Capítulo veintidós
Pov Alexander
Corro sin detenerme.
Me están persiguiendo por todos lados y estoy solo, completamente solo.
Aprieto mi mandíbula al sentir como mis pies se tensan de tanto correr en distintas direcciones. Estoy llegando a mi límite y si sigo así me van a atrapar.
No te rindas, Alex. Recuerda que esto lo haces por ella y para ganar su cariño.
Gracias por recordarme, Tay. Pero creo que nuestra mate no está interesada en nosotros.
Piensa positivo.
Ruedo mis ojos ante el comentario de Tay, mi lobo, y sigo mi andar. Volteo ligeramente mi cabeza y ahora veo a los lobos más pegados a mi cola.
¿Cómo es que no están agotados?
Dos personas se po
Capítulo veintitrésPov AbigailMantengo el silencio en la cima del pino junto a mi madre quien está lastimada, los lobos se esparcen en distintas direcciones buscandonos y por fin relajo mi cuerpo tenso, me sujeto de la rama con fuerza y camino hasta el tronco para ver el pedazo de tallo atravesado en forma diagonal por su pierna.Manteniendo el equilibrio me inclino y examino la entrada y la salida y en que esta no tenga ninguna complicación en ser sacada, sin más la tomo por un extremo y mi madre abre sus ojos mostrándome lo rojo que están —Donde la saques te mato —alzo mi mano y dejo caer mi cuerpo con suavidad sobre la ramificación, mis ojos divisan el amanecer e inspiro el aire fresco de la mañana.Ojalá estuviese con él...Sacudo mi cabeza borrandolo totalmente de esta y re
Capítulo veinticuatroPov LaiaNadie me escucha.Ella los tiene engatusados.Vuelvo a recostarme del árbol y miro el pedazo de rama atravesada en mi pierna, tomo con cuidado uno de los extremos y la jalo quitándola de un tirón. Aprieto mis dientes ante el dolor en esta y tiro el palo lejos, el sol ya ha salido y con este un cielo azul despejado.Nada de lo que pase puede empeorar el día."Yo fui el que le habló de nosotros".Recuerdo sus palabras y aporreo el tronco furiosa. ¿Qué tiene que ver esa con nosotros? ¡¿No era más fácil simplemente deshacerse de ella y ya?!Los celos no son bueno para el alma.Como si tuviésemos alma, Halle.Siento la presenci
Advertencia: Este capítulo puede contener material +18. No me hago responsable por las mentes traumadas.Capítulo veinticincoPov LenEvito reírme a toda costa de lo que mis ojos por segundos vieron, pero también intento no pensar en ello.La observo juntar sus cejas enojada —NO ME DEJASTE NI TERMINAR, BRUTO. VAMOS, BÚRLATE —grita haciendo sonar mis tímpanos sensibles y me encamino hacia la cama.—Lo que pasa es que me atragante con saliva —niego —ven y siéntate —digo y miro de reojo como mueve su pequeño cuerpo hacia las sábanas negras haciendo el contraste perfecto entre las dos cosas.Mierda, tengo ganas de...Suspiro. Tranquilo, Len.Pongo mis piernas en cuclillas y examino el golp
Capítulo veintiséisPov ZuaniSubo la ropa interior por mis piernas y llevo uno de mis brazos libres a mis pechos para tapar mis limoncitos, busco algo con que cubrirme y mis ojos dan con su camisa negra en el suelo, corro a buscarla y me la pongo lo más rápido que puedo, hago un moño alto en mi cabeza y finalmente decido enfrentarlo con la mirada.Aún no puedo creer lo que hice.Dejo salir un suspiro y jorobo mi espalda, pongo las manos en la cintura y rasco mi nariz sin saber que decir o que hablar. Desvío mis ojos traviesos a su abdomen y bajo hasta la sabana de lino tapando lo justo a su amigo al aire libre, muerdo mis labios sin pensarlo y veo de reojo la reacción de excéntrico que pinta su rostro.Sacudo la cabeza y me giro.¿QUÉ TE ESTÁ PASANDO ZUANI? 
Capítulo veintisiete—Espera, espera —Laia posa sus manos en forma de escudo —todo tiene una explicación.—Ya te estás tardando —habla mi protector a secas.—Tome sangre humana por un motivo —se pega a la pared —Encontré eso en la casa —señala una tarjeta blanca sobre el piso y abro tanto los ojos como puedo —y no es lo único —levanto la mirada y me asomo por un costado de su cuerpo —Alexander está muerto y Neal desaparecido.Esto es obra de él, estoy segura que es obra de mi padre, en cuanto vi la tarjeta supe de inmediato que es la que usamos en la manada para enviar los "regalos" a otras manadas.Len recoge la nota del piso y la lee en voz alta —Esto es el comienzo del fin—sus brazos se tensan y arruga la nota en sus manos —¿e
Capítulo veintiocho—¿Aún me matarás? —cuestiono con la cabeza en alto.Mantengo la compostura de superioridad en todo momento y ella aprieta sus dientes, da tres pasos hacia a mí y no retrocedo ni un centímetro, una de sus manos toman mi cuello sin vacilar y sus ojos rojos poco a poco flaquean.No puedes, eh.Quién diría que esta loca tendría el síndrome de Helsinki.Me empuja y caigo de lleno al suelo, pongo mis manos sobre la madera para mantenerme sentada y veo su perfil de espaldas —no vale la pena hacerlo —se abraza a si misma y voltea —creo que tu vida ya es extremadamente miserable como para que otra miserable venga y te mate —se dirige a la puerta y la abre —no salgas de aquí o los recién convertidos te cazaran como una mosca —cierra detr&aa
Capítulo veintinueve¡¿LA PUERTA NO ESTABA CERRADA?!Al parecer no...Intento bajarme, pero Len aprieta mi cintura con su brazo impidiendo que realice mi cometido, una de sus manos se posan en mi mejilla y me hace mirarlo fijamente, delinea mi labio inferior con el pulgar y veo de reojo la reacción Neal quien aprieta sus brazosfuertemente sin hacer ni un movimiento.¿Acaso no dirá nada?Junto mis cejas y sacudo mi cabeza saliendo de la hipnosis del pelirrojo pongo mis brazos en su pecho con fuerza tratando de salir de su alcance, sin embargo lo único que logro es recibir una sonrisa de su parte.Está loco.Gira su cuerpo hacia la puerta y alza sus cejas —¿estás enojado? —Len habla con burla y atrae mi cabeza a su hombro —po
Capítulo treinta—Solo lo haré si Len no interfiere —se cruza de brazos.Volteo a ver al pelirrojo quien alza una ceja sin una pizca de humor —No.Laia levanta sus manos y niega irónica —Precisamente lo que pensé —me da la espalda —no tengo nada más que hacer aquí.—No. Si que tienes —pateo su espalda haciendo que esta caiga de lleno al piso de madera con un sonido ensordecedor —¿esto es suficiente?Te estás metiendo en problemas a posta, no hagas nada raro, de lo contrario empezarán a sospechar de ti.La vieja de un brinco está nuevamente de pie y con sus ojos rojos a más no poder, mueve su cuello de un lado a otro y deja salir sus garras —Me las vas a pagar, mocosa.Un calor intenso me recorre la espal