Karol:—¿Sabes que acosar con el pensamiento también es abuso no? Podría demandarte por las cosas que estás pensando. —¿Es en serio? —me crucé de brazos y lo miré ladeando mi cabeza—, y yo podría demandarte por robarte mis gafas.—He venido en son de paz, lo juro —dijo acercándose a pasos tentativamente lentos hacia mi—, pero solo te las devolveré si recibo algo a cambio —alzó sus cejas a la par unas tres veces con insinuaciones poco disimuladas y bufé.—¿Qué quieres Logan? —cuestioné teniéndolo frente a mi. Levanté la vista sintiéndome realmente pequeña junto a él y permanecí batallando contra los nervios y el temblor en mis piernas.—Tus gafas, a cambio de... —Pasó su mano por mi cintura y me apegó a él—, un beso. —Finalizó y lamió sus labios.—¿Por qué besaría a un desconocido? —me impuse con la barbilla en alto.—Primero porque es mi condición y necesitas tus gafas —hizo una pausa para ladear su labios en una sonrisa juguetona—, y segundo, porque te gusto, igual que tú a mi.—Sí
Karol:—Lo que quiero decir es que hemos investigado todo sobre ambas, eres lo más parecido a una familia en la vida de Karolina, no podíamos quitarle lo que más quiere en el mundo.—Ahí si me muero —susurré yo y Helen me observó sonriente.—De acuerdo, continúa —pidió Rapu y Thiago asintió.—Kayra, tu madre —me dijo—, fue una mujer imponente, luchadora, y demasiado valiente para ser mujer, y lo fue más después del crimen de las flores rojas, que según Frank ya les habló del tema.—Sí, pero desearía saber un poco más luego ¿puede ser?—Por supuesto Karolina, te explicaré lo que quieras, pero en otro momento.Cómo les decía, Kayra dedicó toda su juventud a ayudar a Víctor con sus casos. Juntos fundaron la Compañía gracias a un fondo procedente de la herencia de Kayra. Ella lo apoyó en todo, posiblemente fue más decidida y atrevida que su esposo. Al punto que quiero llegar es que cuando nos enteramos de que estabas viva decidimos ir a buscarte, se lo debemos a tus padres.—Será a mi pad
Karol:Desperté por segundo día en la habitación de la casona, me estiré sobre la cama y estrujé mi rostro para ponerme de pie y dirigirme al baño. Me duché con agua fría para animar las células de mi cuerpo y me permití cantar mientras me cambiaba de ropa. Desde que había llegado solo pensaba en lo mismo: ¿Cuál es mi propósito aquí? ¿Qué va a pasar? ¿Por qué todo es tan raro? ¿Qué hay tras de las puertas custodiadas? ¿Por qué debemos encerrarnos cuando llegue visita? ¿De dónde viene el sonido que he sentido varias veces en la madrugada? Sacudí mi cabello y me puse las gafas. Alisté mi vestido corto holgado color rosa pálido y bajé las escaleras luego de recoger a Helen para ir a desayunar. —¿Me puede decir señorita Rapu dónde estuvo usted en la noche? Entré a tu cuarto en busca de calor para dormir y me encontré con las almohadas disimulando un cuerpo.—No sé de qué me hablas —dijo restándole importancia untándole mantequilla a su panqueque. La miré entrecerrando los ojos y sonrió—
Karol:Fruncí el ceño sin entender nada y comencé a idear otro plan. Lo cual me tomó mucho tiempo, suficiente para pasarme alrededor de quince minutos escondida pensando idioteces.—¿Buscas algo?«Mierda». Pronuncié en mi conciencia. Mi pecho se aceleró y temí girarme para ver quién me había pillado. Esa voz era desconocida.—Señorita ¿Se esconde de algo o alguien? —insistió y me di la vuelta lentamente.Era un hombre mayor, de unos cincuenta y muchos años; con su cabello blancusio y unas arrugas poco pronunciadas en su rostro. Portaba un traje bastante formal y un reloj Chopard 201 «No pregunten cómo es que sé de relojes». Lo que indicaba que hasta el agua que bebía tenía pepitas de oro.—Emmm, yo... —musité. El señor me miró de arriba a bajo descaradamente. Me observé a mi misma y carajos, ¿Quién me manda a vestirme tan provocativa?—¿Eres familia de Thiago? —cuestionó ignorando mi nerviosismo, con una sonrisa ladeada que no me gustó ni un poco.—Bueno... —musité. Se me dió muy mal
Karol: «¿Qué-le-pasa?». Me pregunté cuando cerró la puerta de su habitación. Agarró su cabello con sus manos y lo despeinó frustrado. Lo miré en silencio sin saber que hacer y por impulso fui hasta él y lo abracé. Hundí mi rostro en su pecho y lo envolví entre mis brazos. «¿Pero qué haces Karolina? ¿De dónde sale tanto afecto? Hace poco más de un mes que lo conoces y ya andas de cariñosita». Aparté las preguntas de mi mente y lo apreté contra mi. Algo me decía que necesitaba un abrazo de los míos. Su respiración fue moderándose hasta dejar de ser pesada. Sentí su corazón latir acelerado y sonreí contra su pecho. —Shhh, solo respira —musité logrando calmarlo un poco—, mírame—. Llevé mi mano a su rostro y acaricié su mejilla. «¿De dónde salió eso?». Sus ojos hicieron contacto con los míos y su aspecto se fue relajando. —Tengo que decirte algo —me dijo juntando su frente con la mía—, pero primero escúchame, no te alteres hasta que acabe, por favor —susurró y asentí. Me tomó de la ma
Karol:Logan refunfuñó separando su boca de mi vientre y soltó un suspiro de: ¡Voy a matar a todos! —¡No está! —grité y crucé mis piernas alrededor de Logan impidiéndole escapar.—¿Qué haces, loca? —preguntó riendo encima de mi.—No pienso permitir que arruine nuestra primera vez, no lo haré, no es justo —le dije haciendo pucheros y besó mi barbilla tiernamente.—Tampoco quiero que esto acabe, y menos con las ganas que te tengo pero...—¡Logan! ¡Voy a tirar la puerta! —insistió Thiago golpeando la puerta.—¡Voy! —le contestó y me dijo: —Tengo q salir, si Connor logró convencerlo ninguno de ellos dos saldrá vivo de esta, me importa una mierda mi trabajo.—Espera un momento ¿Estás dejando toda tu vida a un lado por mi? ¿En serio? ¿Cómo es qué...?—¿Cómo es que me gustas tanto? Dios, hay tanto que no sabes —dejó un corto beso en mis labios y se puso de pie para vestirse.Hice lo mismo y segundos después de abrir la puerta entro Thiago a a pasos largos y demandantes.—¡No vuelvas a dejar
Karol: Un mundo de nuevas oportunidades nos esperaba allá afuera. Ya no más. No más profesores, no más tareas, no más becas, no más libros... Todo sería sustituido por jefes, trabajos fijos u ocasionales, posibilidad de independencia, papeles e impresoras. ¡Hablaba de nueva vida! Eso fue lo mejor de haberme graduado, y me sentí, en aquel entonces, terriblemente orgullosa de ello. Preparé un destino premeditado por mi ambiciosa cabecita y mis ansias de ser la reconocida Karolina Montejo que autoidolatraba cada noche antes de dormir. Lo soñé tanto. Hice de mi deseo un propósito irrevocable y poco lejano. ¿Para qué? Ahora que lo recuerdo solo puedo sonreír. Porque no hay un jodido día que no evoque en silencio aquella mañana en que cambió TODO. ~Viernes, Junio~ Boston es una ciudad hermosa, pequeña pero encantadora. Capital del Estado de Massachusetts, en Estados Unidos. Es una de las ciudades más antiguas del país y está cargada de historia, cultura, depor
Karol: Logan se adentró a la cocina mientras Teo nos sujetaba a ambas, una de cada lado aseguradas por su fuerte agarre de mano. Me sentí débil por primera vez en la vida, no es que fuese imponente o la típica guerrera valiente de las películas de acción, pero tampoco me doblegaba ante otros. Y ahí estaba yo, parada en el mismo sitio durante quince minutos que sentí interminables sin posibilidad de escape. Una lágrima se me escapó y la limpié con el torso de mi mano derecha lo más rápido que pude, pensé que nadie lo notaría —pensé—, pero segundos posteriores una risa arrogante me hizo tropezar con el rostro divertido de Logan. —¡Oh, vaya! La psicóloga está asustada ¿O no? —pronunció cada palabra con desprecio y sacó del refrigerador dos cervezas que destilaron hilos de humo frío. Lamí mis labios y negué con la cabeza sin apartar la mirada de sus redondos ojos pardos. —¿Asustada? Sí, un poco —solté intentando que mi voz no temblara tanto, fingiendo una fuerza interior que en aquel