Habían pasado dos días en los que Sarah no había sabido nada de Alan y de su mejor amigo, las cosas no se encontraban muy bien, su estado de ánimo se encontraba muy muy bajo y también su salud, su padre estaba preocupado porque pensaba que en cualquier momento ella podría sufrir una recaída de la que no se podía parar.El padre de Sarah entra en su habitación encontrando la dormida junto con su hija suspira, dejando un vaso de agua en la mesa y un plato de comida, ya que ella no quería comer desde hace días.Sale la habitación y en ese instante Sarah abre los ojos, observa su padre como sale de su habitación y mira el plato de comida en su mesa de noche, sin ánimos y sin ganas de comer, se levanta para poder comer algo sabe que necesita estar fuerte para sus hijosEn ese momento la puerta se abre y su padre entra por ella, Sarah le sonríe sabiendo que no ha sido fácil para él tener que Lidiar con ella— estoy bien, Papá voy a comer porque sé que mis hijos lo necesita — él es sonríe y
Alan observaba a Sarif sin poder aún creer que ella fuera la persona que lo estaba ayudando a escapar, no confiaba mucho, pero no le quedaba más que confiar, en este momento era la única persona que lo podía ayudar y no dejaría escapar esta oportunidad por nada en el mundo. —¿Sabes donde están mis hermanos? —él asintió. —Amir está con sus hombres arriba mientras yo te ayudo a salir de esta pocilga, y Azar está en la oficina de Raft, buscando unos documentos, no se para qué. —¿Cómo es que están sueltos?—ella sonrió. —De nada —Alan rodó los ojos. —Tú no haces nada sin querer algo a cambio —ella levantó los hombros —Eso es verdad, y es por eso que quiero que me lleven con mi hermana y mi madre. —¿Tu hermana?, acabas de decir que no lo era y ahora lo profesas como. Si fuera normal. Sarif se queda en silencio, no quería decirlo, pero en realidad, ellas eran lo único que les quedaban, no tenía nada más en el mundo y divagar sola por este tiempo, le mostró que no quería seguir hacié
Alan observaba a su hermano con intriga y miedo. El hombre que tenía frente a él, no era el chico pequeño juguetón que él había visto la última vez, solo tenía veinticinco años, y parecía un hombre de cuarenta años.—No puedes estar hablando en serio, Amir.—Claro que lo estoy haciendo, ¿qué quieres que hagamos?, ¿que esperemos que vengan y nos maten?, ¡¡Esos malnacidos mataron a la mujer que amaba, no a una, a las dos!! —dijo Amir, y una parte de Alan lo entendía, su hermano se había encargado a dos mujeres y a ambas las habían matado en tiempo récord. —Créeme que te entiendo, te lo juro, pero si haces esa locura, nunca sabremos quién es el cómplice de Raft, Él no está trabajando solo, una persona más. Calculadora y malvada que él está detrás de todo esto. Su hermano, gruño, estaba desesperado en que todo esto al final terminara, aunque él no pudiera salirse de la mafia. Lo que más le importaba era que ellos pagaran por lo que habían hecho y, sin seguir con vida, eso nunca pasaría
Amir veía a su hermano golpear el saco de boxeo hace más de media hora, sus nudos estaban rojos y sabía que lo mejor era no Entonces molesta de verdad intervenir, ahora estaba frustrado enojado y dolido al enterarse de que su mejor amigo había sido el causante de todo el dolor Que está sufriendo él y su familia.Golpe tal golpe descargaba todo en aquel saco de boxeo, sangre salían de sus nudillos y Amir entendió que era al momento de detenerlo— Es suficiente, Alan ya basta — Alan se alejó del saco de boxeo, y observó a su hermano con furia y no— Si no saco mi enojo, ahora mismo voy a explotar con y sabes que el resultado no será bueno para nadie.—¿Estás queriéndome decir que si no dejo que estos modelos con ese saco de boxeo lo vas a hacer con nosotros? — Y le dio un golpe al saco para luego alejarse de él y su hermano.—¡¡así sigues como está Y no hablas con nadie, vas a terminar peor de lo que ya estás!! — Balance detuvo unos pasos de su hermano y mirándolo sobre el hombro respo
Alan estaba en su habitación tomando un descanso, todo lo que estaba pasando lo tenía un poco adolorido y necesitaba un poco de paz, pero esta no duro mucho, porque su hermano, a Azar, abrió la puerta sin ningún cuidado y entro en su recámara con una erosión de miedo en ella. —¿Qué pasa?, ¿por qué entras así?—Tienes que venir abajo, no podrás creerme lo que te diré si tú mismo lo ves —Alan, confundido, se levantó de su lugar y salió de la habitación con su hermano al lado.Cuando llegaron abajo, su hermano Amir hablaba con un hombre que estaba de espaldas a ellos, Azar se acercó con cautela e intriga, quería saber por quién era el alboroto que su hermano estaba armando. Cuando se detuvo frente a ellos, rodó los ojos, no se imaginó que esté imbécil, se atrevería a tanto, ¿cómo se le ocurrió aparecerse aquí?, cuando los ojos de Daría se posaron en Alan, sonrió.—-Hola imbécil —Amir, sonrió, extrañaba las peleas de su hermano y mejor amigo, porque aunque él no lo quisiera decir, segu
Raft observaba a su aliado con desespero y rabia, no podía creer que el imbécil hubiera dejado espáciale a su mujer, ella llevaba en su vientre, no la salida a sus problemas.—¿Estás seguro de que buscaste bien? —Si Raft lo hice y deja de tratarme como un imbécil porque voy a perder la paciencia que me queda —Estoy intentando comprender cómo fue posible que tu mujer se hubiera escapado de tus manos, ¿Sabes lo que hará?, te dije que no debiste haberle hecho eso, pensé que la querías aunque sea un poco —Ronald rodó los ojos. —Es buena en lo que hace, pero sabes que mi atención no está en ella —Raft apretó la quijada con fuerza. —Dijimos que hablaríamos sobre eso, y que lo recuerde no hemos hablado aún de eso. —No tenemos nada de que hablar, fui muy claro cuando te dije que ella sería mía, te deje que la probaras, pero es suficiente, no sucederá de nuevo, ¿Comprendes? Raft quería acabar con el ahora mismo, pero sabía que no podría porque lo necesitaba, no podía solo dejar que todo
La tarde termino con Sara y y su esposo recorriendo la isla, algo que hace mucho no hacían y que ella anhelaba mucho, también algo que extrañaba, ese lugar fue su casa por un buen tiempo y extrañaba lo que lograron conseguir allí. Llegaron a la gran cascada que lugar tenía, Alan se quitó la ropa, y se lanzó al agua haciendo que Sarah sonriera al verlo actuar como un pequeño niño . — ven el agua está deliciosa — le dijo Alan a Sarah, pero ella negó rápidamente. — no, sé que me estás engañando, ese lago jamás fue delicioso. — no recuerdo eso, ¿o tú ya lo olvidaste? — las mejillas de Sarah se sonrojaron al recordar el de qué estaba hablando. — dijiste que no mencionarías eso, ¿por qué lo haces ahora ahora? — el sonrió. — no debe darte vergüenza complacer a tu esposo — ella rodó los ojos al escucharlo hablar así. — no me da vergüenza, eso es lo que no creo que sea bueno que hablemos de eso en este momento — Alan suspiró y camino de regreso a la orilla. — puedes hablar con
Sarah no sabía dónde se encontraba, estaba cansada sus pies le dolían y sabía que Alan estaba sufriendo de dolor de espalda porque la llevaba cargada hace más de media hora.Nunca imagino que ese kilómetro fuera tan largo, ya no sabían cuánto tiempo llevaban caminando pero el cansancio en la cara de tos era palpable — pues bajarme Alan, no es necesario que me sigas cargando — el gruño negando.— no voy a dejar que te descompongas aquí, estamos muy cerca— eso es lo que has dicho hace más de media hora.— ahora si es verdad, créame. Al final del túnel se podía ver una luz, todos aspiraron de alivio, al final habían llegado, cuando llegaron al final del túnel en la entrada pudieron ver el mar, y en la orilla de el una embarcación pequeña.— ahí está Amir —dijo Alan ayudando a Sara a bajar de sus brazos y al final poder descansar del dolor en sus piernas, brazos y espaldas. —Lo siento, se que ahora peso demasiado —dijo ella con la voz baja. —No te preocupes por mi amor, estoy bien.