ALFA LUCIAN:
Despido a mi luna con un beso en la mejilla y ella se marcha junto a algunos de los guerreros… Aunque creo que no es necesario, hemos vivido en paz con los humanos durante años y décadas. —Presiento que va a pasar algo Lucían. Dice mi lobo Eros algo inquieto. —Tranquilízate Eros, todo estará bien. Hablo dirigiéndome a mi oficina para terminar algunos pendientes. Al entrar está mi beta Gerson, mi leal y mejor amigo. ¿—Ya se marchó Romina? Me pregunta y asiento. —Mi lobo está inquieto, teme que algo pase. —Así está el mío… Hay que estar alerta. Dice algo preocupado. —Avisa a los guerreros qué estén alerta de cualquier cosa… Es mejor prevenir. Digo y Gerson se marcha para hacer lo que le ordené. ¿—Estás ocupado?Entra mi hermana Mariana abriendo la puerta sin tocar. ¿—Algún día aprenderás a tocar? Le pregunto gruñendo y ella se encoge de hombros. —Escuché que la princesa de los humanos está de cumpleaños ¿Le enviaste un presente? Dice tomando asiento en uno de los muebles mientras sube sus piernas en mi escritorio.Suspiro pidiendo paciencia y asiento. —Le envié un presente, ¿Eso querías saber? Ahora largo. Hablo intentando concentrarme en la montaña de papeles. —Hay que amargado, pero bueno solo otra amargada como tú puede soportarte. —No hables mal de tu luna, Mariana. Le gruño y ella solo rueda los ojos marchándose. Suspiro sintiendo lo inquieto qué está mi lobo y me siento algo desesperado. Al pasar las horas mi lobo está más inquieto y siento un mal presentimiento. —Creo que algo no está bien con nuestra luna Lucían. Dice mi lobo casi aullando. Con el ceño fruncido salgo de la oficina y me dirijo afuera, pero antes de llegar para abrir la gran puerta del castillo caigo aullando de dolor y siento como mi corazón se destroza en mil pedazos. —Lucían, Lucían ¿Qué pasa? Lucían. Me habla mi beta, pero apenas puedo contestarle. —Ro… Romina… Es… Romina… Digo mientras siento cómo mi cuello arde, justo donde se encuentra mi marca. Un fuerte dolor en el pecho me deja algo aturdido y escucho mi lobo aullar dentro de mí. —Se ha ido Lucían, se ha ido. —Prepara los guerreros Gerson. Digo y este asiente marchándose sin decir nada. Mi hermana muy preocupada me ayuda a levantarme y me sienta sobre una banqueta. —Hermano… Tu marca ha desaparecido… Eso significa… —Aún no se ha confirmado. Digo tratando de pensar que ella aún está viva. —Los guerreros están listos para partir Lucían. Dice mi beta mirándome con preocupación. —Bien, no perdamos el tiempo y vamos. Hablo levantándome para partir de inmediato. La nieve tapaba las huellas de algunas horas, pero gracias a nuestro buen desarrollo del olfato nos guiamos a la perfección. El olor a sangre inunda nuestras fosas nasales y nos detenemos, mientras algunos de los guerreros se dirigen a verificar. —Encontramos rastros de humanos señor, es débil, pero aún se puede percibir. Dice uno de mis mejores hombres rastreando. —El olor a sangre… ¿Es de humano? Pregunto mientras algo muy dentro de mi sabe perfectamente que no es así. —No señor… Es de nuestros guerreros… Y nuestra luna… Dice ocultando la cabeza en forma de sumisión. No digo nada y me dirijo al lugar que parece un carnicero… Las trampas muy elaboradas por esos malditos humanos, destrozaron a toda nuestra gente como animales. Y lo que me enfurece más, es ver las extremidades de mis guerreros de un lado a otro como si no fueran nada, al igual que mi luna, que se encuentra degollada. El dolor y la furia me invaden por completo y sólo tengo un objetivo en mente… Acabar con la miserable vida de todos los humanos de ese pueblo. —Ustedes dos, recojan los restos y llevarlo a la manada… El resto viene conmigo. Digo con voz de alfa y todos bajan la cabeza diciendo. ¡—Sí señor! Me transformo en lobo y nos dirigimos al reino a toda velocidad. Los guardias de la entrada nos recibe con una sonrisa, pero los atacamos haciendo qué sus cabezas vuelen por los aires. Arrasamos con la gran mayoría de los humanos en cuestión de minutos y en estos momentos nos encontramos en la plaza del reino con el rey y la reina de rodillas pidiendo perdón. —Majestad… Hemos estado en paz durante años… Por favor… Perdóneme nuestras vidas… y la de nuestra gente. Habla el rey arrodillado ante mi, muy asustado… Puedo oler su miedo y confusión, pero eso es algo que en estos momentos no me importa. ¿—Perdonar? No me hagas reír, miserable humano, todos ustedes pagarán con sus vidas. Hablo con la voz gruesa y mis ojos completamente rojos. —Rey alfa… No hemos hecho nada… Por… Por favor, perdona nuestras vidas. Habla la reina y sólo río. —JAJAJA, no perdonaron la vida de mi luna… ¿Por qué tendría que perdonar la de ustedes? Hablo alzando las cejas. Los reyes me miran con confusión, pero dejo de mirarlos cuándo el olor de mi luna llega a mi fosas nasales. Levanto la mirada y una delicada rubia nos mira aterrada. Frunzo el ceño llevando la vista a su cuello, dónde reposa un collar con la piel de mi luna…BUENA :Corro a toda velocidad mientras Cera está detrás de mí para que me detenga. Salgo del castillo y literalmente la ciudad está destruida… Los cuerpos tirados en el suelo me dejan aterrorizada, jamás había visto algo así. Escucho gritos y voces en la plaza así que me dirijo hacía allá. —Por favor señorita… No vaya hacía allá. Escucho los gritos de Cera detrás de mí, pero no le presto atención. Al llegar a la plaza observo muchas personas que no pertenecen a nuestro pueblo que nos miran con odio. Mis padres están arrodillados delante de un hombre muy grande pidiendo piedad… Pero… ¿Qué está pasando? Pienso en mis adentros, mientras una lágrima baja por mi mejilla al ver todo este terrible desastre. Observo como el hombre donde mis padres están arrodillados empieza a olfatear el aire y dirige su vista hacía mí. Su piel es bronceada, es muy grande y fuerte, su cabello es largo y sus ojos de color gris. Cuándo sus ojos me miran un escalofrío recorre todo mi cuerpo al ver es
BUENA:Pasé el día pegada a mis padres, mi hermano y Cera, intenté acercarme a Malon, pero este estaba consolando a su madre junto a su padre que estaba algo conmocionada así que lo dejé para no molestar. Para la hora de la tarde nos trajeron un poco de comida que parecía sobras. Todos comimos una pequeña porción… Era mejor que nada… Aunque estuviera muy mala. Las puertas son abiertas y el lobo qué siempre estaba junto al alfa entra mirándonos a todos de manera seria. —Tú sígueme. Dice señalándome. —¿Y…yo…? Pregunto nerviosa. —Si, a tí princesita. Dice con brusquedad y me coloco de pie para seguirle. Observo a mis padres y hermano que me miran con tristeza, pero me lleno de valor y le sigo. Caminamos por un largo pasillo hasta llegar a una habitación con montañas de ropas. —Tú primera tarea será lavar toda esta ropa, no volverás a la celda hasta que termines y dejes todo bien limpio, el alfa revisará qué todo esté bien ¿Entendiste? Me pregunta con voz neutra y asiento var
BUENA:Camino detrás del alfa con las rodillas temblando de miedo y nervios. Miro su ancha espalda qué tiene el triple del mío y ni hablar de su tamaño es bastante alto... Su largo cabello desordenado lo hace ver muy guapo... Caminamos por unos interminables pasillos mientras no dejaba de mirar su espalda y redondo trasero... Siento mi cara caliente por estar mirando cosas que no debía así que dirijo mi vista a otro lugar que no sea su cuerpo. Llegamos a un enorme salón con varios platos, vasos y utensilios de cocina. —De hoy en adelante te encargaras de todos los platos vasos y utensilios de cocina, tienen que estar inpecable y si rompes unos de ellos pagarás con veinte latigazos ¿Quedó claro? Su gruesa voz retumba las paredes y su mirada de odio me asfixia. —Si alfa. Digo bajando la cabeza y con la voz inaudible. —Bién, por igual te encargaras de todas las ropas, si alguna queda sucia… También pagarás con latigazos, el agua la cargarás tu misma del lago para hacer tus oficio
BUENA :Sigo al guardia por unos interminables pasillos y luego unas largas escaleras… ¿Esto no tiene fin? Me siento bastante débil y la espalda me arde mucho. Una gran puerta de color negro nos da la bienvenida y entramos. —Aquí está la humana alfa. Dice el guardia bajando la cabeza en sumisión. —Bien, puedes retirarte Brandon. Habla el alfa sentado de forma cómoda en un mueble.El guardia se retira de inmediato y yo respiro profundo tratando de mantener el equilibrio. —Buena… Qué peculiar nombre ¿No? Dice mientras su mirada gris me atraviesa hasta los huesos. Bajo la cabeza manteniéndome recta sin moverme y siento los pasos del alfa acercarse a mí. Con sus grandes manos levanta mi mentón haciendo qué lo mire mientras frunce el ceño. —Tu olor… No termina de hablar cuando la puerta es tocada y me suelta de golpe. —Puedes pasar Mila. Dice mientras se sienta en su lugar sin despegar los ojos de mí. —Aquí está tu té mi niño, perdón el haberte interrumpido. Habla una señora
Buena :—Auch.Me quejo al sentir como me pica y me arde la espalda. —Tranquila, ya casi termino.Habla mariana curando mis heridas, pero la verdad duele mucho. —Duele mucho.Digo apretando los dientes y los puños. —Ya terminé... Eres muy cobarde pequeña.Dice colocándose de pies, mientras me arreglo este viejo y feo vestido de esclava. —Gracias Mariana.Le sonrío con sinceridad a la chica.—De nada y recuerda untarte esto cuándo te levantes, la herida puede infectarse.Asiento y suspiro mirando esta pequeña y solitaria celda qué desde hoy será mi hogar. —Mariana... pue... ¿Puedo pedirte un favor?—Siempre y cuándo esté a mi alcance... Claro que sí. Suspiro y la miro a los ojos. —Me gustaría que me ayudes a reunirme con... Con mi novio... Por favor.¿— Novio? ¿Tienes novio?Me pregunta alzando las cejas y asiento con una sonrisa tonta. —Si, ya nos íbamos a comprometer... Es el hombre de mi vida Mariana. Digo sintiendo mi cara roja. —Wooow, al parecer es muy respetuoso o no s
BUENA :Han pasado una dos semanas y no queda nada de la chica que todos servían y se veía bien las veinticuatro horas. Ahora soy yo las que les sirvo y ni hablar de mi apariencia refinada. —Vamo esclava, mueve esas manos no tenemos todo el día. Dice uno de los guardias qué me sigue y vigila todos los días. Enjuago la montaña de ropa un poco más rápido aunque mis pobres manos no dan para tanto. Cuándo el sol se oculta el guardia me lleva a mi celda, pero no sin antes darme un plato de cena. —Comer eso para que tenga más energía mañana. Dice dándose la vuelta para que yo entre en la celda. Sólo asiento y al entrar me encuentro a Mariana dentro… Esta chica ha sido como mi luz en medio de esta oscuridad. —Hola buena, tengo excelentes noticias para ti. Dice emocionada mientras se coloca de pies. Con un suspiro me siento sobre la vieja cama y empiezo a devorar la comida que está muy buena. —Lo siento, pero me dices ahora tengo mucha hambre. Hablo con la boca llena. —Está bien
MALON :—¿Le entregaste el frasco? Escucho una dulce voz a mis espaldas. —Así es… Pero ¿Qué haces aquí? Podrían darse cuenta, es peligroso. —Tranquilo, tengo todo controlado. Dice acariciando mi rostro y besa mis labios con pasión. —Cuándo el estúpido del alfa esté muerto… Seremos los reyes de ambos reinos. Me susurra sobre los labios y sonrío. —No veo la hora que ese día llegue. —Pronto llegará… ¿Podemos confiar en tu noviecita? —Por supuesto, es una tonta sin remedio. Sonrío mientras beso su cuello. —Se está haciendo amiga de la hermana del alfa… Hay que cuidarse de ella. —No te preocupes cariño trataré de que odie a todos. —Así me gusta, ven aquí. Dice ella quitando toda mi ropa para unir nuestros cuerpos. BUENA:Un día nuevo, con obligaciones demasiadas forzadas y sin poder dormir durante la noche. Miro el pequeño frasco qué me dió Malon y lo guardo debajo debajo del colchón… No, no haré algo como eso… He pensado en una mejor idea. Salgo de la pequeña celda, lavo
ALFA LUCÍAN :Mi nana se retira dejándome el té relajante qué es lo que más necesito en estos momentos… ¿En qué mierda estaba pensando? Me pregunto mientras me tomo el té de golpe. —Eros, ¿Por qué la esclava tiene un débil olor tan delicioso? Le pregunto a mi lobo a través del Link. —Estoy igual de confundido qué tú Lucían… Pero esa humana es nuestra. Dice suspirando y yo frunzo el ceño. ¿—Acaso estás loco? Romina es nuestra única mate. Digo mientras golpeo la mesa sintiéndome frustrado. —A Veces hay segundas oportunidades humano estúpido… —Es imposible, la madre luna jamás haría algo tan cruel como eso. —Alfa. Interrumpe Gerson la conversación con mi lobo. —¿Por qué trajiste ante mí a la esclava sin mi autorización? ¿Acaso quieres morir? Hablo con el ceño fruncido y mi beta Gerson inclina la cabeza en sumisión. —Mis disculpas alfa… La chica se miraba muy desesperada. Dice y suspiro mirando el techo. —Eso ya no importa… Dime Gerson ¿Estarías de acuerdo que permita ir a