Cap:05

BUENA:

Camino detrás del alfa con las rodillas temblando de miedo y nervios.

Miro su ancha espalda qué tiene el triple del mío y ni hablar de su tamaño es bastante alto... Su largo cabello desordenado lo hace ver muy guapo...

Caminamos por unos interminables pasillos mientras no dejaba de mirar su espalda y redondo trasero... Siento mi cara caliente por estar mirando cosas que no debía así que dirijo mi vista a otro lugar que no sea su cuerpo.

Llegamos a un enorme salón con varios platos, vasos y utensilios de cocina.

—De hoy en adelante te encargaras de todos los platos vasos y utensilios de cocina, tienen que estar inpecable y si rompes unos de ellos pagarás con veinte latigazos ¿Quedó claro?

Su gruesa voz retumba las paredes y su mirada de odio me asfixia.

—Si alfa.

Digo bajando la cabeza y con la voz inaudible.

—Bién, por igual te encargaras de todas las ropas, si alguna queda sucia… También pagarás con latigazos, el agua la cargarás tu misma del lago para hacer tus oficios ¿Entendiste?

—Si alfa.

Vuelvo a decir, mientras mi cabeza permanece bajada.

Escucho como los pasos del alfa va hacía la puerta así que lo detengo… Desde esta mañana tomé una decisión y voy a cumplirla.

—¿Puedo hablar con usted alfa?

Hablo sin levantar la cabeza.

—¿Qué quieres?

Me pregunta de manera brusca.

—Quiero… Quiero asumir la culpa de todo mi pueblo, ellos son inocentes y la única culpable soy yo… Así que le ruego que por favor los deje ir y castigarme a mí.

Hablo mientras me arrodillo frente a él.

Lucían la mira frunciendo el ceño y se pregunta si esta chica es tonta o estúpida.

—¿Tienes idea de lo que significa asumir la culpa?

—Si alfa, con tal de que mi gente esté a salvo asumiré toda la responsabilidad.

Hablo fingiendo seguridad, por que la verdad me siento aterrada.

Levanto la mirada un poco y puedo ver perfectamente su sonrisa maliciosa.

—La respuesta será no, por tu culpa todo tu pueblo pagará al igual que tú, o de la peor forma.

Dice y siento un escalofrío recorrer mi cuerpo por completo.

—Por... Por... Favor... Se lo ruego.

Hablo inaudible con lágrimas en los ojos.

—¿Tienes problemas para escuchar? Acabé de decir que no los dejaré ir, espero que te quede claro humana.

Dice gruñendo muy fuerte y me asusto al escuchar ese sonido.

Levanto la mirada y está muy cerca de mí así que nuevamente baja la cabeza... Me irá a matar ¿Este será mi fin?

El alfa se agacha ante mí y con sus manos convertidas en garra toma mi mentón con fuerza.

—No te creas mucho por que te he dejado con vida humana, tú sóla presencia me da asco, solo estás viva porque haré de tu vida un infierno y desearás no haber existido, te arrepentirás el haberle quitado la vida a MI luna y luego de eso voy a matarte como la escoria qué eres.

Sus garras se estaban encajando en mi piel mientras su mirada gris no se despegaban de mis ojos

—Alfa los padres de la ex luna requieren su presencia.

Se escucha la voz del otro lobo qué creo es su segundo al mando.

Él solo frunce el ceño, me suelta de golpe y se marcha dando un portazo.

El primer plato resbaló de mis manos y los primeros veinte latigazos llegaron.

Sentía que mi espalda ardía mientras los guardias me golpeaban, una y otra vez.

—Es suficiente.

Escucho una voz femenina.

—Señorita, son ordenes del alfa.

Dice uno de los guardias qué estaba golpeandome.

—La chica no aguanta ni quince latigazos, ¿No vez como está y apenas llevan diez?

Los guardias se debaten en si hacerle caso a la chica o seguir con las ordenes del alfa.

—Si mi hermano se molesta con ustedes le diré que solo siguieron mis ordenes.

Habla la chica de manera tranquila.

Los guardias aún dudosos se retiran y la chica de acerca a mí.

—Hola, mi nombre es Mariana, eres Buena ¿Verdad?

Intento levantarme, pero se me hace casi imposible así que la chica me ayuda.

Cuándo estoy de pies le contesto con un inaudible.

—Sí, ¿Deseas algo?

Le pregunto intentando pararme derecha.

—No, no, sólo vine a conocerte mejor.

Dice y la miro extrañada... ¿Su hermano la mandó a vigilarme?

—Se que suena extraño por la situación en la que estamos... Pero no creo que tu hayas asesinado a Romina.

Dice acercando su cara a la mía, mientras me psicoanaliza con sus enormes ojos grises igual que su hermano.

—Él alfa no cree lo mismo.

Digo empezando a caminar lentamente... Esta chica es extraña.

—Mi hermano sólo está dolido por la muerte de su luna, y en estos momentos no piensa con claridad, pero él no es una mala persona.

Dice la chica siguiéndome.

— Y tú ¿No estás dolida? También era tu cuñada ¿No?

—Si pero...

—Él alfa manda por usted esclava.

Dice un guardia acercándose a nosotras, mientras interrumpe la conversación.

—Fue un placer conocerla señorita Mariana agradezco su syuda, pero le aconsejo que no vuelva a acercarse a mí, le podría traer problemas tanto a usted como a mí.

Le digo y luego me marcho siguiendo al guardia...

Este calvario empezó y espero salir viva de esto.

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