TINA WILLIAMS
Me aferré con ambas manos al volante y apreté los dientes. El auto chocó con la puerta del garaje, se detuvo por un momento, con el frente destrozado, pero el motor aún rugiendo. La puerta cedió, se levantó lo suficiente para que el auto escapara ante la mirada cargada de sorpresa de los guardias.
Seguí acelerando por el camino de piedra y tierra, rodeando esa absurda fuente en medio de todo. Noté por el retrovisor que Ethan y algunos de sus hombres intentaban darme alcance con los autos que había dejado en el garaje. Fue encantador escuchar como los motores se ahogaron, de seguro el azúcar ya se había caramelizado, invadiendo los pistones, batiéndose en el metal, espesando la gasolina, jodiendo el motor hasta dejarlo inservible. Así fue como escapé de mi padre la pr
EVAN LYNCHGruñí contra su boca cuando su mano me acarició por encima del pantalón. ¡Demonios! Esta mujer eran todas mis ganas de pecar y mis deseos más perversos y lujuriosos enfundados en piel tersa y un sabor intenso a placer.—¡Carajo, Annie! —exclamé tomándola por los muslos y levantándola, haciendo que sus largas piernas se enredaran en mi cintura—. Me vuelves loco —devoré su cuello con ansias, sintiendo como su cuerpo se retorcía.—Vayamos a la primera habitación libre que encontremos —suplicó contra mi boca—. Necesito sexo salvaje con mi bestia.—Como ordenes… —contesté contra sus labios, mientras dejaba que sus pies
KYLE LYNCH Esperé y esperé detrás de la puerta del baño, con el hombro recargado en la pared y las manos en los bolsillos. Recordé aquellos tiempos donde pasaba por fuera de la habitación de Tina justo cuando estaba tomando un baño. Era una cantante de regadera profesional y a veces me quedaba atento todo el tiempo que duraba ese baño, escuchándola cantar y… bueno, también imaginándome cómo se veía el agua tibia cayendo por su cuerpo. ¿Podría decir que siempre he estado enamorado de ella? De pronto escuché algo que no era canto, más bien llanto. Mi corazón se estrujó y mi cuerpo se erizó. Posé mi mano en el pomo de la puerta y dudé por un instante en entrar e incomodarla. Era claro que todo lo que había hecho no me hacía merecedor de consolarla, pero… su llanto no se detenía y me estaba torturando. Tenía dos opciones, dar
KYLE LYNCH No quiso que la volviera a cargar, insistió en que era suficientemente fuerte para caminar. La llevé al elevador y subimos al pent-house. En cuanto sus ojos encontraron a Lucy dormida en la enorme cama, se llenaron de nuevo de lágrimas, pero esta vez eran de felicidad. —Sabía que aquí estaría sana y salva… —dijo en un susurro y giró hacia mí, levantando su rostro. Sus heridas no eran capaces de desvanecer su belleza—. Gracias. —Es mi hija, no tienes que agradecerme… —¿Cómo estás tan seguro? Estuve muchos años lejos de ti. ¿No sospechas que pueda ser de alguien más? —preguntó confundida. —¿Bromeas? —inquirí divertido antes de acercarme a la cama—. Tan solo mírala, es la combinación perfecta de nosotros dos. Supongo que e
TINA WILLIAMS Mientras esperaba pacientemente sentí una corriente eléctrica que me recorrió todo el cuerpo, mi estómago se escondió en lo más profundo de mi abdomen. Volteé hacia la sección del casino y busqué con la mirada, encontrando solo gente apostando. Parecía que el día nunca se acababa aquí. Curiosa y sin importarme que solo portara un camisón, me adentré entre las mesas de apuestas y las máquinas tragamonedas. La dirección la marcaba mi estómago y como se retorcía, hasta que llegué hasta los baños sin encontrar nada. Cuando decidí dar media vuelta, algo me empujó con fuerza al interior del sanitario de hombres. Trastabillé y tuve que sujetarme del lavamanos para no caer. Cuando volteé, lo vi poniéndole seguro a la puerta y girando hacia mí, era Patrick. Retroced
TINA WILLIAMS—Ni siquiera me importó cuando huiste… —agregó Patrick con una risa escueta y deprimente—. Yo… lo único que quería era… ayudarte. Quería… hacer algo con lo mucho o poco que me quedara de vida y si lo había logrado, estaba bien.—¿Por qué…? —no supe como hacer la pregunta, pero él pareció comprender. Dejó la pistola sobre el lavabo y sus manos, que tanto daño me habían hecho, se posaron en mi cintura con suavidad y me acercaron a él en un abrazo.—El cáncer me fue corrompiendo… —susurró estrechándome con más fuerza, pero sin lastimarme—. Al principio solo oprimía cierta zona en mi cerebro y me causab
TINA WILLIAMSCon dificultad me puse de pie y vi mi muñeca magullada por el fuerte apretón que me había dado. Estaba confundida y todo me daba vueltas. Patrick… era malo sin serlo. ¿Cómo era posible que una enfermedad pudiera trastornar tanto a un hombre? Salí del baño arrastrando los pies, ante la mirada de algunos curiosos que no entendían por qué una mujer en camisón había salido del baño para hombres. Intercepté a la recepcionista que me llevaría el medicamento y ante su mirada de desconcierto tomé las pastillas y las engullí acabándome el vaso con agua. Con una sonrisa, agradecí sus atenciones y subí al elevador. En cuanto abrí la puerta del pent-house, parecía que no había pasado el tiempo. Kyle abrazaba protector a Lucy y ella se escondía contra su pecho. Era la escena más enternecedora que había visto y me llenaba el corazón de dulzura, pero también de melancolía. ϔ«Sí tu vida y la vida de tus seres queridos estuvieran en una balanza… Si tu condena eterna los salvara a el
TINA WILLIAMSCuando el cuerpo de Patrick chocó con su auto, Kyle se detuvo por orden de Finn. —No puedes matarlo en vía pública, Kyle… —dijo con actitud fría y medida. —Ya oíste… tendrás que ver como me voy con la mujer que tanto quieres a tu lado —dijo Kyle sin apartar la mirada de Patrick—. ¡Ella es mía!—Eso es lo que crees… pero yo la compré antes —contestó Patrick divertido mientras se limpiaba la sangre de la boca.—¿Cuánto dinero quiere, señor? —preguntó Finn apretando las mandíbulas—. Ponga un precio y nosotros le pagaremos el triple para que la deje en paz. —¡No se trata de dinero! —exclamó Patrick furioso y después posó su mirada en mí—. Sabes muy bien de qué se trata, Tina. Esto no se quedará así. Te di una oportunidad y la desperdiciaste. Ahora las cosas se pondrán peor para ti y para esta maldita familia de irlandeses. ¡Todo quedará en tu puta consciencia! —gritó furioso antes de entrar al auto. ϔ—¡¿Cómo pudiste?! —exclamó Kyle furioso, dando vueltas por la alcoba—.
TINA WILLIAMS —¡Kyle! ¡Yo no…! —cuando iba a reclamarle, su boca me silenció. Sus labios se movieron contra los míos, robándome el aliento. Toda mi furia y mi dolor desaparecieron y mis brazos se enredaron en su cuello, atrayéndolo a mi cuerpo. Mis dedos se escondieron en su cabello mientras que sus manos acariciaron mi silueta, recorriéndome desde mis costillas hasta mis muslos—. Kyle… —susurré su nombre en cuanto sus labios bajaron a mi cuello. —Tú no ¿qué? ¿Tú no eres mía? ¿No tienes dueño? —preguntó contra la piel de mi cuello haciendo que mi cuerpo se retorciera—. Me encanta que seas tan rebelde… pero eso no cambia las cosas, Tina. Me perteneces desde el momento que así lo decidí. Tenía miedo de que mis heridas dolieran, pero sus besos eran suaves y tiernos. Sus palabras eran una combinación de posesividad, dominancia y deseo que se derretían en mis oídos, convenciéndome de que eran la única verdad que me debía interesar: Yo era suya. —Tengo que recordarte a quien le perte