Capítulo 3

Karol:

Un silencio recorrió la mediana salita de la cabaña. Recorrí a los extraños que me hablaban cosas sin sentido y elevé la vista hacia mi amiga, le pedí que se sentara conmigo y obedeció cansada. Ya habían pasado un par de horas desde que llegamos al lugar y el apetito de Helen se podía comparar con el de un tiranosaurio. Por lo que deduje que su rostro solo reflejaba una cosa: hambre.

—De acuerdo, escucharemos todo lo que tienen que decirnos.

—Un día se armó una revuelta en Brookline —prosiguió Frank—. Habían sido atacadas un trío de jóvenes universitarias que celebraban San Valentín. No sé si has escuchado de ese suceso, pero lo nombraron como "El crimen de las flores rojas" —relató cuidadosamente sin escatimar detalle alguno.

—¿Las mataron? ¿Por qué ese nombre? ¿Flores?

—Las tres eran vírgenes. Se esperaba que fuesen las mejores estudiantes del año. Pero tras el incidente ninguna continuó los estudios, una porque murió esa noche y las otras dos... Se dice que cuando las encontraron estaban tintas en sangre. 

—Fueron violadas, golpeadas y una de ellas asesinada —agregó Teo.

—No me está gustando nada el rumbo que lleva esto... Karol, quiero irme a casa, a nuestra casa —suplicó Helen por lo bajo a medida que sus ojos negros se cristalizaban—, no sé que pinto yo aquí, y creo que esto es demasiado absurdo como para ser cierto. No confío en ustedes —se refirió a los desconocidos y estos se miraron entre sí.

—Tranquila Rapu, todo estará bien —le dije en un susurro, acaricié su rostro y tomé nuevamente su mano—. ¿Podrían ser más específicos? Nos dicen las razones por la cual montaron todo este show y luego...

—Luego se irán con nosotros. 

—¡Qué! No, señor Frank, usted nos llevaría a casa ¿Qué es todo esto?

—Karolina, culminaremos la historia y tus dudas se aclararán con el tiempo, pero tienes que acompañarnos. Tienes familia, yo soy tu familia... De saber que existías te hubiese buscado antes. No puedes estar sola, al menos hasta que todo se calme.

Asentí sin más remedio y lo siguiente que hice fue quedarme unos minutos a solas con Helen. Conversamos y le hice entender la gravedad de la situación. Estos hombres sabían mucho más de lo que podía imaginar y pese al susto que nos hicieron pasar pude ver a través de las apariencias y encontré personas sinceras. Sí tuve momentos en los que me pregunté si ese era el camino; o si eran tan buenos fingiendo ser agradables como para que yo callera en esa red desconocida.

Pero me tentaba conocer de mi pasado. Crecí odiando a una pareja que nunca tuve el privilegio o la desgracia de conocer y ese era el momento de revelar lo que los hizo abandonarme cuando nací... Así que nos aventuramos junto a ellos con una interrogante marcada en nuestra mente: ¿Valdrá la pena el riesgo?

—Como iba diciendo, lograron salvar a dos de ellas, pero la tercera desgraciadamente murió asfixiada antes de la llegada de las patrullas y el cuerpo de paramédicos. Tu padre dirigía uno de los escuadrones que se adentraron en el sótano del edificio donde se cometió el siniestro hecho...

—Víctor conoció a Kayra esa noche —agregó Teo y Frank lo fulminó con la mirada.

—Aún no llega esa parte —dijo el taxista.

—¡Mira la hora que es! Esos detalles no son relevantes. Ve al grano y larguémonos de aquí, Thiago ha enviado doscientos mensajes.

—Tienes razón, igual no me grites mocoso —Teo rodó los ojos ante las palabras de Frank y lo dejó continuar—. Exactamente, se conocieron la noche del crimen de las flores rojas. 

—Tu madre fue una de las violadas, es lo único que sé de esa historia —soltó Logan y mis ojos se abrieron más de lo normal de forma involuntaria.

—¡Logan! —exclamaron ambos a la vez en reprimenda.

—¿Qué? Ella siquiera va a sentirlo, no los conoció nunca, qué más da —se encogió de hombros y llevó la cerveza a su boca luego de mirarme de reojo.

—¿Podrías continuar? —le pedí al mayor de los tres cansada de oírlos discutir y este asintió.

—Todo sucedió muy rápido según me contó mi hermana. Tardaron años en encontrar a los asesinos y fue en ese tiempo que Víctor se involucró en la vida de Kayra. Ellos se enamoraron de una forma inigualable, tu padre prometió encontrar a los que le hicieron daño a tu madre y lo hizo. Después de eso Kayra se dedicó a ayudar a Víctor en casos encubiertos...

—¿Me estás diciendo qué después de haber pasado por algo tan feo aún así se dispuso a participar en casos policíacos? ¿Víctor permitió eso? —cuestioné no muy de acuerdo con lo que escuchaba.

—Así es. No es momento de detallar las anécdotas que vivieron juntos. El caso es que estás aquí y mereces saber el porqué. —Asentí a sus palabras y continué con mi atención puesta en él.

—De saber que la cosa se pondría tan seria hubiese traído palomitas, esto se va a poner al estilo película, y de las buenas —murmuró Logan inmerso en su mundo de inmadurez.

—De saber que traerías tus bromitas contigo te hubiese dejado en casa, tu hijo come muchísimo y eso es para lo único que sirves, para alimentar animales.

—Frank, mucho cuidado con Killer —advirtió y caminó hasta la puerta—, voy a respirar aire fresco, cuando terminen con el charla informativa me avisan. —Se marchó y cerró la puerta tras él.

—Definitivamente no habrá próxima salida conmigo, tu amigo es estresante —le dijo Frank a Teo y este asintió.

—Y bien... ¿Por qué estamos aquí?, que no se les olvide que Helen está a mi lado y no tiene nada que ver con todo lo que han contado hasta ahora.

—A eso voy Karol. Kayra quedó embarazada de ti, en aquel entonces habían fundado juntos una pequeña compañía a cargo de detectives de alto rango, la cual consistía en armar "escenarios" destinados a atraer la delincuencia. No es importante que te cuente cómo llegaron a tanta responsabilidad, lo que te interesa del tema es tu papel en todo esto. Tu madre sabía que si te daba a luz tu padre dejaría a un lado su adorada compañía para dedicarse a ti. Tampoco podía renunciar al embarazo porque lo notó demasiado tarde.

—Disculpa pero quiero lo que de verdad interesa, obvia los detalles.

—Como quieras. Kayra se las arregló para desaparecerse por casi un año. Víctor pensó que se trataba de otro secuestro y no descansó hasta encontrarla. Y como era de esperarse lo hizo. Mediante su red de investigación logró ubicar la posición de mi hermana después de meses de búsqueda. Ella estaba conmigo en Canadá.

—Primer error, tío —pronuncié lo último en burla—. Dijiste que no sabías de mi existencia y ahora resulta que cuidaste de mi madre hasta que Víctor la encontró. Eso sería por casi todo un año.

—No querías detalles, te recuerdo. Cuando tu madre llegó a mi ya habías nacido y no te trajo con ella, pero eso no lo supe hasta hace dos semanas atrás. Nunca me reveló el lugar donde estuvo todo ese tiempo, Víctor fue a buscarla un mes después de haber aparecido en mi casa. Por ello desconocía de tu existencia Karol.

—Es absurdo... Todo lo que has dicho no tiene el menor sentido ¿Por qué marcharse y renunciar a una hija por salvar una compañía? ¿Y si Víctor podía con ambas cosas? ¿Qué le hizo pensar a Kayra que Víctor abandonaría su trabajo? Karol... no entiendo nada —comentó Helen desconfiando de cada palabra contada por Frank.

—Perfecto, si no van a creerme la verdad no me interesa. Nos enviaron a buscarlas, no a relatarles una historia "absurda" ¿No? Así que vamos, andando —se levantó de su silla y llamó a Logan en voz alta.

—¿Qué, eso es todo? —repliqué.

—Eso discútelo con tu amiga. Ahora nos vamos. Si me convenzo luego continúo contándote si de veras te interesa, hoy agotaron mi paciencia.

—Tanto misterio para nada, genial —susurró Teo cruzado de brazos y negó con su cabeza.

Logan entró y luego de que Frank le indicara que nos "amarrara como se debe" este cumplió y nos condujo de vuelta al auto en el que habíamos llegado.

Mi cabeza vibraba mientras estaba siendo apoyada contra la ventanilla del auto, molestaba un poco pero no tanto como sentir la presencia de un desconocido a mi lado.

—¿No te molesta el cosquilleo en tus sentidos? Saca tu cabeza de ahí —me dijo Logan por lo bajo sentado a mi lado entre Helen y yo.

—No, no me molesta, sin embargo tu presencia si lo hace —contesté de malas maneras.

—Tu carácter no combina con tu carita toda indefensa, psicóloga.

—Nadie te lo preguntó.

—No te devolveré tus gafas.

—Eso ya lo veremos.

—A mí me quedan mejor que a ti, pelicorta.

Giré mi rostro y al verlo se me escapó una sonrisa. Presioné mis labios para disimular la gracia que me causaba y volví a mi posición, pero la imagen de Logan con mis gafas puestas no se salía de mi mente.

—Ya sabía yo que no eres tan seriesita —musitó acercando sus labios a mi cuello. Aquello logró ruborizarme un poco pero me mantuve quieta.

—Tú no sabes nada de mi, no te equivoques —le dije sin mirarlo, con la vista fija en el paisaje que dejábamos atrás con cada metro que avanzábamos.

—Si supieras las cosas que descubrí de ti cuando te observé durante tres semanas te sorprenderías.

—Grandioso, supongo que ni en mi propio baño estuve segura.

—No, ahí no pude husmear, debe ser interesante ver el tatuaje que tienes en la espalda de cerca —dijo con voz ronca y sentí mis bellos ponerse de punta. Pero al mismo tiempo me incomodé de mala manera.

Al tener las manos amarradas se me ocurrió golpearlo con mi codo en una de sus costillas. Emitió un gruñido y maldijo alzando la voz.

—¡Logan basta ya de pelear con Karol! Te envié a la parte trasera para que las tuvieses controladas, no para que te fueras a los puños con una de ellas —lo regañó Frank lanzándole una mirada asesina a través del espejo retrovisor frente a nosotros.

—Esta me la desquito, no te preocupes psicóloga —murmuró en mi oído.

—¿No puedes dejar de hablar mamadas ni un segundo? 

—¿Y tú puedes quitar la cara de culo que llevas desde que salimos?

—¿Estás obligado a mirarme?

—Estoy obligado a cuidar de una malhumorada que es peor.

—O sea ¿recibes órdenes, jefecito? 

—Digamos que sí —se encogió de hombros y me sonrió.

«¿Por qué sonríe tanto?». Me pregunté mentalmente.

—Entonces eres una marioneta —le dije por lo bajo en burla.

—¿Quieres ver la marioneta?

—¿Crees que pueda verla sin una lupa?

—Averígualo.

—¡Logan! ¡Última vez que te digo que no molestes a Karolina! —gritó Frank al tiempo que frenó y nuestros cuerpos sufrieron el impacto inesperado. 

—Es ella —soltó Logan.

—Es él —solté yo.

—¡Ambos me traen loca! ¡Paren ya! —exclamó Helen fastidiada.

—Frank... Tenemos un problema —habló Teo con la mirada fija en la carretera...

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