Capítulo veinticuatro
Pov Laia
Nadie me escucha.
Ella los tiene engatusados.
Vuelvo a recostarme del árbol y miro el pedazo de rama atravesada en mi pierna, tomo con cuidado uno de los extremos y la jalo quitándola de un tirón. Aprieto mis dientes ante el dolor en esta y tiro el palo lejos, el sol ya ha salido y con este un cielo azul despejado.
Nada de lo que pase puede empeorar el día.
"Yo fui el que le habló de nosotros".
Recuerdo sus palabras y aporreo el tronco furiosa. ¿Qué tiene que ver esa con nosotros? ¡¿No era más fácil simplemente deshacerse de ella y ya?!
Los celos no son bueno para el alma.
Como si tuviésemos alma, Halle.
Siento la presenci
Advertencia: Este capítulo puede contener material +18. No me hago responsable por las mentes traumadas.Capítulo veinticincoPov LenEvito reírme a toda costa de lo que mis ojos por segundos vieron, pero también intento no pensar en ello.La observo juntar sus cejas enojada —NO ME DEJASTE NI TERMINAR, BRUTO. VAMOS, BÚRLATE —grita haciendo sonar mis tímpanos sensibles y me encamino hacia la cama.—Lo que pasa es que me atragante con saliva —niego —ven y siéntate —digo y miro de reojo como mueve su pequeño cuerpo hacia las sábanas negras haciendo el contraste perfecto entre las dos cosas.Mierda, tengo ganas de...Suspiro. Tranquilo, Len.Pongo mis piernas en cuclillas y examino el golp
Capítulo veintiséisPov ZuaniSubo la ropa interior por mis piernas y llevo uno de mis brazos libres a mis pechos para tapar mis limoncitos, busco algo con que cubrirme y mis ojos dan con su camisa negra en el suelo, corro a buscarla y me la pongo lo más rápido que puedo, hago un moño alto en mi cabeza y finalmente decido enfrentarlo con la mirada.Aún no puedo creer lo que hice.Dejo salir un suspiro y jorobo mi espalda, pongo las manos en la cintura y rasco mi nariz sin saber que decir o que hablar. Desvío mis ojos traviesos a su abdomen y bajo hasta la sabana de lino tapando lo justo a su amigo al aire libre, muerdo mis labios sin pensarlo y veo de reojo la reacción de excéntrico que pinta su rostro.Sacudo la cabeza y me giro.¿QUÉ TE ESTÁ PASANDO ZUANI? 
Capítulo veintisiete—Espera, espera —Laia posa sus manos en forma de escudo —todo tiene una explicación.—Ya te estás tardando —habla mi protector a secas.—Tome sangre humana por un motivo —se pega a la pared —Encontré eso en la casa —señala una tarjeta blanca sobre el piso y abro tanto los ojos como puedo —y no es lo único —levanto la mirada y me asomo por un costado de su cuerpo —Alexander está muerto y Neal desaparecido.Esto es obra de él, estoy segura que es obra de mi padre, en cuanto vi la tarjeta supe de inmediato que es la que usamos en la manada para enviar los "regalos" a otras manadas.Len recoge la nota del piso y la lee en voz alta —Esto es el comienzo del fin—sus brazos se tensan y arruga la nota en sus manos —¿e
Capítulo veintiocho—¿Aún me matarás? —cuestiono con la cabeza en alto.Mantengo la compostura de superioridad en todo momento y ella aprieta sus dientes, da tres pasos hacia a mí y no retrocedo ni un centímetro, una de sus manos toman mi cuello sin vacilar y sus ojos rojos poco a poco flaquean.No puedes, eh.Quién diría que esta loca tendría el síndrome de Helsinki.Me empuja y caigo de lleno al suelo, pongo mis manos sobre la madera para mantenerme sentada y veo su perfil de espaldas —no vale la pena hacerlo —se abraza a si misma y voltea —creo que tu vida ya es extremadamente miserable como para que otra miserable venga y te mate —se dirige a la puerta y la abre —no salgas de aquí o los recién convertidos te cazaran como una mosca —cierra detr&aa
Capítulo veintinueve¡¿LA PUERTA NO ESTABA CERRADA?!Al parecer no...Intento bajarme, pero Len aprieta mi cintura con su brazo impidiendo que realice mi cometido, una de sus manos se posan en mi mejilla y me hace mirarlo fijamente, delinea mi labio inferior con el pulgar y veo de reojo la reacción Neal quien aprieta sus brazosfuertemente sin hacer ni un movimiento.¿Acaso no dirá nada?Junto mis cejas y sacudo mi cabeza saliendo de la hipnosis del pelirrojo pongo mis brazos en su pecho con fuerza tratando de salir de su alcance, sin embargo lo único que logro es recibir una sonrisa de su parte.Está loco.Gira su cuerpo hacia la puerta y alza sus cejas —¿estás enojado? —Len habla con burla y atrae mi cabeza a su hombro —po
Capítulo treinta—Solo lo haré si Len no interfiere —se cruza de brazos.Volteo a ver al pelirrojo quien alza una ceja sin una pizca de humor —No.Laia levanta sus manos y niega irónica —Precisamente lo que pensé —me da la espalda —no tengo nada más que hacer aquí.—No. Si que tienes —pateo su espalda haciendo que esta caiga de lleno al piso de madera con un sonido ensordecedor —¿esto es suficiente?Te estás metiendo en problemas a posta, no hagas nada raro, de lo contrario empezarán a sospechar de ti.La vieja de un brinco está nuevamente de pie y con sus ojos rojos a más no poder, mueve su cuello de un lado a otro y deja salir sus garras —Me las vas a pagar, mocosa.Un calor intenso me recorre la espal
Capítulo treinta y unoPov Lorena Gettiov DhallSabía que esto iba a pasar.Sabía que nos juntaríamos otra vez.Niego internamente mientras tomo suavemente de la mano a mi "pareja", la señora Laia del clan noreste sale de la casa después de una larga espera con signos evidentes de haber luchado. Nos acercamos y lo primero que puedo notar es el olor de Zuani impregnado en ella.Con que mi compañera te dio una paliza, eh.Compañera... ¡QUE BIEN SUENA ESCUCHAR ESO OTRA VEZ!Cálmate, Alison.Es la verdad, la última vez que estuvimos juntas fue una locura total.En eso tienes razón.Doy una mirada de reojo y dejo que mi mente vuele por los más profundo
Capítulo treinta y dosPov ZuaniMiro aturdida a Lorena mientras está niega disimuladamente ante todo lo que estoy formando.¿Qué está haciendo aquí?¿Es parte del enemigo?No, no lo creo, ¿o sí?¡¿QUÉ HACE AQUÍ?!De tantas emociones fuertes que estoy teniendo creo que me va a dar un patatús. Mi mente no lo puede soportar, y, ahora esta esto también; observo a todos los vampiros y lobos esperando un movimiento por parte de ellos, Len intenta pegarme a su espalda doblando su brazo y atrayendo mi cuerpo al suyo.—No dez ni un solo movimiento en falso o seremos presa fácil para todos —susurra —fue por esto que te dije que te quedaras dentro y no salieras.Un señ