Alan observaba a su mujer sufrir mientras traía a su pequeña al mundo y en ese momento sintió que algo dentro de él cambiaba, no podía solo dejar ir a esta mujer por la habladuría, tenía que demostrar porque era el rey, y era justo lo que haría, su primo se había enfrentado al mundo por la mujer que amaba, ¿Qué esperaba él?, Sara jadeaba y pujaba cuando la partera se lo pedía, estaba agotada, pero necesitaba seguir, su hija lo necesitaba. —Falta poco Susan, solo puja —Alan arrugo su entrecejo por la forma en como la llamo la mujer, ahora entendía por qué no los había encontrado antes, sus hermanos habían hecho las cosas mejor de lo que él creía. —No puedo… Estoy cansada. —Claro que puede nena, solo falta poco, hazlo por nuestra hija —dice Azar haciendo gruñir a su hermano mayor, aunque ahora mismo eso es lo que menos le importa. —Halzo cariño, un pujo más y estará con nosotros —Ella sollozo y hace lo que la mujer le dice, uno, dos y tres veces y el fuerte llanto de su amada
Sara estaba en su habitación alimentando a su pequeña, pero su mente no dejaba de pensar en lo que Alan le había dicho, ¿casarse?, en otro momento esa sería la mejor noticia que le habrían dado, pero ahora mismo, no era la situación, ser la esposa del hombre que la traicionó era algo que no deseaba hacer. —Puedo ver desde aquí como tu cabeza máquina —Sara suspiro dejando de mirar a su hija, para poner la mirada en su mejor amigo que está en la puerta, observándola con preocupación. —¿Tanto se nota? —él asintió acercándose a ella. —Sé que estás preocupada, y es entendible, pero debes ver todo, no dejar nada al azar. —¿Qué quieres decir con eso? —Azar tomo lugar a su lado y acaricia la cabecita de su pequeña nena. —Sé que no estaba en tus planes casarte con mi hermano, pero en este momento, es la mejor opción que tenemos. —¿Hablas en serio? —Solo piénsalo, puedo decirte que mi madre hará lo que sea porque el hijo primogénito de su hijo preferido este bajo su techo, y cu
Sara se observó con nostalgia en el espejo que tenía frente a ella, no podía creer que en serio se vaya a casar con ese hombre, el vestido que su mejor amiga consiguió para ella en una de las tiendas del pueblo es hermoso, pero no ocasiona en ella la alegría que antes si sentiría. Ahora se sintió, sola, devastada y con un vacío en el pecho que no la dejaba respirar. El sonido de la puerta hace que se aleje del espejo para voltearse y encontrarse con el rostro preocupado de su padre. —Estás hermosa, cariño —ella sonrió con nostalgia. —La verdad es que no me siento así —su padre suspiro y se acercó a ella para dejar un beso en su frente y tomar entre sus manos el rostro de su hija. —No te cases si no lo haces por amor —sus ojos se llenaron de lágrimas y dejó escapar un sollozo. —Ese es el problema, que si lo amo, pero el dolor que me causo es tan fuerte, que no me deja amarlo como quisiera. —Casarte con el hombre que te causa dolor no es la solución, mi amor, eso sol
Sara aprieta a su pecho con fuerza a su hija, ver de nuevo esta ciudad, no le trae buenos recuerdos, por lo que solo cierra los ojos y espera con todo su corazón, que las cosas. Salgan bien. Con la mirada puesta enfrente, camina junto a su familia y amigo que no la deja sola en ningún momento, a pesar de que la madre de ellos con su hermano menor que era el perro faldero no dejaban de verlos. —Tranquila, no prestes atención a nada de lo que digan —indica Alan tomándola de la cadera, Sara se estremece, pero sabe que no puede hacer nada al respecto, aquí y delante de los demás, son marido y mujer. —No lo puedo creer, Alan, trajiste a esta mujer a nuestro país después de lo que hizo —refuta la mujer con fuerza, haciendo que Sara tiemble —. ¿Y tú?, eres un hijo ingrato y no mereces estar aquí.—Tampoco lo quería hacer madre, pero cuando el rey mismo va por ti, no se puede negar a lo que él quiere —exclama Azar con un deje de sarcasmo en su voz, haciendo que su madre levante una
El llanto des controlado de Adhara hace que Sara se levante asustada, con rapidez se acerca a la cuna de la niña para tomarla, pero un fuerte grito sale de ella al observar el animal horroroso que acecha a la pequeña bebé —¡¡Auxilio, alguien que nos ayude!! —grita con fuerza la mujer, ¿cómo rayos llegó una serpiente a la cuna de su pequeña?.La puerta se abre y por ella parece Azar junto con Alan. —¿Qué pasa?, ¿estás bien? —pregunta Alan acercándose a Sara que tiembla con pánico. —Una… Serpiente… En la cuna de la bebé —Alán se acerca rápido y Azar también hace lo mismo, cuando ve al animal, lo toma de la cola esquivando su ataque y luego lo envuelve en una sabana dándoselo a su hermano Azar. —Saca esa cosa de aquí, sabes dónde llevarla y también que hacer con el responsable de esto —su hermano asiente con el semblante serio y preocupado, ¿cómo pudo llegar a esto?, ¿qué clase de mujer es? Sara observa a su mejor amigo alejarse con ese monstruo y se acerca a su hija para levantar
Sara no dejaba de mirar la puerta por la que hace nada, la mujer responsable de lo que le sucedió a su hija, se iba con una promesa de venganza hacia ellos y eso la ponía más nerviosa de lo que quisiera aceptar. —Bueno, salió mejor de lo que pensaba —dice Azar, tomando asiento frente a la gran mesa de su hermano. —¿En serio?, acaba de declararnos la guerra. —Lo sé, pero no tendrá apoyo de nadie —Alan bufa con fuerza. —¿Estás seguro de ello?, sabes que Amir es el perro faldero de mi madre, está dispuesto a todo —Azar sonríe tomando un puro de la mesa de su hermano. —Sí, bueno, eso era antes de haber conocido de Mariana —Sara arruga su entrecejo confundida. —¿Mariana?, ¿Mi mejor amiga? —él asiente. —Sí, nena, al parecer quedo flechado por ella y puedo decirte que es muy chistoso verlo detrás de ella buscando llamar la atención de esa mujer, pero parece que lo odia. La fuerte risa de Sara hace que los dos hombres la miren con asombro y un poco asustándose, no imaginaron que, en u
Sara observa el lugar que está lleno de hermosas pinturas por todas partes, su interior es rústico y llamativo, pero no es como creía que sería, recordaba que Alan era un hombre de lujos y este lugar parecía más haber sido decorado por un hombre que no quería llamar la atención. —¿Te gusta? —pregunta él con intriga porque noto la manera en como ella observaba el lugar. —Sí, es hermoso, pero no parece que fuera tuyo —él sonríe y asiente.—Lo sé, era la idea principal cuando la hice —Sara deja de ver la pared de pinturas para darse la vuelta y mirarlo a los ojos. —¿La hiciste tú? —él asiente sin decir una sola palabra. —Wow, no pensé que te gustara la arquitectura.—Es mi pasión, siempre quise ejercerla, pero mi padre no me lo permitió, mi destino era será rey y administrar las empresas petroleras de nuestra familia —Sara siente en su voz en dolor que le causó dejar lo que quería en realidad hacer y eso le parte un poco el corazón. —Lo siento mucho, tiene que ser muy difícil no hace
Sara observa a Alan con terror, esto no es nada bueno, no puede creer que este tipo de casas estén pasando, primero su madre y ahora su ex prometida, ¿quién más las intentaría atacar? —Tranquila, todo estará bien —ella niega alejándose de él. —No, sabes que no es verdad, primero fue tu mamá, ahora es esa mujer, y no comprendo como pueden hacer aquí lo que deseen, ¡¡es tu casa, tú eres el rey!! —Alan asiente empezando a comprender lo que no podía ver antes. —Tienes razón, y eso solo significa que tenemos un traidor —ella abre los ojos asombrada. —¿Qué?, ¿de qué hablas? —Nadie puede salir o entrar de esta casa si yo no lo autorizo, si mi madre y ella estuvieron haciendo lo que quisieron, es porque alguien dentro está permitiéndolo —Sara lo observa con confusión y miedo, eso no puede ser verdad, si lo que él dice es cierto, están en peligro, mucho más de lo que ella creía. —No puede ser, estamos en peligro, Alan, aquí nadie quiere a mi hija, van a buscar la manera de lastimarla, e