desértico, tomo la dirección opue
Serena James—Paso el resto de la tarde con mi hijo, el despierta pero se ve agotado, su corazón ya no puede más, no sé que espera la señora Daniella para que lo operen, estoy mortificada viendo como sus ojos se apagan poco a poco.Me despido de él con un beso en la frente, mientras duerme nuevamente a las ocho de la noche, tomo un Uber hasta la mansión y el abuelo esta esperándome en la mesa para cenar, él se ve mejor.—Buenas noches abuelo.— Lo saludo sentándome en mi puesto en el comedor—Pensé que Will y tu vendrían juntos.— Me dice decepcionado.—Él tenía cosas importantes que hacer.— Le respondo entre dientes, para no hablar mal de él delante de su abuelo, lo que me hizo no tiene perdón, dejarme en medio de la nada, pase una hora caminando sin que pasara otro auto, por eso me tuve que subir con los cerdos.—Pensé que casándose las cosas se arreglarían, pero parece que a él nada le importa.— Responde el abuelo, jugando con la comida como un niño, pero no come nada.—No debe mort
Serena James Casi no puedo dormir en toda la noche, a las cuatro de la mañana miro a Will levantarse y arreglarse, mientras yo finjo dormir, mi corazón se acelera cuando lo veo tomar una arma de la mesa de noche y guardarla en la chaqueta que usa con naturalidad. Estoy asustada, no digo nada, no quiero que me mate, no sé qué clase de persona es, por Alonso hago cualquier tipo de sacrificio, y solo por él estoy aquí, el sale de forma sigilosa de la casa y yo me levanto, no podría seguir acostada aunque quisiera, estoy angustiada, en lo que quiera que este metido mi desconocido esposo es algo muy peligroso. Lo sé por la herida que trajo ayer en el brazo...Me arreglo para salir temprano, encuentro unos pantalones negros de tiro alto y lo combino con una camisa gris, que resalta el color de mis ojos, me siento hermosa, nunca antes me sentí hermosa y sé que eso solo es por el tipo de ropa que estoy usando, no estoy acostumbrada a que los hombres volteen a verme, nunca lo hacían, pero de