Kaelan.Quería detenerme y parar esto que estaba a punto de suceder, estaba por quebrantar las reglas impuestas por nuestros grandes lideres. Mi mente luchaba por mantener la cordura, pero mi cuerpo no respondía; estaba atrapado en un deseo que no parecía mío. Sentía un impulso incontrolable hacia esta mujer que apenas conocía, una atracción ardiente que me hacía olvidar todo… incluso el motivo por el que había llegado a este lugar.Había venido para vigilar, para proteger a las mujeres de los posibles peligros, y ahora, irónicamente, era yo quien caía bajo el influjo de esta trampa. Había bebido el vino sin pensar, y la sospecha de que algún elixir oscuro de los vampiros lo había contaminado se asentaba en mi mente, pero mis pensamientos se deshacían en su cercanía.Cada caricia, cada susurro nos llevaba más allá, y a pesar de que intentaba mantener el control, mis instintos de lobo surgían, salvajes, difíciles de contener. Mi mente volvía a la imagen de aquella persona que perdí, aqu
AnyaAbrí los ojos sintiendo que los párpados me pesaban una tonelada. Miré a mi alrededor, confundida, y el dolor de cabeza y de estómago me golpearon de repente, como un latigazo. Me incorporé de golpe, notando que este no era mi cuarto. Apenas pude sostenerme en pie y, sintiendo náuseas intensas, me dirigí apresurada hacia lo que parecía ser el baño, donde empecé a vomitar sin poder controlarlo. Sentía que el estómago me dolía a rabiar.—¿Estás bien?— escuché una voz detrás de mí. Me volví, asustada, y lo vi: era un hombre. No lo reconocía, y mi corazón comenzó a latir con fuerza.—¿Quién eres?— le pregunté, temblando, mientras sostenía mi cabeza con las manos. Él se me acercó despacio y, tomándome por la cintura, me ayudó a levantarme.—Lo siento... soy Kaelan— dijo con tono calmado. —No sé si recuerdas lo de anoche.Un escalofrío me recorrió al notar que estaba desnuda. Me envolvió rápidamente en una bata que encontró a mano. —¿Te acuerdas de algo?—, preguntó. Sentí cómo me rubor
Kaelan Mientras el cielo se tornaba en un tono oscuro y la Luna ascendía, contemplaba el paisaje con desconfianza. Algo extraño estaba ocurriendo, y yo estaba decidido a descubrir la verdad. Lobos que se transformaban en humanos rondaban a las mujeres, y ahora los vampiros también estaban envueltos en estos sucesos siniestros. Lo que pasó hace unos días con esa chica aún me desconcierta, en esa fiesta planeaban llevarse a varias mujeres e incluyendola a ella, al darme cuenta de esa potente posima supe que eso fue a causa de esos seres, provocan que las mujeres tengan deseo sexual extremo hasta perderse, unirse a ellas hasta matarla e incluso convertirlas para quizas manipularlas o bien algun plan macabro tienen en mente. Por otro lado siento que algunos humanos están involucrados con estos seres y solo por ambición. Necesito buscar más información.No obstante algo me dice que podremos tener alguna guerra en el futuro, a causa de esa m*****a manada de lobos del bosque de la sangre aho
Anya.La noche era oscura, apenas iluminada por la pálida luz de la luna que se filtraba entre las copas de los árboles. Cada paso que daba en el bosque parecía resonar en el silencio, y aunque una ligera brisa movía las hojas, el aire estaba tenso, casi como si la naturaleza misma supiera de la amenaza que rondaba. Decidí venir sola, sin nadie que me detuviera o cuestionara mi propósito. Mi objetivo estaba claro: encontrar la cueva de los intrusos, esos malditos lobos que se habían atrevido a cruzar nuestros límites, dejando rastros de violencia y muerte.De repente, una voz fuerte y familiar me sobresaltó. Era mi abuela, siempre vigilante, siempre un paso adelante, aunque yo no siempre apreciara su insistencia.— No entiendo por qué razón has venido sin decírmelo— espetó con su tono firme, cruzando los brazos mientras me miraba. Rodé los ojos y la enfrenté, tratando de ocultar mi frustración.—¿Por qué me seguiste, Abi?—le pregunté, pero antes de que pudiera responder, me lanzó una p
KaelanEstaba más que sorprendido al verla allí, en medio del bosque, con esa mirada fija que parecía atravesarme. Era ella. La misma mujer que me había encontrado aquella noche, aunque entonces no sabía quién era. Ahora, su identidad me resultaba evidente: una Cazadora. Quién lo diría… Esa mujer estaba aquí para enfrentarse a los de mi especie y a cualquiera que intentara amenazar su mundo. Pero, ¿qué haría si descubriera quién soy realmente? ¿Qué pensaría de mí al saber que soy más que un hombre, que soy el Alpha, un lobo destinado a proteger este territorio? Por eso, lo mejor sería salir de aquí, evitar cualquier contacto que pudiera ponerla en peligro. Pero antes de que pudiera hacer algo, vi cómo Darx se lanzaba hacia ella, con esa sed de sangre en la mirada. Él no podía entenderlo, no podía ver lo que yo veía en ella. Pero ella no era como las demás. Tenía algo… una especie de campo protector que la rodeaba y la hacía casi intocable. Esa energía la protegía, y Darx ni siquiera
Anya.Estaba por morderme las uñas. ¿Cómo era posible que hubiera dejado escapar a esos malditos animales? La desgracia de nuestro mundo… Y ese lobo era grande. Me miraba de una forma tan intimidante que sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Sin embargo, no parecía querer hacerme daño, al menos no en ese momento. Quizás solo intentaba distraerme para atacarme después, para devorarme como había hecho con aquellas pobres mujeres.Mientras me debatía en estos pensamientos, mi mente se fue a esa figura la cual se me acercó el tenia las manos frías y emanaba un aura oscuro del cual no pude comprender. ¿Qué era eso? ¿Era un humano? Su voz y su cercanía me hicieron sentir un terror profundo, pero no pudo traspasar el campo de protección espiritual que mi abuela me había enseñado a construir de mis propios poderes.Sin embargo, mi mente empezó a divagar hacia las viejas historias de mi abuela. Hablaba de vampiros, de híbridos… pura sangre ¿Sería posible que los lobos pudieran transformarse e
Kaelan.Estaba entrenando con los cachorros y algunos veteranos. La incertidumbre nos rodeaba. No sabíamos exactamente a qué nos enfrentaríamos, pero algo oscuro se estaba gestando, y las señales eran evidentes. Mi hermano… Aún no podía apartar de mi mente la imagen de él en esa cueva infestada de vampiros pura sangre, tal vez incluso híbridos. Había visto cosas indescriptibles allí; esas criaturas, aprovechándose de mujeres indefensas, usando esa sustancia maldita que afectaba solo a mujeres. ¿Cuál era el propósito? ¿Cuál era el fin de todo esto? Pronto el caos estallaría en la comunidad y el condado cuando se descubriera la magnitud de las muertes y las desapariciones de mujeres.Necesitaba respuestas, pero ahora, una pregunta constante se colaba entre mis pensamientos. ¿Qué tenia esa chica por la cual no dejaba de pensar? Su agilidad con las flechas y el aura espiritual que la rodeaba eran innegables. Solo alguien con entrenamiento de Cazadora podría moverse así, y aun así, me cos
AnyaDi varias vueltas por el bosque, tratando de rastrear al animal que había divisado más temprano. Cuando lo vi entre el bosque, preparé el arco, tensé la cuerda, y disparé. No supe si la flecha había alcanzado su objetivo; el bosque guardaba silencio y las sombras del ocaso ocultaban todo. Pero algo no cuadraba. Las flechas que yo usaba estaban siempre conjuradas para regresar a mí si no lograban herir a su presa. Sin embargo, esta no regresó. ¿Significaba que lo había alcanzado? ¿O tal vez algo estaba interfiriendo con mi magia? Decidí quedarme en el lugar un poco más, esperando alguna señal. El aire era tranquilo, impregnado de la fragancia de hojas húmedas y tierra fresca. A mi alrededor, el bosque susurraba suavemente, como si guardara un secreto que no estaba lista para descubrir. Tomé mi almuerzo, lo había preparado temprano en la mañana, y comí con calma mientras miraba los árboles y el cielo que empezaba a teñirse de tonos cálidos. A pesar de la paz que sentía, no podía i