Los rayos del sol hacen qué abra los ojos con una sonrisa en mi rostro.

Hoy es mi cumpleaños número dieciocho y estoy muy feliz, hoy por fin se pondrá la fecha para casarme con el hombre que verdaderamente amo, mi novio, mi amigo, mi amor... Desde muy pequeña. 

Me siento encima de la cama y miro a través de mi ventana como la nieve cae haciendo qué el clima sea muy frío. 

Mi nombre es Buena, así como mi nombre lo dice me caracterizo por ser una chica humilde, sencilla y buena con todos, aveces mi madre me dice que soy demasiado buena y pueden engañarme... Pero nadie engañaría a una persona tan noble como yo... Por eso recibo amor y cariño de todos... Esa es la ley de la vida. 

Mi cabello es rubio con ondas naturales, mis ojos son verdes y mi cara pequeña y redonda, no tengo un gran cuerpo, pero tengo mis partes bien proporcionadas. 

Mis labios son pequeños y rosados, mi nariz pequeña y mido 1.59, quizás no soy atractiva para algunos hombres, pero para mi amor sí, me lo dice todos los días. 

Las puertas de mi habitación se abren y entra mi padre, madre y mi hermano mayor con mi tarta favorita, de fresa. 

¡–Felicidades mi princesa hermosa! Ya eres toda una mujer... Recuerdo como si fuera ayer que te tuve en mis brazos mi pequeña. 

Dice mi madre llorando mientras me abraza. 

La abrazo igual y mis lágrimas salen. 

Mi padre y mi hermano mayor se unen al abrazo felicitándome con amor y cariño. 

Luego de unos minutos se separan de mí y sonríen. 

–Te vez horrible mocosa, será mejor que te vayas a bañar y bajes para el desayuno. 

Habla mi hermano agarrándome fuerte la mejilla. 

–Hay déjame. 

Hablo zafandome de su agarre. 

–Madre ¿Has visto a Malon? 

Le pregunto y ella niega. 

–Fue de caza muy temprano, pero de seguro llegará muy pronto. 

Dice mientras acaricia mi mejilla y mi hermano rueda los ojos. 

–No se que le ves a ese imbécil... 

–Ya basta David, no empieces con lo mismo. 

Le recrimina a mi madre y este sólo frunce el ceño y sale de mi habitación. 

–No le hagas caso pequeña, tu hermano está muy presionado con eso de la coronación. 

Habla mi padre con un suspiro. 

–No te preocupes padre.

Le sonrío y ellos se retiran para que pueda arreglarme. 

Cuándo ellos salen, mi dama personal llamada cera entra de inmediato para arreglarme y ponerme hermosa, pero no sin antes felicitarme. 

Por cierto mis padres son los reyes de este pequeño pueblo y mi hermano mayor el futuro rey.

Cera me ayuda a bañarme y colocarme un hermoso vestido de color dorado y muy pesado... Creo que moriré asfixiada.

Después le hace una trenza a mi cabello con varias horquillas de diferentes colores y un maquillaje lindo y sencillo.

–Está muy hermosa señorita, parece toda una princesa.

Dice cera y le sonrío con amabilidad. 

–Muchas gracias Cera...

No termino de hablar cuándo tocan la puerta y mi dama personal se dirige hacía allá.

– Es el señor Malon señorita. 

Siento mi corazón latir más de lo normal y sonrío. 

–Déjalo pasar y puedes retirarte.

–Cómo ordene señorita.

Dice mientras se retira. 

Un chico de cabello castaño, ojos amarillos, muy alto y un poco fuerte entra por la puerta de mi habitación con una sonrisa. 

–Amor, muchas felicidades espero que este sea tu mejor día.

Dice abrazándome y le correspondo. 

–Si estás conmigo será el día perfecto.

Hablo sintiéndome en las nubes. 

–Prometo estar a tu lado todo el día... Mira esto es para tí.

Dice entregándome una caja de madera. 

Muy emocionada lo abro y un hermoso collar de cuero reposa en ella. 

–Muchas gracias amor... ¿De qué animal es?

–Eso no tiene importancia, es de un animal salvaje... Lo caze esta mañana así que tuve que procesarlo en el fuego ¿No te molesta?

– Por supuesto que no ¿Me lo pondrías?

– Por supuesto, todo para mi princesa hermosa que pronto será mi esposa. 

Dice y me coloca el hermoso collar hecho por sus manos.

Malon me gira frente a él y besa mis labios despacio. 

Luego sus manos bajan por mis caderas y me presiona más, mientras el beso sube más de tono. 

Me acuesta encima de la cama y sus manos viajan a mis piernas, pero lo detengo. 

–Ahora no...

¿–Por qué? He esperado esto por muchos años ¿Acaso ya no me amas?

Me pregunta con el rostro triste y me siento mal por él. 

– Por supuesto que te amo... Me entregaré a tí después de mi fiesta de cumpleaños ¿Que te parece?

Malon suspira con algo de rabia en el rostro, pero luego me sonríe y besa castamente mis labios. 

–Está bien, esperaré hasta la noche, prometo que te haré sentir como nunca ¿De acuerdo?

– Esta bién Malon. 

Digo sentándome encima de la cama, ya que me siento incómodo estar acostada y él encima de mí. 

Él suspira y se coloca de pies. 

¿– Ya te vas?

–Sí, tengo que hacer algunas cosas... Te veo al rato ¿Sí?

Pensé en decirle que se quedara conmigo y desayunamos juntos pero... 

– Está bien, cuídate. 

Digo y se marcha sin mirar atrás. 

Con un suspiro miro la nieve caer por mi ventana. 

¿–Estaré haciendo lo correcto?

Pienso, pero muevo la cabeza de inmediato y sonrío para mí misma. 

– Nunca encontraré un hombre como Malon, él me ama a mí y yo a él, somos la pareja perfecta... Todos lo dicen. 

Con ese pensamiento me dirijo a desayunar junto a mis padres y hermano, que por cierto me pidió disculpas por lo de hace rato y pasamos un gran momento en familia. 

... 

Mientras me cambio para mi gran fiesta, me siento nerviosa y un poco inquieta. 

–Señorita ¿Le pasa algo?

Me pregunta Cera, mientras coloca el hermoso collar de cuero. 

– Cera... Esta noche me entregaré a Malon y tengo miedo de hacerlo mal.

Hablo suspirando. 

– Señorita... No es lo correcto, debe de esperar casarse.

– Lo sé... Pero los dos nos amamos, no veo por qué esperar. 

Digo mientras miro como me queda el hermoso vestido azul. 

–Señorita...

– No hablemos más del tema Cera... Mejor cuéntame... ¿Sabes por qué mi padre se nota preocupado? No deja de dar vueltas y mirar por la gran puerta.

Cera suspira y dice. 

– Nuestro reino está pasando por una crisis debido a la nieve, y los lobos quedaron de traernos provisiones para hoy... Pero ya casi oscurece y no han llegado. 

– Los lobos nunca han fallado, estoy segura de que llegarán. 

Hablo muy convencida. 

– Todos esperamos eso señorita. 

Mientras Cera me maquilla la puerta es abierta de golpe y entran mis padres con una expresión de terror. 

–Buena cariño, escuches todo lo que escuches no salgas de aquí ¿Entendido? 

Dice mi padre con la respiración agitada. 

¿—Qué está pasando? 

Pregunto nerviosa. 

—Sólo escuchanos cariño... Cera llévala al cuarto de seguridad y no salgan hasta que uno de nosotros venga ¿Entendido? 

Cera inclina la cabeza. 

—Cómo ordene majestad. 

Dice y toma mi mano llevándome al cuarto de seguridad. 

– Espera, espera... ¿Qué está pasando Cera? 

—No lo sé señorita... Pero al parecer nada bueno. 

Unos gritos desgarradores nos dejan paralizadas y mis manos tiemblan.